Bolivia: la batalla por el control de los sindicatos [Enrique Ormachea - Econoticias]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Mayo 8 00:11:05 UYT 2009


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8 de mayo 2009
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Bolivia

La clase obrera y el gobierno de Evo

La batalla por el control de los sindicatos

 
Enrique Ormachea (Cedla), especial para Econoticiasbolivia
La Paz, mayo 6, 2009
http://www.econoticiasbolivia.com/


Desde su fundación, la Central Obrera Boliviana (COB) incorporó entre sus principios políticos los planteamientos centrales señalados ya en la Tesis de Pulacayo, entre los que resaltan la independencia política de las organizaciones sindicales. Hoy, el Gobierno del MAS (Movimiento al Socialismo de Evo Morales) pretende tener el control absoluto de las direcciones de las organizaciones sindicales, con el objetivo de convertir a éstas en instrumentos dóciles que avalen sus, cada vez, más nítidas políticas antiobreras y anticampesinas.

Una buena parte de las direcciones sindicales viene desarrollando una política abiertamente contraria a los principios de independencia política sustentados por el sindicalismo boliviano, y viene actuando a la inversa de la propia declaración del último Congreso de la COB.

A más de tres años de Gobierno de Evo Morales se ha podido constatar que las denominadas agendas de octubre de 2003 y de mayo de 2005 han sido burladas por el MAS, con la complicidad de direcciones sindicales que han permitido una suerte de "estatización" de sus organizaciones sindicales y que, a nombre "del proceso de cambio", frenan y posponen permanentemente las reivindicaciones y demandas de los trabajadores y trabajadoras de base.

HAY VOCES DISIDENTES

Dirigentes de sectores como el magisterio paceño, los mineros de Huanuni, el sindicato del Servicio de Aeropuertos S.A. (SABSA), trabajadores del sindicato de la prensa, entre otros, critican a la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB). Para el secretario ejecutivo del Magisterio Urbano de La Paz, José Luís Álvarez, el actual Gobierno, a través de la prebenda, no ha hecho otra cosa que corromper a las organizaciones sindicales, y ha ido más allá aún: "ha terminado controlando todo lo que se llama manejo sindical de las organizaciones matrices". Pero lo más dramático es que acabó por convertir a los dirigentes en una especie de diques de contención de todas las demandas de lucha de las organizaciones de base.

Los trabajadores de la prensa (de El Alto), hace unos días, tomaron la determinación de replegarse de la COR alteña, por considerar que sus dirigentes han "convertido a esta organización sindical en una agencia del MAS y por haber manoseado la independencia sindical", así lo señala un comunicado de esta organización1.

Otra voz disidente es de uno de los representantes de la Casa Obrera y Juvenil de El Alto, Jaime Ferreira quien denuncia que: "se están minando las bases programáticas, ideológicas y estatutarias de la COB. Es decir, que si estos mecanismos prebendales, implementados desde el Estado se profundizan, nos vamos a encontrar con un sindicalismo que se olvide de trabajar por sus compañeros"2.

DE LA TESIS DE PULACAYO A LA FUNDACIÓN DE LA COB

La Tesis de Pulacayo3 señala que el proletariado, aún en un país capitalista atrasado como Bolivia, "es la clase social revolucionaria por excelencia". La misma que, en una alianza revolucionaria con los campesinos, los artesanos y otros sectores de la pequeña burguesía, está encaminada a consumar la revolución socialista. En esta perspectiva, plantea emprender una lucha frontal "contra el colaboracionismo clasista", entendiendo la colaboración de clases como el renunciamiento a los objetivos de la clase obrera.

Por ello, esta tesis considera que los trabajadores no pueden ni deben solidarizarse con ningún Gobierno que no sea un Gobierno propio de los obreros pues, el Estado capitalista representa los intereses de la burguesía. Por lo tanto, y a tiempo de señalar que cuando "los sindicatos se convierten en apéndices gubernamentales pierden libertad de acción y arrastran a las masas por el camino de la derrota", señala que la independencia política de las organizaciones sindicales se da "con relación a los sectores burgueses, al reformismo de izquierda y al Gobierno".

