Grecia/ ¡no a la austeridad, no al tercer ultimátum, no al neoliberalismo! [Red Network - declaración]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Jul 22 14:15:24 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 22 de julio 2015

germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

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Grecia

¡No a la austeridad, no al tercer ultimátum, no al neoliberalismo!

Declaración de la asamblea de la Red Network, Atenas, 18-19 de julio de 2015

A l´encontre-La Breche

http://alencontre.org/

Traducción de Manuel Aguilar Mora *

La lucha de los trabajadores y trabajadoras, la lucha de las fuerzas
populares, la lucha de la izquierda, pueden abrir un camino alternativo con
una política de transición hacia la emancipación socialista.

Syriza no puede y no debe ser transformado en un partido del memorándum [el
“protocolo” o plan de austeridad de la Troika firmado por el primer ministro
Tsipras y aprobado por la mayoría del parlamento griego. NdT]

1. La firma del acuerdo con las “instituciones” [la Troika], la firma del
tercer memorándum por el gobierno de Syriza es un hecho aberrante que cambia
todas las coordenadas de la situación actual.

El acuerdo está dirigido contra los derechos sociales que han sobrevivido a
la tormenta de los dos anteriores memorándums, crea mecanismos de
vigilancia, mecanismos de promoción sin control de las privatizaciones y
mecanismos para propinar golpes automáticos a los gastos sociales que
transforman en una ingenuidad infantil toda esperanza de que tal memorándum,
si es votado y aceptado, pudiera ser modificado durante su ejecución, de que
sea posible proporcionarle un cierto “rostro humano”.

Este acuerdo crea una nueva situación para los desafíos de la resistencia
obrera y social que tarde o temprano se producirá, como sucedió antes en los
casos de los memorándums primero y segundo. Y en esta ocasión la lucha del
mundo del trabajo será contra un gobierno en el cual la gente depositó sus
esperanzas y al que le dieron su voto.

La aceptación del acuerdo crea peligros evidentes para el partido de Syriza
que se fundó sobre la base de una oposición eficaz, de una oposición
manifiesta contra la austeridad de los memorándums. Y hoy se le pide que se
transforme en la fuerza para la racionalización de un nuevo memorándum, en
una fuerza que acepte la austeridad, al menos, se argumenta, por un cierto
tiempo en nombre de la supervivencia de... un gobierno de izquierda.

2. La firma del tercer protocolo es presentada por la dirección de Syriza
como resultado de un brutal chantaje. Se trata de la aceptación de la idea
de que “No hay alternativa”.

Se pretende así atenuar las responsabilidades críticas y las decisiones
erróneas. Como la idea de que podríamos llevar a cabo un rechazo
antimemorándum de la austeridad en el marco de la tolerancia del euro,
gracias a las negociaciones y por medio del consenso con las direcciones
europeas. De la misma forma que ha sucedido con la política del gobierno,
que ha congelado todo tipo de acciones en el “frente interior” [en Grecia]
contra las élites económicas, que ha evitado emprender “acciones
unilaterales”, tratando de apaciguar a las “instituciones” y de facilitar la
obtención de un “compromiso honorable”. Como el acuerdo del 20 de febrero de
2015, que compromete al gobierno a seguir el curso de una política suicida
del pago del servicio de la deuda, “totalmente y a tiempo”, lo cual ha
redundado en la radical reducción de los recursos del Estado.

Estas acciones y estas fallas han bloqueado al gobierno y lo han conducido
hacia el dilema mortal final. Y frente a este dilema no ha podido encontrar
la fuerza para proporcionar la respuesta prometida: si nos vemos obligados a
escoger entre el Grexit y un nuevo memorándum, debemos rechazar el nuevo
memorándum.

3. En el fondo de esta encerrona están los juicios erróneos constantes (por
ejemplo durante el proceso de la “profundización” de la Unión Europea), pero
también decisiones estratégicas (como señala el cambio de la consigna del
Congreso de Syriza, “ningún sacrificio por el euro”, a la nueva consigna de
la negociación respetuosa, que se orientaba hacia “el euro a cualquier
precio”).

Pero también la “elección deliberada”, tal y como lo expresan las
transcripciones, [de las negociaciones] de considerar a los dirigentes
socialdemócratas como necesarios y capaces de proporcionar “apoyos” a las
fuerzas amigas y al Estado...

