Francia/África/ la "french touch" del imperialismo [Paul Martel]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Mar 12 00:29:20 UYT 2016


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Correspondencia de Prensa

12 de marzo 2016

Boletín Informativo

redacción y suscripciones

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Francia/África

La “french touch” del imperialismo

Paul Martial 

L’Anticapitaliste, París, febrero 2016

https://npa2009.org/  <https://npa2009.org/> 

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

http://www.vientosur.info/

La “Françafrique”, el sistema de dominación del imperialismo francés sobre
sus antiguas colonias de África negra, sigue estando bien presente, aunque
sus modalidades hayan conocido una evolución. 

Al comienzo no fue más que una negativa, la de admitir la idea de la
independencia de las colonias africanas. En enero de 1944, en Congo
Brazzaville, mientras centenares de miles de africanos están movilizados
contra el ocupante nazi en Francia /1, de Gaulle rechaza expresamente la
perspectiva de independencia para las colonias africanas: “Toda idea de
autonomía, toda posibilidad de evolución fuera del bloque francés del
Imperio: la eventual constitución, aunque sea a largo plazo, de
self-governments (autogobiernos) en las colonias es algo a descartar” /2.

Tras la guerra, París va a aferrarse desesperadamente a su política de Unión
Francesa proclamada en 1946. Este nuevo oropel del imperio colonial acabará
en 1958 bajo la presión de las luchas anticoloniales que se desarrollan en
Indochina, pero también en África con el levantamiento de Madagascar /3,
salvajemente reprimido: “La represión es la típica de las guerras
coloniales: numerosas masacres que afectan en gran medida a la población
civil, mujeres y niños incluidos. Un alto funcionario evocará un ‘Oradour
malgache’ a propósito de la masacre cometida en la pequeña ciudad de
Moramanga (en el centro-Este)”[Oradour: pueblo francés símbolo de los
crímenes de guerra cometidos en Francia durante la ocupación nazi y el
régimen colaboracionista de Vichy, en la Segunda Guerra Mundial, ndt].

En respuesta, el gobierno gaullista va a proponer el proyecto de “Comunidad
francesa”, aceptado por el conjunto de las élites africanas. Solo Séku Turé
lo rechazará y su país, Guinea, será objeto de un sabotaje en el que los
colonos destruirán archivos, escuelas y hospitales. La única ventaja de este
proyecto nacido muerto de “Comunidad Francesa” será ganar tiempo para
elaborar un plan que será de una horrible eficacia. La idea es sencilla:
cambiar todo para que no cambie nada. Había nacido la Françafrique.

Independencia neocolonial

En primer lugar, como prerrequisito para funcionar, va a apoyarse en las
élites africanas que van a heredar para sus países un tipo de independencia
que éstos no querían. Estas élites (de)formadas por la administración
colonial están en deuda con París y le son fieles. El costamarfileño
Houphouet-Bigny quedará para la historia como el gran organizador de la
Françafrique. Fue él, por otra parte, quien inventó el neologismo, en
absoluto negativo entonces. Servirá en primer lugar a Francia en detrimento
de su país y de África. Estará siempre al lado de Foccart (Secretario
General del Eliseo para asuntos africanos y malgaches de 1960 a 1974,
considerado como el personaje central en la creación de la “Françafrique”,
ndt) para luchar contra el comunismo, contra los dirigentes nacionalistas
africanos o simplemente contra países que podían perjudicar a Francia /4. De
ahí el apoyo de París a una guerra, perdida de antemano, de los
secesionistas de Biafra en Nigeria que provocó dos millones de muertos.

Al lado de Houphouet-Boigny, se encuentran otros “padres de la
independencia” que llamaron a votar SI en el referéndum de de Gaulle. En
Congo Brazzaville, Fulbert Youlou era ya considerado en 1947 como el
“candidato de los blancos” y perdió las elecciones en la región de Pool.
Contará luego con el apoyo de la Unión del Congo Medio, reagrupamiento de
los colonos blancos.

El centroafricano Boganda era diputado en la Asamblea Nacional francesa por
la lista del partido demócrata-cristiano MRP, y también tendrá el apoyo de
los colonos blancos. Maurice Yameogo, primer presidente de Alto Volta
(actualmente Burkina Faso), era un arribista fascinado por los
“evolucionados” /5. Dirigente de la rama local de la CFTC, fundará más tarde
la Unión Africana y Malgache, una organización africana anticomunista que
funcionaba, siguiendo el modelo de la OTAN, como un pacto de defensa.

