Grecia/ Pavlos Fyssas, los entresijos de un asesinato político [Maria Malagardis]

Vie Nov 1 13:33:06 UYST 2013

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1º de noviembre 2013
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Grecia

Pavlos Fyssas, los entresijos de un asesinato político (Primera Parte)

En la noche del 17 al 18 de septiembre, el rapero griego fue asesinado por un militante de Amanecer Dorado. Este asesinato marcó la caída del partido neonazi, cuyas connivencias implícitas con el poder y cuyos vínculos con los poderosos armadores se están descubriendo ahora.

Maria Malagardis
Libération
Presseurop, 1-11-2013
http://www.presseurop.eu/es/

En el aparador del salón, las fotos forman un pequeño altar en memoria del hijo perdido: Pavlos en la boda de su hermana, Pavlos en concierto o Pavlos en la adolescencia. Era un chico guapo, con unos inmensos ojos negros y una bonita sonrisa. "Sobre todo tenía un gran corazón. Todo el mundo se encariñaba rápidamente con él", susurra Magda, su madre, hipnotizada por las imágenes de los días felices. Detrás, Panagiotis, el padre de Pavlos, no reacciona, encerrado en su dolor.

Las dos puñaladas que recibió en todo el corazón hicieron de su hijo un símbolo: el de la desviación criminal del partido de extrema derecha Amanecer Dorado, que accedió por primera vez al Parlamento griego en 2012. Pavlos Fyssas, rapero de 34 años, sin duda habría preferido deber su fama a sus canciones. Ocupó las portadas de los diarios griegos como un mártir, apuñalado la noche del 17 al 18 de septiembre a manos de militantes de Amanecer Dorado, una formación que desde entonces se califica abiertamente como neonazi. La muerte del joven, una tarde de partido de fútbol en un barrio popular, en pocos días desencadenó un seísmo político y se convirtió en asunto de Estado. Por primera vez desde el restablecimiento de la democracia en 1974, la cúpula de un partido representado en el Parlamento se enfrentaba a las acciones penales más graves.

Tras el crimen, muchos destacaron la importancia de esa "muerte de más" que logró que la opinión pública y las autoridades reaccionaran. Porque Pavlos Fyssas era griego, al contrario que las anteriores víctimas de Amanecer Dorado, casi exclusivamente inmigrantes. Pero esto no responde a la cuestión fundamental: ¿cómo es que Amanecer Dorado, ese partido que se enorgullece de ser nacionalista, reservado a "los griegos de pura cepa", pudo dar ese paso de más y asesinar a un joven griego en plena calle? ¿Quién guió realmente la mano del asesino, un camionero de 45 años, padre de dos hijos, con un aspecto más que banal y que en principio tenía todas las de perder al implicarse en un crimen?

Una noche con partido del Olympiakos

En realidad, faltó poco para que nadie se llegara a interesar por la muerte de Pavlos y que el asesinato se quedara en un asunto local, rápidamente archivado. La noche del crimen es cuando todo cambió. Gracias al reflejo inesperado de una policía. El 17 de septiembre, Pavlos quedó con su novia, Chryssa, y algunos amigos para ir a ver el partido entre el Olympiakos y el Paris-Saint-Germain. Como todos los jóvenes de la región del Pireo, Pavlos era seguidor del Olympiakos, dispuesto a gritar ante la mínima sospecha de un penalti no pitado. "Llegaron justo antes de empezar el partido. Lo recuerdo perfectamente, porque conozco a Pavlos de vista, aunque no sabía que era rapero. Para mí era como cualquier otro joven del barrio", comenta el jefe del Coralie Café, un bar de Keratsini cuya terraza cubierta dispone de una gran pantalla plana.

"Durante el encuentro, no se produjo nada especial: Pavlos y su grupo de amigos bebieron cervezas, el ambiente estaba bastante animado, como siempre que juega el Olympiakos. Pero sin ningún lío". Afirma que no advirtió la presencia de los dos o tres tipos (las versiones cambian) que, según ciertos testigos, se habrían enviado unos SMS observando a Pavlos durante el partido. "Fue al final de la noche, cuando todo el mundo salía del bar, cuando también me di cuenta de ese grupo, surgido de la nada, en la acera de enfrente", prosigue.

Una veintena de hombres con los ánimos ya encendidos empiezan a interpelar al rapero y a sus amigos, que aún se encuentran en la calle. Rápidamente aumenta el tono. Tres hombres se separan del grupo y se acercan a Pavlos, le dan un empujón. Chryssa, su novia, que se queda detrás, ve todo y se alarma. Intenta alertar a un grupo de policías que, curiosamente, observan pasivamente la escena a distancia. Pero es en vano. Les vuelve a suplicar, cuando de repente llega un coche y se detiene delante de la aglomeración. De él sale un hombre, coge a Pavlos como si quisiera abrazarle y le planta dos puñaladas en pleno corazón. Antes de desvanecerse, el joven tiene tiempo de mostrar quién es el asesino a los policías, que finalmente se han acercado. En ese momento es cuando, rompiendo con la inercia de sus colegas, una policía saca de repente su arma, apuntando al asesino. Éste parecía tan seguro de su impunidad que permanecía aún en el coche, tras haber arrojado el cuchillo en la calle. "Sin la valentía de esa policía que detuvo al asesino, aún estaríamos especulando sobre las causas de un asesinato jamás reivindicado. Y algunos seguirían afirmando que se trató de una pelea de después de un partido que acabó mal", destaca el famoso periodista Pavlos Tsimas de Mega TV, la principal cadena privada.