Igualmente el “gubernamentalismo”, esa idea de que el gobierno de izquierda
es un fin en sí mismo más que un medio, un instrumento que no debe
colocarnos en oposición a nuestro mundo, con nuestra propia base social.

En el trasfondo están también ciertas características ideológicas y
políticas de la izquierda europea moderna que, si bien fueron rechazadas por
unanimidad durante el congreso fundacional de Syriza, han vuelto a la
superficie durante el torbellino de la confrontación con los acreedores.

4. El acuerdo con los acreedores no puede ser aceptado. Syriza debe
encontrar la fuerza para impedirlo y echarlo abajo. Es evidente que ello no
será posible más que a través del apoyo decisivo del mundo del trabajo, de
los desempleados y desempleadas, de las capas pauperizadas.

Ese mundo, con un orgulloso 62%, dijo “no” y se mostró dispuesto a emprender
un nuevo curso. El “no” vino en respuesta a una oleada sin precedentes de
chantajes, entre los que destacaba la amenaza de expulsión del euro. Pero
aun así la gente voto por el “no”. La interpretación sugerida por la
dirección de que el “no” no significaba un mandato de ruptura ha significado
literalmente el desprecio a su resistencia. Y aún más, el repentino cambio
en favor del “sí”, la confianza en el “Consejo nacional unitario” de los
dirigentes políticos y la aparición de la firma contranatura de Syriza-Nueva
Democracia-Pasok-To Potami. La aparición de este espectro político que
finalmente ha votado, por principio, el acuerdo, violando con ello toda la
geometría política del referéndum, pero también la de los años anteriores.

Es evidente que el giro necesario de una política contra el tercer protocolo
debe contar y basarse en el mundo del “no”, los comités del “no” que deben
ponerse en pie en todas partes.

5. De este ciclo trágico de negociaciones se deben sacar conclusiones
políticas. A través de la lucha contra la austeridad, el mundo del trabajo y
el gobierno deberían y deben preparar las fuerzas que pueden ir hasta la
victoria. Y eso incluye, ahora mismo, evidentemente, la etapa de la ruptura
con el euro y la Unión Europea bajo la dirección del movimiento obrero y la
izquierda.

Se trata de una política radicalmente diferente de las amenazas de Schäuble:
el Grexit como exclusión temporal, la austeridad profunda como condición
para la consolidación del capitalismo griego y la reintegración en el euro
después de ese “tratamiento”. En lugar de eso la izquierda debe integrar su
propio proyecto en conflicto con la zona euro, en el cuadro de un proyecto
antiausteridad, de una política anticapitalista, de una transición hacia una
perspectiva socialista.

6. El partido Syriza sale de este periodo profundamente dañado. Su
funcionamiento colectivo y democrático, tal como lo exige el texto de los
109 miembros del Comité Central, es una premisa básica para toda
reconstrucción.

Sobre esta base se debe luchar contra la desmovilización-frustración de
numerosos miembros. ¡El mundo de Syriza no ha dicho todavía su última
palabra!

Sobre esta base se debe responder inmediatamente a toda la oleada de
amenazas y calumnias, sobre la que surfean con salvaje alegría los peores
medios de comunicación masivos, contra los cuadros de Syriza y las voces que
insisten en el “no”.

Todo esto es necesario con el fin de emprender el combate por el
indispensable giro a la izquierda.

7. Una parte de Syriza espera encontrar el camino de salida en las
elecciones, después de que se ha ”lanzado” el Acuerdo del tercer memorándum.
Es una trágica ilusión. Los acreedores y sus aliados locales van a exigir
que la responsabilidad de la aplicación del acuerdo sea asumida íntegra, lo
cual pone ya en cuestión la “libertad” de Alexis Tsipras de recurrir a las
urnas en septiembre o en octubre.

Pero recíprocamente: después de haber aceptado el acuerdo, el único “orden”
que puede pretender la dirección de Syriza será una mejor gestión política
que implique el memorándum. En ese caso la respuesta del mundo del trabajo,
como lo muestra el pasado de DIMAR [la Izquierda Democrática], puede ser muy
diferente a las previsiones de las encuestas actuales.

La única salida para Syriza es el rechazo del acuerdo, la lucha por su
derrumbamiento. Junto con el mundo, en las luchas de la vida, en los
conflictos políticos, como en los diez años de lucha ya transcurridos…

* Militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS) de México.

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