Al respecto, Álvarez considera que la COB, desde su fecha de fundación4, tomó como bandera los principios políticos de la Tesis de Pulacayo determinaban que la perspectiva y la creación de la COB tenía sentido, "principalmente, en la medida en que planteaba como organismo de los trabajadores la perspectiva y la posibilidad de trabajar para transformar la sociedad capitalista en una sociedad socialista".

LA COB ES UNA ORGANIZACIÓN DE CLASE

El Congreso Fundacional de la COB5 determinó como uno de los principios generales: "Mantener la independencia política -nacional e internacional- del nuevo organismo de los trabajadores de Bolivia y fortalecer sus vínculos de solidaridad con los obreros del mundo y en especial de Indoamérica".

Por su parte, el Estatuto Orgánico de la COB en actual vigencia, señala entre sus propósitos y principios que: "En la lucha por la liberación nacional y social de Bolivia y por las reivindicaciones de los trabajadores que agrupa y representa, no aceptará intereses contrarios a la clase obrera, ni renunciará a ninguno de los medios de lucha y disposiciones legales que favorezcan a sus afiliados".

Asimismo y a tiempo de reiterar entre sus principios la "Representación proporcional clasista por la que se garantiza la hegemonía del proletariado en la estructura y en los órganos de dirección de la Central Obrera Boliviana", plantea la "Independencia de la COB como organismo de clase con relación al Gobierno, partido político u otras formas de presión sectarea en su seno.".

RECUPERAR LA AGENDA DE OCTUBRE

Por su parte, la Declaración Política del XIV Congreso Ordinario de la COB6, realizado cuando el MAS ya era Gobierno: i) plantea la necesidad de ".luchar por el cumplimiento de las agendas de octubre del 2003 y de mayo y junio de 2005", entendida como, "la nacionalización sin indemnización de los hidrocarburos, la recuperación de todos los recursos naturales y la abrogación de los decretos y leyes neoliberales"; ii) considera necesario fortalecer a las organizaciones matrices como las centrales obreras departamentales y la COB como "organizaciones naturales de clase".

El mismo documento establece que: ".preservando nuestra independencia política de clase nos defenderemos contra la división que pretende y pretenderá el oficialismo buscando ganar espacio para sus intereses de grupos, favoreciendo voluntaria o involuntariamente los intereses económicos de las transnacionales y del capitalismo imperialista".

El 17 de septiembre de 2008, el secretario ejecutivo de la COB, Pedro Montes, firmó un acuerdo, a nombre de la organización sindical, con el Presidente Evo Morales, en el que respalda y anuncia la defensa del "proceso revolucionario de cambio" y rechaza a los prefectos opositores7. Sin embargo, a criterio de Álvarez, esta alianza sólo ha servido para que un Gobierno como el del MAS; "ratifique la existencia de la propiedad privada, los grandes latifundios, la existencia de esta sociedad capitalista que organiza la economía para que, fundamentalmente, todos los empresarios y las transnacionales obtengan jugosas ganancias a costa de explotar y saquear los recursos naturales".

NO MÁS CONCESIONES

Para el ex secretario ejecutivo de la Central Obrera Departamental de Oruro, Miguel Zubieta, el papel de la dirigencia de la COB está en redireccionar y apropiarse de los objetivos fijados en la Agenda de Octubre i) establecer el control obrero colectivo y ii) recuperar los recursos naturales para el pueblo boliviano, entre otros acuerdos que Morales no está cumpliendo, señala.

Álvarez considera que para recuperar la organización para los trabajadores es de vital importancia "expulsar al oficialismo y a las expresiones de derecha de la COB (.) porque este debe ser un organismo sindical que nos permita luchar por mejores condiciones de vida, por fuentes de trabajo".

