Centroamérica/ madres de migrantes desaparecidos: las que nunca se cansan de buscar [Eliana Gilet]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Dic 20 00:01:36 UYT 2015


  _____  

Correspondencia de Prensa

20 de diciembre 2015

Boletín Informativo

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____  

Centroamérica

Las que nunca se cansan de buscar 

La Caravana de Madres de Migrantes Centroamericanos Desaparecidos (la
undécima) comenzó el último día de noviembre bajo un calor de trópico, de
sol abrasador e ingrato para el caminante de pies llagados. 

Eliana Gilet

Brecha, Montevideo, 18-12-2015

http://brecha.com.uy/

La luz del sol azota y deslumbra contra el blanco de las remeras que visten,
recortadas sobre un fondo de montaña tupida de color verde Guatemala.
Estamos en El Ceibo, el paso fronterizo terrestre entre ese país y el
mexicano estado de Tabasco. “Bienvenidos a México”, dice el cartel que se ve
viniendo de allá, como antesala de la aduana y migraciones. Esa bienvenida
no es del todo cierta: a hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y
nicaragüenses se les exige visa para hacer el trayecto que en este momento
hacen a pie cuatro decenas de mujeres vestidas de blanco.

La Caravana de Madres de Migrantes Centroamericanos Desaparecidos (la
undécima) comenzó el último día de noviembre bajo un calor de trópico, de
sol abrasador e ingrato para el caminante de pies llagados. “Venimos
caminando desde el mero Ceibón los 63 quilómetros que hay hasta aquí”, dice
un joven, flaquísimo como faquir, de piel pegada a los pómulos y ojos del
color de la montaña. Salió de Honduras hace menos de un mes. “Por donde está
el puente fuimos asaltados. Nos quitaron zapatos, dinero y hasta abusaron de
una muchacha que venía con nosotros. Nos amarraron de los pies con nuestras
fajas. Estoy en la nada, no tengo comunicación con familiares, traía mis
papeles, números y todo y me los rajaron. Quiero seguir adelante, pero sin
dinero es muy difícil seguir adelante, me ha quedado el deseo de irme para
atrás, pero ¿cómo te vas para atrás?”

A su lado aparece otro joven, con sonrisa de 19 años y voz grave. Lleva
“algunos meses” fuera de Honduras. “Me fui porque las maras y las pandillas
están creciendo mucho y quieren obligar a los jóvenes a meterse en eso. Por
eso uno decide emigrar de su país, porque las personas que se meten en
bandas, en pandillas, en maras o el sicariato, lo más que duran son cinco
años en eso. Los matan rápido. Uno mejor decide emigrar y buscar algo para
su futuro.”

Ambos descansan en el patio extenso del albergue La 72, en Tenosique,
Tabasco, en la primera parada que tienen los migrantes centroamericanos en
la ruta al norte. En los últimos dos meses esta Casa del Migrante registró
20 casos de violación sexual a mujeres y otros 15 denunciando que fueron
privadas de su libertad.

El tercero sentado a la sombra es un gurisito que puede haber salido
perfectamente del Goes o del Marconi. (1) Tiene una caries entre las paletas
que intenta ocultar cuando se ríe, como niño culposo que ha comido mucho
dulce. “No me quise unir a ellos y por eso me tuve que ir”, dice. Tiene 16.
Viene con un amigo de igual edad. Esperan llegar a San Cristóbal de las
Casas. Estados Unidos les suena a quijotada.

Esta semana, Acnur América Latina dio algunos datos que dimensionan el alud
migratorio centroamericano: en los primeros ocho meses de 2015 México
deportó a 107 mil centroamericanos, mientras que Estados Unidos deportó a 46
mil. 

¡Cómo se explica eso? Con el Plan Frontera Sur. “El Plan Frontera Sur es un
instrumento criminal diseñado por los dos países, México y Estados Unidos,
para contener la migración en forma muy violenta, y lo están logrando muy
bien. Tienen mucho éxito. Su éxito se traduce en el fracaso de los
compañeros migrantes que caen en el camino.” La que explica es Marta Sánchez
Soler, principal referente del Movimiento Migrante Mesoamericano, artífice
de la caravana y una de las principales organizaciones que se encargan de la
defensa de migrantes en tránsito en México.

