Uruguay/ así son los jóvenes que deciden dejar el liceo [Andrés Roizen]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Ago 2 00:17:31 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 2 de agosto 2015

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A l’encontre – La Breche

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Uruguay

¿Quiénes dejan las sillas vacías?

La deserción del sistema educativo se instaló como un problema que atraviesa
todas las clases sociales. La falta de interés en el contenido pedagógico
resulta clave y los centros no logran retener a los alumnos, que cada vez se
van más jóvenes de las aulas.

Andrés Roizen

El País, Montevideo, 2-8-2015

http://www.elpais.com.uy/

Mayormente de clase media y alta, más hombres que mujeres y con madres que
no terminaron el Ciclo Básico. Con algún año repetido y en muchos casos sin
una preferencia vocacional clara. Viven con sus padres, reciben de ellos su
principal fuente de ingresos y también fueron apoyados por sus familias
cuando decidieron abandonar. Así son, a grandes rasgos, los adolescentes que
dejaron de ir al liceo.

El perfil se consolida y la situación, a la vez, pone en evidencia un
problema mucho mayor: el sistema educativo en su conjunto no logra
presentarse como atractivo para los alumnos y resulta ineficaz a la hora de
retenerlos en las aulas.

Ahora, a partir de un informe del Instituto de Economía de la Facultad de
Ciencias Económicas de la Udelar, surgen datos que refuerzan la hipótesis
que plantea que la deserción en los liceos atraviesa todos los niveles
socioeconómicos, y que ya no se explica solamente por la vulnerabilidad de
las familias. Deja en claro, también, que la falta de interés de los alumnos
por los contenidos resulta clave.

El estudio se denomina "Adolescentes que no asisten a Ciclo Básico:
caracterización de su trayectoria académica, condiciones de vida y decisión
de abandono". Fue publicado en abril y financiado por la Administración
Nacional de Educación Pública (ANEP) y el Instituto Nacional de Evaluación
Educativa (Ineed).

La investigación muestra que las decisiones de abandono del sistema
educativo comienzan a forjarse en edades tempranas: "Existe un porcentaje
relevante de adolescentes desvinculados que dejaron de asistir por primera
vez a un centro educativo entre los 11 y los 14 años". En concreto, más del
70% de los encuestados para el informe cortaron su vínculo con el sistema en
esa franja etaria.

La investigación, que pone en evidencia la necesidad de tomar medidas desde
Primaria para revertir el fenómeno, forma parte de una serie de estudios que
las autoridades de la educación tienen actualmente sobre la mesa en busca de
hacer frente al complejo asunto.

El documento analiza información de 200 adolescentes, con un promedio de
edad de 15 años y que dejaron recientemente el sistema educativo formal
antes de culminar Ciclo Básico. Si bien hasta ahora la mayoría de los
estudios hablaban de "picos" en las probabilidades de abandono entre los 14
y los 15 años, y entre los 18 y los 19, este informe introduce un nuevo
rango de edad.

Según el estudio, el último grado al que se inscribió la mayoría fue primero
de Ciclo Básico. "No obstante, vale resaltar que 40% nunca alcanzó a
matricularse en Educación Media", remarca el texto.

Este análisis es el primero que se realiza con jóvenes que abandonaron tan
tempranamente, y también presenta como diferencial la incorporación de datos
sobre el desempeño de los estudiantes en su etapa escolar.

Las economistas Alina Machado y Gioia de Melo, dos de las autoras del
informe —además de Elisa Failache— señalaron a El País que los alumnos que
en edades escolares tuvieron "desempeños sustantivamente más bajos en
matemática y lectura", más tarde fueron mayoría entre los que abandonaron.

Perfil

"En promedio, los encuestados tienen mejores condiciones de acceso a bienes
durables que los adolescentes provenientes de hogares pobres según la
Encuesta Continua de Hogares (ECH)", dice el estudio al analizar el nivel
socioeconómico de quienes dejaron la educación. Agrega que, según la ECH,
68% de los adolescentes de entre 14 y 17 años que abandonaron no serían
considerados pobres, lo cual rompe con la idea de que la deserción solo
afecta a sectores pobres.

Las investigadoras también plantearon que los adolescentes desvinculados se
autovaloraban de forma mucho más negativa que sus pares en diversas
actividades académicas. En la resolución de un problema matemático, por
ejemplo, apenas un 15% de quienes luego dejaron el sistema se consideró
"bueno" y prácticamente ninguno se consideró "muy bueno". En tanto, entre
los jóvenes que permanecieron escolarizados, la mitad se evaluó como "bueno"
o "muy bueno".