Corresponde, entonces, a los trabajadores la tarea de retomar los principios clasistas del sindicalismo boliviano e imponer la independencia política de sus organizaciones en relación a las organizaciones patronales y sus partidos, así como al Gobierno limitadamente reformista del MAS que constantemente hace concesiones a la derecha en desmedro de obreros, campesinos e indígenas.

NOTAS

1. La Prensa, 23 de abril de 2009.
2. La Razón, 9 de abril de 2009.
3. Aprobada en el Primer Congreso Extraordinario de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), realizado en 1946.
4. 17 de abril de 1952.
5. Este congreso se realizó entre el 16 y 17 de abril de 1952.
6. Congreso realizado entre el 19 y el 29 de junio de 2006, en Viacha (La Paz).
7. La Razón, 22 de abril de 2009.

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La batalla por el control de los sindicatos

 
En el campo laboral, unos creen que los sindicatos deben olvidar, por lo menos temporalmente, la pobreza y explotación en la que viven los trabajadores y postergar sus reivindicaciones económicas y sociales, pasando a respaldar al gobierno indígena que trabaja para humanizar y hacer más justo al capitalismo y que enfrenta el embate de la oligarquía y el fascismo. Los otros, en cambio, creen que los obreros deben recuperar su independencia, frenar la creciente explotación y retomar las banderas de octubre,  destruyendo el poder de la oligarquía con la toma de minas, fábricas y latifundios.

Redacción de Econoticiasbolivia
La Paz, abril 30, 2009

Los combativos obreros bolivianos comenzaron a celebrar el primero de mayo, en medio de una dura pugna entre la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB), que ha comenzado a militar activamente en las filas del gobierno indigenista del presidente Evo Morales, y los radicalizados sindicatos de mineros y maestros que pugnan por preservar la independencia clasista e iniciar la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores.

Unos creen que los sindicatos deben olvidar, por lo menos temporalmente, la pobreza y explotación en la que viven los trabajadores y postergar sus reivindicaciones económicas y sociales, pasando a respaldar al gobierno indígena que trabaja para humanizar y hacer más justo al capitalismo y que enfrenta el embate de la oligarquía y el fascismo. Los otros, en cambio, creen que los obreros deben recuperar su independencia, frenar la creciente explotación laboral y retomar las banderas de octubre,  destruyendo el poder de la oligarquía con la toma de minas, fábricas y latifundios.

Los primeros acusan a los segundos de ser el "brazo izquierdo de la oligarquía" y un instrumento del imperialismo para acabar con el "gobierno popular" de Evo Morales. Estos, a su vez, acusan a los otros de haber traicionado la lucha de los trabajadores y haberse asimilado a la democracia burguesa, abandonando el campo revolucionario y permitiendo que los obreros y trabajadores pierdan parte de su salario y se empobrezcan, mientras hay bonanza en las arcas del Estado y se multiplican las ganancias de los empresarios.
 
CONFLICTO EN LAS CALLES

Como cara visible del conflicto, varios sectores laborales de la Central Obrera de Oruro, sindicatos mineros, algunos sindicatos fabriles y la federación de trabajadores de la educación urbana de La Paz comenzaron a exigir la renuncia del principal dirigente de la COB, Pedro Montes, al que acusan de haber traicionado los principios del sindicalismo revolucionario a favor de un gobierno indígena que impulsa el autodenominado "capitalismo andino" y que se ha convertido en socio de las grandes transnacionales que explotan con igual avidez los recursos naturales y la barata mano de obra local.

"Pedro Montes se ha convertido en una especie de subalterno de Evo Morales, él sólo defiende al Presidente y ya no los intereses de los obreros y trabajadores", aseguraba la dirigente trotskista del magisterio urbano, Vilma Plata, que resumía las resoluciones de un ampliado laboral del sector que urgió para que la COB remueva a su cúpula dirigencial que estatutariamente ya feneció en su mandato en junio del 2008.

El ampliado de los maestros demandaba del gobierno de Morales, además, un incremento salarial de acuerdo a la canasta familiar con escala móvil, fuentes de trabajo permanentes, una ley de pensiones financiada por la patronal y el Estado, y la renuncia del cuestionado Montes. 

