Líbano/ Hizbolá, en el punto de mira [Laura Varo]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Feb 15 14:11:53 UYST 2013


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15 de febrero 2013
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Líbano

Hizbolá, en el punto de mira 

Líbano encara un colapso político ante el debate en la Unión Europea sobre etiquetar al partido Hizbolá como organización terrorista internacional. El conflicto sirio amenaza desbordarse hacia la región.
 

Laura J Varo, desde Beirut 
Brecha, Montevideo, 15-2-2013
http://www.brecha.com.uy/


El gobierno libanés se enfrenta esta semana a una prueba de fuego. La Unión Europea discutirá a partir del lunes la inclusión del partido-milicia Hizbolá en su lista negra de organizaciones terroristas, después de que el gobierno de Bulgaria acusase a su brazo armado de haber perpetrado el atentado que el pasado 18 de julio mató a siete personas, entre ellos cinco turistas israelíes, en el aeropuerto de la localidad costera de Burgas.

Con 13 escaños en el parlamento libanés (un 10 por ciento de los 128 asientos), Hizbolá controla un Ejecutivo diseñado a su medida que cuenta con el respaldo de la comunidad internacional. Ahí radica el nudo de la cuestión. Pese a la insistencia de Israel y Estados Unidos, que consideran a la milicia como agrupación terrorista (además de otros estados, como Canadá, Reino Unido y Holanda), la Unión Europea había logrado esquivar hasta ahora las peticiones de Washington y Tel Aviv para vetar a Hizbolá, aliado de Irán y del régimen sirio de Bachar el Assad.

El anuncio del gobierno búlgaro no podía llegar en peor momento. "Líbano no puede soportar en estas circunstancias que un partido clave del Ejecutivo sea incluido en la lista terrorista de la Unión Europea", expresaba el primer ministro libanés, Najib Mikati, en un comunicado poco después de conocer el resultado de la investigación.

Pese a que las pesquisas aún no han terminado, Israel ha visto confirmadas las acusaciones lanzadas por el primer ministro Biniamin Netaniahu en julio. "Esto es un atentado del terrorismo iraní que se está extendiendo por todo el mundo", proclamaba en su momento, apuntando no sólo a Teherán sino también a su brazo armado en Líbano.

Trasfondo sirio

No es el primer envite del Estado judío. Israel ya advirtió a principios de este año sobre los riesgos de que las armas químicas y misiles antiaéreos rusos custodiados por el régimen sirio llegasen a manos de la milicia chiita, cuyo Leitmotiv es la "resistencia" contra el vecino del sur.

El debilitamiento de Al Assad conforme se enquista un conflicto que dura ya casi dos años y lleva más de 60 mil muertos ha convulsionado la región y ha puesto a prueba la paciencia del Ejecutivo israelí tras las elecciones de enero. Menos de una semana antes de que se destapase la implicación de Hizbolá en el atentado de Burgas, Israel bombardeó un depósito militar cercano a Damasco.

El ataque tuvo lugar a unos 40 quilómetros de la frontera con Líbano, en un punto cercano a la zona ocupada de los Altos del Golán, lo que hizo circular informaciones sobre la posibilidad de una agresión en suelo libanés. Fuentes diplomáticas occidentales e israelíes apuntan a que el objetivo era un convoy cargado de armamento con destino a Hermel, en Líbano.

El rumor ilustra la creciente crispación en una frontera que hace agua. El enésimo capítulo de la crisis de inestabilidad en la que se ha sumido el Estado levantino estalló la semana pasada. Dos soldados libaneses murieron en una emboscada en la localidad fronteriza de Arsal cuando perseguían a un vecino sospechoso de terrorismo, según ha informado el Ejército. 

El suceso puso patas arriba el país, pese a que no se trata del primer incidente de este tipo. Arsal, de mayoría sunita, constituye el único punto seguro para los rebeldes en la frontera este libanesa, ante la que se extiende el Valle de la Bekaa, feudo de Hizbolá, alineado con el régimen alawí (una secta del islam chiita). Entre los más de 20 mil refugiados sirios en la localidad se cuentan militares desertores y combatientes rebeldes que utilizan la zona para cruzar a Damasco y Homs. 

