México/ Después de las elecciones de junio: ¿Adónde va AMLO? [Manuel Aguilar Mora]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Abr 6 22:37:32 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

6 de abril 2021

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México

 

Después de las elecciones de junio 

 

¿Adónde va AMLO?  

 

Manuel Aguilar Mora *

Ciudad de México, 6-4-2021

 

A dos meses que se realice la jornada electoral más grande de la historia de
México cuando se elegirán representantes de los tres niveles de gobierno
incluidos 15 gobernadores de estados, miles de diputados y de presidentes
municipales (21 mil en total), el país se encuentra en una situación muy
diversa a la de hace tres años. En 2018 una mayoría de la población estaba
esperando a Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Su avasallador triunfo en
las elecciones presidenciales de julio de ese año fue la confirmación
tajante de tal situación. La llegada de AMLO al Palacio Nacional tenía un
sabor popular, estaba henchida de esperanzas y anhelos de cambios profundos
y democráticos para 32 millones de mexicanos y mexicanas que votaron por él.

 

Tres años cruciales

 

Tres años después se presenta un panorama muy diferente. Durante este
periodo la aplastante victoria ya ha mostrado sus reveses nada atractivos e
incluso han surgido hechos muy preocupantes de una política todo menos
clara, que no expresa realmente una vocación de auténtica transformación
social popular. Como presidente su papel no ha sido como el que prometió en
sus largos años de campaña infatigable como candidato en tres elecciones
presidenciales. Ya sentado en la silla presidencial surgió otro personaje,
un astuto político que se demostró un hábil manipulador de discursos en
conferencias matutinas cotidianas destinadas a configurar la opinión
dominante de sus auditorios millonarios. En sus largas y repetitivas
intervenciones adobadas con grandes dosis de demagogia, despliega las pautas
y decisiones de su gobierno de acuerdo a las circunstancias del momento.
Contrastando siempre sus posiciones, muchas de ellas también muy
conservadoras, con las de sus opositores de la derecha tradicional. Este ha
sido el giro retórico alrededor del cual se despliegan sus argumentos, la
constante afirmación mil veces repetida de que su gobierno representa un
cambio. Pero hasta ahora el tal cambio sustancial ha sido básicamente sólo
verbal pues las realidades dicen algo muy diverso.

 

Su papel como presidente no ha sido el de un luchador contra la “mafia del
poder”, sino de un firme defensor del sistema neoliberal y de austeridad que
la sustenta, véase si no su relación con los dos monopolios televisivos
dominantes (TV Azteca y Televsa) a quienes ha hecho concesiones muy
notables, como por ejemplo, de haberles encargado, en vez de a los mentores
educativos organizados en el sindicato más grande del país (el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación-SNTE y su corriente democrática
interna la CNTE), la educación pública de la  niñez en esta época de la
pandemia del covid-19. Es el firme opositor de cualquier reforma fiscal que
toque las posiciones privilegiadas de los capitalistas nacionales y
extranjeros que gozan de un régimen tributario por completo favorable a sus
intereses. Tampoco ha sido el mismo que prometía regresar a los militares a
sus cuarteles, sino el presidente que ha superado a todos sus antecesores en
el fortalecimiento sin parangón de sus efectivos con la creación de la
Guardia Nacional integrada por decenas de miles de efectivos, encargados de
la construcción de grandes proyectos de obras públicas como son la
construcción del Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía entre los más
destacados, de responsabilidades normalmente destinadas a los civiles como
la administración de los puertos y finalmente ser los asistentes de la
border patrol de Estados Unidos (EUA) en la custodia de su frontera sur.

 

Por eso las elecciones próximas no serán ni mucho menos la repetición de las
de 2018. Aunque el triunfo del partido oficial el Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena) parece factibles no será aplastante. Y ello a pesar que la
oposición de los partidos institucionales principales el PRI y el PAN y en
menor medida del PRD sigue siendo muy débil y desprestigiada.

