Argentina/ Ranking de la deuda: quiénes son los 10 acreedores extranjeros más poderosos [Alfredo Zaiat]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Abr 26 15:28:55 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

26 de abril 2020

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Argentina

 

Exclusivo. El ranking de los fondos de inversión extranjeros que tienen más
bonos argentinos

 

Oferta de canje de deuda: quiénes son los 10 acreedores más poderosos

 

Los nombres de esos fondos de inversión son desconocidos para la mayoría. No
son bancos comerciales ni de inversión. Son firmas financieras que
administran capitales de instituciones, estados y grandes fortunas de
personas. Varios de ellos tuvieron una relación promiscua de negocios con el
gobierno de Macri.

 

Alfredo Zaiat

Página/12, 26-4-2020

https://www.pagina12.com.ar/

 

Son los diez principales acreedores de la deuda argentina emitida en dólares
con legislación extranjera. El ranking fue confeccionado con el monto de
deuda declarado por cada uno de acuerdo a información pública. En total, ese
grupo poderoso de acreedores reúne 8380 millones de dólares, 13 por ciento
de la suma global a reestructurar, y tienen la capacidad de presión para
arrastrar a otros acreedores. En estos días pudieron aumentar o disminuir
sus respectivas tenencias según la estrategia que tengan para el canje de
deuda.

 

Tienen posiciones más o menos agresivas con el gobierno. Algunos se muestran
hostiles, como el mexicano Gerardo Rodríguez de BlackRock que repartió
amenazas a funcionarios diciendo "Vos no sabés con quién te metes". Otros
prefieren diálogos constructivos para alcanzar un acuerdo conveniente para
ambas partes. 

 

Estos diez poderosos acreedores privados de Argentina son los fondos de
inversión internacionales que comenzaron una intensa partida de póquer con
el gobierno argentino por una deuda impagable en las actuales condiciones. 

 

Son los que buscan influir a la luz del día a través de la mayoría de los
medios de comunicación y, a la vez, presionan por vías inconfesables para
obtener una mejora de la propuesta que presentó el ministro de Economía
Martín Guzmán. 

 

Con información pública obtenida de Bloomberg, de la firma de gestión de
capitales, calificación y recomendación de inversiones Morningstar y de
fuentes del mercado involucradas en la operación de canje de la deuda en
default virtual que dejó el gobierno de Mauricio Macri, Página/12 pudo
construir y difunde en exclusiva quiénes son los acreedores privados más
poderosos y el monto de deuda en dólares de legislación extranjera que tiene
cada uno en sus carteras:

 

1. Allianz: 1670 millones de dólares.

 

2. Fidelity: 1650 millones de dólares.

 

3. BlackRock: 1500 millones de dólares.

 

4. Northern Trust: 800 millones de dólares

 

5. AllianceBernstein (AB): 700 millones de dólares.

 

6. HSBC: 470 millones de dólares.

 

7. Prudential Financial: 440 millones de dólares

 

8. Ivesco: 400 millones de dólares.

 

9. Ashmore: 400 millones de dólares.

 

10. Eaton Vance: 350 millones de dólares.

 

Acreedores

 

Los nombres de estos acreedores son desconocidos para la mayoría, con la
excepción del banco HSBC. No son firmas que tengan una larga historia
financiera con la Argentina, como sí la tuvieron Citibank y JP Morgan-Chase
Manhattan Bank. 

 

En la década del '80 se constituyeron comités de bancos acreedores para
negociar nuevas emisiones, refinanciaciones y moratorias parciales. Los
lideraban, según el país, el Citi, Chase o JP Morgan. Los países
latinoamericanos habían recibido en los años setenta líneas de crédito
directas de la banca internacional. A inicios de los ochenta estalló la
crisis de la deuda. 

 

A partir de entonces el negocio de emisión y especulación con deudas
soberanas comenzó a dispersarse hacia otros jugadores de las finanzas
globales. Los planes Baker (1985) y Brady (1989-1990) fueron dos programas
de reordenamiento de deudas en países latinoamericanos para evitar la
quiebra de esos bancos emblemáticos del poder de Estados Unidos. Sirvieron
además para convalidar en democracia el endeudamiento contraído durante las
dictaduras. 

 

Al mismo tiempo, en esos años, avanzaba la expansión de las finanzas
globales y la irrupción de los bancos de inversión en el negocio de la
deuda. A esos grandes bancos comerciales internacionales se le sumaron en
forma activa Merrill Lynch, Lehman Brothers, Baring, Bear Sterns, Morgan
Stanley.