Es el caso de Hamed, de 25 años. Su última incursión en territorio libanés el pasado diciembre fue para ver a su mujer embarazada. Hasta que estalló la guerra, ambos gestionaban su propia granja en las afueras de Al Qusayr. "Cuando arrancó el Ejército Libre Sirio, él empezó a luchar con ellos", admite Sanaa, que lleva siete meses desplazada en la localidad libanesa, junto a su hijo de 2 años y su bebé de nueve meses.

La desintegración del ecléctico Ejército Libre Sirio y el protagonismo de grupos radicales entre sus brigadas, como Jabat al Nusra, fiel a la doctrina de Al Qaeda, hacen temer que aumenten los focos de inestabilidad en la imprecisa línea que separa a Siria de Líbano. Es lo que ocurrió en Trípoli, la segunda ciudad del país, donde más de una treintena de personas murieron en enfrentamientos sectarios.

Un "vacío de poder", como temen Francia o Alemania, puede provocar un irreversible enfrentamiento entre sunitas, alineados con los rebeldes, y chiitas, simpatizantes de Hizbolá y el régimen de Al Assad. Según Paul Salem, director del Instituto Carnegie en Oriente Medio, "aunque el país parece haber mantenido una básica estabilidad en el corto plazo, el riesgo a largo plazo existe".

Ambas potencias europeas son el último escollo al que se enfrentan Israel y Estados Unidos. Tanto París como Berlín se resisten a etiquetar a Hizbolá como organización terrorista, lo que permitiría controlar los movimientos de sus miembros a nivel internacional, vetar su entrada en los países de la Unión y cortar las vías de financiación desde Europa. "Lo que intentamos es que Hizbolá figure en la lista internacional de organizaciones terroristas", apuntaba el viceministro de Exteriores israelí en una rueda de prensa tras el anuncio del gobierno búlgaro.

Más allá de su consideración como amenaza internacional, Hizbolá es una formación política cuya base es la golpeada comunidad chiita (30 por ciento de la población, aproximadamente). Surgido en 1982 como una extensión de la república islámica instalada en Irán por Jomeini, la milicia construyó un mito tras la retirada del ejército israelí del sur libanés en 1984. Desde entonces no ha dejado de constituir un peligro para la integridad de Israel. 

"Hizbolá lo controla todo", explica Hasan Jouma. El joven médico chiita vive en Dahiyeh, los suburbios del sur de Beirut controlados por el partido-milicia. Su familia es de Hermel, en la Bekaa, donde falleció su primo en el verano de 2006, durante la "miniguerra" entre Hizbolá e Israel. "No era militante de Hizbolá, no estaba luchando -puntualiza-, mi primo es un mártir." Su lealtad es incondicional. "Si alguien entra en tu casa y te ataca, ¿no tienes el derecho a resistir?", se justifica.

Para el analista, arquitecto y bloguero satírico Karl Sharro, el triunfo de Hizbolá en Líbano es la perfecta construcción de una leyenda. "La mitología libanesa es muy contemporánea. Está tomada de la historia pero por razones explícitamente modernas, para cumplir con los requerimientos de la identidad política -comenta-. El caso más extremo es el de Hizbolá: algunos asumen que es algo intrínseco e histórico sobre los chiitas, lo que es completamente incierto. Hizbolá utiliza esta mitología y referencias históricas para crear un sentido de unidad e identidad."

Con Hizbolá en el centro, Líbano constituye un cruce de caminos en el eterno preámbulo de un enfrentamiento abierto entre Teherán y Tel Aviv. Las ambiciones nucleares de Irán han llevado a un recrudecimiento de la guerra fría con Israel. Junto a Siria, el pequeño Estado conforma la primera línea de batalla para el régimen de los ayatolás. 

"La tesis de que Hizbolá tiene un brazo militar y un brazo político que operan independientemente uno de otro se cae", ha insistido esta semana ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el representante israelí Ron Prosor. A cinco meses de unas elecciones parlamentarias que con toda seguridad se retrasarán hasta setiembre, y una guerra civil a las puertas, Líbano corre el riesgo de colapsar a expensas de la decisión europea, que supondría en buena medida la retirada del apoyo a un gobierno diseñado a su gusto por el partido-milicia 
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