Esta exigencia, sin embargo, no hizo mella en la dirigencia de la COB que impulsa activamente la campaña para lograr la reelección del presidente Morales en las elecciones de diciembre del 2009. En la mayor parte de las organizaciones laborales de las ciudades y del campo, los cargos directivos han caído en manos de sindicalistas que han virado hacia el gobierno, unos por convicción política, otros por prebendas y cargos en el aparato estatal. Muchos de ellos ya están haciendo su propia campaña para ser incluidos en las listas de candidatos oficialistas para las elecciones de diciembre y por ello se esfuerzan este primero de mayo para mostrar el "peso político" que tienen al movilizar a las bases sindicales en torno al presidente Morales, tal como lo hace el cuestionado líder de la COB.

PRESIÓN Y COOPTACIÓN

Montes, un dirigente minero que asumió la dirección sindical en junio de 2006, inicialmente se había declarado "independiente" y prometió defender la "independencia de clase" de los trabajadores, combatiendo los primeros intentos gubernamentales por convertir a la COB en un apéndice del oficialismo. 

Sin embargo, desde principios del 2008, Montes integró los sindicatos de la Central Obrera a  la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), brazo político-sindical del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales.

En este proceso, la dirigencia de la COB abandonó todas las luchas reivindicativas de los trabajadores y conminó a los sindicatos de base a respaldar abiertamente al presidente Morales o a declararse "opositores de derecha", para los cuales se reservaba su procesamiento y posterior expulsión.

Esta actitud generó fuerte resistencia y rechazo entre los dirigentes sindicales que no habían sido cooptados por el MAS. "No es quien (Pedro Montes), para considerarnos a nosotros miembros de la oposición, debe quedar claro que nosotros no somos opositores, lo único que mantenemos es nuestra independencia ideológica con respecto al gobierno y peor contra la derecha", había dicho a nombre de la Central Obrera de Oruro, controlada por los mineros, el dirigente Víctor López, quien recordó que los trabajadores bolivianos siempre han combatido a la derecha, al neoliberalismo, al capitalismo y al imperialismo. 

El principal dirigente de los trabajadores de Oruro, Jaime Solares, advirtió, además, que "Pedro Montes será procesado por traicionar a la clase trabajadora y exponer al instrumento de los trabajadores (la COB) como si fuera un partido político del Movimiento Al Socialismo".

"Él (Montes) sabe muy bien que tenemos un congreso próximo a efectuarse y, años atrás en otro similar se dijo que nadie puede comprometer el instrumento de la clase trabajadora. Por lo tanto debe ser juzgado en el tribunal disciplinario", dijo Solares.

INDEPENDENCIA POLÍTICA

Otros que no confían en la actual dirigencia de la COB ni en Morales, son los combativos sindicatos de los mineros proletarios, que son la vanguardia política e ideológica de los trabajadores bolivianos.

Según Guido Mitma, secretario ejecutivo de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb), el presidente Morales "abandonó la agenda de octubre" del 2003, por la que el pueblo se insurreccionó y derrocó a los gobiernos neoliberales de Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa. "No estamos comulgando con el MAS, sino tenemos que insistir a este gobierno que cumpla con la agenda de Octubre y los cambios estructurales que pide el pueblo boliviano".

La denominada e incumplida agenda de Octubre incluía la nacionalización sin pago de los ricos yacimientos de gas, petróleo y mineros, la expulsión de las transnacionales, la expropiación de los inmensos latifundios, el encarcelamiento de los gobiernos neoliberales genocidas y la mejora en las condiciones de vida y de trabajo de la empobrecida población boliviana.

El minero Mitma no descartó, por ello, que en el próximo Congreso Ordinario de la COB  se defina la formación de un partido obrero que represente los intereses históricos, económicos y sociales de los trabajadores, en consonancia con la agenda de Octubre y en abierta lucha contra la oligarquía y el fascismo. "Siempre hemos tenido en mente eso, de acuerdo a la tesis de Pulacayo, obreros y campesinos al poder, conformando un brazo operativo político (.) para que defienda los intereses del pueblo boliviano, y no como lo está haciendo Evo Morales".