Hamani Diori en Níger, artesano de la Francophonie (Organización para el
conjunto de países, comunidades o individuos que emplean habitualmente el
francés
https://es.wikipedia.org/wiki/Organización_Internacional_de_la_Francofon%C3%
ADa, ndt), accederá al poder con el apoyo de la administración colonial, de
los jefes de clanes tradicionales y de los paracaidistas franceses. León Mba
por su parte, primer Presidente de Gabon, luchaba por la
departamentalización de su país. En definitiva como se ve, todos tienen en
común su fidelidad a Francia, su combate contra los nacionalistas y un
anticomunismo visceral, hasta tal punto que Houphouet-Boigny demandó una
base del ejército estadounidense en Alto Volta para prevenir una eventual
invasión comunista china  /6. Peligro que le parecía que era subestimado por
…. Foccart. Una verdadera proeza: ser más anticomunista que el fundador del
SAC (Servicio de Acción Cívica, organización con rasgos de policía paralela
al servicio de de Gaulle, ndt).

Quienes rechazan este marco neocolonial son eliminados. En Togo, Sylvanus
Olympio será asesinado por Eyadema. En Mali, Modibo Keita será derrocado y
encontrará la muerte en su celda, envenenado. En Zaire (ahora República
Democrática del Congo) Lumumba será asesinado por Mobutu, un gran amigo de
Francia. En cuanto a Camerún, Francia desarrolló allí una verdadera guerra,
no dudando en utilizar el napalm contra las guerrillas nacionalistas.

Una independencia para una bandera

Francia ayudará a estos padres de la nación, todos ellos transformados en
dictadores, a eliminar a su oposición. Las independencias ya no implicaban
ningún peligro para París. La administración colonial va a ser mantenida y
los acuerdos bilaterales entre Francia y cada país van a fijar de forma
contractual la explotación y la sumisión que existía anteriormente.

Esta relación de vasallaje va a construirse alrededor de cuatro ejes
principales:

1) Económico. Los dirigentes franceses quieren mantener a cualquier precio
su independencia energética: el gas de Argelia, el petróleo de Gabon y más
tarde de Congo Brazzaville, y el uranio de Gabón y luego de Níger. Francia
creará, a tal fin, complejos industrial-estatales para llevar a cabo los
pillajes.

2) Financiero. El mantenimiento del franco CFA (el Franco de la comunidad
financiera africana -en francés: Franc de la communauté financière
d’Afrique- es la moneda común de 14 países africanos, casi todos ellos
antiguas colonias francesas ndt), al comienzo llamado “franco de las
colonias francesas de África”, cuyo nombre es ya, para África del Oeste, el
“franco de la comunidad financiera de África” y para África Central, el
“franco de la cooperación financiera de África central”. Hablando claro, el
conjunto de la política monetaria de los países africanos de la Zona CFA
está gestionado directamente por el ministerio francés del presupuesto.

3) Militar. La continuidad de las bases del ejército francés, que suponía
treinta mil hombres en los años 1960, va a decrecer pero esto será
compensado mediante una vigilancia de los consejeros franceses de defensa.
Los acuerdos de cooperación militar, algunas de cuyas cláusulas permanecerán
secretas, preveían explícitamente una intervención en caso de
desestabilización de los poderes existentes. Y estaban en su punto de mira,
en primer lugar, las movilizaciones populares que comenzaban a producirse
contra las dictaduras.

4) Diplomática y política. Francia va a conservar su peso de imperio en el
“concierto de las naciones”, por utilizar una expresión consagrada, gracias
a los votos adquiridos por sus antiguas colonias africanas y su presencia en
el Consejo de Seguridad de la ONU. La puesta en pie de la Francophonie va a
permitirle legitimar su injerencia en África. En fin, Foccart, que está a
cargo de los asuntos africanos y malgaches, va a crear una verdadera red de
consejeros franceses de las presidencias africanas, que le permitirá
orientar las decisiones de las antiguas colonias.

De todas formas, seamos honestos, dos elementos van a cambiar realmente para
los países africanos al llegar la independencia: los colores de la bandera y
el himno nacional.

El final de la Segunda Guerra Mundial abre la era de la guerra fría con la
obsesión de la lucha contra el comunismo. Copiando la doctrina Monroe, que
hace del conjunto del continente americano el coto privado de los Estados
Unidos, Francia va a desarrollar una política idéntica en África. Esta
división del trabajo entre Francia y los Estados Unidos va a contribuir a
mantener la represión de los movimientos populares en los dos continentes.
Lo que no impedirá a los EEUU actuar en África, como en Congo tras el
asesinato de Patrice Lumumba /7, igual que Francia participará en el Plan
Cóndor de exterminio de la izquierda latinoamericana.

Evolución y mutación

Esta política iniciada cuando se produjo la independencia de los países
africanos va a permitir a las grandes empresas francesas obtener formidables
beneficios ligados a su situación de cuasi monopolio.

La política africana de Francia va a ser diferenciada según los países. En
Costa de Marfil, Houphouet-Boigny tiene total confianza de Francia en la
gestión de su país que combina la compra de una paz social ligada a la
explotación del cacao y del café y la represión contra la oposición. El
dirigente costamarfileño tiene también esta confianza para arreglar los
conflictos en Africa del Oeste, en beneficio de Francia, igual que el
gabonés Omar Gongo, antiguo miembro de los servicios secretos franceses,
para el África Central. Para otros países, es diferente. Así en Centroáfrica
es el coronel francés Jean-Claude Mantion, quien gestiona el país en lugar
del presidente Kolingba. Según dice el congoleño Sassou Nguesso: “él
(Kolingba) ni siquiera aparentaba dirigir. Cuando los jefes de Estado
vecinos llegábamos al aeropuerto, un comandante francés, un tal Mantion, era
quien se presentaba, en pantalón corto y camiseta, para recibirnos” /8.

La Françafrique va a conocer una evolución mayor con la caída del muro de
Berlín, que abre una nueva etapa. Resulta difícil para Francia celebrar el
reencuentro con la libertad de los pueblos en los países del Este y
continuar apoyando abiertamente las peores dictaduras en África. Tanto más
en la medida que estas dictaduras han acabado de cumplir su papel histórico
de muralla contra la amenaza comunista. El imperialismo francés va a imponer
un cambio a todos los gobiernos africanos a partir del discurso de
Mitterrand en Baule, en 1990. Esta respuesta a los grandes cambios
históricos y a los movimientos de masas por la democracia en África se hará
vía las conferencias soberanas que no cambiarán radicalmente las cosas,
aunque se produzca la instauración de un espacio de libertad, a veces
precario. Sindicatos y partidos políticos van a penetrar por la brecha
abierta con la emergencia de la sociedad civil que va, en algunos casos, a
jugar un papel decisivo en las luchas sociales y políticas.

¿Qué política de Francia en África?

Se asiste desde este giro de los años 90 a un profundo cambio de la política
francesa confrontada a dos elementos mayores: una competencia de los países
emergentes y una amenaza yihadista.

A nivel económico, conviene subrayar la voluntad del gobierno francés de
dirigirse hacia países africanos anglófonos cuyo peso económico es
determinante, como África del Sur, Nigeria y, en menor medida, países de
África del Este. En efecto, el África francófona “tiene un peso
relativamente débil, de alrededor de 240 000 millones de dólares de PIB
global para una población inferior a los 300 millones de habitantes” /9.
Para algunos grupos como Total, Bolloré, Orange o Castel, África sigue
siendo un mercado importante: “en 2014 las exportaciones francesas hacia el
África subsahariana en su conjunto han representado 12 000 millones de
euros, de los cuales 7 000 millones han ido con destino a países francófonos
(…) y permiten realizar un excedente envidiable de mil millones de euros
sobre el conjunto del África subsahariana, y, si se considera únicamente los
países francófonos, de 4 500 millones de euros”. 

Pero hay que relativizar estas cifras, pues África no representa más que el
1% del comercio exterior de Francia, muy lejos de lo que era en los años 70,
y la llegada de países como China o India ha modificado profundamente la
situación: “la parte del mercado de China en África ha pasado de menos del
2% en 1990 a más del 16% en 2011, mientras que la de Francia declinaba del
10,1% en 2000 al 4,7% en 2011”.

Esta mutación de la Françafrique no es solo perceptible por la reducción del
peso económico de Francia, lo es, sobre todo, por su política que intenta
liberalizar totalmente el mercado en África mediante los Acuerdos de
Partenariado Económico (APE). Además hay una financiarización de la economía
que hace estragos en el continente en términos de huida de capitales y
evasión fiscal /10. “El movimiento ha tomado proporciones inéditas: África
habría perdido cerca de 54 000 millones de dólares por año como media
durante este período (2001-2008), e incluso 90 000 millones en 2007 y 2008”.
A esto se añade una corrupción masiva de las élites, puesta a la luz por los
expedientes judiciales, durante mucho tiempo frenados por los gobiernos
franceses, sobre los bienes mal adquiridos por los dictadores africanos.

A nivel militar, se asiste a una autonomización del estado mayor militar,
que es descrita así por Laurent Bigot, antiguo responsable de África del
Oeste en el Quai d´Orsay, en su comparecencia en la comisión parlamentaria
precedentemente citada: “En la toma de decisiones sobre las cuestiones
africanas habría hoy una sobre-representación de los militares, que han
tomado un lugar dejado vacante por los diplomáticos del Quai d´Orsay o
incluso del Elíseo. El estado mayor particular del presidente de la
República ocupa también un espacio que no deja de crecer y muchas decisiones
se toman por actores externos a la esfera diplomática”.

Esta toma de poder de los militares sobre la política ha tenido
consecuencias catastróficas, siendo la peor de todas ellas, ciertamente, la
participación de Francia en el genocidio de los Tutsis en Ruanda (abril
1994). Totalmente implicado en el apoyo al gobierno Habyarimana, el estado
mayor se apropió de alguna forma de esta guerra contra el FPR de Kagamé
hasta el punto de apoyar a los peores extremistas de la dictadura ruandesa
(dicho esto sin negar en absoluto las terribles responsabilidades de
dirigentes como Mitterrand y Juppé). Hasta tal punto que Francia recibió
difícilmente el aval de las Naciones Unidas para la operación Turquesa /11.
Dos periodistas de Le Figaro, Isabelle Lasserre y Thierry Oberlé /12, ponen
a la luz el peso de la jerarquía militar en la operación Serval en Malí. Una
operación prevista desde 2009 con el nombre clave de “Tiburón”, que será
numerosas veces rechazada por Nicolas Sarkozy y finalmente aceptada por
François Hollande. La continuidad de esta política resulta más facilitada
aún en la medida en que François Hollande ha mantenido al jefe de estado
mayor particular de Sarkozy, Benoît Puga, un antiguo director de los
servicios de información militar.

Comprender el imperialismo francés en África

Las intervenciones militares de Francia no están motivadas fundamentalmente
por la preservación de los intereses económicos de Francia. Ciertamente,
puede haber “ventajas colaterales”. Por ejemplo, está claro que las empresas
francesas están particularmente bien representadas en la reconstrucción de
Costa de Marfil. Está claro también que uno de los aspectos de la
intervención en Malí era asegurar las importantes inversiones de Areva en la
explotación de uranio en el vecino Níger.

Pero los costes de las operaciones exteriores (OPEX) se elevan a 1 250
millones de euros en 2013 y a 1 130 millones en 2014. Se está lejos de los
340 millones de euros de excedente comercial que Francia realiza con Malí
/13. El ejemplo de la República Centroafricana, donde se desarrolla la
operación Sangaris, es aún más significativo. Este país, al borde del
abismo, no produce prácticamente nada y sus únicas riquezas, la extracción
de los diamantes y la producción de madera están en manos mafiosas. Según
confesión del Ministerio de Asuntos Exteriores: “los intercambios
comerciales (55 millones de dólares) son poco importantes y las empresas
francesas poco numerosas” /14.

El ejemplo del Chad es también esclarecedor: un país exportador de petróleo
en el que Francia ha intervenido en numerosas ocasiones para preservar en
pie los diferentes regímenes. Hasta tal punto que la operación militar
Epervier, emprendida en febrero de 1986 contra las tropas libias, se
mantiene. La última intervención data de 2008 e intentaba salvar al dictador
Idriss Deby. Pero las intervenciones francesas no están ligadas al petróleo
puesto que ninguna empresa francesa explota el oro negro en ese país. Las
empresas son americanas (ExxonMobil y Chevron) y malasias (Petronas). En
otros términos, la intervención militar francesa en ese país tiene por
objetivo, no preservar sus intereses económicos, ¡sino los de Estados
Unidos!

