Colombia/ Santos, el gran encantador de serpientes [José Antonio Gutiérrez]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Jul 24 00:16:17 UYT 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 24 de julio 2014

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A l’encontre – La Breche

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Colombia

Santos, el gran encantador de serpientes

José Antonio Gutiérrez D. *

Rebelión

http://www.rebelion.org/

En el contexto post-electoral está ocurriendo un fenómeno político que hay
que apreciar de manera precisa. Se está redefiniendo, para el escenario
post-conflicto, el nuevo encuadramiento político bipartidista. Algo así como
una versión re-encauchada del Frente Nacional. Los signos de esta
metamorfosis abundan.

A comienzos de Julio, Santos convocó una conferencia sobre la “Tercera Vía y
la Paz”. Con este evento, Santos intentó reforzar la imagen de un presidente
de “centro-izquierda”, para encubrir el afán de lucro, lo único que motiva a
la Tercera Vía, ese aborto mutante de la social-democracia neoliberalizada
que terminó propiciando algunas de las aventuras imperialistas más
devastadoras del último tiempo [1] . Esa imagen es parte del nuevo
bipartidismo que se ha generado desde la segunda vuelta electoral, en la que
la izquierda fue fagocitada en el voto a Santos y la “oposición” pasó a ser
el uribismo. Oposición por lo demás espuria, puesto que salvo ciertos
énfasis, están de acuerdo en lo fundamental tanto en lo político como en lo
económico. Codeándose con la “izquierda” buena y racional del mundo (Felipe
González, Ricardo Lagos, Fernando Cardoso, Tony Blair y Bill Clinton),
Santos intenta mostrarse como un hombre reformista pero realista, un
estadista respetado internacionalmente, capaz de conducir a Colombia por el
camino de la paz y de la “prosperidad para todos”. De paso, Clinton y Blair
aprovecharon de apoyar la paz en los términos de Santos –paz minimalista,
exprés, con injusticia social- y respaldaron al mandatario colombiano en su
negativa al cese al fuego con las insurgencias durante el período de
negociaciones como una manera de acelerar la firma de un acuerdo lo más
estrecho y limitado posible, que ojalá no toque en lo absoluto las causas
estructurales del conflicto y de la acumulación desmedida de capital [2] .
Los laboristas ingleses y los demócratas yanquis pueden firmar todas las
carticas que quieran llamando al cese al fuego, pero la voz que ronca, sus
jefes políticos, ya dejaron sentada su posición: no al cese al fuego. Esa es
la posición que define y se encargaron de decirla en Colombia para que no
queden dudas al respecto.

Dos semanas después viajó a Brasil para participar en la conferencia de los
BRICS (el bloque económico emergente, liderado por Brasil, Rusia, India,
China y Sudáfrica), donde recibió espaldarazos ni más ni menos que de
Vladimir Putin y posó para la foto junto a los países que hoy disputan la
hegemonía económica a Estados Unidos [3] , a la vez que sigue impulsando la
Alianza del Pacífico junto a los cachorros nostálgicos del Consenso de
Washington (Perú, México y Chile). El “presidente de la paz” tiene una gran
capacidad para aparecer como cualquier cosa dependiendo del auditorio. Ante
la izquierda, aparece con una rama de olivo en la mano. Ante los militares y
sus áulicos, aparece como el presidente que más duro ha confrontado a las
FARC-EP, con las cabezas sanguinolentas de Alfonso Cano y del Mono Jojoy en
sus manos. Ante la “comunidad internacional” y sus multinacionales, aparece
diciendo que en realidad con la paz nada va a cambiar, ofreciendo a
cualquier postor los recursos, la infraestructura, los servicios y la mano
de obra del país, mostrándose como el fiel continuador de la política de
“seguridad inversionista”. Casi que uno se siente tentado, ante semejante
camaleón, a decir que Santos trata de ser todo y que a la vez es nada. Pero
nada más lejos de la realidad. Santos es solamente una cosa y acá nadie
puede engañarse: es un firme defensor del status quo, un firme defensor de
los intereses de la clase a la que representa, la fracción lumpen-burguesa
intermediaria transnacionalizada de la oligarquía.