EL TERROR FASCISTA

En esta batalla por el control de los sindicatos, el presidente Morales, el MAS y la dirigencia de la COB trataban en los últimos días de capitalizar en su favor la reciente desarticulación de un grupo internacional de terroristas fascistas que se organizaban para lograr por las armas la independencia de Santa Cruz, la región oriental del país que, en los hechos, había sido abandonada desde hace dos años en manos de la oligarquía y los 100 poderosos clanes familiares que son dueños de la tierra y los grandes negocios.

Ligados a las transnacionales, y bajo la batuta de la Embajada de Estados Unidos, la oligarquía criolla y los 100 clanes, que estaban arrinconados y temían perder todos sus privilegios por el empuje de las masas en el periodo 2003-2005, comenzaron a recuperar su fortaleza, gracias a la titubeante y conciliadora política de Morales. Hoy, ellos tienen el control de la región oriental y parte de los valles del sur, casi la mitad del país (Santa Cruz, Beni, Tarija y parte de Chuquisaca y Pando).

La política oficial de respeto a la propiedad privada, a los multimillonarios contratos petroleros, a los gigantescos latifundios y la garantía de la nueva Constitución para mantener todas las concesiones y privilegios de la oligarquía han dado nuevo aire y vigor a la racista oligarquía y a los 100 poderosos clanes, que son la fuente de la que emana el fascismo y el terrorismo ultraderechista.

Por ello, los sindicatos radicales que cuestionan a Morales y a la dirigencia de la COB, creen que la única forma de acabar con el fascismo es liquidando el poder de la oligarquía, arrebatándoles el control real sobre la tierra, las minas y los recursos naturales.

En cambio, los sindicalistas leales a Morales usan el terror fascista para acallar toda crítica de los sindicatos contra el gobierno, para unir a todas las fuerzas sociales y laborales en defensa del Presidente y para consolidar el control sobre la COB. 

TRAS LOS CARGOS Y PREBENDAS

"Todos los gobiernos de turno siempre pretendieron controlar a la Central Obrera, pero ahora se está dando la variante de que los dirigentes lo hacen en forma más descarada y usan al movimiento obrero y popular para llegar a algunos cargos y luego actuar en contra de ellos. Es el caso del ministro de Trabajo, Calixto Chipana, quien en forma totalmente radical participaba de los ampliados y ahora se lo ve como Ministro; se olvidó de lo que significa la reivindicación de su sector", dice José Luis Alvarez, uno de los dirigentes de los maestros.

Al comenzar el año, los sindicatos fabriles liderados por Chipana se apostaron frente al Ministerio de Trabajo exigiendo la renuncia del entonces ministro Wálter Delgadillo, y arrojaron tomates y huevos al edificio. El 9 de febrero el dirigente Chipana pasó a formar parte del gabinete de Evo Morales.

Algo similar acontece con la Central Obrera de El Alto que está en manos de Edgar Patana, que pasó de "independiente" a "ficha del MAS". A principios de año, esta dirigencia se autoprorrogó en su mandato sindical, que por estatutos ya había concluido, y dijo que se quedarían en los cargos hasta diciembre para asegurar la victoria electoral de Morales.

En el caso de los campesinos, la situación no es mejor al interior de la COB. "El castigo para los que no están con la consigna del Gobierno es la expulsión, nosotros teníamos a un representante, Felipe Machaca (que se desempeñaba como secretario general de la COB, el segundo cargo de importancia después del ejecutivo Pedro Montes, NdR), pero lo expulsaron. Lo mismo sucedió con Rufo Calle que fue sacado a la fuerza de la sede", dice el "mallku" Felipe Quispe, que fue junto al minero Solares uno de los principales actores del derrocamiento del genocida ex presidente Sánchez de Lozada en el 2003.

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