Estados Unidos/ "El coronavirus sigue asolando el país y Trump no hace nada" [Barry Sheppard]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Nov 1 13:16:59 UYT 2020


  _____

Correspondencia de Prensa

1° de noviembre 2020

https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

germain en montevideo.com.uy <mailto:germain en montevideo.com.uy>

  _____



Estados Unidos



“El coronavirus sigue asolando el país y Trump no hace nada”

Barry Sheppard

A l’encontre, 30-10-2020

http://alencontre.org/ameriques/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



En septiembre la cantidad de casos de infección notificados se incrementó de
manera regular y luego la aceleración fue constante. El 26 de octubre, fecha
tomada como media móvil de siete días de nuevos casos cotidianos (una media
que nivela las fluctuaciones diarias de los casos registrados), se
registraron unos 70.000 casos nuevos diarios, y las cifras siguen
aumentando.

Esta cifra supera el anterior récord de unos 65.000 casos, alcanzado durante
el verano pasado. Los científicos predicen que serán 100.000 por día en unas
pocas semanas, y sus pronósticos son aún más sombríos.

Las hospitalizaciones, cuya cifra está muy por debajo, obviamente,  de los
nuevos casos, han comenzado a aumentar. La cantidad de muertes no va a ceder
[227.000 muertes según el Centro de Recursos de Coronavirus de la
Universidad Johns Hopkins, el 28 de octubre].

Desde el comienzo de la pandemia, en los Estados Unidos hubo varios picos de
contaminaciones y ahora nos dirigimos rápidamente hacia un nuevo aumento de
los mismos.

El primer pico fue de unos 30.000 casos por día, a principios de la
primavera, y luego la administración Trump ordenó el cierre de todos los
sectores, excepto los más esenciales (salud, alimentación, transporte,
etc.). Esta fue la única vez que Trump tomó medidas serias para reducir la
propagación del virus.

El virus siguió propagándose a un ritmo reducido, gracias al uso de máscaras
y al distanciamiento social, evitando las grandes concentraciones de
personas. Esas medidas se aplicaron en algunos estados pero no en otros, y
se registraron nuevos casos entre los trabajadores de los llamados sectores
esenciales, incluidas las enfermeras.

La cantidad de casos se estabilizó en algo más de 20.000. Entonces, Trump
pidió la reapertura de toda la economía antes de finales de mayo, lo que se
hizo sin ninguna precaución en algunos estados y de manera más prudente y
mesurada en otros, con lo que comenzó nuevamente el aumento de las
contaminaciones diarias, las que alcanzaron, a principios del verano, un
ritmo superior al doble del pico máximo anterior.

Las restricciones, que fueron mantenidas en muchos lugares, permitieron
reducir la media nacional a poco más de 30.000.

***



Desde el comienzo de la pandemia, Trump no hizo sino minimizar la gravedad
de la misma, excepto durante el mes de marzo. Se burlaba, incluso, del uso
de las mascarillas.

A pesar de haber sido él mismo víctima de la pandemia y de haber sido
hospitalizado, sigue organizando grandes mítines de campaña con miles
personas reunidas, la mayoría de las cuales no llevan máscaras. Llega al
punto de utilizar su enfermedad para restarle importancia a la gravedad de
la pandemia, diciendo que no debemos preocuparnos si nos contagiamos,
porque, como él, nos vamos a recuperar.

Trump tiene muchos partidarios y el Partido Republicano se ajusta
estrictamente a su discurso, por lo que existe una gran diferencia entre los
26 estados controlados por los republicanos y los 24 estados controlados por
los demócratas en cuanto a la forma en que se toman, o no, las medidas para
contener el virus.

Eso no quiere decir que los demócratas no hayan cedido al imperativo
económico de flexibilizar las medidas restrictivas. Lo hicieron, claro, pero
nunca tanto como los estados republicanos.

Las personas que creen en el discurso de Trump -y sus adeptos se cuentan por
decenas de millones- también contribuyen a la propagación de la enfermedad
por su desprecio arrogante de las medidas que han mostrado su eficiencia
para ayudar a contenerla, como el uso de máscaras en lugares públicos,
especialmente en lugares cerrados, y el mantenimiento de una distancia
física, además de la higiene de las manos.

Esto explica en parte la propagación geográfica del virus. El primer pico se
concentró en el noreste, particularmente en la ciudad de Nueva York. El
segundo en los estados sureños del "Sun Belt" [El "cinturón del sol" incluye
los estados de Arizona, California, Florida, Nevada, Nuevo México, Texas,
Georgia  y Carolina del Sur. También puede incluir los estados de Luisiana,
Mississippi, y Alabama, NdT]. El tercer pico cubrió el medio oeste y el
oeste, incluso en las zonas rurales. En estas últimas, los pueblos pequeños
suelen estar a más de cien kilómetros del hospital más cercano. Los
capacidad de esos hospitales es en general muy reducida, con el riesgo de
verse pronto saturados.

