Palestina/ la colonización israelí es la raíz de la violencia [Ilan Pappe]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Oct 22 15:38:59 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 22 de octubre 2015

germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

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Palestina

La colonización israelí es la raíz de la violencia

Ilan Pappe *

Al Jazeera

http://www.aljazeera.com/

Traducción de Germán Leyens – Rebelión 

http://www.rebelion.org/

En medio de lo que se ha llegado a conocer en Israel como la “Intifada de
los acuchilladores”, tuvo lugar una escena poco usual en Ramat Gan, donde
muchos de los residentes son judíos iraquíes. Una mujer menuda estaba
protegiendo a un hombre que yacía en el suelo y era perseguido por una
turba, incluidos algunos soldados, que quería lincharlo. 

Mientras yacía en el suelo, le pulverizaron gas pimienta a los ojos a
quemarropa. Logró murmurar a su ángel guardián: “Soy judío”. Cuando la turba
terminó por comprender el mensaje lo dejaron solo. 

Lo persiguieron porque casi todos los judíos iraquíes se parecen a los
palestinos; de hecho, la mayoría de nosotros, los judíos de Israel, nos
parecemos a los palestinos. Los únicos judíos que están “protegidos” son los
judíos ortodoxos mizrajíes que se ponen las mismas vestimentas que sus
predecesores asquenazís usaban en la Europa del Siglo XVII, dejando de lado
su tradicional vestimenta “árabe”. 

Gente invisible 

Este ataque no fue el único. Otros judíos árabes han sido confundidos con
palestinos. Ser considerado árabe en Israel, incluso por la apariencia,
significa que eres uno de los invisibles y prescindibles nativos sin
derechos. 

Una actitud semejante no es única en la historia. Muchas sociedades de
asentamientos coloniales adoptaron esta actitud hacia los nativos: Los
nativos, para las sociedades de asentamientos coloniales, constituyen un
obstáculo que hay que remover junto con las rocas en los campos, los
mosquitos en los pantanos y, en el caso del sionismo temprano, junto a los
judíos menos adecuados física y culturalmente. 

Después del Holocausto, el sionismo ya no se pudo permitir ser tan exigente.


Cuando se analizan los orígenes de la actual intifada, se pueden señalar
correctamente la ocupación y la expansión de la colonización judía. 

Pero la desesperación que ha producido la actual agitación no es un
resultado directo de la colonización de 1967, sino más bien de 100 años de
invisibilidad, deshumanización y destrucción potencial del pueblo palestino
dondequiera que se encuentre. 

Cuán profundamente esta negación de la humanidad de los nativos de Palestina
se arraiga en el actual discurso político israelí se pudo ver en los dos
discursos principales del primer ministro Benjamín Netanyahu y del líder de
la oposición Yitzhak Herzog, pronunciados el martes en la Knéset [Parlamento
israelí]. 

Netanyahu explicó muy bien por qué la desesperación palestina producirá más
y más intifadas en el futuro y por qué la deslegitimación internacional de
Israel aumentará exponencialmente. 

Describió 100 años de colonización como un proyecto digno al que sin causa
alguna, fuera de la incitación islámica, se oponía el pueblo nativo de
Palestina. 

El mensaje a los palestinos era claro. Aceptad vuestra suerte como reclusos
invisibles, sin ciudadanía, de la mayor prisión del mundo en Cisjordania y
en la Franja de Gaza y como comunidad bajo un severo régimen de apartheid, y
entonces todos podremos vivir en paz. Cualquier intento de rechazar esta
realidad es terrorismo de la peor clase y se tratará como corresponde. 

Dentro de esta narrativa, si el autor del discurso intentaba calmar las
preocupaciones del mundo musulmán sobre la suerte de al-Haram al Sharif (el
Noble Santuario), logró todo lo contrario. Gran parte de su discurso sobre
al-Haram al-Sharif fue una lección de historia sobre por qué el lugar
pertenece al pueblo judío. 

Y aunque terminó esa parte del discurso con la promesa de no cambiar el
statu quo, no se puede decir que la presencia de los dirigentes de un
partido que cree fuertemente en la necesidad de construir un tercer templo
en el lugar sea particularmente tranquilizante. 

 "Nunca juntos"

En su discurso, Herzog, el líder de la oposición liberal sionista, manifestó
la deshumanización de los palestinos de una manera diferente. Su pesadilla,
subrayó repetidamente, es un país en el cual judíos y palestinos vivirían
juntos. 

Por ello la separación, la creación de guetos y enclaves, es la mejor
solución, incluso si significa reducir un poco el gran Israel. “Estamos aquí
y ellos están allá”, repitió el famoso eslogan de Ehud Barak y Shimon Peres
a fines de los años 90. 

El periodista liberal sionista de Haaretz, Barak Ravid, repitió el horror de
los sionistas liberales: Si hay un Estado binacional, los acuchillamientos
serán diarios, advirtió. La idea de que un Israel/Palestina liberado sea una
democracia para todos nunca ha estado en el programa liberal sionista. 

Este deseo de no compartir la vida con cualquier cosa que huela a árabe es
una actitud que afecta a diario a cada palestino. Más de un siglo de
colonización y nada ha cambiado en la negación total de la humanidad de los
palestinos nativos o sobre su derecho a su país. 

La actual ola de protestas y ataques individuales fue provocada por la
política y las acciones israelíes contra la Mezquita Al-Aqsa. Pero el origen
es una atrocidad de un siglo de duración: el creciente "culturicidio" de
Palestina. 

El mundo occidental se quedó horrorizado por la destrucción de las antiguas
joyas culturales por el Estado Islámico (EI-ISIL-Daesh). La destrucción y
eliminación por parte de Israel del patrimonio islámico de Palestina fue
mucho más amplia y significativa. Apenas una mezquita se mantuvo intacta
después de la Nakba y muchas de las restantes fueron convertidas en
restaurantes, discotecas y granjas. 

Cualquier intento de los palestinos de resucitar su patrimonio teatral y
literario es considerado por Israel como una conmemoración de la Nakba y es
ilegalizado si es realizado por cualquiera que dependa de subsidios
gubernamentales. 

Lo que vemos –y seguiremos viendo– en Palestina, es la lucha existencial del
pueblo nativo de un país que todavía está bajo amenaza de destrucción. 

* Ilan Pappe es director del Centro Europeo de Estudios Palestinos en la
Universidad de Exeter. Ha publicado 15 libros sobre Oriente Próximo y la
cuestión palestina.

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