Amanecer Dorado, un aliado político cómodo

En un primer momento fue también la versión que se impuso: una pelea entre jóvenes de barrio relacionada con el fútbol. Pero la justicia descubre rápidamente que Yorgos Rupakias, el asesino detenido, es miembro de Amanecer Dorado. Y el análisis de su teléfono móvil revela que llamó a varios responsables del partido, justo antes y justo después del crimen. Afiliado solo desde hacía un año, le pagó el partido y aparecía en varias fotos tomadas en las manifestaciones organizadas por los neonazis, a pesar de las negaciones iniciales de los jefes de Amanecer Dorado, que al principio afirmaron no conocerle. A estos últimos también les detuvieron rápidamente. Gracias a los informes de los servicios secretos griegos, que les habían espiado desde hacía tiempo.

Podemos felicitarnos por ello. Pero algunos comentaristas han expresado sus dudas: si la policía tenía razones suficientes para encarcelarles desde hacía tiempo ¿entonces por qué no actuó antes? "Amanecer Dorado ha ocupado desde hace tiempo una función muy cómoda. El partido se hizo famoso declarándose "antisistema", opuesto a la clase política tradicional que todo el país odia. Pero es solo cuestión de apariencias. En el Parlamento, Amanecer Dorado ha votado siempre como el Gobierno: a favor de los despidos, de las privatizaciones o de las bajadas salariales. Y lo mismo sucedía con las agresiones contra los extranjeros: también permitían justificar o minimizar el impacto de las políticas contra la inmigración. Por la noche, Amanecer Dorado organizaba pogromos; durante el día, el Gobierno fomentaba las redadas y las encarcelaciones de inmigrantes en campos donde las condiciones de vida son inhumanas", explica en su oficina del centro de Atenas Dimitri Zotas, abogado de varios inmigrantes víctimas del partido neonazi. "El problema es que Amanecer Dorado al final ha escapado a sus demiurgos. Enaltecidos por su ascenso de popularidad, de cerca del 15% la víspera del asesinato de Pavlos, jamás preocupados por sus agresiones contra los inmigrantes, los neonazis se han sentido invulnerables. Han creído que podían ir aún más lejos, quizás demasiado lejos". 
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Pavlos Fyssas, los entresijos de un asesinato político (segunda parte)

¿Por qué motivo se volvió Pavlos Fyssas un mártir exactamente? Las letras de sus canciones quizás resulten intrigantes. Sin duda hablan de intolerancia y de fuerzas oscurantistas. Pero no se menciona directamente a Amanecer Dorado. "Por cada dos canciones que se refirieran vagamente a los peligros del fascismo, Pavlos componía cuatro sobre las chicas o la crisis", confirma su amigo de la infancia Petros Poundivis.

Este gigante, que parece un "M. A. Barracus" griego, también es rapero, miembro del grupo PsyClinic TactiX. Pero ante todo es un obrero. Como lo fue Pavlos Fyssas. Antes de emprender su carrera artística, los dos jóvenes se rompieron la espalda como sus padres en los astilleros de Perama, la gran zona portuaria industrial de Atenas, a la que precisamente se la conoce como "la Zona". Un gran perímetro cerrado donde los almacenes con muros llenos de pintadas bordean los muelles frente a algunos cargueros oxidados. "Pavlos lo dejó al cabo de cinco años. Es un trabajo duro, con accidentes frecuentes. Pero siempre se consideró como un hijo de la clase obrera. Se negaba a pertenecer a un partido, pero su nombre sigue figurando en la lista de los miembros del Sindicato de la Metalurgia. Aquí era muy conocido, siempre llevaba la voz cantante, siempre dispuesto a hablar para defender a las víctimas de la crisis en el barrio y por ello le asesinaron", concluye Petros.