 

La farsa de la 4T

 

La cuestión que se plantea prioritariamente en estas elecciones es la de la
estrategia o mejor de la carencia de estrategia de AMLO. La definición
pomposa que dio AMLO a su gobierno fue de la Cuarta Transformación (4T). Así
él mismo se auto posicionaba como el heredero del libertador Hidalgo (prócer
de la Independencia), de Benito Juárez (héroe de la Reforma del siglo XIX) y
de Francisco Madero y Lázaro Cárdenas (líderes de la Revolución de 1910). No
obstante durante los tres años que lleva AMLO como el verdadero dirigente de
la política nacional, México no ha superado ni de lejos el legado de
desigualdad, violencia y dependencia económica de EUA de los gobiernos del
PRI y el PAN. Durante estos tres años también se ha repetido mil y una veces
el argumento de que AMLO no puede en tan poco tiempo revertir el curso
desastroso de décadas de sus antecesores y por supuesto, también se
consideraba la notable presencia de la pandemia del covid-19 como
explicación de los nulos acervos de una supuesta 4T durante su gobierno. No
cabe duda que estos años han sido años de terribles crisis no sólo en México
sino en el mundo. Pero la cuestión a la que no puede escapar AMLO a un
juicio condenatorio es que sus políticas no han ayudado, al contrario, han
sido contraindicadas al periodo de crisis que atravesamos. 

 

Los mismos partidarios obradoristas reconocen que para ellos su líder, como
lo ha dicho multitud de veces, con la definición de “Cuarta Transformación”
se refiere a una situación de cambio de régimen, de un nuevo contrato
social, una nueva Constitución. Pero durante todo este periodo de tres años
no ha habido una sola muestra de que exista la voluntad política de realizar
una transformación de tal calibre como las tres jornadas históricas
mencionadas. Ni los rastros de un verdadero cambio de régimen, menos de que
se convoque a una movilización popular para forjar un nuevo contrato social
con su respectiva Constitución.

 

Más bien la austeridad neoliberal no sólo se ha mantenido sino que se ha
reforzado, la “mafia del poder” sigue sin ser tocada en sus privilegios (se
descarta por principio cualquier tipo de reforma fiscal) a pesar de que
algunos de sus miembros son blanco constante de críticas, pero sólo
verbales, del presidente, los programas de asistencia social se han
mantenido e incluso reforzado pero a costas de muchas instituciones
indispensables dedicadas a trabajos de investigación, de cultura y de
educación que han sido liquidadas o desmanteladas sin justificaciones
fundamentadas y responsables, de un descuido notorio de los sistemas de
salud cuya necesidad durante la pandemia sanitaria exigía una atención
prioritaria y una inversión multiplicada de recursos dedicados a otros
rubros menos prioritarios y necesarios ante la situación de emergencia.

 

Tampoco la 4T ha brillado al nivel social. Su actitud ante los trabajadores
y sus luchas es claramente hostil. Una huelga en Notimex, la agencia oficial
de noticias, lleva más de un año y AMLO ostensiblemente se ha fotografiado
abrazando a la directora de la institución que se ha demostrado como una
intransigente opositora a todas las demandas de sus trabajadores. Ha hecho
todo lo posible por dividir a la CNTE, la única corriente sindical masiva
que abiertamente se opone a su burocracia sindical y ejerce una presión en
defensa de los intereses de sus trabajadores.

 

El triste papel con respecto a las demandas feministas que ha demostrado
personalmente AMLO y que lo ha transmitido a su gobierno ha distinguido a
México como un país en donde los feminicidios se han incrementado
patéticamente. Lo mismo en el caso del asesinato de periodistas en el cual
también México tiene un turbador protagonismo sólo comparable al de Siria,
país en guerra civil. Y la violencia sigue sin pausa en el país con 2019
como el año con más asesinatos de la última década.

