España/ huelga general: una crónica de barrio [Antonio Crespo Massieu]

[Ernesto Herrera]

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boletín solidario de información
Correspondencia de Prensa
15 de noviembre 2012
Colectivo Militante - Agenda Radical
Montevideo - Uruguay
redacción y suscripciones: germain5 en chasque.net

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España


Huelga general

14N: una crónica de barrio



Antonio Crespo Massieu 
Viento Sur
http://www.vientosur.info/


El barrio de Chamberí es uno de los más conservadores de Madrid. La anterior Huelga General apenas se notó en el comercio; el día 14 todo parecía que iba a ser igual: habían cerrado unos pocos locales más, en algún caso con un papel expresando su apoyo a la huelga... pero el mismo aire de casi normalidad. Apenas en el recuerdo las primeras Huelgas Generales: cuando cerraron todos los comercios, cafeterías, bares y las calles vacías fueron como un inesperado día de domingo, como un festivo arrancado a la lógica de la producción y el consumo, como un inesperado regalo en que la ciudad pertenecía a los ciudadanos. Esta vez tampoco sería así; como si la Huelga no llegara y el ruido de los piquetes del centro perteneciera casi a otra ciudad. Pero esta vez, de una forma distinta, no desde el silencio de la ciudad paralizada, sino desde la voz y la acción, la Huelga General llegó a Chamberí.

A las 12 de la mañana entre 300 y 500 personas se juntaban frente al Colegio Público Rufino Sánchez en José Abascal convocadas por la Plataforma por la Escuela Pública de Chamberí. La convocatoria decía: "Rodea el cole", "rodea tu centro". Y primero se rodeó el colegio, una cadena humana de niños, niñas, profesoras, vecinos y vecinas del barrio, gente de la asamblea del 15 M de Chamberí, madres, padres... dando la vuelta a la manzana. Y luego... Este grupo de camisetas y bufandas verdes, de niños en su cochecito, de padres y madres jóvenes, algunos abuelos, activistas del 15 M, chavales desgañitándose, gente de las asociaciones del barrio, cortó el tráfico en la calle Cea-Bermúdez ("este corte es por los recortes").

Y más tarde se puso en marcha. Y así este piquete de niños, niñas, tercos maestros, vecinas, esta explosión de júbilo popular, este grito unánime, esta defensa de la dignidad, esta afirmación de la ciudadanía empezó a caminar. Y cortó la calle en Bravo Murillo ("Educación Pública, nada, nada para la privada") y allí se quedó un buen rato pues sabían (y los niños y niñas lo aprendían en ese momento) que las calle, las calles, la ciudad, les pertenecía. La calle es nuestra, de todos y de todas. Y hacerla nuestra es ocuparla y llenarla de voces. Entre aplausos llegó un pequeño grupo de un piquete de ciclistas que se dirigía al centro y se sumó a la fiesta. Por Bravo Murillo, ocupando toda la calle, ya con dos coche de la Policía Municipal cerrando la marcha, este piquete popular, improvisado, tan escolar, tan pedagógico (enseñando, mostrando el futuro) llegó hasta el colegio Público San Cristóbal y frente a los niños que estaban jugando en la plaza que es casi patio de recreo del colegio se gritaba: "Con la escuela no se juega".

De allí a la glorieta de Quevedo ("Wert dimisión", "Gobierno dimisión") y pasando delante de El Corte Inglés ("Huelga, huelga General") hasta el colegio Público Fernando el Católico por la calle Vallehermoso. Tiempo hubo para gritar delante de dos sucursales de Bankia: "Menos corrupción, más educación". El siguiente corte es en Cea-Bermúdez esquina Vallehermoso para seguir hasta la puerta del Colegió Público Claudio Moyano. Allí un pequeño grupo de chicos y chicas estaban en el patio de su colegio; empezaron a golpear la puerta de hierro y a gritar consignas: las que escuchaban y alguna otra por ellos inventada como un "Injusticia, manifestación" con el que expresaban las ganas que tenían de que les hubieran dejado sumarse a nuestra marcha. Y ya por Islas Filipinas hasta el Colegio Público Asunción Rincón donde a las 2 de la tarde (ya muy mermado el número de manifestantes) se disolvió este piquete que durante casi dos horas había cortado el tráfico de algunas de las principales calles de Madrid y se había acercado a los principales Colegios Públicos del barrio. Este piquete de antisistemas... ya se sabe: niños, niñas, algunos bebés, algún perro, maestras y maestros, algunos sindicalistas, vecinos y vecinas, personas del barrio que se fueron sumando... Un piquete popular, ciudadano, casi improvisado, alegre, festivo, lleno de júbilo. Un tiempo suspendido, hecho fiesta, fraternidad, en el que reconocernos. Una pequeña, humilde, barrial manifestación en la que adivinar otro futuro posible y alimentar la esperanza. La misma que estalló en la multitudinaria manifestación de aquella tarde en Madrid.

Pero esa es otra historia. Lo de ahora, lo que quería contaros, es esta pequeña historia que sucedió en mi barrio. Porque también es importante. Y porque la hicimos posible este 14 de Noviembre. 
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