Nicaragua/ Médicos especialistas despedidos de hospitales públicos. Cruel represalia política de la dictadura [Wilfredo Miranda Aburto]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Jul 30 22:45:08 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

30 de julio 2018

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Nicaragua



"Los pacientes pierden mucho", advierte médico en León. Los corren por "por
política"



“Occidente se queda sin médicos especialistas”



Wilfredo Miranda Aburto

Confidencial, 29-7-2018

https://confidencial.com.ni/



A la doctora Rosario Pereira la expulsaron del Hospital Escuela Óscar Danilo
Rosales Argüello (HEODRA), en León, inmediatamente después que la directora
de ese centro hospitalario, Judith Lejarza Vargas, le entregara su carta de
despido. Tres guardas de seguridad obligaron a la médica a abandonar el
edificio sin permitirle, siquiera, recoger todos sus libros de
ginecopatología, en los que llevaba un registro de cáncer en Occidente.



“Uno de los guardas me dijo que la orden era sacarme. Alegué que los
hospitales son públicos, pagados con nuestros impuestos, y que yo no soy
delincuente. Soy honesta y mi moral me permite levantar en alto mi frente”,
relató la doctora Pereira, una de las diez doctoras despedidas como
represalia política este 27 de julio en León. Además otros 13 miembros del
cuerpo médico del Heodra fueron víctima de la represalia.



Tanto Pereira como sus nueve compañeros más son doctores especialistas y
sub-especialistas formados en prestigiosas universidades internacionales,
como por ejemplo la de Carolina del Norte, Vanderbilt, Zaragoza, y la
Universidad de Texas. Los perfiles de estos especialistas son únicos en
Occidente. Sin embargo, nada de sus extensas hojas de vida fue tomado en
cuenta a la hora de despedirlos. El argumento de la directora del Heodra, la
doctora Lejarza Vargas, no varió mucho en todos los casos: “Por política” y
por “apoyar las protestas contra el gobierno”.



Los médicos despedidos no solo laboran en el HEODRA, sino que son docentes
en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nicaragua
(UNAN-León), y desarrollan investigaciones científicas a cuenta propia en
Nicaragua en conjunto con centros y universidades internacionales.



La doctora Pereira cursó un Fellow en ginecopatología oncológica en el MD
Anderson Cancer Center. Ella formaba parte del “Equipo de Trabajo de de
Registro de Cáncer del Heodra”, proyecto apoyado por la Universidad de
Vandervilt.



Los títulos de estos doctores no son tan comunes en el gremio médico y, en
muchos casos, ostentarlos es motivo de prestigio. Por ejemplo, Gustavo
Herdocia Baus es cirujano general con sub-especialidad en cirugía plástica y
reconstructiva. Este médico es conocido por su destreza en la microcirugía
para reconstruir manos destrozadas. También el único con ese perfil en
Occidente.



Herdocia también es docente y encargado de convenios internacionales, que él
mismo ha ayudado a conseguir para los estudiantes de medicina de la
UNAN-León, gracias a su formación en el exterior.



“Tenemos un convenio con la Universidad de Wisconsin donde entrenamos a
cirujanos generales por un periodo de tres años para hacerlos
sub-especialistas en cirugía plástica y reconstructiva. La idea de este
programa es ubicar a los residentes graduados en lugares de necesidad en
este país. Tenemos un graduado en Bluefields y otro en Matagalpa. El
convenio también es con la universidad de Franfurkt y Basilea en Suiza”,
explicó Herdocia Baus, despedido por ser uno de los médicos que suscribió un
comunicado exponiendo su disposición a atender a todos los heridos del
conflicto, sin excepción alguna.



La doctora Gladys Amanda Jarquín Montalván es de pocas palabras, un tanto
tímida, pero su expediente profesional es apabullante. No solo es doctora y
encargada de la clínica de VIH-Sida en el HEODRA, sino que es profesora
adjunta de la Universidad de Carolina del Norte. Posee dos masters sobre
VIH-Sida y es la única pediatra infectóloga en Occidente.



“La directora me dijo que prescindía de mis servicios. Le pregunté por qué.
Lejarza me dijo que había quejas de enfermeras de que yo las maltrataba. Yo
le respondí que si hacer cumplir con la calidad de la atención era una
queja, lo sentía mucho porque era parte de mi responsabilidad ante los
pacientes”, dijo Jarquín Montalván.



La pediatra infectóloga no descarta que el motivo de su despido sea
político. “Estuve en el primer pronunciamiento en el que nos solidarizábamos
con las víctimas, e hicimos énfasis que íbamos a atender tomando en cuenta
lo que decía Hipócrates: atender a cualquier persona, viniera de donde
viniera”,  dijo Jarquín Montalván.



Las cartas de despido entregadas por la directora Lejarza son escuetas, y no
citan ningún artículo del Código Laboral. “A partir de la fecha prescindimos
de sus servicios prestados en este centro hospitalario”, dicen las cartas
entregadas no solo a estos diez médicos especialistas y sub-especialistas.
La represalia también alcanzó doce enfermeros y 13 trabajadores del HEODRA.



Más especialistas fuera



La doctora Jarquín Montalván le preocupa lo que vaya a pasar con las
funciones que tenía a su cargo. “Tenía varios programas de enfermedades
infecciosas e intercambios con la universidad de Vanderbilt y Carolina del
Norte para poder hacer intercambio con los estudiantes y ayudar a la
población”, detalló.



Otro de los despedidos fue el doctor Javier Pastora Membreño, cirujano
Gastroenterologo y jefe de cirugía del HEODRA. Entre los médicos retirados
en León, Pastora Membreño es descrito como una eminencia en su especialidad.




Pastora consiguió, con apoyo de las de Universidades de Wisconsin, Zaragoza
y Barcelona, instalar en el Heodra el servicio de Endoscopia avanzada
(CPRE), para diagnóstico y tratamiento de Patologías hepáticas biliares y
Pancreaticas. “Es el único centro de referencia nacional para tratar estas
complejas y frecuentes enfermedades. Más de 2000 pacientes de toda Nicaragua
han recibido atención y beneficio de este tan especializado y costoso
procedimiento”, detallaron los médicos.



“La atención especializada y subespecializada para León y Occidente va a
quedar vacía y, al final, los pacientes pierden mucho. Occidente se queda
sin especialistas”, lamentó Pastora.



La directora Lejarza sí fue más explícita con Pastora al momento de
despedirlo. Le dijo que no había “ningún problema” con sus servicios
profesionales. “Me dijo que me corría por política. Por expresar mi apoyo al
pueblo de Nicaragua que protesta contra el gobierno. Le dije que eso no era
un delito”, narró Pastora.



Lejarza no contestó a las llamadas telefónicas de Confidencial para conocer
su versión.



Policías armados en quirófanos



Yamileth Ruíz Carcache, anestesióloga y jefa de sala de operaciones del
HEODRA, fue despedida por cuestionar a los policías que intervenían en el
quirófano mientras operaban a los heridos de la represión.



“La directora me dijo que la razón de mi despido era por haberle faltado el
respeto a la policía. Nunca lo hice, solo les dije en esta área no puede
estar”, dijo Ruíz Carcache, quien cursó una especialidad en analgesia del
parto en Valencia, España. “Siempre había policías a la orilla de los
quirófanos. No me explico por qué. Ellos (policías) me decían que eran reos,
me supongo que solo por andar en las marchas. Los oficiales decían que eran
órdenes de la directora estar allí”.



La dirección del HEODRA tenía especial preocupación por la balas que los
cirujanos extraían a las víctimas. Según los médicos, los obligaban a
dárselas de inmediato a la directora. Los doctores también estaban en
desacuerdo por los criterios de hospitalización que no eran cumplidos.
Algunos pacientes necesitaban ser internados pero los regresaban a sus
casas.



Aunque los doctores afirman que nunca la dirección les prohibió
explícitamente atender a los heridos, señalan que habían “situaciones” que
desalentaban a las personas a llegar a emergencia. Por ejemplo, el Hedora
estaba rodeado de paramilitares y el edificio como tal estaba militarizado.
Para ellos resultaba muy tenso trabajar bajo esa “persecución”.



Entre los despidos hay especialistas en cirugía oncológica como el doctor
Aron Delgado; Edgar Zúñiga, pediatra intensivista; César Vargas, ortopedista
con sub-especialidad en columna vertebral; y Jorge Alemán Zapata, pediatra
neumólogo, entre otros. La mayoría de estos médicos tienen un promedio de
más de 20 años de prestar servicios en el HEODRA.



También fue despedida Ana María Hernández, enfermera de consulta externa,
cuyo reclamo público por su despido se viralizó en las redes sociales. La
enfermera acusó a la dirección el HEODRA de querer “ponerles un bozal”.



“La gota que derramó el vaso fue cuando anuncié a los pacientes del doctor
Vargas que había sido despedido porque no está de acuerdo con lo que está
haciendo el gobierno Ortega-Murillo. De allí, todos los sapos de mi
alrededor se fueron donde la doctora Lejarza, y a los 20 minutos me cae toda
la turba del hospital. Me acorralan y me dicen que no puedo seguir
trabajando porque le estaba dando maltrato a los pacientes”, describió
Hernández.



Hernández se sumó este sábado a una marcha en apoyo a los médicos en León,
que hizo una estación ante el edificio del HEODRA. “Ellos quieren que nos
quedemos con un bozal en la boca y que no los expresemos con la masacre que
están haciendo… si están las imágenes vivas. El peor ciego es el que no
quiere ver. Nosotros vimos a los chavalos masacrados en Sutiaba. La policía
los tiraban como saco de basura a las camillas”, afirmó la enfermera.



Barrida en Jinotepe



También se conoció que alrededor de cuarenta personas del personal médico de
Jinotepe, en el departamento de Carazo, fueron despedidos por represalia.
Aliseth Barrera Reyes, Secretaria Clínica del Hospital Regional Santiago,
denunció que el subdirector Álvaro Urróz realizó despidos sin justificación.



“A las ocho de la mañana del sábado el subdirector me mandó a llamar. Me
dijo que era urgente. Me dijo firmá. Yo pregunté qué iba a firmar. Y era mi
despido. Me respondió que ya sabía por qué me corrían”, narró Barrera Reyes.
El subdirector Urróz la acusó de haberse tomado el hospital Santiago de
Jinotepe junto a los jóvenes autonvocados. El episodio al que se refiere
sucedió a inicios de julio, cuando las turbas del gobierno tomaron posesión
del centro hospitalario, pero pronto los rebeldes lo recuperaron.



Barrera Reyes tenía 28 años de laborar en el hospital de Jinotepe. La
Secretaria Clínica aseguró que alrededor de 40 personas han sido despedidas.
Sin embargo, el dato no ha sido confirmado ya que el subdirector sigue en
faena de despidos. Entre los corridos está el doctor Julio Sánchez, cirujano
que operó a varios de los jóvenes heridos producto de la represión
paramilitar. “Han corrido a personas de todas las áreas: Camilleros,
vigilantes, especialistas, doctores”, enumeró Barrera Reyes.

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