Cuba/ Primer dato oficial sobre feminicidios. Una victoria a muchas manos, pero parcial [Ailynn Torres Santana]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Jun 16 13:58:52 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

16 de junio 2019

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Cuba



El primer dato sobre feminicidios



Tener un primer dato público sobre feminicidios es una victoria conquistada
a muchas manos. Es, también, una victoria parcial.



Ailynn Torres Santana *

OnCubaNews, 11-6-2019

https://oncubanews.com/ <https://oncubanews.com/%0d>



Cuba se suma a la lista de países que habla de feminicidios. Así lo
reconocieron fuentes oficiales a finales de abril pasado en un informe
nacional ofrecido a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), sobre cómo se afronta la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Aunque el informe es de 2019, el dato específico es de 2016. En ese año, la
tasa de feminicidios fue 0.99 por cada 100.000 habitantes de la población
femenina de 15 años o más. Para similar período, esa tasa es baja en
comparación con países como El Salvador, Honduras, Guatemala, México o
Brasil; y alta en relación con Perú, Chile o Panamá.



Según la Oficina Nacional de Estadísticas, en 2016 la población
contabilizada como mujeres en esas edades era de 5.052.239. Entonces,
aproximadamente 50 mujeres fueron asesinadas en delitos calificables
oficialmente como feminicidios. Alrededor de una por semana.



El primer dato



Un año atrás parecía improbable contar con un número sobre estos crímenes.
Desde 2005 los feminicidios son un tema de interés internacional y regional,
sin embargo en Cuba se trataba como un asunto del extranjero. No ha sucedido
lo mismo con la cuestión general de la violencia hacia las mujeres, que ha
tenido más diligencia.



Las Casas de Atención a la Mujer y la Familia de la Federación de Mujeres
Cubanas tienen agendada la cuestión desde 1990.



Diferentes instituciones, colectivos, proyectos y/o esfuerzos ciudadanos,
trabajan o han trabajado sobre lo mismo. La lista es larga: las campañas
Evoluciona, Únete, Eres más, Van de la mano, la Red de Mujeres
Afrodescendientes, el Grupo Afrocubanas, la Red Barrial Afrodescendientes,
el proyecto Nosotrxs, el Club del Espendrú, el dúo Obsesión, los blogs Negra
Cubana Tenía que Ser y Asamblea Feminista, el espacio Mirar desde la
Sospecha, la Cátedra de Estudios de la Mujer de la Universidad de La Habana,
el espacio Bertha Cáceres del Instituto de Filosofía, la plataforma
SemLac-Cuba, otros muchos. Intelectuales y artistas se han pronunciado, en
distintas coyunturas y sistemáticamente, frente a casos de violencia de
género.



En los últimos dos años, la agenda de los medios no oficiales (en todo su
espectro) ha multiplicado la presencia de trabajos sobre esos temas. Los
medios oficiales también muestran un aumento cuantitativo de su atención al
respecto. Las visiones son diversas. No es posible hablar de un enfoque
feminista compartido, sino de un mayor interés sobre el campo.



El acoso sexual callejero está siendo, en la actualidad, uno de los primeros
planos. Otras violencias de género reciben menos atención. Es más escaso el
debate sobre la violencia en espacios laborales, políticos, culturales,
educativos o académicos. Tampoco se ha ahondado en la relación entre
violencia, desigualdad y autonomía económica de las mujeres. La
concientización de que la llamada violencia doméstica no es un asunto
privado, sino que requiere intervención pública, aún está en ciernes.



Sin embargo, no cabe duda de que el panorama ha cambiado a favor de la
visibilidad del tema, sobre todo en La Habana y en algunas cabeceras
provinciales. Menos en los municipios y pueblos rurales, o en los márgenes
de la vida urbana. También es claro que en las estructuras institucionales
hay algún grado de escucha.



En 2018 se creó en Cienfuegos el primer gabinete jurídico contra la
violencia de género. No ha habido noticias sobre cuál ha sido el curso de su
funcionamiento, pero la institucionalidad está creada y esperamos que para
bien de esa provincia y del país.



En ese mismo año y lugar tuvo seguimiento –por primera y única vez hasta el
momento– el asesinato de una mujer por tres hombres, previa violación. El
suceso resonó en todo el país, en gran medida a través de las redes
sociales. El tratamiento en los medios locales fue digno, a pesar de la
falta de entrenamiento en esos temas. Los medios no oficiales hicieron lo
propio.



Adicionalmente, en la novísima Constitución de la República de Cuba se
reconoce la violencia de género como un problema a atender. Ese compromiso
estatal es, probablemente, uno de los pasos mejor dados en el texto
constitucional, que en otros sentidos acumula desaciertos.



Por todo lo anterior, este primer dato sobre feminicidios es una victoria
conquistada a muchas manos. Es, también, una victoria parcial.



¿Qué dice, qué no dice, qué podría decir?



El dato ofrecido a la CEPAL, aunque valioso, es deforme. Para empezar, el
problema –los feminicidios– está subcalculado.



Técnicamente, dentro del crimen de feminicidio algunos países especifican
los “feminicidios íntimos”. Ahí se incluyen los asesinatos de mujeres a
manos de sus parejas, ex parejas, familiares o convivientes. El corte
cubano, sin embargo, es aún más específico: solo parejas o ex parejas.



Esa definición no permite hablar de feminicidio si quien asesina es un
conviviente distinto de la pareja, por ejemplo. Tampoco consideraría a Leydi
Maura Pacheco Mur, la mujer asesinada en Cienfuegos en típico acto
feminicida, después de haber sido violada. Ni a Tomasa Causse Fabat
(Cienfuegos, 2018) o a Delia Echeverría Blanc (Santiago de Cuba, 2017),
ambas asesinadas por las ex parejas de sus hijas, también violentadas.
Entonces, las aproximadamente 50 mujeres reconocidas como víctimas de
feminicidio en 2016, son solo una parte del total de hechos calificables
como tal.



En Cuba los feminicidios no son una categoría jurídico-penal. Por tanto, los
crímenes no se registran ni se observan con esa lupa. Para calificar un
asesinato como feminicidio no basta que la víctima sea a una mujer, sino que
hay que analizar las circunstancias del crimen, quiénes lo realizan, si
media violación o abuso, etcétera. Si los procedimientos penales no
reconocen los feminicidios, es muy difícil contabilizarlos.



Ahora, el dato sobre feminicidios que aparece en el informe cubano permite
otros análisis. Allí se menciona, escuetamente, que entre 2013 y 2016
disminuyeron en un 33% los casos. Dando por cierta esa información, es
posible calcular el número de feminicidios por parejas y ex parejas en 2013.
Si en 2016 fueron 50, en 2013 fueron 66. Para ese último año, la tasa fue de
1.40, superior al 0.99 de 2016.[i]



Según el Anuario Estadístico de Salud, en 2013 el total de mujeres muertas
por agresiones fue de 143. Y en 2016, 121.[ii] La conclusión, en términos
proporcionales, es la siguiente: en 2013 el 46% de las muertes de mujeres a
causa de agresiones fueron feminicidios realizados por parejas y ex parejas.
En 2016, estos representaron el 41%.



Esos cálculos, oblicuos a falta de información clara y sistemática, muestran
un hecho: aún cuando varió la cifra total de mujeres muertas por este tipo
específico de agresiones en cada año, la proporción de mujeres asesinadas
por sus parejas y ex parejas tuvo poco cambio.



Si comparamos con cifras globales, hay nuevas pistas. Según un informe de la
ONU publicado en noviembre pasado, en 2017 el 34.48% de los asesinatos de
las mujeres en todo el mundo fueron cometidos por sus parejas o ex parejas.
La proporción cubana supera la global. La conclusión política es que, en
Cuba y en relación con sus propios estándares, el hogar y las relaciones
íntimas son un lugar de mayor peligro respecto a la tendencia mundial; y son
un lugar casi de igual peligro que el espacio público nacional.



Aunque las tasas cubanas son inferiores a las globales y a las
latinoamericanas (en América latina la tasa de homicidios de mujeres por sus
parejas o ex parejas fue de 1.6 en 2017), la proporción respecto a las
muertes totales es superior. Ese hecho debería ser una pista central para
las políticas públicas y para los esfuerzos ciudadanos en la lucha contra la
violencia.



Al mismo tiempo, parte de los feminicidios se cometen como parte de largas
cadenas de abusos y violencia. Según una entrevista que realizó IPS a Ivon
Ernard, psiquiatra que coordina la Consejería a Mujeres en Situaciones de
Violencia, las mujeres que llegan a la Consejería han sido violentadas por
entre cinco y quince años antes. Muchas de ellas, o de las que han terminado
muertas, han denunciado a sus agresores, y han recibido por respuesta
acciones institucionales mínimas.



La escritora Laidi Fernández de Juan relató impecablemente esa ruta con su
mini cuento “Naderías”



“Le hizo lo que le hizo y ella se puso como se puso, por lo cual ella tuvo
que responder como respondió, y todo acabó como acabó, porque él no podía
quedar como se quedó, ni ella dejar de decir lo que dijo, y por eso cuando
llegó la policía pasó lo que pasó, y los vecinos se escondieron como se
escondieron, mientras ella gritaba como gritaba y los niños corrieron como
corrieron y el gobierno se hizo como el que hacía, pero todos supieron que
no pasaría nada, y que de nuevo él haría lo que haría y ella iba a quedar
como iba a quedar, porque ha sido tan igual como ha sido siempre”.



En Cuba no son impunes los asesinatos y en general está garantizado el
proceso penal en esos casos. Sin embargo, juzgar una vez sucedida la muerte
no es la única respuesta necesaria, ni siquiera es la más eficiente.
Asegurar que las mujeres y las niñas tengan garantías suficientes para su
seguridad en la comunidad, la casa, los espacios de trabajo, tránsito o
esparcimiento, es el verdadero y más honesto gesto contra la impunidad.



Ahora que fuentes oficiales en Cuba reconocen que hay feminicidios, estamos
un paso adelante para analizar el problema, escarbar sus causas, pensar en
mejores soluciones. Tenemos en contra la convicción de que “entre marido y
mujer nadie se debe meter”, las rutinas institucionales ciegas o miopes a la
violencia machista, y la falta de estadísticas y análisis. Tenemos a favor
el trabajo de muchas personas, la sensibilización creciente sobre el tema y
ahora tenemos, también, un primer dato.



* Investiga, dentro de Cuba, sobre procesos de participación y sistemas
políticos locales, estudios sobre culturas políticas. Trabaja en un proyecto
sobre historia de la Revolución cubana desde las mujeres. Ha investigado,
también, sobre procesos de integración latinoamericana, y la relación entre
Estado, ciudadanía y propiedad en América latina.. Integra el comité de
redacción de Sin Permiso. http://www.sinpermiso.info/



Notas



[i] La población de mujeres mayores de 15 años en ese momento era de
4.699.120.



[ii] Aunque parece ser grande la disminución entre 2013 y 2016, no deben
sacarse conclusiones apresuradas antes de observar la serie. En los últimos
cinco años, se han comportado como sigue las muertes de mujeres por
agresiones: 143 (2013), 157 (2014), 137 (2015), 121 (2016), 130 (2017), 114
(2018).

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