EEUU/ niños de la frontera: "no hablan inglés, pero entienden el odio" (Amy Goodman)

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Jul 19 00:24:21 UYT 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 19 de julio 2014

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A l’encontre – La Brèche

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Estados Unidos

 

Niños de la frontera: “No hablan inglés, pero entienden el odio”

 

Muchos niños continúan huyendo de la violencia en sus países de origen en
Centroamérica, en busca de seguridad y teniendo que enfrentar grandes
riesgos en tierras lejanas. En Estados Unidos, el problema suele
caracterizarse como una “crisis fronteriza”, pero no se trata de eso.
Estamos asistiendo al fracaso de la globalización económica y de la política
exterior de Estados Unidos, exacerbado por políticas de inmigración
inadecuadas e ineficaces.

 

 

Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan

Democracy New

http://www.democracynow.org/

 

 

El periodista ganador del premio Pulitzer José Antonio Vargas le puso un
rostro público a la crisis de la inmigración que atraviesa Estados Unidos,
tras haber sido detenido esta semana por la policía fronteriza en McAllen,
Texas. Varias horas más tarde y después de protestas a nivel nacional,
Vargas fue liberado. Dio a conocer por primera vez su situación de
inmigrante indocumentado hace tres años en un artículo publicado en la
revista New York Times y, desde entonces, su principal tarea ha sido luchar
por una reforma de la política de inmigración estadounidense. Vargas había
viajado a Texas para apoyar a miles de niños inmigrantes indocumentados que
actualmente están detenidos allí por el Departamento de Seguridad Nacional
de Estados Unidos.

 

Muchos niños continúan huyendo de la violencia en sus países de origen en
Centroamérica, en busca de seguridad y teniendo que enfrentar grandes
riesgos en tierras lejanas. En Estados Unidos, el problema suele
caracterizarse como una “crisis fronteriza”, pero no se trata de eso.
Estamos asistiendo al fracaso de la globalización económica y de la política
exterior de Estados Unidos, exacerbado por políticas de inmigración
inadecuadas e ineficaces a nivel nacional. Las víctimas más recientes de
esta situación son los niños que llegan a través de la frontera en busca de
seguridad, pero, sin embargo, son cruelmente encerrados en grandes galpones
y trasladados en buses a otros centros de detención. En el trayecto, deben
soportar las amenazas de hordas extremistas que se oponen a la inmigración,
para luego ser deportados a sus países de origen, donde corren riesgo de
vida.

 

Decenas de miles de niños cruzan la frontera desde México hacia Estados
Unidos, sin la compañía de adultos, tras recorrer miles de kilómetros en
condiciones muy peligrosas, a menudo viajando en los techos de los trenes de
carga que son controlados por bandas criminales. Los trenes son conocidos
como “La Bestia”. Los niños que se suben a ellos deben pagar tarifas muy
elevadas y a muchos de ellos los golpean, los roban, los violan e incluso
los matan en el trayecto hacia el norte. Algunos tienen la esperanza de
reencontrarse con sus padres en Estados Unidos, otros son enviados al
extranjero por sus propios padres para evitar que sus hijos sufran la
violencia endémica de sus ciudades natales: lugares como San Pedro Sula, el
centro económico de Honduras, que actualmente es considerada la ciudad donde
se registran más asesinatos en el mundo.

 

El flujo de niños ha superado la capacidad del Gobierno de Estados Unidos de
hospedarlos y alimentarlos, y especialmente de brindarles el nivel de
atención que es adecuada para los niños refugiados. En respuesta a esto, el
Gobierno ha trasladado a los niños a diferentes lugares en el suroeste del
país.

 

Esta situación significó una oportunidad para los grupos xenófobos y
racistas de lograr la atención de los medios por haberse enfrentado a los
buses que trasladaban a los niños. En la ciudad de Murrieta, en California,
un pequeño grupo de personas estaba protestando contra el traslado de un
grupo inmigrantes a esa ciudad. Enrique Morones, director de la organización
sin fines de lucro Border Angels (Ángeles de la frontera), se enteró de lo
que estaba sucediendo y se dirigió de inmediato al norte para verlo con sus
propios ojos. Morones dijo en el programa “Democracy Now!”: “Fue una escena
horrible ver a los niños en el bus y a sus madres llorando. No hablan
inglés, pero entienden el odio”.