Vínculos con los armadores

Muy afectada por la crisis, la Zona sigue siendo el último bastión rojo en una región en la que los neonazis ganan terreno cada día. Perama, Nikaia, Keratsini: los barrios de la región del Pireo han quedado devastados tras seis años de cura de austeridad. "El desmantelamiento de los servicios públicos, los despidos masivos han llevado a la gente a una fase de supervivencia. Un cuarto de los hogares de Perama ya no tienen electricidad, porque no cuentan con los medios para pagarla. Entonces es lógico que algunos se muestren receptivos ante las llamadas de un partido que grita "todos son unos corruptos", que señala a los inmigrantes como responsables y distribuye conservas y pastas.", comenta suspirando Petros. Por lo tanto, queda la Zona, considerada desde siempre un dominio del PAME, el sindicato cercano al partido comunista KKE, que sigue resistiendo a las presiones patronales. Tres días antes del asesinato del rapero, se produjo un incidente con un gran impacto: la noche del 14 de septiembre, unos militantes comunistas de la Zona se encontraban en la conocida avenida de la Democracia. Pegaban carteles para anunciar un festival, cuando les atacaron de repente unos cincuenta miembros de Amanecer Dorado. "Fue impresionante. Llegaron formando columnas, de todas las calles adyacentes, armados con porras y estacas. También había dos policías en moto, un poco apartados. Ni se movieron cuando cayeron sobre nosotros las porras y las piedras", explica Sotiris Pulikogiannis, un cuarentón enérgico que dirige el Sindicato de la Metalurgia en la Zona. El resultado fue de nueve sindicalistas heridos, algunos de ellos graves.

"Era la primera vez que se atrevieron a atacarnos tan abiertamente. Pero sabíamos que algo se cocía. En agosto, en pleno periodo de latencia, uno de los responsables locales se arriesgó a venir hasta aquí, a la Zona. Celebró una reunión en la que prometió destruirnos y cazarnos aquí", cuenta el también sindicalista Thanassis Panagiotopulos. El hombre que lanzaba esas amenazas en agosto, Yannis Lagos, diputado de Amanecer Dorado, hoy se encuentra en prisión. Forma parte de los que se comunicaron varias veces por teléfono con el asesino de Pavlos Fyssas, justo antes y después del crimen. "Todo formaba parte de una estrategia: para acabar con la resistencia a las medidas de austeridad, para eliminar a los que se rebelan, hay que infundir miedo. Aquí todo el mundo conocía los vínculos de Amanecer Dorado con los armadores y los grandes industriales. La prensa reveló sus reuniones más o menos secretas. En el Parlamento, los diputados fascistas siguen votando a favor de los armadores y sobre el terreno, son su brazo armado", afirma Thanassis.

"El monstruo acabó saliendo de su guarida"

¿Unas afirmaciones excesivas? A mediados de octubre, una redada en el domicilio de un armador huido permitió descubrir un auténtico museo en miniatura a la gloria del nazismo en una sala secreta. Las investigaciones sobre la financiación de Amanecer Dorado, iniciadas tras la muerte de Pavlos Fyssas, también habrían confirmado la implicación de al menos dos armadores más, patrocinadores habituales de los neonazis.

"Al final el monstruo acabó saliendo de su guarida", suspira Dimitri Kousouris. Este historiador de 35 años, especialista en la Grecia contemporánea, está más que capacitado para analizar las raíces del mal. Su tesis, que se publicará en breve en Francia, se centra en los colaboradores griegos durante la Segunda Guerra Mundial. Un periodo de la historia aún mal digerida en Grecia donde, justo después de la ocupación alemana, se borraron los horrores del nazismo por la violenta guerra civil entre comunistas y conservadores. Muchos demonios han permanecido ocultos en la sombra gracias a esta memoria ambigua.

Pero para el joven historiador, la muerte de Pavlos Fyssas ha despertado recuerdos más personales: hace quince años, una noche de junio, también estuvo a punto de morir por los golpes de los esbirros de Amanecer Dorado. También se encontraba en un café, también era un símbolo, un joven sindicalista del movimiento estudiantil, entonces muy movilizado contra una reforma educativa. Molido a palos ese 18 de junio de 1998, se debatió varios días entre la vida y la muerte. Como en el caso de Pavlos Fyssas, la policía primero sostuvo que se trataba de una pelea entre jóvenes relacionada con el fútbol. Sólo juzgaron al jefe de sus agresores, un joven líder que entonces pretendía ser la estrella en ascenso dentro de Amanecer Dorado: tras siete años de huida, el que se hiciera llamar "Periandro" en referencia al tirano de Corintio en la Antigüedad, se entregó él mismo a la policía. El proceso judicial se desarrolló con gran tensión y estuvo marcado por las amenazas y las provocaciones de los militantes de Amanecer Dorado. Periandro, condenado a veintiún años de prisión, sólo cumplió cuatro de la condena y fue liberado en 2009.

"La diferencia es que en 1998, Amanecer Dorado aún era un pequeño grupo marginal. Hoy se ha convertido en un movimiento en pleno ascenso", señala el historiador. "Pero no es nada sorprendente: en este periodo de crisis extrema, se intensifican la xenofobia, la intolerancia, la violencia, que se han diluido dentro de la sociedad. La gente olvida el pasado y ni siquiera puede imaginar el futuro. Lo único que importa es sobrevivir en el presente".

Pavlos Fyssas tenía un nombre artístico: Killah P., equivalente a kill the past ("mata el pasado"). Pero nadie puede matar al pasado, pues siempre resurge en el peor momento. "Ha llegado la hora de tener miedo", predijo el líder de Amanecer Dorado Nikos Michaloliakos, la noche de las elecciones de junio de 2012. Esa noche, un nostálgico de la dictadura de los Coroneles y admirador de Hitler, acababa de entrar en el Parlamento.
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