El grueso de la tarea de agentes policiales, migratorios y hasta de
seguridad privada ha sido perseguir y bajar a quienes usaban el tren de
carga conocido como La Bestia. Sigue Sánchez: “Al quitar el tren, quitan el
único referente geográfico que había para visibilizar la migración en
México. Ahora que se van por las veredas y se desparraman por las selvas y
los pantanos son presa no sólo del crimen organizado, del que ya lo eran
antes, también lo son de nuestras bandas locales”.

El clima es distendido y todos tratan de ocupar el tiempo como pueden. De no
pensar demasiado en lo que quedó atrás. Hay partidos de cartas, picadito de
fútbol descalzos, mujeres que lavan y cuelgan ropa en los alambrados, niños
que corretean o que son peinados a prepo por sus madres luego del baño. Está
el fuego a un costado donde se cocina para las 150 personas que hay, más
para la caravana que llega y los periodistas hambrientos.

Tormenta

Fray Tomás, el alma máter del albergue, recibe a las madres en El Ceibo para
darles la bienvenida a México: “Es por estas montañas y por esos pantanos
que vienen andando los que no traen documentos. Hay un cartel que dice
‘Bienvenidos a México’, vamos a ver si es cierto”. Nadie sabe cómo hace
Tomás (por lo bajo los jovencitos del lugar, deslumbrados al ver a un
verdadero espécimen del país de Luis Suárez, revelan que al fray, más que
Tomás, lo llaman “Tormenta”) para soportar esa sotana marrón que tiene
dibujado un “43” a tiza. El artista del albergue al que le fue solicitada la
tarea se entusiasmó tanto que, además de la cifra –que en México no precisa
explicación: refiere a los estudiantes de magisterio de Ayotzinapa
desaparecidos desde el 26 de setiembre del año pasado–, le dibujó alrededor
un montón de estrellitas que le dan al religioso un aire de superhéroe del
Tercer Mundo. Eso y los vaqueros que le asoman bajo la sotana.

En La 72 la caravana es recibida en la capilla sin púlpito, donde la cruz
central tiene dibujada una fosa común en lugar de un Cristo sangrante. En el
resto de las cruces hay fotos. Fray Aurelio, o “el tío”, es otro de los
referentes: “Desde hace 20 años los frailes hemos prestado este servicio a
la comunidad en tránsito en la frontera sur de México. El 10 de abril de
2011 se funda La 72 en memoria de los migrantes masacrados en San Fernando
Tamaulipas, encontrados en narco-fosas el 25 de agosto de 2010. Es un grito
constante de denuncia y justicia por estas víctimas y tantas más que siguen
padeciendo a manos del crimen organizado, y del gobierno mexicano, que ha
mostrado poco interés. A diario recibimos un promedio de 50 a 100 personas,
a quienes, además de hospedaje y comida, damos atención integral”. Además de
un grupo de voluntarios jóvenes (mayormente europeos) que colaboran en el
lugar, trabajan en conjunto con tres organizaciones que facilitan atención
médica y asistencia psicológica y legal a quienes vienen en tránsito.

En Tenosique las madres tienen su primer encuentro con los mexicanos. Al
caer la tarde, despliegan sus fotos en la plaza central del pueblo. En el
piso forman caminitos e invitan a la gente a que pase y las mire. A que les
digan si reconocen a alguno, si pueden recordar dónde lo han visto. El
propósito principal de la caravana es la búsqueda de pistas sobre los
desaparecidos. Y también la denuncia de una masacre acallada.

El reclamo es claro en la voz de esa madre que declama, rodeada de fotos:
“Los migrantes no son ilegales, son indocumentados. Queremos pedirle a la
gente que nos ayude a encontrar pistas para su búsqueda, y al gobierno
mexicano exigimos que nos dé respuestas”.

Es fray Tomás quien cierra el primer acto público de la caravana: “Nos
reunimos con el nuevo comandante de la policía federal del estado de Tabasco
y nos pidió que confiáramos en la policía. ¿Cómo hacerlo? Si son esos mismos
agentes los que bajan a los migrantes de los camiones en el tramo de
Cárdenas, están coludidos con los criminales. No tenemos miedo de hablar y
lo decimos a los cuatro vientos”. Debe ser por eso que le llaman Tormenta.