 

Otra crisis de deuda de mercados emergentes en la segunda mitad de la década
del '90 y, en especial, la crisis financiera global de 2008 (estallido de
créditos hipotecarios subprime y quiebra de Lehman) volvieron a modificar el
tablero de los grandes jugadores de las finanzas globales. Quiebras,
fusiones y mayores regulaciones prudenciales dispuestas por las bancas
centrales desplazaron a esos bancos (comerciales y de inversión) de la
médula del casino financiero global.

 

Desde 2008 penetraron hasta dominar el mercado las firmas dedicadas al
manejo de carteras de inversión de instituciones y de grandes fortunas
individuales. Lo hicieron favorecidas por la ausencia de restricciones
normativas y de regulaciones sistémicas para su operatoria como las que
tienen la banca.

 

Estos gigantes no regulados estaban en el negocio financiero desde hace
varias décadas. Pero las limitaciones a la banca tradicional y a la de
inversión derivadas de la crisis 2008 les abrieron el camino para un
crecimiento explosivo en los últimos diez años.

 

Se presentan como gestores de capitales de terceros y, por lo tanto,
argumentan que no deben atarse a las regulaciones del sistema bancario. No
son intermediarios tradicionales de dinero (depósitos y créditos), sino que
se dedican a colocar los millonarios capitales que recogen de sus clientes
para comprar acciones, bonos corporativos o de deuda soberana.

 

Son agentes financieros que pasan a sus clientes beneficios o pérdidas de
sus inversiones. Son los grandes acreedores privados de la deuda argentina.

 

Poder

 

Esos fondos de inversión con nombres extraños para la mayoría pasaron a ser
los jugadores principales de la actual fase del capitalismo dominado por las
finanzas globales, hoy en jaque por la crisis del coronavirus. Pero igual
mantienen, por ahora, un inmenso poder de presión sobre gobiernos y una
fuerte influencia en los paquetes accionarios de grandes corporaciones.

 

El poder financiero pasó de los bancos comerciales y de inversión a esos
fondos de administración de cartera de activos. 

 

La impresionante expansión fue a partir de montarse en la inmensa burbuja
especulativa de los últimos diez años alimentada con los milmillonarios
rescates gubernamentales a bancos y corporaciones por la crisis 2008. 

 

Se armó entonces otra inmensa burbuja especulativa de deudas y así Wall
Street tuvo el ciclo alcista más prolongado de su historia. El trayecto es
impactante: desde el 9 de marzo de 2009, cuando el índice S&P500 alcanzó el
mínimo de 666 puntos, hasta marcar el pasado 20 de febrero un máximo de 3380
(alza impresionante de 407,5 por ciento), con cierre el último viernes en
2798 puntos.

 

Hasta la debacle del mes pasado, por ese período de bonanza extraordinario
en el mercado bursátil, esos fondos entregaron a sus clientes rendimientos
muy elevados. Por caso, BlackRock contabilizó una ganancia promedio de poco
más del 100 por ciento en ese ciclo hasta el reciente crac. 

 

Esos resultados significaron una ampliación de su participación en el casino
financiero global, el incremento consiguiente en la cantidad de clientes
individuales e institucionales y una creciente influencia en gobiernos.
BlackRock tiene vínculos estrechos con las administraciones de Francia,
España y Estados Unidos (maneja el fondo de pensión del estado de
California), y en Argentina los tuvo con el gobierno de Mauricio Macri.

 

Hace un par de semanas la Reserva Federal (banca central estadounidense) le
pidió a BlackRock que administrara para el gobierno la compra de miles de
millones de bonos corporativos con riesgo de insolvencia. Es evidente el
conflicto de intereses de esa decisión pero ese tipo de promiscuidad que
mezcla negocios, finanzas y poder político es una de las principales
características de este tipo de fondos. 

 

Uno por uno

 

Esas firmas financieras son los nuevos y poderosos acreedores de Argentina.
Resulta revelador saber quiénes son esos fondos, cuáles son sus principales
accionistas y cómo son sus perfiles de inversiones. El siguiente es el
detalle de los primeros cinco grandes fondos que tienen bonos argentinos en
dólares de legislación extranjera.

