Brasil/ ¿al final, qué quiere la burguesía? [Paulo Passarinho]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Abr 27 15:08:04 UYT 2016


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Correspondencia de Prensa

27 de abril 2016

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Brasil 

¿A final, qué quiere la burguesía?       

Paulo Passarinho *  

Correio de Cidadania, 24-4-2016

http://www.correiocidadania.com.br/

Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

El 17 de abril de 2016 entrará en la historia de Brasil como uno de los más
deprimentes ejemplos de la degradación política a que llegamos, con el país
mostrando su cara y su indigencia moral e intelectual. 

El país entero tuvo la oportunidad de ver una Cámara de los Diputados
compuesta, en su aplastante mayoría, por parlamentarios que mostraban sus
quilates en las bizarras y patéticas declaraciones o justificativas de sus
votos. Pero más grave, todavía: todo eso pasaba bajo la presidencia de un
reo en el STF (Supremo Tribunal Federal) acusado por los crímenes de
corrupción pasiva y lavado de dinero, que aguarda (?) una decisión de esta
misma Corte sobre su apartamiento de ese puesto, de acuerdo con pedido del
procurador general de la República, por usar el cargo en beneficio propio,
integrar organización criminal e intentar obstruir las investigaciones. 

Fue este mismo reo el gran líder del gravísimo proceso de impedimento de una
presidente de la República, que llegaba a su final en el ámbito de la
Cámara. Fue él mismo que aceptó y dio seguimiento a una representación
contra la presidente, pidiendo el su impedimento por el crimen de
responsabilidad, bajo la acusación de maniobras fiscales y presupuestarias.
Esa decisión fue tomada luego que el partido de la presidente, en la misma
Cámara, había garantido los votos que le llevarían a una Comisión de Ética.
Una decisión autoritaria y plagada de venganza. 

Ahora, esa curiosa y deprimente instancia de poder y representación política
decidió aceptar la admisibilidad de un proceso que podrá llevar a Dilma a su
impedimento, de acuerdo con la voluntad de una campaña de masa bajo el
comando -político y financiero- de entidades empresariales y redes
nacionales de televisión. 

No quiero aquí tratar las inmensas y mayores responsabilidades del NeoPT y
de su comandante Lula por la situación en que nos encontramos. Pero es
inevitable apuntar que el modelo conciliatorio de gobernabilidad, defendido
desde 2002 y asumido por el movimiento lulista, fue rotundamente derrotado.
En la lucha contra el impedimento, otro show de incompetencia fue dado, con
la tentativa frustrada de encontrar un salida para el gobierno a través de
un esdrújulo acuerdo con el bloque PP/PDS/PR (Partido Progresista/Partido
Democrático Social/Partido de la República).

¿En tanto, cuales son de hecho los intereses que llevan a la burguesía
brasilera, a través de sus entidades de clase y algunas organizaciones
empresariales, a invertir en la deposición del gobierno Dilma?

Este, el gobierno Dilma, desde que fue reelecto, ha procurado absorber y
asumir el recetario liberal ortodoxo para enfrentar la crisis. Tal vez su
error más grave, entre muchos, haya sido justamente ese: el total cambio
entre su discurso de campaña y las medidas propuestas y acciones luego
realizadas. Arrojó al país en la recesión y en el desempleo, buscando
aproximarse a los sectores económicos hegemónicos, en el momento que las
investigaciones de la Operación Lava Jato le presionaban. No alejó la
crisis, por el contrario, y se mantuvo vulnerable a la República de
Curitiba.

El recetario liberal, por su vez, no presenta ninguna alternativa de
superación de la crisis. Se resume a una estrategia defensiva de esos
sectores hegemónicos -bancos y multinacionales, brasileros y extranjeros- y
su puede sintetizar por buscar:

- controlar parcelas todavía mayores del presupuesto público, principalmente
a través del mantenimiento de elevadas despensas con el pago de los
intereses de la deuda pública y de la ampliación de la desvinculación de
inversiones presupuestales vinculadas a las áreas sociales;

- reducir el costo del trabajo, a través de una nueva alteración en la
legislación laboral, restringiendo derechos y flexibilizando normas de
negociación entre patrones y empleados;

- abrir nuevas oportunidades de negocios privados, a través de nuevos
cambios en las reglas de la previsión social pública, estimulando los
programas de previsión complementaria privada; avanzando en la
privatizaciones en el ámbito de la Petrobrás y del sector eléctrico, bien
como en el restante sector de infraestructura, vía concesiones: y abriendo
el área del pré-sal con la abolición de la actual Ley de Participación. (1) 

Es verdad que el gobierno Dilma en buena medida se rendió a ese “programa”,
pero sin la capacidad de aglutinar a las fuerzas parlamentarias suficientes
para viabilizar algunas medidas puntuales –como la propia vuelta de la CPMF
(Contribución Provisoria sobre el Movimiento Financiero)-, al mismo tiempo
en que encontraba resistencias en su propia base histórica de apoyo, como
las Centrales Sindicales. Pero, claramente, se esforzó. Trajo para su
gabinete ministerial a una jefa de clases del agro-negocio, Kátia Abreu; un
jefe del sector industrial, Armando Monteiro, y nominó como ministro de
Hacienda a un ejecutivo del sector banquero; Joaquim Levy.

Además de eso, el NeoPT en el gobierno, desde 2003, ayuda a atenuar
presiones que tengan origen en los movimientos sociales, especialmente en
áreas de influencia de la CUT y del MST. ¿Qué se pretende, por tanto, con la
ofensiva pro-impeachment?

Todo indica que la intención mayor es acelerar y efectivizar las medidas y
“reformas” de la agenda liberal. Mientras tanto, con la posibilidad de la
remoción de Dilma de forma cuestionable, y con el pasaje del domesticado
NeoPT a la oposición -y con mucho resentimiento-; enfrentando a los
movimientos sociales y partidos de izquierda que no se rindieron, además de
tener un presidente de cuestionable figura como Michael Temer, está claro
que vendrán tiempos de mucha tensión y conflictos. 

Un “programa” de naturaleza tan antipopular y atentatorio a la soberanía
nacional, en medio de la grave crisis económica que se traduce en desempleo
y pérdida de ingresos de los trabajadores, solamente será posible de
concretarse en un contexto de abierta violencia y represión contra los
sectores organizados del pueblo. 

Contando, ciertamente, con el ambiente de desmoralización y abatimiento del
NeoPT, las clases empresariales que comandan el proceso de impeachment tal
vez estén haciendo el cálculo político de avanzar, si fuera el caso, en la
represión rigurosa contra cualquier resistencia organizada. Al final, hasta
la misma Ley Antiterrorismo dejada por el lulismo, puede ser utilizada
contra movimientos insurgentes que puedan venir. 

Esa es una variable que, en este momento, no puede descartada o
menospreciarse. Y el camino, tal vez, para intentar revertir la tendencia,
será abortar las construcción de esa estrategia de conflicto que está siendo
colocada, de forma contundente e inmediata. 

Pienso, así, que la única manera de concretarse en el momento, es una
contra-ofensiva de los sectores populares en relación a los propósitos de
tales segmentos de la burguesía; deslegitimando el golpe parlamentario para
esencialmente cuestionar la posición de Michael Temer.

En su primera declaración pública, luego de la derrota que sufrió en la
Cámara de los Diputados, Dilma Rousseff lanzó duros ataques a Temer,
llamándolo, con toda razón, de conspirador y traidor. Debería, también,
haberlo desafiado -en nombre de la decencia y de su propia coherencia- a
tener el coraje y la honradez de su propia renuncia. 

Al final, él practicó los mismos actos administrativos que avalan los
supuestos crímenes de responsabilidad que podrían implicar el apartamiento
de Dilma. Además de desconocer los millones de votos recibidos por la
presidente -y que ahora pretende disponer con sus aliados de la estirpe de
un Eduardo Cunha o de un Moreira Franco-, es absolutamente inmoral e
incoherente que él se torne beneficiario de esos mismos votos que no le
pertenecen. 

No tengo ilusiones con relación a la decencia o coherencia de una siniestra
figura como Temer. Pero, creo que el “conjunto de la obra” del actual
vice-presidente, también citado en delaciones e investigaciones de la Lava
Jato, puede generar un amplio movimiento de resistencia a su eventual
ascenso a la presidencia de la República. Esta será la mejor manera de
crearle dificultades a las oscuras intenciones de nuestra criminal
burguesía. 

* Economista.

Nota de Correspondencia de Prensa  

1) El marco legal en vigor conocido como “de partilha” o de participación,
establece que Petrobras esté presente en todos los campos de aguas
ultra-profundas, conocidos como pré-sal, a más de 5.000 metros de
profundidad, donde yacen entre 60.000 y 80.000 millones de barriles de
petróleo y equivalentes, descubiertos entre 2007 y 2010. El hallazgo de esos
yacimientos por parte de Petrobras, que invirtió cientos de millones en
prospección, representó una vuelta campana en la ecuación energética de
Brasil, el gigante industrial de América latina que tenía como su costado
vulnerable la falta de reservas cuantiosas.

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