Estado español/ La crisis en Podemos y el futuro de la unidad popular [Raúl Camargo]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Abr 25 12:56:24 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

25 de abril 2018

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Estado español



¿Y ahora qué? El futuro de la unidad popular



24/04/2018 | Raúl Camargo



Raúl Camargo *



Público, 20-4-2018

http://blogs.publico.es/

Viento Sur, 25-4-2018

http://www.vientosur.info/



El flamante acuerdo Íñigo Errejón-Ramón Espinar que avalaba ayer Pablo
Iglesias trataba de cerrar el bochornoso espectáculo que ha provocado una
crisis en Podemos a raíz de la convocatoria de primarias al candidato y a la
lista de la Comunidad de Madrid. Esta misma semana, una asamblea de Podemos
en Movimiento –el espacio en el que participa Anticapitalistas– decidía no
concurrir y apostar por impulsar un proceso que cambie el eje de discusión,
sea capaz de generar una apertura más ilusionante que culmine en unas
primarias de unidad popular. ¿Qué retos tenemos por delante?



Un momento de crisis política



Esta convocatoria de primarias ha sido completamente inoportuna. En plena
crisis política y moral del PP en Madrid y con una moción de censura en
marcha que hace tambalearse su proyecto político, es incomprensible abrir
una guerra interna en Podemos. Lo prioritario en esta coyuntura era y es
presentar una alternativa sólida al PP. La única manera de hacerlo consistía
en poner los intereses de la mayoría social en el centro, lo que pasa por
echar al PP, pero no para colocar en primera línea a su recambio Ciudadanos,
ni para otorgar el liderazgo de la izquierda a un PSOE que hasta estos días
estaba fuera de juego: se trataba de proponer un programa para erradicar la
corrupción del PP –que es su forma de gobierno de lo público y de
autorreproducirse– y a la vez, levantar un programa social y político que
respondiese a los problemas de los madrileños y de las madrileñas. Un
programa capaz de recoger las demandas feministas; de las luchas obreras
como la de Amazon; de los pensionistas; de la gente trabajadora que hoy,
casi de forma invisible, sigue organizada para defender la sanidad y la
educación públicas; de los estudiantes que ven como a los políticos les
regalan títulos mientras ellosy ellas no pueden pagar unas tasas por las
nubes.



El objetivo era el de impugnar la corrupción, pero también desmontar todo un
sistema podrido hasta sus raíces. Es injustificable y torpe que en una
coyuntura de crisis política de nuestros adversarios nos abramos una crisis
política a nosotros/as mismos/as. Nadie lo entiende porque no se puede
explicar: cuando la lógica interna de un partido choca con las necesidades
de la base social a la que representa, es el momento de impugnar su rumbo.



El agotamiento de un modelo



Cuando comenzó Podemos y se introdujo el sistema de primarias abiertas para
configurar las listas electorales, el problema que subyacía era muy simple:
se trataba de buscar mecanismos que fomentasen la participación y activasen
políticamente a todo un sector de gente harto de la política tradicional.
Sin embargo, el espectáculo que se ha generado estas semanas en Podemos en
la Comunidad de Madrid demuestra que los métodos que en una etapa fueron
útiles, a día de hoy ya no lo son: la forma de entender las primarias de
Podemos aleja a la gente de la participación, generan desafección en amplios
sectores de la sociedad y fomentan una lógica de competencia despiadada más
propia de una empresa que de un espacio político que aspira a transformar la
sociedad. En estas primarias ya no hay ni siquiera un proceso de debate
político previo a la elección de listas: de repente, la dirección impone el
ticket Errejon-Espinar ignorando que los documentos políticos aprobados en
la última asamblea de Podemos Madrid apostaban por construir la unidad
popular con un programa de ruptura.



Es evidente que estás primarias ya no cumplen con el objetivo para el que
nacieron: más que sumar, restan fuerza. Tras cada proceso de este tipo,
queda menos gente en Podemos. Y la dirección de Podemos, en vez de pararse a
reflexionar sobre ello y tratar de recomponer la situación, se decide a huir
hacia adelante escenificando un cierre en falso de la crisis.



Estas primarias también proponen el mismo sistema que en Vistalegre II, el
llamado sistema “desborda”, que penaliza a las corrientes críticas que no
cuentan con todo el aparato para presentar sus propuestas: frente a los que
dicen que Anticapitalistas está sobrerrepresentada en Podemos, recordamos
que la lista que impulsamos en VistaAlegre II sacó el 13% de los votos y el
3% de los representantes. Así como en el último proceso de Madrid ciudad la
lista que impulsamos sacó más del 30% y sólo cuatro representantes –de 28–.
Es decir, que la dirección de Podemos ha diseñado un sistema en el que las
corrientes críticas solo tienen dos opciones: o pasar por el aro e
integrarse en listas sin discusión política o bien presentar listas para
competir y ser laminadas, aunque representen al 30% de los/as inscritos /as
y a un sector importante de la militancia del movimiento social madrileño.
Todo ello, recordamos, sin siquiera poder debatir la propuesta política para
la Comunidad de Madrid como si esto fuese de personas y cargos y no de
proyecto y programa.