 

Enrique Morones comparó la escena con lo sucedido en Selma, Alabama, 50 años
atrás, cuando la policía bloqueó el paso de la Marcha por el Derecho al Voto
y luego desató una feroz represión llena de odio: “Quiero dejar bien claro
que fue la policía de Murrieta, y no los manifestantes, la que obligó a los
tres buses a regresar. Mientras los buses se acercaban, la policía de
Murrieta se interpuso y les impidió el paso, algo que no tiene ningún
sentido debido a que podrían haber continuado su trayecto hasta la oficina
de la policía fronteriza. Así que le pregunté a un oficial ‘¿Por qué
detienen a los buses aquí?’ Y, a continuación, un manifestante se acercó y
otros lo siguieron y de los cincuenta manifestantes que estaban allí,
alrededor de la mitad se pararon delante del bus, al igual que unos
veinticinco o treinta trabajadores de los medios, y comenzaron a golpear el
bus. Los manifestantes golpeaban el bus con la bandera de Estados Unidos,
mientras gritaban insultos raciales”. Fue la intervención policial lo que
dio a pie a los manifestantes.

 

Todas las partes involucradas deberían prestar atención al mensaje
pronunciado esta semana por el Papa Francisco sobre, en sus propias
palabras, las “decenas de miles de niños que emigran solos, sin ser
acompañados, para huir de la pobreza y de la violencia”: “Es una emergencia
humanitaria que requiere, como primera medida urgente, que los niños sean
bien recibidos y protegidos”. El Papa abordó otro asunto fundamental en su
mensaje: “Sin embargo, estas medidas no serán suficientes a menos que estén
acompañadas de políticas que informen a las personas sobre los peligros del
viaje y, sobre todo, que fomenten el desarrollo en sus países de origen”,
afirmó.

 

Estados Unidos tiene una larga y sanguinaria historia de desestabilizar
gobiernos democráticos en los mismos países que ahora son la fuente de esta
última oleada inmigratoria, especialmente Honduras, Guatemala y El Salvador.
En las décadas de 1980 y 1990, los regímenes militares y paramilitares, que
contaban con el apoyo de Estados Unidos, mataron a cientos de miles de
ciudadanos en esos países. Los cárteles de drogas de la actualidad son los
herederos de esa cultura de violencia. En Honduras, Estados Unidos apoyó el
golpe de Estado de 2009 contra el presidente electo democráticamente Manuel
Zelaya. Después de su derrocamiento, dos regímenes sucesivos apoyados por
Estados Unidos han contribuido a lo que la catedrática de la Universidad de
California Dana Frank denominó “la intensificación de la violencia y la
anarquía”. Dana Frank afirmó: “El golpe en sí mismo fue un acto criminal y
realmente dio paso a la corrupción generalizada de la policía y en todos los
niveles del Gobierno. Y eso significa que básicamente es posible matar a
quien sea, sin recibir un castigo por ello”.

 

José Antonio Vargas, que llegó a Estados Unidos como un niño indocumentado
hace más de 20 años, resumió la situación desde Texas: “Cuando tienes nueve,
diez u once años no sabes lo que significa que te llamen ‘ilegal’. No
entiendes cómo el enfrentamiento político que está ocurriendo afecta tu
vida, pero esto es exactamente lo que ha venido sucediendo. El modo en que
muchos medios de noticias y el modo en que muchos opinólogos y el modo en
que muchos políticos, en particular los republicanos, hablan sobre esta
crisis humanitaria es una afrenta a Estados Unidos y a los estadounidenses.
Hace algunos días, el titular de una noticia de CBSnews.com decía: ‘¿El
aumento de los niños inmigrantes ilegales es una amenaza a la seguridad
nacional?’ Ese era el titular. Estos niños no son ilegales, son seres
humanos. Y no son una amenaza para la seguridad nacional. La única amenaza
que representan estos niños es la amenaza de poner a prueba nuestra propia
conciencia”.

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