 

1. Allianz. 

 

Es una empresa multinacional europea de servicios financieros con sede en
Múnich, Alemania. Sus principales áreas de actividad son las de seguros y la
de administración de activos. A partir de 2014 se convirtió en la compañía
de seguros y en el grupo de servicios financieros más grande del mundo. En
este último rubro tiene firmas muy activas en el mercado global: PIMCO,
Allianz Global Investors y Allianz Real Estate. Los principales accionistas
de este gigante de la economía mundial, que ocupa el puesto 23 en el ranking
Forbes, son Cullen Capital Management, Schafer Cullen Capital Management y
Victory Capital Management. Como se trata de la aseguradora líder mundial la
estrategia de inversiones es conservadora.

 

2. Fidelity.

 

A fines del año pasado administraba una cartera de activos total de 460.400
millones de dólares, con clientes de todos los continentes. Fidelity
Internacional nació en 1969 y sus principales dueños son directivos y
algunos miembros de la familia fundadora original (Johnson). El lugar
destacado que ocupa en este negocio se refleja en que en 2009 comenzó a
trabajar como gestora de activos para el Fondo Nacional de la Seguridad
Social China. Se presenta a clientes como experto en administrar inversiones
de largo plazo para el momento de la jubilación.

 

En realidad, su estrategia de inversión es de alto riesgo al orientar su
cartera (60 por ciento) a deuda soberana de mercados emergentes. Entre esos
portafolios se destacan Fidelity New Markets Income Fund y Fidelity Series
Emerging Markets Debt Fund, en los cuales las posiciones de bonos argentinos
representan el 3,77 y 3,15 por ciento, respectivamente, según datos de
Morningstar (firma muy conocida del mercado que define calificaciones de
empresas, dando recomendaciones de inversión y gestionando carteras). En
esos portafolios hay bonos de Ucrania, Costa de Marfil y Camerún, países que
han atravesado procesos de reestructuración de deudas en los últimos 20
años.

 

En el caso de sus inversiones en Argentina eligió bonos de corto plazo,
destacándose el AA21. Este papel fue emitido en 2017 por el entonces
ministro de Finanzas Luis Caputo, con un cupón de interés de 6,875 por
ciento anual, por un monto de 4500 millones de dólares. De acuerdo a lo
declarado en Bloomberg, Fidelity posee el 10 por ciento de ese papel, unos
450 millones.

 

Fidelity fue el fondo que bloqueó la postergación del pago de un título de
deuda de la Provincia de Buenos Aires, que en enero pasado intentó hacer el
gobernador Axel Kicillof. Es el antecedente para inferir que tendrá una
posición muy dura en el canje propuesto por Guzmán.

 

3. BlackRock. 

 

Fundado en Nueva York en 1988 es el administración de carteras de inversión
más grande del mundo, con 7,4 billones (millón de millones) a fines de 2019.
La periodista especializada en finanzas Keike Buchter escribió el libro
"BlackRock: el poder secreto". El jefe del fondo es Larry Fink. Posee
acciones de grandes bancos estadounidenses, conglomerados de la industria de
armas y petroleras, además es accionistas de grandes empresas alemanas.
Posee acciones del 88 por ciento de las firmas listadas en el índice S&P500
de la Bolsa de Nueva York. Quienes han estudiado el desarrollo de BlackRock
señalan que es una firma que ayuda a consolidar el capitalismo monopolista.
Por ejemplo tiene injerencia en las cinco grandes líneas aéreas de Estados
Unidos y acciones de entre 5 y 10 por ciento de los gigantes del mercado de
química: Bayer-Monsanto, BASF, Du Pont, Linde, Arkema y Air Liquide. O sea,
empresas que deberían competir tienen un socio relevante que puede, en
función de sus intereses, definir el funcionamiento del sector. Es decir,
puede desarrollar sin límites reglas del capitalismo monopolista. 

 

Sus inversiones en mercados emergentes son de riesgo medio, de acuerdo a las
calificaciones de Morningstar, concentradas en deuda soberana y en la
vinculada con empresas petroleras. El portfolio de activos argentinos está
compuesto en un 43 por ciento de iShare JP Morgan USD Emerging Markets Bond
(índice compuesto por bonos de esos mercados), que está evaluado de riesgo
elevado, y el saldo restante es de riesgo medio. Es un perfil de
colocaciones que adelanta una posición agresiva en la negociación con
tendencia a intentar bloquear el canje, como la dejaron expuesta con la
amenaza de uno de sus ejecutivos a Guzmán.

 

4. Northern Trust Corporation.

 

Es uno de los bancos más grandes y antiguos (fundado en 1889 por el banquero
Byron Laflin Smith) de Estados Unidos, con sede en Chicago. Atiende a
corporaciones, inversores institucionales y personas con patrimonios muy
elevados. En diciembre pasado tenía activos consolidados por 136.800
millones de dólares. El crac bursátil global implicó que, de acuerdo al
reporte del primer trimestre de este año, la cartera de activos
administrados perdiera 9 por ciento. Es un quebranto muy fuerte para este
tipo de fondos de inversión. Ese resultado se debe a su estrategia de
inversión agresiva en mercados emergentes. Es lo que se observa al analizar
la posición de bonos de deuda argentina. Ha multiplicado por aproximadamente
ocho veces su tenencia de bonos cortos desde el último trimestre de 2018,
papeles que han registrado una fuerte caída en sus paridades desde entonces.

 

5. AllianceBernstein.

 

AB informa en su página de Internet que en febrero pasado gestionaba activos
por 623 mil millones de dólares, monto que disminuyó a 542 mil millones al
mes siguiente. El crac bursátil global significó una pérdida de 81 mil
millones de dólares en sólo un mes, el 13 por ciento de la cartera global.
Ese quebranto sirve como comparación para dar cuenta que el saldo para sus
cuentas del canje de deuda argentina es insignificante. AB es una compañía
que tiene como principal accionistas (64 por ciento del capital) al
conglomerado de seguros francés AXA. 

 

Otros acreedores

 

Existen diferencias entre esos grandes acreedores de deuda argentina.
Algunos compraron la mayoría de los bonos que tienen en sus carteras en el
momento del lanzamiento. Fue el caso de BlackRock, Pimco, Templeton y
Gramercy que suscribieron bonos lanzados por el ministro de Finanzas Luis
Caputo en la administración Macri.

 

Esos fondos que publicitan que son los mejores gestores de capitales del
mundo adquirieron papeles de deuda de un gobierno en naufragio. El caso más
increíble fue el de Templeton que incorporó a su cartera casi toda la
emisión de un bono en pesos a tasa fija (Botes) por el equivalente de 2250
millones de dólares.

 

Templeton administra activos por 770 mil millones de dólares y se asoció en
Argentina con la firma SBS, cuyo director y socio es Gustavo Cañonero,
vicepresidente del Banco Central durante la gestión Caputo y la siguiente de
Guido Sandleris. 

 

Este vínculo es una muestra más de la promiscuidad de negocios con la deuda
que hubo en el gobierno de Macri. El director de inversiones de Templeton
Global Macro era Michael Hasenstab, quien elogiaba la política económica
macrista y se entrevistó en varias ocasiones con Macri, para pasar de
inversor estrella del mercado a estar estrellado con los quebrantos
acumulados por su apuesta insólita a los bonos de Caputo.

 

Ashmore y Greylock son fondos muy activos con la deuda argentina comprando
los bonos luego de que bajaron mucho en 2018, estimando que concretaron esas
operaciones a paridades de 50 al 60 por ciento. Hoy acumulan pérdidas pero
no tan pronunciadas como los fondos que suscribieron los bonos cuando fueron
emitidos.

 

Póquer

 

Argentina tiene amplio respaldo externo para la oferta de canje de deuda en
default virtual, con expresiones de apoyo público realizadas por el FMI, la
Cepal y la Unctad-ONU. Pero, como se sabe, en la actual fase del capitalismo
globalizado hegemonizado por las finanzas globales, esos fondos de
inversión, que manejan capitales superiores a varios PIB de países sumados,
tienen mucho poder e impunidad.

 

No importa que sean responsables de malas decisiones financieras al comprar
bonos durante el macrismo alimentando un ciclo de endeudamiento descabellado
ni que estén acumulando fuertes quebrantos por el crac bursátil global.
Presionan al gobierno de Alberto Fernández para que mejore la oferta. En
realidad, ante un contexto de debacle financiera global, deberían estar
agradecidos de que el gobierno argentino les haya presentado la oportunidad
para ordenar el desquicio de emisión de deudas desenfrenada de Macri. 

 

En el juego de póquer del canje, pese a las amenazas y las voces de alerta
del establishment mediático local, pasar del default virtual a un default
abierto es más un problema para esos fondos de inversión que para el actual
estado de la economía argentina.

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