Francia continúa jugando su papel, ayer contra el comunismo, en la época de
la guerra fría, hoy contra las amenazas yihadistas o los sobresaltos de
Estados fallidos, para preservar el orden mundial que permite la explotación
y el pillaje de los países pobres por los países ricos. Ciertamente hay
competencia, diferencias e incluso se expresan divergencias entre los
diferentes imperialismos sobre África. Pero cuando se trata de asegurar su
estabilidad y preservar el África útil para el business, se llega al
consenso. Creer que había una oposición entre imperialismo estadounidense y
francés en Malí, lo que ha llevado a algunos a apoyar la intervención
francesa, es un error /15. Prueba de ello es la operación Serval, objeto de
las felicitaciones de la administración americana /16, que se ha
transformado en operación Barkhane permitiendo así al ejército francés
intervenir en toda la banda sahelo-sahariana, sin tener en cuenta, de forma
deliberada, las fronteras de Mauritania, Malí, Burkina Faso y Chad, como en
tiempos de las colonias.

Si la Françafrique crea consenso oficial en su contra, las manifestaciones
concretas de su política son poco o nada combatidas por las organizaciones
de la izquierda. Las intervenciones están a menudo justificadas por la
urgencia humanitaria, por la solidaridad en nombre de “nuestra historia
común” que permite exonerar a la política francesa en África, sin embargo
causa principal de las crisis que golpean con dureza al continente.
Presionados por la urgencia, los principales partidos de izquierda aceptan
las intervenciones militares en África con el motivo de salvar vidas, sin
jamás plantearse la pregunta de por qué hemos llegado a este punto.

El caso de la República Centroafricana es desde este punto de vista
significativo: en un decenio, ocho intervenciones militares, en apoyo a
todos los gobiernos, a veces con una gestión directa del país y, al final,
el naufragio de un país con consecuencias dramáticas y dolorosas para la
población. Difícil en esta situación explicar que Francia no tiene nada que
ver en este resultado. Este ejemplo muestra que la debilidad de una
actividad antiimperialista en Francia deja una total libertad a quienes
toman decisiones, en particular al ejército, para continuar su nefasta
política sin ser realmente inquietados.

Notas

1/ https://blogs.mediapart.fr/nils-and...

2/ Acta final de la conferencia de Brazzaville enero/febrero de 1944

3/
http://www.afriquesenlutte.org/afrique-australe/madagascar/article/il-y-a-65
-ans-l-insurrection-de

4/
http://www.lemonde.fr/afrique/article/2015/02/06/l-ombre-d-houphouet-boigny-
plane-toujours-sur-la-cote-d-ivoire_4571219_3212.html

5/ Apelación que designa bien personas mestizas, bien africanos que viven a
la occidental, ocupando lo más frecuentemente puestos en la administración
colonial.

6/ Pierre-Michel Durand, L’Afrique et les relations franco-américaines des
années soixante, Paris, Éditions L’Harmattan, 2007 p307

7/
http://survie.org/billets-d-afrique/2014/232-fevrier-2014/article/les-usa-as
sassinent-lumumba-et-4626

8/
http://www.parismatch.com/Actu/International/On-s-en-prend-a-l-Afrique-parce
-qu-elle-est-faible-540903

9/ El conjunto de los datos de este párrafo viene del proyecto de informe de
la comisión de la Asamblea Nacional titulado Sur la stabilité et le
développement de l’Afrique francophone. Ver
http://www.assemblee-nationale.fr/14/rap-info/i2746.asp

10/
http://www.alternatives-economiques.fr/afrique—capitaux-en-fuite_fr_art_946_
50180.html

11/ Cinco miembros del Consejo de Seguridad se han abstenido: China,
Nigeria, Nueva Zelanda, Pakistán y Brasil.

12/ Isabelle Lasserre et Thierry Oberlé, Notre guerre secrète au Mali.
Fayard.

13/ https://www.tresor.economie.gouv.fr/pays/mali

14/
http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/dossiers-pays/republique-centrafricaine/la-
france-et-la-republique-centrafricaine/

15/ http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/do...

16/
http://www.lemonde.fr/afrique/article/2013/02/14/les-etats-unis-felicitent-l
a-france-pour-leur-intervention-au-mali_1833059_3212.html

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