Brasil/ Los errores de estrategia se pagan [Valerio Arcary]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Jul 15 00:12:24 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

15 de julio 2017

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Brasil

Los errores de estrategia se pagan 

Valerio Arcary *       

Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

Las virtudes de los hombres son semejantes al vuelo de los pájaros.  

El ave que se habitúa con el paisaje rastrero, pierde el gusto por la
altura. 

Proverbio popular de la India

Esta semana fue triste. La aprobación de la reforma laboral, la condena de
Lula por Moro, y la victoria de Temer en la votación en la CCJ (Comisión de
Constitución y Justicia), en secuencia. Quedé agobiado al ver que sólo
algunos centenares de personas fueron a la Avenida Paulista para protestar
por la condena a Lula. Muy pocos. El único alivio fue leer extractos de una
bella intervención de Guilherme Boulos. (1) Pero es preciso constatar las
cosas como son. Un juzgamiento político infame criminaliza a Lula y la
reacción popular parece ser, por lo menos hasta el momento, pasiva. Una
izquierda que aspire a tener fututo tiene que tener principios. No se puede
dejar guiar por el sectarismo.  

Lula no debería inspirar simpatía después de todo lo que ocurrió luego de
2003. Pero quien no defiende a Lula, jurídicamente, delante de Moro está,
irremediablemente, del lado de la Lava Jato. No hay término medio. Este
juzgamiento fue político. Moro no precisó de ninguna máscara técnica. Moro
no consiguió probar que el apartamento de Guarujá seria de Lula. La
obligación de probar era de la Justicia: la responsabilidad de la prueba era
del Ministerio Público. Todo acusado tiene el derecho al beneficio de la
duda. Callarse ante la condena de Lula significa ceder a la presión de un
campo de la clase dominante. No un campo cualquiera. El campo que hoy es
mayoritario, que apoya la Lava Jato. Defender los derechos jurídicos de Lula
no es lo mismo que defenderlo políticamente. Es simple y evidente, para
cualquier mente lúcida, que podemos condenar el balance político de los
gobiernos del PT, y considerar que en este proceso no se reunieron las
pruebas de que el apartamento pertenecía a Lula. No significa siquiera
considerar que él es, a a priori, inocente de las acusaciones de corrupción.
Significa defender sus derechos democráticos, porque son los derechos
democráticos de todos y, por tanto, deben ser inviolables. Combatir a Moro y
la Lava Jato no es lo mismo que defender a Lula. Lula no es inocente, pero
no nos unimos a los verdugos de la burguesía que quieren destruirlo atacando
sus derechos democráticos. El ataque a Lula obedece a una estrategia
indiscutible: impedir su candidatura en 2018. Como si fuera poco, todavía
declaró que tiene fe en la Justicia. O sea, mismo en esta hora terrible en
que Moro los condena por “ladrón”, Lula reafirma la fe en las instituciones,
reitera el programa de colaboración de clases con la burguesía, y se recusa
a llamar a las calles a la clase trabajadora, que confía en su liderazgo,
para derrotar a Temer. 

Por tanto, conclusión inocultable: es la clase dominante quien rompió con
Lula, no al contrario. Ocurre que es muy improbable que pueda ser candidato.
No deberíamos apoyarlo, incluso de pudiese ser candidato, una hipótesis cada
vez as improbable. Pero creo que todos los que apostamos en una izquierda
socialista más allá del lulismo, deberíamos defender el derecho del PT de
presentar a Lula en 2018. Acontece que toda esta operación judicial fue
construida para impedir su candidatura. El Tribunal colegiado de Porto
Alegre no debe recular. 

Los errores de estrategia se pagan. El PT pasó años “tocando el tambor”
alardeando sus victorias tácticas: vencieron en cuatro elecciones
presidenciales sucesivas. Todas estas tácticas desembocaron en una derrota
estratégica, tal vez, irreversible, para el propio PT, y que puede tener
secuelas muy graves para toda la izquierda. Porque Lula está siendo
condenado por la Justicia por haber sido corrupto. No por haber capitulado
al gran capital. Aunque todavía lo que prevalece sea la división y la
confusión, una parcela importante de la clase trabajadora está concluyendo
que la condena a Lula es justa. No salieron a las calles a defenderlo. Es
terrible, pero es así. 

Los errores de estrategia se pagan. Si alguien en la izquierda socialista
considera que la condena de Lula por haber sido “deshonesto” es progresiva,
no está comprendiendo nada de lo que ocurrió luego de Junio de 2013 y, sobre
todo, después del impeachment de Dilma Rousseff. La dirección del PT apoyó
durante catorce años, incondicionalmente, la política de
negociación/rendición, impulsada por Lula: tranquilizar el capitalismo
brasilero de que él en el poder, en nombre de la izquierda, no representaba
ningún peligro para sus negocios.  

Pero los errores de estrategia se pagan. Aquellos que alertamos que ésta
orientación preparaba derrotas permanecemos en minoría durante quince años.
La historia está demostrando ante nuestros ojos, amargamente, que Lula y la
dirección del PT estaban errados. La estrategia de regulación del
capitalismo está siendo un precio monumental para Lula y el  PT. La
colaboración de clases siempre fue presentada como la orientación del mal
menor. Ahora llegó la hora de pagar la cuenta. La táctica de ampliación de
alianzas con fracciones del gran empresariado para gobernar “para todos”
sería indolora. Sólo que no es. El "win, win" o  “gana, gana”, un proyecto
de crecimiento económico embalado por la excepcional elevación del precio de
los commodities, pretendía sustentar reformas como los reajustes del salario
mínimo encima de la inflación sin reducción de la tasa de lucro. Fracasó.
Los límites del capitalismo contemporáneo fueron más fuertes. 

Los errores de estrategia se pagan. La ilusión de que la Justicia es neutra
es una trampa ideológica. Ni los fiscales ni los jueces son inteligencias
técnicas imparciales. Además, ninguna está por arriba de los conflictos
sociales y políticos. Existen como una forma de resolver disputas de forma
desarmada. La condena de Lula sin pruebas contundentes es un ataque a las
libertades democráticas y tiene como objetivo destruir su liderazgo. Lula no
debe ser visto como un inocente. Sabía, perfectamente, como el PT era
financiado. Pero aquellos que se reivindican de izquierda y que no se
posicionan contra la decisión de Moro, están manchando sus biografías.  

El PT y Lula no inventaron nada: se doblaron ante la fuerza del dinero de
las empresas constructoras y de los bancos, como PSDB, DEM, y una larga
lista. Complicidad con el enemigo de clase bajo el pretexto de lucha contra
la corrupción es una miopía imperdonable. Es más que necesario un Frente de
Izquierda Socialista para disputar contra el PT una propuesta
anticapitalista. Pero ella no se construirá “subiéndose al carro” de la
campaña reaccionaria de criminalización de Lula. 

Los errores de estrategia se pagan. Insistir en la misma estrategia,
cambiando los líderes, no tendrá otro desenlace que nuevas derrotas.  

* Militante de la coordinación nacional del Movimiento por una Alternativa
Independiente y Socialista (MAIS). 

Nota de Correspondencia de Prensa 

1) Activista social y profesor, miembro de la Coordinación Nacional del
Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST). 

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