Colombia: la guerra va a las elecciones [Constanza Vieira]

[Ernesto Herrera]

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Boletín informativo - Red solidaria de la izquierda radical

Año III - Nº 9217 - Enero 7 - 2006 - Redacción: germain en chasque.net

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Colombia

La guerra va a elecciones

Constanza Vieira, desde Bogotá 
http://www.ipsnoticias.net/


El pulso militar entre el Estado y la insurgencia colombiana, que en 2006 cumple 42 años, se intensificará durante los primeros cinco meses por la campaña electoral que podría culminar el 28 de mayo con la reelección del presidente Álvaro Uribe por otros cuatro años. 

"Va a haber acciones de muchas bajas, mucho sabotaje económico, atentados contra las instituciones del Estado, contra políticos en las regiones y, de pronto, contra alguna embajada: contra la embajada de Estados Unidos". Así ve la campaña electoral en medio de la guerra Alfredo Rangel, analista militar y actual candidato al Senado por una lista del uribismo. 

Las izquierdistas FARC, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, opinaron sobre la posible reelección del derechista Uribe infligiendo el 27 de diciembre "el más importante traspié militar del gobierno", según Rangel: el ataque de 300 guerrilleros a una unidad de 90 soldados antiinsurgentes en Vista Hermosa, departamento del Meta, al sur de Bogotá. 

Con 29 militares muertos y entre 6 y 24 heridos (según fuente oficial o periodística), el ataque se llevó a cabo en zona del Plan Patriota, una operación militar iniciada en junio de 2003 por entre 17.000 y 20.000 soldados, y en la que participan efectivos estadounidenses. 

A mediados de 2004, el entonces jefe del Comando Sur del ejército estadounidense, general James T. Hill, preveía que la operación sería "larga y difícil", pero victoriosa, lo que "hará (a los guerrilleros) desmovilizarse o llegar a la negociación antes de 2006". 

En cambio, 2005 cerró con fuertes cuestionamientos a la estrategia militar, aupados por el revés de Vista Hermosa en vísperas del despegue de las campañas políticas. 

Al día siguiente del ataque, el portavoz de las FARC, Raúl Reyes, expresó a través de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL, con sede en Suecia), que la guerrilla disponía "de los recursos suficientes y de la movilidad necesaria para golpear a las Fuerzas Militares en cualquier momento y lugar del territorio patrio". 

Según un estudio del sociólogo canadiense James Brittain publicado en septiembre por la revista marxista estadounidense Monthly Review, las FARC contaban en 2004 con unos 46.000 combatientes y estaban presentes en todos los municipios del país, aunque con distinto poderío según la región. 

Uribe, enfrascado en una guerra sin cuartel contra esa insurgencia con el apoyo de Washington, en diciembre inició diálogos en La Habana con el también insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN), surgido asimismo en 1964 y con unos 4.500 combatientes. 

Aunque los diálogos no implican aún cese de hostilidades, y el ELN en algunas regiones opera junto con las FARC, esa guerrilla ve la campaña electoral como una oportunidad para elaborar una agenda humanitaria y de transformaciones junto con diferentes fuerzas sociales. 

A su vez, las ultraderechistas y paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que operan en apoyo de las fuerzas estatales, tras negociar en secreto con el gobierno de Uribe, efectuaron polémicas entregas parciales de armas y desmovilizaron a unos 10.000 efectivos, según ellas la mitad de su pie de fuerza. 

Rangel espera cinco meses de fuerte confrontación militar con las FARC, hasta que pasen las elecciones. La guerrilla va a "matar políticos y miembros de la fuerza pública mediante pistoleros. Atentados absolutamente selectivos", dijo a IPS. 

Entretanto, los paramilitares, responsabilizados por las Naciones Unidas de 80 por ciento de los crímenes en la guerra colombiana, "se van a cuidar mucho más. No van a ser tan ostentosos. Su amenaza armada va a ser más sutil, menos visible, pero igualmente efectiva", según Rangel. 

El miércoles, el opositor Partido Comunista denunció que dos de sus líderes regionales fueron muertos por paramilitares en los últimos 15 días, y declaró que "desde el gobierno se alimenta el accionar de terror impune de sus aliados paramilitares". 

Los propios jefes de las AUC reconocen que dominan 35 por ciento de los escaños del parlamento, y muchos temen que en los comicios legislativos del 12 de marzo esa presencia aumente exponencialmente, igual que su control sobre gobiernos municipales. 

Otro territorio del Plan Patriota, el sureño departamento del Putumayo, fronterizo con Ecuador, está inmerso desde el 31 de diciembre en el segundo "paro armado" implantado por las FARC en seis meses. 

Debido a sabotajes guerrilleros, sólo este viernes retornaría la electricidad a ocho de los 13 municipios del departamento, que además sufrió la contaminación de los ríos Guamuez y Putumayo por la voladura de ocho pozos petroleros. 