En casi todos los estados, ha habido un aumento de las cifras de nuevos
casos. La razón principal de la propagación es la propia naturaleza de este
virus, sumamente contagioso. Mientras que el virus exista en un lugar,
ningún otro lugar estará al abrigo, lo que también es cierto a nivel
internacional.

***

Trump se ha negado sistemáticamente a poner en marcha un plan nacional para
reducir el impacto del virus. Esta actitud deja en manos de los estados -los
que carecen de fondos debido a la falta de ayuda federal- la responsabilidad
de desarrollar sus propios planes sanitarios. Algunas ciudades tratan
también de implementar sus propias medidas contra la pandemia.

El 25 de octubre, Mark Meadows, el jefe de gabinete de la Casa Blanca,
explicó claramente la política de la administración Trump, cuando dijo a la
CNN: "No vamos a controlar la pandemia". Esto significa que el virus va a
seguir propagándose sin una política federal. Trump lo dice en sus mítines
de campaña. "No se preocupen",  el virus se va a ir por sí solo.

La idea es que el virus se propague hasta lograr una "inmunidad de manada".
No importa cuánta gente caiga enferma, porque en ese caso, el porcentaje
debe situarse muy por encima del 50%. Digamos que se estima en alrededor del
70% [siempre y cuando la inmunidad de manada se materialice]. Eso significa
245 millones de personas en los Estados Unidos. Si la tasa de mortalidad es
del 1%, eso supone 2,45 millones de muertes, lo que es inmoral e
inaceptable, digno del nazi Dr. Mengele [una idea que insinúa que las
personas mayores de 60 años serían el blanco privilegiado "entregado" al
virus].

Además, no se sabe cuánto tiempo dura la inmunidad ante la enfermedad. En el
caso de muchos virus, la inmunidad no perdura para siempre, tal como ocurre
con la gripe. Las vacunas contra la gripe producen anticuerpos contra el
virus de la misma manera que cuando se tiene la enfermedad y sólo dura seis
meses. Y al igual que con la gripe, el virus del SARS-CoV-2 puede mutar y
los anticuerpos desarrollados pueden resultar inoperantes.

***

En sus declaraciones, Mark Meadows dijo también que la administración
concentrará sus esfuerzos en el desarrollo de una vacuna y de tratamientos.
Trump presiona a las empresas que trabajan sobre las vacunas para que
encuentren una rápidamente, "a la velocidad de la luz".

La "velocidad de distorsión" (también "velocidad warp" o "de empuje por
curvatura") [1] es un término de ciencia-ficción que imagina un viaje
interestelar, lo cual es muy difícil porque nada que tenga masa puede
alcanzar la velocidad de la luz. Para que la luz viaje a través de nuestra
galaxia -la Vía Láctea- se necesitan 107.000 años. Por lo tanto, estos
autores de ciencia ficción imaginan una "distorsión" en el espacio-tiempo
que permitiría a los objetos pasar a través y por fuera de "las
restricciones" de la galaxia en un espacio-tiempo diferente, más allá del
límite de la velocidad de la luz. Aunque esto puede ser posible de una
manera matemática, nunca se ha observado. Además, el hecho de desplazarse en
esa "burbuja" destruiría cualquier objeto.

Para continuar con la analogía, el peligro es que el desarrollo de una
vacuna a "velocidad de distorsión" -es decir, tan rápido como lo exija
Trump- puede también perjudicar a quien la reciba o ser ineficaz, o con una
eficacia sólo parcial, ya que esto significa pasar por alto las pruebas de
eficacia y no medir todos los efectos secundarios negativos.

No es de extrañar que mucha gente diga que no piensa vacunarse con una
vacuna desarrollada a la velocidad de Trump. Yo no voy a hacerlo. Esperaré
hasta que esté convencido de que científicos verdaderamente independientes
-y supervisados por sus colegas- la aprueben. Si no hay una cantidad
suficiente de personas que se vacunen, no puede haber inmunidad colectiva,
aunque más no fuera temporal.

Eso es lo que nos espera, al menos mientras la administración Trump esté en
el poder: un nuevo aumento de casos, seguido de hospitalizaciones y muertes
sin ningún plan federal para controlar el virus y con un sistema de salud
nuevamente sobrecargado.

Esperamos que un número suficiente de estados, ciudades y municipios se
despierten y tomen medidas correctivas que le permitan a la gran mayoría,
alrededor del 90% de los ciudadanos, hacer lo que resulta eficaz para
reducir el número de casos -como ya lo sabemos- : usar máscaras, mantener un
distanciamiento físico y evitar las grandes reuniones. O, de lo contrario,
que un número suficiente de individuos lo hagan voluntariamente.

Nota



[1] En el universo ficticio de Star Trek, la distorsión o propulsión
exponencial es una distorsión del espacio que altera las leyes de la física
para permitir que una nave alcance una velocidad supra lumínica. (Redacción
A l’encontre)

  _____





--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20201101/883a227e/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa