Brasil/ "El comienzo de todo". El poder de los neopentecostales [Andrea Dip]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Nov 8 13:23:24 UYT 2018


  _____

Correspondencia de Prensa

8 de noviembre 2018

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____



Brasil



El poder de los neopentecostales



Entre los factores que explican el surgimiento de Jair Bolsonaro se
encuentra el apoyo de gran parte de las iglesias evangélicas. El año pasado,
la periodista Andrea DiP —actualmente en Agência Pública— publicó "En nome
de quem? A bancada evangélica e seu projeto de poder" (Civilização
Brasileira) , donde expone y analiza el rol de los legisladores
neopentecostales en la política brasileña. De ese libro, ofrecemos aquí, por
primera vez en español, una versión de su capítulo 4, titulado “El comienzo
de todo”.



Revista Lento #68, noviembre 2018

https://lento.ladiaria.com.uy/



El pentecostalismo arribó a Brasil en 1910 con la llegada de los
evangelistas suecos Gunnar Vingren y Daniel Berg, y del italiano Luigi
Francescon, como explica el sociólogo e investigador Paul Freston: “Los tres
se convirtieron en Estados Unidos y vinieron más o menos en la misma época.
Los dos suecos llegaron a Belén y empezaron a frecuentar una iglesia
bautista, donde quisieron predicar doctrinas pentecostales hasta que fueron
expulsados y fundaron lo que se convertiría después en la Asamblea de Dios.
Y en San Pablo, en el barrio de Brás, un italiano fundó lo que vendría a ser
la Congregación Cristiana”.



Un tiempo después, en la década de 1950, el país recibió una nueva oleada de
pentecostales que, según Freston, procedía de la Iglesia Cristiana
Cuadrangular norteamericana. Uno de los fieles sería Manoel de Melo, el
primer brasileño que fundó una iglesia importante, la Brasil para Cristo, en
1955. “Desde entonces, todas las iglesias fueron fundadas por brasileños:
David Miranda, con Dios es Amor; Edir Macedo, a finales de los años 70, con
la Iglesia Universal; R.R. Soares, en 1980, con la Iglesia Internacional de
la Gracia de Dios; Valdemiro Santiago, con la Iglesia Mundial del Poder de
Dios”.



El sociólogo explica que la diferencia más importante entre las iglesias
históricas y las pentecostales es la creencia en los dones del Espíritu
Santo. “Hablar en lenguas, curar, exorcizar, hacer profecías son
características de las iglesias pentecostales. Por ser una forma más
entusiasta de la religiosidad, dependen menos de un discurso racional,
elaborado; uno puede no saber leer o escribir, puede ser alguien que no
osaría hacer un discurso articulado en público, pero, bajo la influencia del
Espíritu, uno habla . Por eso, se puede decir que la iglesia pentecostal
también tiene el poder de invertir las jerarquías sociales”. Y destaca: “Por
estar más cerca de la cultura del espectáculo y ser menos litúrgica, también
es la iglesia pentecostal la que se lleva con los medios”.



Las iglesias neopentecostales, como la Iglesia Universal del Reino de Dios,
la Renacer en Cristo, la Bola de Nieve y la Iglesia Mundial del Poder de
Dios, que llegarían luego y son conocidas como “la tercera ola” del
evangelismo, son caracterizadas por el investigador Ricardo Mariano (en su
artículo “Guerra espiritual”) por su énfasis espiritual en la guerra contra
el diablo y sus representantes terrenos, la difusión de la teología de la
prosperidad y el abandono de los usos y costumbres puritanos de la santidad.



Pastores televisivos



El primer programa televisivo evangélico hecho por brasileños, según la
investigadora Larissa Preuss —autora de la tesis “Las telerreligiones en el
telespacio público: el programa Victoria en Cristo y la estrategia de
mezclar evangelización y preparación política”—, fue Fe para hoy, de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, en la década de 1970. “Ya en los años 80
hubo una embestida de pastores electrónicos de Estados Unidos, y algunos
investigadores dicen que era parte de una estrategia del gobierno
estadounidense para frenar un poco el socialismo que crecía en América del
Sur. R.R. Soares es el pentecostal más antiguo en la televisión, pues está
desde finales de la década de 1970, y Silas Malafaia estrenó su programa en
1982”.



Paul Freston dice que los medios fueron rápidamente adoptados por el
pentecostalismo. La combinación habría funcionado porque, mientras las
iglesias protestantes históricas hacen más énfasis en la palabra, en los
libros, las pentecostales se identifican con la cultura del cine, la radio y
el espectáculo. “En Estados Unidos utilizan la radio desde 1922. En Brasil,
desde la década de 1940. El primer intento de usar la televisión en realidad
fue en 1950, pero no funcionó porque todavía no era un medio de masas. Su
uso masivo explotó en los años 80”.



Sin duda, la adquisición de la Red Record de televisión y radio por parte de
la Iglesia Universal, en 1989, profundizó la relación entre religión y
comunicación de masas. Para realizar el negocio —45 millones de dólares— la
iglesia no escatimó esfuerzos, explica Ricardo Mariano en el libro
Neopentecostais: sociologia do novo pentecostalismo no Brasil: “Para comprar
esta red de televisión, tradicional, pero decadente y virtualmente fallida
—con una deuda en el rango de los 300 millones de dólares, que
posteriormente le fue quitada—, la dirección de la Iglesia Universal, que se
ocultó tras testaferros, no midió esfuerzos, o mejor dicho, sacrificios.
Realizó la campaña ‘Sacrificio de Isaac’, en la que sus pastores donaron
cinco salarios mensuales, coches, casas y apartamentos. Con el mismo
espíritu de renuncia y despojamiento, fieles de todo el país fueron
convocados a sacrificarse y donar, además de diezmos y ofrendas, joyas,
ahorros y propiedades”.



Magali Cunha, profesora de la Universidad Metodista de San Pablo, recuerda
que hasta hace poco la participación de los evangélicos en los medios tenía
objetivos más vinculados con la religión, pero que esto fue cambiando a lo
largo de los años, acompañando la creciente participación de las iglesias en
la política nacional: “Antes los programas predicaban la curación, hacían
oraciones, pedían donaciones, etcétera. Desde 2010, estos personajes
mediáticos comenzaron a incluir más claramente líneas políticas en sus
programas. Silas Malafaia es quien lo impulsa con fuerza y se coloca como
referencia política. Así lo considera la propia bancada evangélica. La gente
de la Iglesia Universal también, claro. Y hoy percibimos un activismo fuerte
en las redes sociales. El propio Malafaia tiene más de un millón de
seguidores en Twitter”. Una rápida lectura de la cuenta de este pastor
confirma lo que dice la profesora: en unos pocos caracteres se discuten
asuntos relacionados con política institucional, cuestiones de género en la
escuela y hasta arte y sexualidad.



Pastor de la Asamblea de Dios Victoria en Cristo, Malafaia también tuvo una
gran importancia durante la campaña de Marina Silva a la presidencia en
2014. Después de que tildó al programa de gobierno de la candidata de
“basura moral [...] para favorecer la causa gay”, Silva retiró del plan de
gobierno compromisos con la comunidad LGBTQ y fue duramente criticada por la
porción más progresista de sus votantes. En una entrevista de 2014 Malafaia
me dijo que no pretendía postularse a ningún cargo político, a pesar de que
ya había recibido innumerables invitaciones, porque desde afuera conseguía
ejercer su influencia de forma más libre: “Los partidos son parte de la
sociedad. Cuando entro en un partido, soy parte de él. Hoy soy de todos.
Apoyo a quien quiero, no tengo vínculo con ningún partido. No voy a
renunciar a ejercer influencia. Nunca”. Al preguntarle si los partidos lo
asediaban mucho, respondió: “¡Pff! Mi hermano [el diputado federal Samuel
Malafaia, del partido Demócratas] fue el tercer diputado más votado, con
135.000 votos, y en sus listas estaba mi imagen. He ayudado a elegir tres
[diputados] federales en Río de Janeiro. Fui el único, en la elección de
concejales en Río, que llevó votos a otros. Nadie logró esto, ni siquiera
Wagner Montes [conductor radial afiliado al Partido Republicano Brasileño]
pudo hacer que su hijo resultara concejal. Yo tomé a un joven de mi iglesia,
un total desconocido, y resultó ser el séptimo más votado en la ciudad.
Quiero ejercer influencia, y es lo que hago. Soy pastor desde hace 35 años,
y hace 30 que marco posición. Ahora, con el crecimiento de los evangélicos,
estoy apareciendo en los medios. No soy el pastor más influyente ni el dueño
de la verdad, pero tengo cierta influencia”.



Sin embargo, no fue sólo con su imagen que Malafaia ayudó a candidatos. La
encuesta sobre las financiaciones de campaña de los integrantes del Frente
Parlamentario Evangélico, hecha para esta publicación, muestra que el
diputado Sóstenes Cavalcante (del partido Demócratas), apadrinado por el
pastor, recibió 100.000 reales en donaciones de la editora Central Gospel,
propiedad de Malafaia, y más de 53.000 reales de una empresa creada
especialmente por el hermano del pastor para recibir dinero durante la
campaña.



Suzy dos Santos, investigadora y profesora de la Universidad Federal de Río
de Janeiro, afirma que los pastores televisivos, los parlamentarios y las
iglesias se relacionan de forma bastante lucrativa para todas las partes, y
señala que casi un tercio de las concesiones de televisión en Brasil
pertenecen a emisoras religiosas. “Hay informes históricos de diputados que
facilitan el trámite de otorgamiento a las iglesias, y hay un montón de
canales conectados a asuntos religiosos. Haciendo una comparación, si
hubiera la misma cantidad de canales sindicales, por ejemplo, ciertamente
sería un problema para la democracia, pero como son canales de religiones no
se habla del asunto. El proceso de otorgamiento es largo, hay licitaciones,
etcétera. Pasa por el Congreso Nacional, es decir, por redes de
clientelismo. La comisión que analiza los procesos de concesión está llena
de personas que serán beneficiadas en el proceso. Esa distribución siempre
estuvo vinculada a intereses políticos, desde el gobierno de José Sarney.
Las concesiones siempre se utilizaron como moneda de cambio”.



El cambio reciente más relevante en este sentido, según la profesora, se
produjo por medio de la medida provisional 747, sancionada en el gobierno de
Michel Temer en marzo de 2017. “La llamaron ‘medida desburocratizadora’,
porque las concesiones de radio y televisión pasaron a ser renovadas casi
automáticamente. Esto empeora la situación, porque ya no es necesario
comprobar los servicios ni cumplir los criterios establecidos, que antes
podrían ser una barrera para la renovación”. Suzy dos Santos se refiere al
texto de la ley, que contenía la previsión del cumplimiento de “todas las
obligaciones legales y contractuales” y la atención “al interés público”
como requisitos para el derecho a la renovación de las concesiones, lo que
fue quitado de la nueva versión. “En la Comisión de Ciencia y Tecnología hay
gran cantidad de pastores. Todos los candidatos vinculados a la Iglesia
Universal formaron parte de la comisión”.



En su libro Neopentecostais..., Ricardo Mariano afirma: “Al sustituir la
vieja máxima de ‘el creyente no se mete en política’ por proyectos
eclesiásticos corporativistas basados en el lema ‘hermano vota a hermano’,
entraron de ‘cuerpo y alma’ en el juego político. Ávidamente cortejados y
asediados por partidos y candidatos, varios de esos ‘hermanos’ pasaron a
cambiar votos y apoyo electoral por cargos, recursos, favores y concesiones
—siempre públicas— de todo tipo”.



Hermano vota a hermano



La iglesia pentecostal comenzó a involucrarse en la política brasileña en la
década de 1960 a través de la denominación O Brasil para Cristo, que eligió
a un diputado federal en 1961 y uno estatal en 1966. Sin embargo, la iglesia
sólo volvería a elegir candidatos en la década de 1980, como explica Paul
Freston: “La mayor participación vino en 1986, al final del régimen militar,
con la Asamblea Constituyente. La Asamblea de Dios fue inicialmente el motor
de esto, y se organizó desde la cúpula para tener un candidato oficial, un
diputado en cada estado. Se organizaban e intentaban presentar a ese
candidato en las iglesias, donde pedían que votaran por él. Esto es lo que
dio origen a la bancada evangélica, fue la primera vez que se habló de ello.
La gran novedad es que la mayoría era pentecostal”.



Los pentecostales despegaron en la política con la Iglesia Universal del
Reino de Dios, que creó un plan político más definido dentro de la
institución, según Bruna Suruagy: “A principios de la década de 1990 la
Iglesia Universal comenzó a actuar con un plan político estructurado”,
explica. En su investigación, Suruagy encontró un esquema del plano político
de la iglesia. “La cúpula, formada por un consejo de obispos de confianza de
Edir Macedo, señala los candidatos en un procedimiento absolutamente
verticalizado, sin participación de la comunidad. Los criterios para la
elección de estos candidatos, de manera general, se basan en un cierto censo
del número de electores en cada iglesia o cada distrito. Cada templo, cada
región tiene sólo dos candidatos, que serían el candidato federal y el
estatal. La iglesia desarrolló una racionalidad electoral a partir de la
distribución geográfica y partidaria de los candidatos. Esto ha cambiado un
poco ahora porque existe un partido de la Iglesia Universal, el Partido
Republicano de Brasil, que se vuelve cada vez más fuerte en el Congreso”,
explica, destacando también la importancia de los medios religiosos como
interfaz entre la iglesia y la política.



También según Bruna Suruagy, la Iglesia Universal se ha vuelto un modelo
para otras iglesias brasileñas, porque en cada período ha habido un aumento
significativo en el número de parlamentarios vinculados a la denominación.
La profesora explica que ello no significa que el funcionamiento de la
Asamblea de Dios como institución, por ejemplo, sea similar al de la Iglesia
Universal. “Asamblea de Dios es una iglesia con muchas disidencias y
divisiones internas, por lo que no es posible establecer jerárquicamente los
candidatos oficiales. Las iglesias tienen fuertes liderazgos regionales y
cierta fragilidad desde el punto de vista nacional. La sede no tiene tanta
fuerza, y por eso ellos crean elecciones previas. Las personas se presentan
de manera voluntaria o son llevadas por la propia iglesia, y aún circula la
idea de que algunos son señalados por Dios, porque movilizan grandes
multitudes —o las contagian, como decía Freud—, lo que también termina
siendo un criterio. Así, hay una lista y después una preselección que pasa
por un consejo de pastores, eso en cada ministerio. Es interesante que los
que desean candidatearse firman un documento comprometiéndose a, en caso de
no ser elegidos, apoyar al candidato oficial, para evitar candidaturas
independientes y mantener la fidelidad que tienen hacia la Iglesia
Universal”.



Este sistema de selección de candidatos es confirmado por el pastor y
psicoanalista Caio Fábio, líder de la iglesia Camino de Gracia: “La mayoría
de los políticos que tenemos hoy fueron producidos en cuna pentecostal. Por
lo tanto, nacen del único poder que habita ese ambiente, que es el del
carisma personal y no tiene absolutamente nada que ver con la inteligencia,
la formación o la cultura; por carisma se entiende la capacidad de
comunicación popular intensa, tanto más poderosa cuanto menos escrupulosa
sea. Son en general pastores, obispos y apóstoles. La Universal es un caso
aparte, así como las iglesias neopentecostales, que son posmacedianas,
porque allí el proyecto político es totalitario: la determinación de quién
es y quién no es candidato viene de Macedo”, critica. “Las iglesias
reformadas [también conocidas como protestantes históricas] son
democrático-representativas. Cada cinco años, como máximo, hay una elección
de pastores. Las episcopales son más bien por sucesión: hay indicación del
obispo y, si los demás la acogen, se confirma. En las pentecostales, los
pastores van colocando a sus hijos en la línea sucesoria en la iglesia y la
política. Así sucedió con Malafaia, por ejemplo. Su padre era pastor y su
hijo también lo es. Los protestantes históricos son más silenciosos, pero no
quiere decir que no sean homofóbicos, por ejemplo. Bolsonaro frecuenta una
iglesia bautista y es... ¡Bolsonaro!”.



Freston, por su parte, no ve influencia en la política brasileña del modelo
norteamericano y su “cinturón bíblico” (región formada por estados dominados
por un protestantismo conservador y a veces fundamentalista). Para él, el
crecimiento de la bancada evangélica tiene más que ver con el modelo
político brasileño. “Cuando la prensa y los académicos comenzaron a notar la
presencia de los pentecostales en la política, hubo algunas interpretaciones
de que eran una copia de lo que pasaba en Estados Unidos, donde ya existía
la derecha cristiana, pero a mí siempre me pareció que esto tiene mucho más
que ver con las peculiaridades del sistema electoral brasileño. Porque el
crecimiento pentecostal se da en varios países del mundo, en toda América
Latina, en muchos lugares de África, en algunos lugares de Asia, pero sólo
en Brasil existen estos fenómenos de una bancada en el Congreso. El
acercamiento con la derecha es más reciente y tiene que ver con esa nueva
derecha que no tiene miedo de llamarse derecha”, dice el sociólogo.



Otra característica del sistema electoral brasileño, la de la representación
proporcional con listas abiertas, favorece a los candidatos carismáticos,
que “arrastran votos”, que pasan a ser codiciados por los partidos. “‘Vamos
a poner al pastor de candidato’, dicen, porque nos trae más de 2.000 o 3.000
votos, ¡pero ese tipo arrastra 60.000 votos y se elige solo! Este sistema
favorece la elección de los pentecostales. En muchos países que tienen
crecimiento pentecostal eso no pasa. En Chile, por ejemplo, donde el
pentecostalismo también creció mucho, casi no hay políticos evangélicos,
porque es otro sistema electoral. Aquí los líderes pentecostales supieron
maximizar sus posibilidades dentro del sistema”.



El Frente Parlamentario Evangélico



Este sector nació como bancada en 1986, después de participar en procesos
durante la dictadura militar, según Magali Cunha. “Hubo, sin embargo, una
repercusión muy negativa por causa del proceso de canje de votos en la
Asamblea Constituyente y los cinco años de gobierno de Sarney. Fue muy
divulgado en los medios el amiguismo que dominó a la bancada en aquel
período. Y también hubo indignación en el ambiente evangélico, lo que
acarreó una baja en las elecciones siguientes”.



En los años 2000, dice Cunha, se reanudó el proyecto político, incentivado
por la aproximación con el gobierno de Lula. “Los evangélicos ganaron cierto
protagonismo; Lula les ofreció cargos, se acercó al Partido Progresista [de
derecha], en el que estaba buena parte de los representantes de la Iglesia
Universal, y después al Partido Republicano, que fue fundado teniendo como
vicepresidente [de la República] a José de Alencar. Esta reanudación comenzó
en 2002, con la elección de Lula, y allí se creó el Frente Parlamentario
Evangélico, en 2003”.



Otro escándalo marcaría a la bancada evangélica, y más específicamente a la
Iglesia Universal, en 2004: la participación del obispo Carlos Alberto
Rodrigues, el Obispo Rodrigues (del Partido Liberal, elegido diputado en
1998 y nuevamente en 2002), con el entonces subjefe de Asuntos
Parlamentarios de la Presidencia, Waldomiro Diniz, lo llevó a su alejamiento
de las funciones políticas y eclesiásticas, anunciado durante el programa
Habla que te escucho de Record TV. El diputado había sido designado como
responsable de los empleados fantasma de la Lotería de Río de Janeiro
durante la gestión de Anthony Garotinho (1999-2002). Rodrigues renunció al
gobierno para evitar la inhabilitación en 2005, pero después fue condenado
en el Escândalo do Mensalão a seis años y tres meses de prisión por lavado
de dinero y corrupción pasiva. Llegó a estar preso algunos meses, pero en
2014 pasó a cumplir arresto domiciliario. El episodio marcó un momento de
cambio de estrategia de la Iglesia Universal, que comenzó a actuar en la
esfera política de forma menos explícita.



Pero 2010, según Magali Cunha, fue el marco para un nuevo momento de los
evangélicos en el Congreso Nacional. “Fue la primera vez que hubo una
candidatura fuerte de una figura evangélica: Marina Silva. Ella no se
colocaba mucho de esa forma; era presentada como una tercera vía, pero
respondía a una parte de los evangélicos que veían allí a una candidata
relevante. Porque hubo mucha resistencia con Dilma; con Lula era otra cosa.
Primero porque Rousseff no era una persona de alianzas, como sí lo era Lula,
y no trabajó tanto la aproximación con los evangélicos. También venía con un
programa más abierto para las mujeres y los LGBTQ”, apunta.



La investigadora recordó además que, contrariados con ese programa
progresista y también con el Plan de Enseñanza Nacional, los parlamentarios
de la bancada evangélica se colocaron como fuerza de oposición a Dilma
Rousseff y el Partido de los Trabajadores. “Pasaron a hacer alianzas,
salieron del gueto, articularon con partidos líneas de la moralidad sexual,
económicas, baja de la edad de imputabilidad penal. También fue el momento
de figuras clave, como Eduardo Cunha y Marco Feliciano. En 2010 hubo un
cambio significativo no sólo dentro del Poder Legislativo, sino también en
la forma en que los propios medios pasaron a observar a ese universo
evangélico”.

  _____





---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20181108/7bdcdf7b/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa