Mujeres/ Las que cuidan. Una lección de género ante la pandemia [Josefina Martínez]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Abr 25 00:22:50 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

25 de abril 2020

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Mujeres

 

Las que cuidan 

 

En diversos países del mundo, las ciudadanas y los ciudadanos salen a
aplaudir a quienes se hacen cargo del cuidado en tiempos de coronavirus.
Son, en su mayoría, mujeres. Hay una lección de género que sacar de esta
pandemia.

 

Josefina Martínez *

Nueva Sociedad, abril 2020

https://nuso.org/

 

Una auxiliar de ayuda a domicilio en Madrid o una enfermera en Nueva York.
Una teleoperadora que trabaja desde su casa mientras cuida a sus hijos. Una
trabajadora del hogar inmigrante y una trabajadora de la logística en
Italia. Mujeres que ponen el cuerpo en la primera línea del combate contra
la pandemia y la crisis social.

 

«Somos las grandes olvidadas», nos dice Isabel Calvo, auxiliar de ayuda a
domicilio en Madrid. Son miles las mujeres que, como ella, salen cada día a
trabajar en tiempos de cuarentena, porque no pueden dejar sin servicio a
personas enfermas o mayores. «En una jornada completa podemos llegar a ver a
seis usuarios, los ayudamos con las actividades básicas de la vida, el aseo,
la comida, una cita de un médico, recoger un poquito la casa». Sin embargo,
aunque están en contacto estrecho con personas en riesgo, no reciben la
protección adecuada por parte de las empresas empleadoras. En los últimos
días, Calvo ha tenido que contactar personalmente a diferentes asociaciones
para conseguir material de protección, mascarillas o batas. «Parece que
tiene que suceder, ojalá que no, la muerte de alguna compañera para que esto
se visibilice, que se ponga en el mapa». Y aunque ellas actúan como una
barrera protectora para que muchos casos no lleguen a la sanidad pública,
nadie las cuida. «Necesitamos protección, para poder proteger a los demás»,
asegura. 

 

Tre Kwon es enfermera en el Hospital Mount Sinai de Nueva York. Junto con
sus compañeras, personal sanitario y de limpieza, han creado el Grupo de
Trabajadoras de Primera Línea del Covid-19, una especie de escudo humano
para sortear la tormenta que se desata sobre las salas de emergencia cada
día. Mientras Donald Trump declara en los medios que «estamos todos juntos
en esto», Tre Kwon piensa algo muy distinto. «Somos nosotras las que ponemos
nuestros cuerpos en la línea de frente. Somos las que ponemos en riesgo a
nuestras familias y a nosotras mismas en el trabajo». Ella tiene una beba de
tres meses y había ahorrado algún dinero para poder tomarse una licencia
maternal, pero al ver por televisión la gravedad de la crisis decidió volver
al hospital junto a sus compañeras y compañeros. Enfermeras y personal
médico de Nueva York, California, Missouri y Texas están protestando por la
«falta de preparación» de los hospitales para enfrentar la pandemia en el
país más poderoso del mundo.

 

Las trabajadoras del hogar y los cuidados son un sector totalmente
feminizado, que ocupa a más de 700.000 personas en España. La mayoría son
migrantes y una parte importante trabaja como internas, en la economía
sumergida y en situación irregular, debido a los requisitos de la Ley de
Extranjería, que no son fáciles de cumplir. En la última semana, el gobierno
calificó a este sector como parte de los servicios esenciales si tienen a su
cargo el cuidado de personas enfermas o mayores. 

 

Marina Díaz lleva 13 años como trabajadora del hogar y pertenece a la Red de
Hondureñas Migradas. «Con esta crisis sanitaria, económica y social estamos
sufriendo mucho más la precariedad y vulnerabilidad, debido a que las
medidas tomadas por el gobierno no son las suficientes». La situación se
agrava, ya que no reciben insumos de protección para evitar los contagios.
«El subsidio extraordinario aprobado por el gobierno no cubrirá a todas las
trabajadoras del hogar y los cuidados y además se tardará para poder obtener
esa ayuda, pero la crisis la estamos viviendo ya», explica. Díaz hace una
pregunta simple: «Dicen que somos esenciales, que sostenemos la vida y la
economía y facilitamos a personas, principalmente mujeres, que puedan
trabajar fuera de sus hogares. ¿Entonces por qué no tenemos los mismos
derechos que los demás trabajadores de España? ¿Qué es lo que impide la
entrada al Régimen General de la Seguridad Social?».

 

Maddy era una trabajadora inmigrante, empleada en la empresa DHL de
Piacenza, cerca de Milán. Estaba organizada junto al sindicato de base
Si-Cobas y participó de las huelgas que se desataron en el norte de Italia
para exigir condiciones de protección sanitaria y el cierre de las empresas
no esenciales cuando empezó la cuarentena. Falleció el 24 de marzo, después
de contagiarse coronavirus. Sus compañeras y compañeros de trabajo prometen
no olvidarla. El lema de muchas de estas huelgas era «Nuestra salud, antes
que sus ganancias». Cuando se tiene que ir a la huelga para no morir, es que
hay un sistema que merece perecer. 

 

La pandemia, con epicentro en Italia, España y Estados Unidos, ha puesto al
desnudo las profundas contradicciones del capitalismo patriarcal, donde los
trabajos de cuidados y los empleos más precarios siguen recayendo en las
mujeres. Durante las décadas de ofensiva neoliberal se desplegaron múltiples
tendencias que aumentaron como nunca el entrelazamiento de los agravios de
clase, género y racismo para las mujeres trabajadoras. 

 

Mientras el Estado recortaba drásticamente los presupuestos de salud,
educación y servicios sociales –preparando así el colapso del sistema
sanitario ante pandemias como la actual–, se incentivó la expansión de
empresas privadas en estos sectores, que emplean trabajo femenino, precario
y sin derechos. Al mismo tiempo, el ingreso en el mundo laboral de millones
de mujeres en todo el planeta, especialmente en los países más ricos, supuso
un aumento de la demanda de mano de obra de mujeres migrantes, tercerizando
el trabajo del hogar como trabajo asalariado. 

 

Pero la mayor feminización de la fuerza laboral no implicó una reducción de
la carga del trabajo doméstico en los hogares para gran parte de las
mujeres. Y en esta crisis, esa contradicción también estalla. ¿Cómo combinas
el teletrabajo con cuidar a tus hijos durante todo el día? ¿O cómo cuidas
adecuadamente a tu familia, si has sido despedida y tienes que elegir entre
pagar el alquiler o comprar comida?

 

Si la conciliación familiar ya era una tarea titánica para la mayoría de las
mujeres en tiempos «normales», qué decir cuando tienes que sortear la
presión de los jefes y el cuidado de los niños, al mismo tiempo, dentro de
las cuatro paredes del hogar. ¿Y qué ocurre cuando no se puede establecer un
espacio físico de teletrabajo separado del resto de la familia, en pequeños
pisos sin condiciones adecuadas?

 

La crisis múltiple que estamos atravesando (crisis sanitaria, económica,
geopolítica y social) desvela la barbarie de un sistema capitalista
patriarcal que no puede asegurar ni siquiera la atención médica a gran parte
de la población, donde algunas corporaciones capitalistas se lucran con la
producción e investigación de vacunas, mientras se trata a las personas
mayores o las que están enfermas como material descartable. Un sistema que
se encamina hacia una probable depresión y que intentará, una vez más,
reconstruir el ciclo de acumulación sobre los cuerpos cansados y explotados
de las mujeres y el conjunto de la clase trabajadora, a costa de la vida de
millones.

 

Pero algo está cambiando. Cuando miles de personas aplauden desde sus
balcones a las enfermeras y al personal médico, cuando se viraliza un video
en el que aplauden a las limpiadoras de un hospital, cuando alguien le
agradece a la cajera de un supermercado, está empezando a coger fuerza una
idea: podemos vivir sin banqueros, sin grandes empresarias que rompan los
techos de cristal, pero no podemos vivir sin las trabajadoras del campo, sin
las que cuidan a niños y ancianos, sin las que producen nuestros alimentos y
nuestra ropa. Una vez que esta idea prenda, será difícil apagar el fuego. 

 

* Es historiadora y periodista. Es autora del libro Revolucionarias (Lengua
de Trapo, 2018).

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