En cuanto a las razones para el abandono, las más frecuentes refieren a las
dificultades en el aprendizaje (más del 50% mencionó ese aspecto) y a una
preferencia por aprender cosas diferentes a las impartidas en los centros
educativos (cerca del 40% alegó ese motivo).

Por otro lado, también se observó que más de un 75% de quienes abandonaron
el sistema educativo, había repetido al menos una vez algún curso, siendo
los tres primeros años de escuela y primero de Ciclo Básico los años más
frecuentes. Ese punto, explicaron, refuerza el vínculo tan señalado entre
rezago escolar y la desvinculación con el sistema educativo.

El estudio también midió la relación del abandono con el ingreso al mercado
de trabajo, y mostró que menos del 30% de los encuestados se alejó de la
enseñanza para comenzar a desarrollar alguna tarea en el plano laboral. Así,
se puede ver que el crecimiento económico reciente y la mayor oferta de
empleos tampoco fueron determinantes en la deserción.

Al analizar los ingresos personales con los que contaban los adolescentes
que cortaron su vínculo con la enseñanza, se observó que la ayuda de sus
familias era la principal fuente de financiamiento para más del 75%. Más del
90% vive con al menos uno de sus padres.

También ocurre que en la mayor parte de los casos la familia apoyó la
decisión de abandono del adolescente o incluso tomó la decisión por él. Ese
patrón se ve particularmente marcado en quienes no llegaron a inscribirse al
Ciclo Básico, donde el indicador superó el 75%.

En ajuste

Si bien la educación en Uruguay presenta varios focos de riesgo —repetición,
bajos rendimientos, nivel de formación de los docentes, entre otros— el
abandono se ha consolidado como una de las principales urgencias a
enfrentar. En Secundaria, particularmente, la situación golpea más fuerte:
entre los jóvenes de 15 a 17 años, solo 54% terminó el primer ciclo liceal
(que va del 1° a 3° año), y en esa franja de edades hay un 20% que no asiste
al sistema educativo, según cifras oficiales difundidas el jueves (ver
recuadro en página 2).

En ese marco, el gobierno viene atacando el asunto con diversos planes y
programas, pero no logra más que apagar pequeños incendios. Las autoridades
reconocen que las medidas no pasaron de esfuerzos focalizados y no tuvieron
un efecto significativo sobre la realidad.

Ahora el Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP tiene la mira
especialmente puesta sobre el Ciclo Básico. Según supo El País, en el pedido
presupuestal para el próximo quinquenio se incluirán medidas tendientes a
generalizar los planes de combate a la deserción, y se solicitará especial
financiamiento.

Néstor Pereira, consejero del Codicen, consideró necesario "superar las
políticas focalizadas". "La estructura tradicional no está dando respuestas
a lo que hoy los jóvenes sienten como relevante. Por eso estamos pensando
cómo generar una política educativa distinta, que dé respuestas a estas
interrogantes de la educación".

Por su parte, Adriana Aristimuño, que es doctora en Ciencias de la Educación
y Directora del Departamento de Formación Humanística de la Universidad
Católica, coincidió en varios aspectos planteados por las investigadoras del
Instituto de Economía, y afirmó que hace falta un abordaje más amplio del
asunto.

"En general, la deserción no es un evento puntual, sino que es el final de
un proceso. Comúnmente se trata de estudiantes que están desencantados,
desenganchados, desmotivados, porque la razón principal que dan los jóvenes
para dejar de asistir es lo inadecuado de la oferta", comentó Aristimuño.

La especialista hizo hincapié en que "no son razones familiares ni
económicas" las que llevan mayormente al abandono. "Eso ya es un mito, es
una explicación fácil que coloca el problema fuera del sistema educativo.
Hay que ver que el asunto se generalizó", opinó. Dijo, en ese marco, que el
abandono, junto con la repetición en Ciclo Básico, "sin lugar a dudas que
son los grandes temas" que aquejan a la educación en el Uruguay.

Robert Silva, que es docente de UTU y representante del Partido Colorado en
el directorio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed),
entiende que una de las grandes debilidades radica en el hecho de que los
contenidos curriculares no han sido actualizados y adecuados a las nuevas
demandas. "Antes el alumno iba al centro educativo a aprender cosas nuevas.
Hoy llega ahí para darse cuenta de que mucho de lo que le enseñan no le
sirve para su posterior inserción social, y eso claramente incide en que
deje de estudiar", planteó.