Veracruz 

“Aquí estate al chile”, es la recomendación. En uruguayo: tené ojo m’hija,
que Veracruz no es papa. Cae la noche del miércoles 2 y al llegar a
Coatzacoalcos se siente la cercanía de la costa, el vientito constante, el
rumor del mar, parecido a Montevideo. La caravana desembarca directo en la
iglesia de la diócesis local, donde está previsto un reencuentro. Los
reencuentros son producto del trabajo del Movimiento Migrante Mesoamericano,
particularmente de Ruben Figueroa, quien durante el año se dedica a la
documentación de casos (sobre todo en Honduras) y a la búsqueda de esas
personas en territorio mexicano. “En el movimiento tenemos una pequeña base
de datos de las personas que buscamos con información del último contacto
que tuvieron, si vivieron o no en México, su fisonomía. Ya sea que nos
llegue la información de alguna organización que trabaje en Centroamérica o
que nosotros mismos documentamos. Durante el año los buscamos por distintos
medios. Cuando los localizamos el primer paso es darlo a conocer a su
familia y el siguiente es traerla para el reencuentro”, explica.

Carlos Escalante Igual, fiscal especial para migrantes de Veracruz, está
presente en el acto y sin que se le mueva un pelo pelotea las preguntas de
los periodistas que lo aguardan a la salida de la iglesia. “Este año tuvimos
entre 40 y 45 denuncias. Son muy variadas, pero desaparecidos no hay tantos.
Hay migrantes lesionados, que se caen del tren, y denuncias contra policías
municipales que no tienen la preparación adecuada para tratar al migrante,
pero que refieren a agentes de otros estados, por lo que no nos toca
encausarlos.” Dice, ante las centenas de fotos que tiene enfrente, que desde
que se formó la fiscalía, en 2011, han recibido 30 denuncias de
desapariciones, tres de ellas en 2015.

Las que lo han documentado han sido las organizaciones locales de
familiares. ¿Cómo lo hicieron? Contando. Sólo Cofamipro, Comité de
Familiares de Migrantes Desaparecidos del Progreso, cuyo campo de acción es
justamente ese municipio hondureño, llegó a la caravana con 200 fotos de
migrantes desaparecidos, que viene documentando desde su creación en 1999.

El Comité de Desaparecidos del Centro de Honduras (Cofamicen) en un año de
vida lleva registrados 25 casos de desaparición de migrantes; Cofamide, el
Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador,
más de 200.

La tensión veracruzana se manifestará en la marcha que se monta en la Plaza
de Córdoba al día siguiente. Las madres centroamericanas no están solas,
sino que se les suman allí mismo, en Veracruz, distintos colectivos que
trabajan en el tema de personas desaparecidas.

“Mi nombre es Amelia Hernández y busco a mi hijo Pablo Darío Miguel
Hernández, que fue levantado el 6 de diciembre de 2013 por un grupo de
policías y agentes de la Agencia Veracruzana de Investigación (Avi). No he
sabido nada de él hasta ahorita. Nadie lo tuvo detenido. No he tenido
respuesta de las instituciones porque me piden pruebas, quieren testigos de
que se lo llevaron. La situación aquí en Veracruz es muy difícil porque las
autoridades están coludidas, hay mucha impunidad.”

Otra: “Estoy buscando a mi hija, Ema Guadalupe Pérez Arroyo. Se la llevó la
policía estatal, a ella junto con 19 personas, en Potrero Nuevo el 2 de
agosto de 2013”. ¿Qué respuesta le han dado desde las instituciones? “Que
ellos no fueron.” ¿Cómo es posible secuestrar a 20 personas? “Hubo como 20
patrullas, todo el pueblo vio cuando se llevaron a la gente.” ¿Por qué? “Es
lo que nos preguntamos. Mi hija, una muchacha sana, no tenía nada que ver
con nada y se la llevaron y hasta ahorita no hay respuesta de nada.”

Horas más tarde, en la casa de Las Patronas se respira luz, aroma a tamales
caseros, a frijoles refritos, a pan dulce. Son las mujeres que desde hace
años atienden solidariamente a los migrantes en tránsito que siguen la ruta
del tren La Bestia. Están tan cerca de la vía que cuando el ferrocarril pasa
la casa tiembla, como si estuviera atravesando el líving. Acá también son
todas mujeres quienes, luego de servir y acomodar a todo mundo, se sientan
frente a las pilas de fotos. Las más jóvenes se demoran un rato, mirándolas
con atención. “Se puede ver el tiempo en las imágenes”, dice una de pelo
larguísimo. Podría escribirse una historia de la migración, del gusto, de la
moda y de la belleza sólo con mirarlas. Podría escribirse un atlas completo
de los últimos veinte años de Centroamérica siguiendo cada caso.

El DF y el vedado camino al norte

“Lo que quiero saber es cómo hago para buscar a mi hijo en el norte. Somos
varias las madres que sabemos que nuestros hijos llegaron al Río Bravo. Son
muchas las llamadas telefónicas que recibimos desde Reynosa, desde
Matamoros, desde Piedras Negras.” Hasta en los mapas que muestran las rutas
en los albergues parecen lugares perdidos. Como la distancia que hay entre
los hombros y la cadera, si imagináramos que México es una mujer tirada en
la arena, apoyada en su antebrazo que es Baja California Sur.

Ventura es la que habla. Cara redonda igual que su hijo, Samuel Cardona
Zaldívar, del que supo por última vez el 6 de mayo de 2014, cuando la llamó
desde el hotel El Valle, en Caborca, Sonora. Después más nada. Varios son
los testimonios de las madres que hablan del desierto y de las ciudades
fronterizas del norte.

Ventura es también una de las 12 madres que denunciará la de-saparición de
su hijo al llegar al Distrito Federal. Tras tantos días de caravana, a un
ritmo intenso, un ritmo de búsqueda, la caravana tiene su primer encuentro
con la justicia mexicana.

“Todos estos casos tienen indicios de que hubo participación del crimen
organizado y que hubo colusión del Estado mexicano, por eso son los que
estamos presentando.” A los que no tienen esos indicios les cabe el fuero
común, “pero es muy lento y somos mucho más eficaces nosotros buscando”,
advierte Soler.

¿Por qué, si hay casos que llevan tantos años, se denuncian recién ahora?
“La dificultad es que lo hacemos en los consulados mexicanos y no tenemos
eco. Los cónsules no están cumpliendo con su deber, están cuidando más que
nada sus puestos de trabajo, y no están prestando atención”, contó Iris, que
busca a su hijo Carlos Medina Martínez, visto por última vez cuando fue
detenido en un retén policial en Reynosa, hace tres años.

“Si de algo deben servir las embajadas es para hacer llegar justicia a esta
gente tan humilde. El fiscal se sorprendía y preguntaba cómo desde 2009, que
fue la desaparición, no han interpuesto una denuncia. Una de las mamás le
dijo: ¡Es que ni siquiera me dejan entrar en su país!”, relató Jesús Robles
Maloof, el abogado que las representará frente a la justicia mexicana.

Lo que resulta imprescindible, explican tanto Sánchez como Robles Maloof, es
la implementación del mecanismo trasnacional de justicia, es decir, que en
las embajadas mexicanas exista la posibilidad de que estas familias que hoy
denuncian puedan seguir el trámite en las embajadas.

Como el norte les está vedado por cuestiones de seguridad –o por falta de
garantías de circular por una carretera mexicana con un grupo de madres
centroamericanas que nada tienen para perder y todo arriesgan en la
búsqueda, porque si no la vida ya no les hace ningún sentido–, la caravana
vuelve a enfilar hacia el sur, hacia Oaxaca y Chiapas.

Es impresionante ver cómo las cambia. Mujeres que se negaban a hablar
excusando analfabetismo toman la palabra frente a cualquier auditorio y,
serenas y a su tiempo, dicen lo que piensan. Exigen.

Cuando este papel se exhiba en los quioscos uruguayos las madres estarán
llegando a una nueva frontera, para emprender otra ruta, siempre hacia el
sur, hacia la cintura del continente. Allí las espera la lucha cotidiana,
que no se cuenta en años, sino día tras día. 

Nota de Correspondencia de Prensa 

1) La autora alude a barrios populares de Montevideo. El Marconi es uno de
los más pobres y estigmatizados: para la Policía y gran parte de la sociedad
una “zona roja”, sinónimo de “jóvenes infractores”, marginalidad social y
bandas narcos.

  _____  

 



---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20151220/f8624b95/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa