Colombia/ Las disidencias de las FARC: un problema en auge [FIP - Informe ]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Abr 19 15:02:19 UYT 2018


  _____

Correspondencia de Prensa

19 de abril 2018

 <https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/>
https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____



Colombia



Las disidencias de las FARC: un problema en auge



Casi año y medio después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y
las FARC, la FIP estima que existen en el país cerca de 1.200 disidentes.
Sin embargo, fuentes extraoficiales señalan que podrían llegar a ser 1.500.
En esta investigación de más de un año, la FIP (Fundación Ideas Para La Paz)
presenta un completo análisis documentado con cifras, mapas y datos claves
para conocer más sobre una problemática que viene creciendo:
http://www.ideaspaz.org/publications/posts/1662
<http://www.ideaspaz.org/publications/posts/1662>



Eduardo Álvarez Vanegas/Andrés Cajiao/Daniel Pardo Calderón



FIP, 10-4-2018

http://www.ideaspaz.org/



El tránsito de la guerra a la paz es un proceso complejo, y en el caso de
las FARC hay determinantes que lo agudizan. Entre ellos, un conjunto de
mandos medios con capacidad de coordinación e influencia, gran presencia
territorial, reivindicaciones políticas que siguen vigentes, y una estrecha
relación con economías criminales (principalmente del narcotráfico). Por
eso, la decisión de abandonar la lucha armada y la criminalidad no ha sido
homogénea: desde mediados de 2016 se han venido consolidando un conjunto de
disidencias que cuentan con un itinerario propio.



A medida que avanza la implementación del Acuerdo, el poder y capacidad de
desestabilización de estos grupos ha venido aumentando hasta el punto de
que, si no se toman las decisiones correctas, pueden llegar a constituirse
en una verdadera amenaza para la estabilidad de la paz. Varias de estas
disidencias se han comenzado a transformar en un problema binacional y su
actuar inquieta a los territorios de Ecuador y Venezuela. Es el caso del
grupo comandado por alias Guacho, a quien se atribuye el secuestro y
asesinato de tres periodistas del vecino país.



Queda comprender el desarrollo del fenómeno de las disidencias en los meses
que vienen. Hasta el momento en que se publica este informe, no es posible
saber si estos grupos —que hoy responden a realidades territoriales
concretas— avanzan hacia un mecanismo de coordinación, ni tampoco si se
reivindicarán como voceros de un propósito político para justificar su
actuar.



¿En qué consiste el informe de la FIP?



Ante la gravedad del problema en el contexto de transición que vive el país,
y debido a la falta de claridad sobre su significado, alcance e impacto, la
FIP inició hace dos años un seguimiento constante de las dinámicas de estas
facciones, en un ejercicio que incluyó la revisión de medios de prensa,
literatura especializada y visitas a terreno en varias regiones, con el fin
de recabar información acerca de sus dimensiones, rasgos y variaciones.



El resultado de este esfuerzo investigativo es el informe titulado
“Trayectorias y dinámicas territoriales de las disidencias de las FARC”,
cuyo objetivo consiste en identificar y entender las causas y factores que
han favorecido el surgimiento y evolución del fenómeno.



¿Qué son las disidencias y por qué han surgido?



Son, básicamente, ex integrantes de las FARC que decidieron formar nuevas
facciones armadas. Tal y como lo evidencian algunas experiencias
internacionales, su aparición es común ya que todos los ejércitos
irregulares están conformados por personas con identidades, costumbres e
intereses diferentes, que los hacen susceptibles de divisiones. La
evidencia, además, demuestra que las disidencias tienden a surgir más
durante negociaciones de paz, lo que genera un quiebre en los objetivos
organizacionales y provoca desconfianza, rechazo, incertidumbre e
inconformismo, y que en su aparición y evolución influyen factores
organizacionales y del entorno, no solo de tipo económico sino también
geográfico, político, social.



Las disidencias no cuentan con alta capacidad armada, pero sus acciones
tienen gran impacto humanitario y parecen utilizar el modus operandi que
tenían las FARC



En el caso de las FARC se destacan la degradación interna de tipo criminal
de varias estructuras; la proyección hacia el postconflicto de
comportamientos y lógicas de violencia de corte político y militar (como
ocurrió, por ejemplo, con “Gentil Duarte” en Meta, Caquetá y Guaviare), o de
tipo más criminal (como es el caso de “Guacho” en Nariño o “Jhon 40” y
“Julián Cholo” en Guainía, en la frontera con Venezuela); el rechazo de
algunos sectores al proceso de paz y al acuerdo final; la presión para
continuar en armas ante el avance de grupos criminales en algunas zonas; los
retrasos en la dejación de las armas y en la adecuación de los espacios de
concentración para la reincorporación; el apoyo y reconocimiento social que
tuvieron las FARC en algunas regiones, y la falta de garantías de seguridad
para ex combatientes y sus familias.



¿Qué buscan?



Si bien la captación de rentas ilícitas es un factor determinante para la
evolución y persistencia de la mayoría de estos grupos, el trabajo de la FIP
permitió constatar que no es su única motivación y que cada estructura tiene
rasgos, dimensiones y variaciones que determinan sus objetivos. En algunos
casos, incluso, las relaciones criminales no representan un objetivo en sí
mismo, sino un medio para alcanzar objetivos políticos y militares. Por eso
resulta inconveniente reducir su explicación a factores económicos y
calificarlos como “simples bandidos” o “residuos”.



Aparte de las relaciones con las economías criminales, es importante
considerar cada facción en función de su historia, el perfil de sus líderes,
las trayectorias que siguieron durante el conflicto y las negociaciones de
paz, y el contexto en el que surgieron. Así, es posible tener una visión más
completa y precisa de sus objetivos reales. La decisión de ‘Guacho’ para
entrar en disidencia en Nariño, por ejemplo, no estuvo únicamente motivada
por la presión de narcotraficantes y traquetos de la zona: también pesó la
falta de garantías de seguridad y la presencia y acciones de otros grupos,
como el ELN, y de ‘David’, de las Guerrillas Unidas del Pacífico (GUP).



¿Cuántos son?



Aunque no hay certeza de cuántos serían los disidentes de las FARC, la FIP
estima que podrían llegar a haber 1.200. Sin embargo, algunas cifras
extraoficiales los calculan en 1.500 y existen discrepancias entre las
cifras oficiales y las de otras organizaciones: mientras entidades como la
Fiscalía General habla de 500 y la Defensoría del Pueblo de 800, la
Vicepresidencia señala que son 1.000, las Fuerzas Militares calculan que ya
llegan a los 1.200, y algunas organizaciones sociales señalan que pueden ser
entre 700 y 1000.



El conteo se dificulta por las diferentes trayectorias que siguieron los
integrantes de las FARC durante el proceso de negociación y de
implementación temprana del acuerdo de paz: mientras algunos se quedaron por
fuera por decisión propia o porque no fueron reconocidos por la guerrilla,
otros sí ingresaron pero salieron antes de ser certificados. Unos más se
concentraron y luego salieron, y otros se concentraron, se certificaron y
renunciaron a seguir en el proceso o reincidieron (como por ejemplo los
miembros de la disidencia del Frente 36 en Antioquia).



¿Quiénes son y dónde están?



De acuerdo al seguimiento de la FIP, el gobierno y la fuerza pública han
confirmado disidencias integradas por ex combatientes de los frentes 1, 7,
14, 15, 16, 27, 40, 48, 62, 63 y la Columna móvil Acacio Medina en el
oriente y sur del país; un sector de la Columna Móvil Daniel Aldana y la
Columna Móvil Mariscal Sucre en Tumaco, y del Frente 29 en otras zonas de
Nariño, de los que habrían surgido varios grupos (Guerrillas Unidas del Sur,
Resistencia Campesina, Los de Sábalo, Guerrillas Unidas del Pacífico); los
Frentes 6, 30, la Columna Miller Perdomo y la Columna móvil Jacobo Arenas,
en Cauca y Valle del Cauca; el Frente 10, en Arauca, y los frentes 18 y 36,
en Antioquia.



Algunos de sus principales líderes son “Gentil Duarte” (Frente 7), al mando
de 300 personas; “Iván Mordisco” (Frente 1), al mando de 250 personas;
“Giovanni Chuspas” (Frente 16), “Calarcá” (Frente 40), al mando de 60
personas; “Jhon 40” (Acacio Medina), “Guacho” (frente Oliver Sinisterra), al
mando de 500 personas; “David” (Guerrillas Unidas del Pacífico) al mando de
300 personas, y “Juvenal” (Columna Miller Perdomo) al mando de 25 personas.
La mayoría son mandos medios con experiencia y amplia y reconocida
trayectoria en la guerrilla por su trabajo político, social, militar y
financiero.



De un solo grupo en disidencias (Frente 1), en junio de 2016, hoy existen
casi 18 estructuras, con algún tipo de presencia en diferentes zonas de 13
departamentos. Es importante señalar que el trabajo de la FIP no permite
afirmar con exactitud en qué municipios hacen presencia estos grupos porque
la unidad territorial de un municipio es sumamente extensa y los grupos
armados no miden su presencia territorial bajo una división
político-administrativa.



Además de las estructuras confirmadas, existen fuertes indicios de otras
disidencias, aunque por ahora no hay información precisa que permita
confirmar completamente su existencia: Frente 3, 49, y la Columna Móvil
Teófilo Forero (Caquetá); Frente 5 y 57 (Urabá antioqueño y Urabá chocoano);
Frente 21 (Tolima); Frente 27 y 43 (Meta); Frente 33 (Catatumbo), y Frente
34 (Chocó).



Geográficamente, las disidencias de las FARC se pueden agrupar en dos
macro-regiones: 1) la Oriente y Sur, que contiene el sur del Meta y Caquetá,
el eje Sur de Meta-Guaviare-Vaupés-Guainía, y el eje
Guaviare-Guainía-Vichada-Arauca, Putumayo y Arauca; y 2) la Occidente, con
Nariño, el casco urbano de Tumaco y el norte de Cauca. De igual manera,
están algunos casos de disidencias en evolución: frentes 18 y 36, en
Antioquia, y la Columna Teófilo Forero en Caquetá.



En cada caso la FIP considera un conjunto de variables que permiten tener
una visión particular del comportamiento de cada grupo, como los repertorios
de violencia, la coordinación y el enfrentamiento con otros grupos armados,
el relacionamiento con la población, la identidad y sus reivindicaciones, su
actitud frente al proceso de paz y el impacto humanitario de sus acciones.



¿Cómo operan y cuál ha sido su impacto?



De acuerdo con el monitoreo de la FIP, en los últimos 21 meses se les ha
atribuido a las disidencias 147 acciones, con una tendencia creciente que se
mantuvo contante durante el segundo semestre de 2016, y que registró picos
de actividad armada importantes en los meses de abril y octubre de 2017 y
febrero de 2018.



Las principales son de bajo esfuerzo militar como enfrentamientos,
emboscadas y activación de artefactos explosivos. También preocupan los
registros de reclutamiento forzado que, junto al desplazamiento, constituyen
las principales causas de impacto humanitario.



El grueso de las acciones atribuidas se han concentrado en cinco
departamentos: Guaviare (23%), Nariño (18%), Cauca (16%), Caquetá (12%) y
Meta (14%). El grupo más activo es la disidencia del Frente 1, con el 26% de
los casos, seguido del Frente 7 (14%) y el Frente Oliver Sinisterra 11%. En
todo caso, y teniendo en cuenta las limitaciones de las piezas
periodísticas, hay un 22% de acciones con autoría sin identificar. Las
principales disidencias de Nariño, el Frente Oliver Sinisterra (FOS) y las
Guerrilleas Unidas del Pacífico (GUP), suman el 16%. Estas acciones han
tenido un impacto considerable particularmente sobre poblaciones indígenas y
afro descendientes.