Con el apoyo de moderna tecnología estadounidense, sobre todo en escucha de comunicaciones y detección de blancos mediante la aviación, el Plan Patriota busca cercar a la guerrilla en una región de unos 260.000 kilómetros cuadrados en el sur del país. 

Mediante acciones rápidas para evitar bajas militares notables e integrando bajo un solo mando a ejército, armada y aviación, se pretende cumplir el objetivo estratégico de dar cacería a los jefes guerrilleros, rodeados por anillos de seguridad de tropas insurgentes de elite. 

Rangel critica el Plan pues la concentración de tropa desguarnece otras regiones. De hecho, en 2005 se registró "una disminución del ocho por ciento, con relación al año anterior, en las acciones ofensivas (del ejército) por fuera del Plan Patriota", dijo a IPS. 

"La guerrilla también disminuyó en nueve por ciento el número de ataques ofensivos contra el ejército", si bien varios fueron de gran envergadura, como los efectuados a sendas bases militares en Nariño (febrero) y Putumayo, ambos fronterizos con Ecuador, y a un puesto policial en el occidental Chocó. 

Además, la insurgencia logró paralizar por varias semanas el departamento petrolero de Arauca y la región del Catatumbo, en el departamento Norte de Santander, los dos limítrofes con Venezuela. 

"La cantidad de fuerzas comprometidas en combate, en promedio, por cada una de las partes, fue mayor que en años anteriores", lo que significa "una intención de cada parte de dar golpes más duros al adversario", anotó Rangel. 

Los ataques contra el total de la infraestructura económica colombiana aumentaron en 101 por ciento respecto de 2004. "Uno de los incrementos más importantes fue contra la infraestructura energética, con 106 por ciento, y contra la petrolera, con 21 por ciento, sobre todo contra el oleoducto Transandino en Putumayo", según el experto. 

La lucha por la tierra está en el origen del conflicto colombiano. En los años 80, a medida que el narcotráfico se convertía en factor de peso como combustible de los actores armados, se incorporaron a la confrontación las paramilitares AUC. 

Para el analista Rangel, el ataque de Vista Hermosa "no tiene ningún impacto en términos estratégicos militares", puesto que no marca "ninguna variación en la correlación de fuerzas ni en la dinámica de la confrontación", pero causa un "impacto político, mediático y psicológico", debido a la cercanía de las elecciones. 

Pero un experto en temas militares que no quiso dar su nombre consideró "evidente que Vista Hermosa es una repercusión estratégica favorable al proyecto insurgente". La principal sería "mostrar que no es posible para el ejército tener un real control del territorio". 

Durante el gobierno de Uribe, iniciado en 2002, el Estado ha consolidado el dominio territorial urbano. 

Pero el ejército "ha mostrado a lo largo de las últimas décadas que más allá de los cascos urbanos y ciertas bases, no logra poner a raya a la insurgencia, y por eso cada vez que sale de los batallones tiene las de perder", sostuvo el experto. 

"Así el ejército nacional diga que cuenta con el apoyo de la población civil, el apoyo no es tanto como para sentirse seguro fuera de sus fortalezas", agregó. 

Vista Hermosa "es un santuario de las FARC", una "zona de retaguardia estratégica" donde esa guerrilla "está resguardada, tiene sus anillos de seguridad", dijo a IPS el portavoz del Movimiento Bolivariano (MB), creado por la guerrilla para acoger a sus simpatizantes civiles. 

Las FARC "están en capacidad de pasar, en menos de tres horas, de un alto número de hombres a comandos de cinco y al revés, y no son detectados", añadió. En su mensaje de Año Nuevo, las FARC anotaron la "generalización de la guerra fratricida", "la multiplicación de los combates" y el creciente número de víctimas. Denunciaron "el entierro clandestino de soldados y policías" y advirtieron que la reelección de Uribe conllevaría una "estrategia de guerra total". Para Rangel, el balance militar del año recién concluido muestra un aumento en la letalidad de los enfrentamientos: "Cada vez mueren más combatientes de parte y parte y menos civiles. Esto quiere decir que, como dicen los defensores de derechos humanos, la guerra se ha humanizado". 

En cambio, para el experto cuyo nombre se ha omitido "el Plan Patriota, como expresión del Plan Colombia (antidrogas y contrainsurgente, también financiado por Estados Unidos), no ha sido un fracaso". 

"Porque el Plan Colombia de todas maneras ha infligido daños severos a la población civil, ha intimidado, que es uno de sus grandes propósitos: la tesis de 'quitarle el agua al pez'", dijo en referencia a que la guerrilla no sobreviviría sin el apoyo de población civil. 

"En función de 'quitarle el agua al pez' se han hecho redadas masivas, se ha asesinado civiles", añadió. 

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