Esto no cambiará aunque le duela a algunos izquierdistas que creen que
Colombia es una excepción a la regla universal de la lucha de clases. Que
bajo el manto de la paz caben todos los ciudadanos de buena fe. Algunos
izquierdistas, esos que no votaron en la segunda vuelta con tanto asco sino
que con calculadora en mano (para no hablar de los que mostraron la careta
santista incluso en la primera vuelta presidencial), incluso, se han hecho
ilusiones con ser parte del “gobierno de la paz”. Sacan cálculos alegres,
fantasean con verse en algún ministerio, en alguna oficinita, o por qué no,
como comisionados de paz… creen que la “apertura política” significa que el
establecimiento les abra un huequito en el podrido edificio del Estado
narco-paramilitarizado. Mueven la colita, se entusiasman, tratan de
demostrar que tienen capacidad para controlar las pasiones populares, la
movilización social de la chusma y garantizar la gobernabilidad… Santos, por
su parte, a través de su ministro de guerra, Juan Carlos Pinzón, ahora
intenta revivir una versión aún más nefasta del proyecto de ampliación del
fuero militar [4]  y escala las agresiones militares contra los campesinos
[5] , en un claro guiño a los ultramontanos enquistados en el parlamento y
las instituciones estatales. ¡El presidente de la paz apenas a unas semanas
de ser re-elegido, profundizando la guerra sucia!… ¡quién lo hubiera
imaginado por Dios! Como lo dije en un artículo anterior, las concesiones en
este segundo período serán hacia la derecha uribista, no hacia la izquierda
[6] . Qué pena con ellos, pero tendrán que quedarse con las ganas no más.

Otros, que van de intelectuales, sueñan con verse a ellos mismos a la cabeza
de alguna ONG, a ver si les chorrea algo de la plata que llegue con la
industria de la paz. Ellos pueden tener algo más de suerte, porque plata
para el peace-building (construcción de paz) sí que llegará. Así como se
critica a los que viven de la guerra en Colombia, que no son pocos, no hay
que olvidar a los que viven de la paz y que quieren hoy una paz exprés, a
cómo de lugar, para ellos gestionar, con jugosos salarios, el desastre que
dejará un acuerdo apresurado y mal digerido. Ya tirios y troyanos han
encontrado un punto de unidad en la presión hacia la insurgencia para que
firme cualquier cosa, pero que firme ya, “porque la paz no puede esperar”. Y
tienen otro punto de acuerdo con el santismo: el mismo desprecio por el bajo
pueblo, por sus necesidades, por sus capacidades y por sus aspiraciones. La
paz es un asunto de profesionales, según ellos. Los pobres son bienvenidos
pero como “beneficiarios”. Santos también está ejerciendo sus encantos con
este sector, que transmite en sintonía cada vez más santista sobre la paz.

La oligarquía ha convertido a Colombia en una feria de baratijas, en un
mercado como el que montaban los gitanos de Macondo. Ahí todo se lleva
barato: el oro, el petróleo, el café, la vida. Hasta la paz la andan
ofreciendo barata, a cambio de nada, como un espejito de esos que traían los
conquistadores. En medio de esa feria de baratijas, Santos se roba el show
como el gran encantador de serpientes. Encanta a todo el mundo: sectores de
izquierda, derecha, centro, multinacionales, ONGs, comentaristas, opinólogos
y personas de buenas y de malas intenciones. BRICS y gringos, todos lo
siguen como al flautista de Hamelín, hacia la promesa de mucha inversión y
aún mayores retornos, ganancias a manos llenas en un país dócil, pacificado,
sin resistencia. Para los demás, mermelada y lentejas. ¿Y para el pueblo?
Mierda. Como para el Coronel de García Márquez.

De Santos se ha dicho que es un jugador de póker, pero en verdad es un
encantador de serpientes. Pero no hay que olvidar una cosa: para que sus
hechizos tengan efecto, primero uno tiene que ser una víbora, bien torcida y
bien venenosa. El pueblo debe saber dónde andan estas víboras para no salir
mordido de esta coyuntura.

* José Antonio Gutiérrez D. es militante libertario residente en Irlanda,
donde participa en los movimientos de solidaridad con América Latina y
Colombia, colaborador de la revista CEPA (Colombia) y El Ciudadano (Chile),
así como del sitio web internacional www.anarkismo.net.  Autor de "Problemas
e Possibilidades do Anarquismo" (en portugués, Faisca ed., 2011) y
coordinador del libro "Orígenes Libertarios del Primero de Mayo en América
Latina" (Quimantú ed. 2010).

Notas

[1]  http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones98/nota02.htm
<http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones98/nota02.htm>

[2]
http://www.semana.com/nacion/articulo/bill-clinton-tony-blair-hablaron-del-c
ese-ante-las-farc/393978-3
<http://www.semana.com/nacion/articulo/bill-clinton-tony-blair-hablaron-del-
cese-ante-las-farc/393978-3>

[3]
http://www.semana.com/nacion/articulo/santos-putin-se-reunieron-para-hablar-
de-paz/395882-3
<http://www.semana.com/nacion/articulo/santos-putin-se-reunieron-para-hablar
-de-paz/395882-3>

[4]  http://prensarural.org/spip/spip.php?article14623

[5]  http://prensarural.org/spip/spip.php?article14626
<http://prensarural.org/spip/spip.php?article14626>

[6]  http://anarkismo.net/article/27091

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