Algunas de estas acciones también han tenido impacto en zonas de países
fronterizos, como el caso de las provincias de Esmeraldas y Carchi, en
Ecuador, donde se han registrado varios atentados en contra de las fuerzas
armadas ecuatorianas y el secuestro de tres periodistas. También en los
departamentos de Apuré, Bolívar y Amazonas, en Venezuela, donde buscan
controlar la extracción de minerales. En Brasil se ha denunciado la
presencia de supuestos disidentes que estarían siendo reclutados por
organizaciones criminales locales.



¿Qué rasgos característicos tienen?



•Algunos de estos grupos muestran líneas de continuidad con las antiguas
unidades tácticas de las FARC: los recursos bélicos que emplean, sus
repertorios de violencia, las redes de dominio social y político, los
corredores de movilidad, las rutas terrestres y fluviales, las salidas al
mar y los pasos transfronterizos que utilizan. También su operación en zonas
con presencia de economías ilegales (cocaína, minería y maderas finas), el
uso de corredores de narcotráfico y minería ilegal que cumplen funciones
logísticas para el aprovisionamiento de recursos económicos o armas, tal y
como ocurría durante el conflicto armado.



•Aunque no hay relación jerárquica entre las disidencias (no se puede hablar
por ahora de una gran estructura), sí existe una coordinación de acciones
entre las diferentes facciones para el control de corredores de movilidad y
abastecimiento, y de economías ilícitas.



•Algunas de estas disidencias han seguido una lógica de expansión
territorial en Colombia y hacia las zonas de frontera con Venezuela, Ecuador
y Brasil, con el fin de mantener control sobre corredores de tráficos
ilícitos y retomar contactos con mafias y organizaciones internacionales del
crimen.



•Han optado por un control efectivo de los ríos como rutas naturales por
donde se movilizan, articulan acciones y conectan regiones al interior del
país y hacia las fronteras.



•En algunos casos, el control social y político que ejercen sobre las
comunidades les ha permitido obtener cierto grado de reconocimiento y apoyo,
al punto de ser vistos como reguladores de conflictos sociales y protectores
frente a la incursión de otros grupos armados ilegales.



¿Qué se ha hecho para combatirlas? ¿Ha funcionado?



Aunque la FIP reconoce que el Estado ha definido marcos de acción
específicos de lucha contra las disidencias —como el “Plan Orus”, la
Operación Perseo, la Operación Éxodo y la Directiva 037 del Ministerio de
Defensa, entre otros—, lo cierto es que, lejos de desaparecer, la amenaza
que representan se mantiene. Por eso, no es clara la pertinencia y
viabilidad de las estrategias empleadas hasta ahora.



Si bien se han logrado importantes resultados operacionales de las Fuerzas
Militares, no parecen ser suficientes para detener las acciones de las
disidencias



Si bien se han logrado importantes resultados operacionales en términos de
capturas, muertes e incautaciones, el enfoque de estas acciones, centrado en
la neutralización de sus cabecillas y en la desarticulación de sus
estructuras de mando y control, no parece ser suficiente, entre otras cosas
porque deja de lado factores de tipo geográfico, económico, político y
social que favorecen su continuidad. El hecho de que se haya pasado de un
solo grupo en dos departamentos, a casi 18 estructuras en diferentes zonas
de 13 departamentos, demuestra que estos grupos se han venido expandiendo y
fortaleciendo, y que es necesario revisar la respuesta institucional para
seguir avanzando con mayor contundencia en su efectiva desarticulación.

  _____





---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20180419/1a097f6b/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa