Francia: 3 millones marchan contra el gobierno [Izquierda Punto Info]

Ernesto Herrera germain en chasque.net
Mie Mar 29 13:52:00 UYT 2006


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Boletín informativo - Red solidaria de la izquierda radical

Año III - 29 de marzo 2006 - Redacción: germain en chasque.net 

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Francia

3 millones marchan en contra el gobierno

Izquierda Punto Info
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Los contingentes desfilaron incesantemente con banderas y pancartas. Las delegaciones de los sindicatos de la CGT ocuparon más de 70 cuadras del centro de Paris, seguidas de grandes columnas de Force Ouvriere y luego por las de la CFDT.

Un alto dirigente de la Ligue Communiste Revolutionaire (LCR) dijo a este corresponsal que la organización había movilizado entre 10 y 15.000 trabajadores en veinte ciudades del país. La columna principal de la organización en Paris desfilo con más de 5.000 militantes. 

También podían observarse distintos contingentes de Lutte Ouvriere, el más importante de los cuales era encabezado por una de sus principales figuras publicas, la ex candidata a Presidente, Arlette Laguilier. 

El gobierno francés dijo el martes que se mantendrá firme sobre su determinación de mantener el contrato laboral para jóvenes, pese al unánime clamor de entre uno y tres millones de personas que desfilaron en Francia para exigir su retirada, en unas protestas sin precedentes en los últimos años. 

Centenares de personas fueron detenidas durante las manifestaciones que se sucedieron en el país. Sólo en París, la policía arrestó a 488 manifestantes, pese a que los incidentes fueron menos violentos que en las jornadas de movilización anteriores.
 Se calcula que más de 2,000 personas fueron arrestadas en toda Francia. 

La policía antimotines ataco a multitudes de estudiantes, jóvenes de las barriadas y grupos obreros ni bien terminaron las manifestaciones con el objetivo, según dijeron fuentes de la Surete, de acelerar la desconcentración y "evitar la formación de focos violentos". 

La acción policial, sin embargo, obligo a miles de manifestantes en Paris y otras ciudades a reagruparse y erigir barricadas para resistir a la policía. Al anochecer todavía se daban combates callejeros, y el fuego y humo de automóviles incendiados podía verse por todos lados. 

Entre 1.055.000 manifestantes, según la policía, y tres millones de personas, según los organizadores, respondieron al llamamiento de asociaciones de estudiantes y sindicatos para rechazar el polémico Contrato Primer Empleo (CPE), defendido a capa y espada por el primer ministro, Dominique de Villepin. 

"Se trata de una cifra histórica", proclamó el jefe del primer sindicato del país, CGT, Bernard Thibault, al anunciar una concurrencia de tres millones de personas en las protestas. 

El plato fuerte fue la gran marcha de París, donde 700.000 manifestantes desfilaron entre las plazas de Italia y la República, según la CGT, mientras que la policía cifró en 92.000 el número de asistentes.

En cualquier caso, las manifestaciones del martes lograron doblar el número de personas que el pasado 18 de marzo protestaron en otra jornada en la que los estudiantes hicieron sentir su profundo rechazo a un contrato que, según consideran, aumenta la precariedad laboral. 

Entre otros aspectos, el CPE dispone que los menores de 26 años puedan ser despedidos sin explicaciones en los dos primeros años de contrato laboral. 

En París, la movilización de 4.000 policías no disuadió a los grupos de activistas que en algunos casos contaban entre centenas y millares de participantes, se lanzaron contra las columnas policías arrojando botellas con pintura, bombas molotovs, objetos de decoración callejera y hasta centenares de botellas de buen vino francés. 

Un policía resultó "herido gravemente" y fue hospitalizado a causa de una "bengala" lanzada por los manifestantes obreros y que le impactó en la cara durante enfrentamientos en la plaza de la República. Otros 300 policías y cerca de 900 manifestantes se calcula que resultaron heridos aunque el Ministerio del Interior advirtió que estas cifras eran provisorias y probablemente mucho más altas.

La capital, sin embargo, no fue el único foco de violencia: Caen (oeste), Rennes (oeste), Grenoble (centro-este), Toulouse (suroeste) y Dijon (centro) registraron también incidentes cuando la policía, evidentemente siguiendo una estrategia central del gobierno, reprimió a los manifestantes mientras estos se desconcentraban. 

"Es impensable que el primer ministro se mantenga firme en su posición", estimó el líder de la CGT. 

Los líderes de las cinco confederaciones sindicales remitieron el martes una carta al presidente francés, Jacques Chirac, en la que solicitaron una votación parlamentaria de "una nueva deliberación de la ley de igualdad de oportunidades que excluya el CPE". 
En Marsella, entre unas 250.000 personas desfilaron contra el CPE y grupos de seguridad sindicales y estudiantiles chocaron primero con grupos fascistas que quisieron en algunos sitios detener los contingentes de manifestantes y luego con loa policía que, de acuerdo a un dirigente sindical de la CGT "atacaron sin razón a grupos de estudiantes y jóvenes obreros con camiones hidrantes cuando se desconcentraban pacíficamente." 

Eran 100.000 en Burdeos; entre 70.000 en Nantes, donde se podían ver nutridas columnas de la extrema izquierda (grupos como la LCR, LO y otros) y entre 30.000 y 50.000 en Rennes. 

El clamor de las manifestaciones estuvo reforzado por las huelgas que afectaron sobre todo el sector de la enseñanza y el transporte público en 70 ciudades, entre ellas, París. En los aeropuertos, se anularon cientos de vuelos. 

Miles de estudiantes ocuparon universidades y colegios junto a activistas de los gremios de maestros y profesores. 

Obreros de los ferrocarriles, industrias textiles, empleados de gobierno y aun de grandes tiendas abandonaron en Paris sus labores alrededor del mediodía con el objetivo de "participar en las protestas" de hecho paralizando toda la actividad comercial de gran parte de la capital francesa. Mientras los manifestantes exigían en la calle su dimisión, el primer ministro reiteró una vez más que no dará marcha atrás. 

Durante una alborotada sesión en la Asamblea Nacional, interrumpida varias veces por las bancadas del Partido Socialista, Comunista y otros, Villepin declaró que en la República francesa "no cabe el ultimátum" y volvió a ofrecer ciertos cambios en la ley, rechazados de antemano por los interlocutores sociales.

 Villepin, que se juega su posible candidatura a los comicios presidenciales de 2007, empieza a quedarse aislado dentro de su propio campo. 

Chirac, aunque de palabra sostiene a su Primer Ministro, de hecho ya ha llamado al Ministro de Defensa a prepararse en caso que Villepin renuncie. 

Antes incluso de conocer la amplitud de la movilización, el primer ministro aprovechó la sesión parlamentaria de control al Gobierno para reiterar su intención de mantener el CPE, que autoriza el despido de los menores de 26 años sin tener que justificarlo durante los primeros 24 meses. 

Ante una oposición política que llevó al hemiciclo las exigencias de sindicatos obreros y estudiantiles y que reclamó la retirada del proyecto de contrato, Villepin mantuvo que sólo está dispuesto a retocar marginalmente sus dos puntos más controvertidos: la duración del periodo de prueba y la no justificación del despido. 

Reprochó a las cinco confederaciones sindicales que rechazaran su mano tendida, les renovó la invitación a reunirse con él mañana y rechazó los "ultimátum" y las "condiciones previas". 

Ante el empecinamiento de Villepin y la movilización de la calle, líderes sindicales y de la oposición socialista instaron al presidente, Jacques Chirac, a que intervenga "rápidamente" en el conflicto y haga rectificar a su primer ministro. 

Sectores de base del Partido Socialista, sin embargo, se han pronunciado en contra de negociar a través de Chirac y, junto a la extrema izquierda, se inclinan por exigir la renuncia del todo el gobierno, incluyendo la del presidente. 

Algunos sectores de la oposición parlamentaria y extra parlamentaria hablan de elecciones prematuras si el gobierno renunciara.
"Cada semana somos más numerosos", advirtió el líder del sindicato CFDT, Francois Chéreque, mientras el líder estudiantil Bruno Julliard habló de "maremoto" y se mostró determinado a "devolver la razón al primer ministro", para que retire el CPE. 

El rival interno más directo, el ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, quien ha abogado por la suspensión del CPE mientras se negocia un compromiso con los sindicatos, se apersonó en la plaza de la República, mientras las fuerzas del orden evacuaban a los últimos manifestantes, para dirigir personalmente la acción policial. 

Chirac, se mantuvo el martes en silencio, pero decidió "no alejarse" esta semana de París dadas las circunstancias.  
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