Expuestos

Los especialistas coincidieron en destacar que la interrupción del dictado
de clases significa una amenaza para muchos estudiantes, especialmente para
quienes tienen un vínculo "débil" con el sistema. Todos los años, por
ejemplo, se registra un "pico de abandono" después de las vacaciones de
julio. Ahora, con el anuncio de una huelga docente en Montevideo a partir
del lunes 17 de agosto, el panorama se vuelve especialmente complejo.

"Cuando se interrumpe el desarrollo de los cursos se afecta a los alumnos,
particularmente a aquellos que más atención necesitan. Eso lo saben desde
los sindicatos hasta quienes están en el gobierno de la educación", dijo
Silva, integrante del directorio del Ineed.

Aristimuño, en tanto, prefirió no analizar el tema en base a los paros o la
huelga, para no tomar el asunto como una discusión política, pero sí dijo
que "en general lo que se ve en la educación es que cuando hay altos índices
de inasistencia docente, hay una incidencia directa en la desmotivación de
los estudiantes, y como la desmotivación es un factor que lleva al abandono,
se puede concluir fácilmente que eso deriva en deserción".

Pereira, del Codicen, también dijo que "la pérdida de hábitos y de las
rutinas de estudio genera la desvinculación, incluso promovida en muchos
casos desde los hogares, porque se observa que no tiene sentido ir a los
centros de enseñanza ante la constante afectación de los cursos". De todos
modos, defendió los planteos docentes y dijo: "No podemos decir que los
profesores se tienen que enajenar de manera tal que no les permita
manifestarse".

Abandono se dispara a los 15

Este jueves el Consejo de Secundaria presentó los datos del Monitor Liceal
2014, donde reúne la información sobre el desempeño educativo. De acuerdo a
lo informado, la franja de edades entre los 15 y 17 años sigue siendo la de
mayor fragilidad en cuanto a su vínculo con el sistema educativo. El 2014
cerró con una matrícula de 221.137 estudiantes en Secundaria (122.896 en
Ciclo Básico y 98.241 en Bachillerato). En los últimos tres años se registra
un descenso en la matrícula, de unos 9.000 alumnos, pero "esta disminución
no responde a una menor cobertura de la enseñanza media", afirman los
autores del informe. "De hecho, la tasa de asistencia a la educación entre
los 12 y los 17 años creció desde 2005", alegan. Se admite que "subsiste
aproximadamente un 25% de jóvenes en esas edades que no asiste a los centros
de educación". El porcentaje de jóvenes de 12 a 14 años que asiste a la
educación secundaria es casi universal (95,8%), pero en el tramo de 15 a 17
años baja a 79,9%. Secundaria señaló que "aún resta por retener y/o
incorporar al 20% de los jóvenes de esas edades". Por otra parte, el 41,4%
de los alumnos de liceos diurnos tiene al menos un año de extra edad, y de
esos estudiantes, la mitad acumula dos o más años de rezago.

Contenidos que no seducen

"Esta situación se ve en todas las clases sociales"

"Es un problema que se agudizó al optar por mayor inclusión. La situación es
sumamente compleja, y no es exclusiva de clases con mayores dificultades
económicas. Es algo que se puede observar en todas las clases sociales y nos
está obligando a desarrollar una reflexión sobre los mecanismos que se
utilizan en el tema". Néstor Pereira, consejero del Codicen.

"La oferta educativa existente es inadecuada"

"El factor determinante en la deserción es la falta de interés en la oferta.
Pero eso no es algo subjetivo. Al analizar la oferta curricular, y si
analizamos lo que pasa en los liceos, vemos que lo que hay es más bien una
inadecuación de la oferta. Hay que asumir que la oferta educativa, por una
cantidad de razones, no es adecuada". Adriana Aristimuño, Doctora en
Educación.

"Hace falta transformar los planes de estudio"

"Existe un divorcio entre lo que estamos enseñando, las competencias que
buscamos que aprendan, y lo que los involucrados quieren aprender. Seguimos
con planes de estudio que no han tenido transformaciones, totalmente
fragmentarios, con una pesada carga en cuestiones no vinculadas a lo que hoy
la sociedad demanda". Robert Silva, integrante del directorio del Ineed

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