En esta lógica informal propia de la política profesional hemos leído en los
medios que nuestra posición se interpreta como renuncia. Pero ante un asunto
tan serio como es el futuro de la posibilidad de cambio en la Comunidad de
Madrid, en ningún momento se ha planteado la pregunta correcta: ¿Cuáles son
las tareas políticas del momento? ¿Cuál es el mejor proceso y proyecto para
la gente trabajadora? ¿Cómo ganamos al PP? Sólo así se puede medir el éxito
o un fracaso un proyecto político, a no ser que ya apostemos directamente
por convertirnos en agencias de colocación de cargos. Así que nadie se
confunda. No hay ningún paso atrás, ninguna renuncia: hay una nueva apertura
tanto de militantes de Podemos, como del municipalismo y de los movimientos
sociales y sindicales para tomar la iniciativa y construir una propuesta
política realmente capaz de forjar una unidad capaz de derrotar al PP y
transformar la comunidad de Madrid.



Apostar por la unidad popular y un programa de cambio.



Nuestra apuesta parte de la convicción de que es necesaria la más amplia
unidad para ganar la Comunidad de Madrid. También de que sólo un programa
transformador puede cambiar de verdad la vida de la gente trabajadora. Uno
de los motivos por los que no nos hemos integrado en la candidatura de
Errejón-Espinar, además del método poco democrático, es que no estamos de
acuerdo con su propuesta política. Errejón siempre ha sido muy claro en
torno a esta. Su corriente política ha apoyado en el Ayuntamiento de Madrid,
por ejemplo, la operación Chamartín, con la que se ha asumido el modelo de
ciudad de la derecha, basado en el pelotazo inmobiliario al servicio del
capital financiero, frente a las propuestas de las asociaciones vecinales,
ecologistas, sindicatos y colectivos de barrio. O su aceptación de los
recortes presupuestarios en la capital, frente a los ataques de Montoro, en
vez de adoptar una perspectiva de resistencia y lucha contra la austeridad
desde las instituciones.



La estrategia de Errejón también es clara: se trata de competir
“virtuosamente” con el PSOE, pero el objetivo es un pacto con ellos,
renunciando progresivamente a los elementos más transformadores del programa
de Podemos. Nuestra convicción ha sido y sigue siendo que el PSOE es un
adversario, un partido del régimen que siempre ha defendido los intereses de
los de arriba. Estamos dispuestos a apoyarlo tácticamente para echar al PP,
pero no a gobernar con ellos cuando no hay acuerdo programático ni político.



En cuanto al sujeto político que se tiene que construir, el documento
político que ganó la última asamblea de Podemos en la Comunidad de Madrid
dejaba claro que el objetivo era construir un proyecto de unidad popular,
arraigado entre las clases populares, en los municipios y barrios, con todas
aquellas organizaciones que día a día trabajan para cambiar las cosas. Hay
que contar con los movimientos sociales, con las luchas desde abajo, hay que
generar una dinámica abierta y participativa: es la única forma de ganar. El
mejor ejemplo en ese sentido fue Ahora Madrid, en donde gente muy diversa se
agrupó con unas normas comunes para construir una confluencia real. Estas
primarias tratan de renunciar también a ese objetivo y encarar las próximas
elecciones con una coalición desde arriba pactada entre los partidos. No nos
parece el mejor método para ganar al PP.



Nuestra obligación es luchar por lo que creemos mejor, por lo que creemos
que es más correcto en cada momento. Por eso no nos presentamos a estas
primarias, ni nos integramos en listas en cuyo programa no creemos. Vamos a
iniciar un movimiento para tratar de convencer a todo el mundo (incluidos a
Errejón-Espinar) de que hay otra forma de hacer las cosas que puede ser más
útil tanto para ganar, como para transformar las cosas. El papel de Podemos,
como siempre hemos creído, debe ser el de catalizador de procesos más
amplios. En esa dirección trabajaremos con la convicción de que todavía es
posible un cambio de rumbo que nos permita recuperar la ilusión, echar al PP
y cambiar la Comunidad de Madrid.



* Raúl Camargo es diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid. Militante de
Anticapitalistas.

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