Uruguay: la izquierda revolucionaria después de la batalla contra Bush [Declaración política - CUR]

[Ernesto Herrera]

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boletín informativo - red solidaria de revistas
Correspondencia de Prensa
Año IV - 23 de marzo 2007 - Redacción: germain5 en chasque.net

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Uruguay



Declaración política de la Coordinadora  de Unidad Revolucionaria (CUR)

 

Después de la batalla contra Bush y su socio "progresista" 

 

¡¡Construir la alternativa popular, anticapitalista, revolucionaria!!






Desde el 6 al 10 de marzo, el protagonismo popular fue tan amplio y combativo como categórico su pronunciamiento. Decenas de miles de trabajadores, estudiantes, jubilados, desempleados, mujeres y jóvenes, salieron a la calle. En Montevideo y en varias ciudades del Interior. Fue una batalla política decisiva, una masiva demostración de repudio al patrón imperialista y de rechazo a la política de sumisión y complicidad de su nuevo socio: el gobierno del Frente Amplio. 

 

Todo el esfuerzo desarrollado por la fuerza de choque "progresista" (ministros y funcionarios, parlamentarios y dirigentes políticos, burócratas sindicales y medios de prensa adictos al gobierno), no consiguieron persuadir, ni confundir, ni desmovilizar. Todos los intentos por minimizar las expresiones de protesta contra el genocida Bush, fueron inútiles. 

 

Tampoco consiguieron impedir que la arraigada conciencia antiimperialista del pueblo trabajador, confluyera en un inapelable pronunciamiento político contra el gobierno del Frente Amplio, contra su programa de continuismo neoliberal, contra el pago al FMI de la deuda fraudulenta, contra su asociación "amistosa" con EEUU, contra su capitulación al "libre-comercio", contra el envío de tropas de ocupación al Congo y Haití. Por el contrario, la masiva demostración de protesta y resistencia, trascendió a las fuerzas políticas y sociales de la izquierda clasista y revolucionaria, para terminar sumando a miles de militantes frentamplistas que, indignados, no dudaron en adherir y engrosar (con sus banderas partidarias) la marcha de la Coordinación Antiimperialista que reunió a cerca de 10 mil compañeros y compañeras. 

 

La rebeldía consiguió imponerse. Derrotando a la frustración, a la intoxicación mediática, a la manipulación de las cúpulas políticas del partido-gobierno, al oportunismo conciliador de la dirección del PIT-CNT. Es más, la cantidad de gente que salió a la calle el 9 y 10 de marzo duplicó, largamente, el número de aquellos que concurrieron (y se aburrieron) el 2 de marzo, cuando el presidente Tabaré Vázquez, presentó su "balance" de dos años de gestión. 

 

Las distintas manifestaciones, aún en su diversidad, confirmaron la vitalidad, la convicción, la energía del pueblo trabajador. Tanto la marcha hacia la estancia Anchorena en Colonia, el acto convocado por el PIT-CNT, FEUU, FUCVAM y ONAJPU, como la manifestación impulsada por la Coordinación Antiimperialista y la protesta del sábado 10, representan un momento de intensa movilización antiimperialista y anticapitalista, de resistencia y radicalización política de amplias capas del movimiento obrero y popular. 

 

Desde la CUR, nos comprometimos con todas nuestras fuerzas militantes. En los días previos pintamos y volanteamos. Participamos e impulsamos la Coordinación Antiimperialista y la marcha "Contra Bush y Contra el Gobierno".  Estuvimos junto a la Tendencia Clasista y Combativa. En la solidaridad activa con los compañeros detenidos el viernes 9 a la noche. Y coordinamos y organizamos, junto a otros luchadores políticos y sociales de la izquierda anticapitalista, la acción de repudio contra la residencia del embajador yanqui: el sábado 10, desafiando el aparataje represivo y la amenaza de nuevas detenciones, más de 100 militantes confluyeron en una nueva manifestación de repudio a la presencia del mensajero de la guerra y la prepotencia imperial. 

 

Al tiempo que saludamos a todos los compañeros y compañeras, luchadores y luchadoras que fueron parte combativa de la batalla, que dijeron presente en todas las movilizaciones y acciones de resistencia, tenemos que agregar un opinión tan reflexiva como convencida sobre la perspectiva que se abre y los desafíos que nos impone.

 

Descartando cualquier euforia desmedida, afirmamos que el objetivo de forjar una alternativa popular, anticapitalista y revolucionaria, no solo es una necesidad estratégica. Sino que cuenta, ahora, con una mayor legitimidad política y una más amplia audiencia militante, que alcanza incluso a sectores que hasta ayer creían en el callejón sin salida del "cambio posible".  

 

Esto multiplica la responsabilidad que le cabe a la izquierda revolucionaria en el momento actual. Lo cual exige despejarse de todo espíritu sectario y auto-proclamatorio, porque se trata de transitar, todos los días, en la construcción de esa alternativa de masas.  Desde el campo del sindicalismo clasista y los movimientos sociales, hasta el objetivo de mantener la Coordinación Antiimperialista como un espacio de propuesta y acción de las fuerzas de la izquierda radical. Generando organización y movilización, levantando un programa de demandas económicas, sociales, democráticas-radicales, que enfrente a las corporaciones patronales y al continuismo neoliberal del gobierno. Preparando la participación unitaria de las corrientes clasistas y revolucionarias el próximo 1º de mayo.

 

Es decir, la batalla anti-Bush tiene una continuidad en la lucha por derrotar el programa capitalista del gobierno del Frente Amplio. Un gobierno que ha roto todo vínculo con las necesidades sociales básicas del pueblo trabajador. Que pone en venta, a precio de oferta, la soberanía nacional. Que gira cada vez más a la derecha. Que amenaza nuevamente con vetar toda iniciativa a favor de despenalizar el aborto. Que insiste con los TLC. Que defiende a las multinacionales papeleras. Que está, definitivamente, arrodillado frente al mercado. 

 

Las jornadas de resistencia antiimperialista son un nuevo escalón en el prolongado proceso de acumulación de fuerzas en el campo de la lucha de clases. Esto nos plantea dos tareas tan irrenunciables como simultáneas: la confrontación contra el imperialismo, el gobierno y las patronales; y el reagrupamiento amplio y unitario de la izquierda anticapitalista y revolucionaria. La construcción de esa alternativa popular pasa, indefectiblemente, por el impulso consecuente de la resistencia de masas con una perspectiva orgánica y programática, que delimite, nítidamente, el horizonte estratégico, y que exprese sin confusión alguna, la ruptura en todos los terrenos (incluido el político-electoral) con el Frente Amplio, partido de gobierno del orden burgués. 

 

Montevideo, 22 de marzo 2007 


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