 

La derecha al acecho

 

¿Y la derecha? Hasta hoy los grandes capitalistas en su mayoría se han
contentado con las presiones de sus medios de comunicación, en especial de
la gran prensa, programas televisivos y por supuesto la infinidad de
comentarios de la red. Sus periodistas no cesan de hacer críticas a las
decisiones del gobierno de AMLO, pero hasta hoy los esfuerzos de una
oposición en la acción política concreta, incluido en las calles ha
fracasado. Como ya mencionamos arriba sus dos partidos tradicionales están
muy malheridos.

 

Pero la decisión de AMLO de promulgar la Ley Eléctrica en marzo pasado ha
cambiado repentinamente la situación. Su intento de darle a la Comisión
Federal de Electricidad (CFE) un papel mayor al que le dejaron los
presidentes del PRIAN se ha topado con la oposición de las grandes compañías
nacionales y ante todo multinacionales contratistas de la misma. El
descuartizamiento privatizador de la CFE intenta revertirlo AMLO pero su
intento es parcial, está lejos de ser un acto realmente renacionalizador de
la industria eléctrica y menos aún con la participación activa de sus
trabajadores, sometidos a un régimen sindical charro especialmente duro y
corrupto. AMLO se ha enfrentado a los jueces quienes como lacayos bien
pagados de la burguesía han interpuesto obstáculos jurídicos que han
paralizado la puesta en práctica de la Ley Eléctrica. La prueba a la que se
enfrenta AMLO ante la oposición burguesa a su Ley Eléctrica será un
veredicto decisivo del destino de la 4T.

 

Las elecciones

 

El anhelo de participar como candidatos en las elecciones se ha expandido
como aceite en las filas de Morena. Un afán electorero oportunista
prevaleció ciertamente en los 12,500 miembros inscritos que aspiraron a ser
uno o una de los candidat&s de las 400 diputaciones federales que serán
electas el próximo junio. Pero también se ha expresado un fuerte deseo de
las bases morenistas de poder poner en práctica una vida democrática que
creen que representa el obradorismo. ¡Qué ilusión ha sido la suya!

 

Los métodos de la dirección de Morena encabezada por un notorio antiguo
priista Mario Andrade han producido insatisfacción, choques y de hecho una
auténtica crisis del partido del presidente que no se ha podido esconder y
se ha expresado con todo vigor en los medios. En un reportaje de una de las
revistas políticas nacionales más leídas titulado significativamente
“Morena: reviven vicios del viejo PRI. El dedazo los divide” se relata “la
rebelión de los veteranos” encabezada por Porfirio Muños Ledo uno de los más
viejos barones representante de esa izquierda nacionalista tradicional
mexicana, antiguo presidente tanto del PRI como del PRD, quien impugna las
decisiones de la dirección morenista que se opuso a su reelección como
diputado. Declaró él: “Morena no es democrático. Esto es el PRI y es el PRI
malo”. Y sin pelos en la lengua no anduvo con rodeos y señaló al propio AMLO
como el responsable de revivir los métodos típicos priistas que dominaron la
política mexicana durante décadas: “Presidí dos partidos y nunca vi una cosa
más grotesca”. Para él estas elecciones son la sentencia de muerte de la 4T
y convoca a sus partidarios a “reaccionar como gente de izquierda” ante una
situación en la que “la 4T es una frase y ya no significa nada”. (Proceso,
04.04.2021).

 

Además de lo anterior, AMLO enfrenta las elecciones de junio confrontado
protagonizando un pleito sin mediaciones con la institución gubernamental
encargada de organizar las elecciones, el Instituto Nacional Electoral
(INE). El INE a fines de marzo decidió, en una acción espectacular, quitar
el registro de una cuarentena de candidatos nombrados por los partidos. No
sólo Morena fue tocado, otros partidos también fueron afectados. Pero lo que
sí fue evidente fue que la mayoría de tales candidatos eran morenistas y en
especial dos de ellos que representaban candidatos a gobernadores, los
morenistas Raúl Morón, candidato a gobernador de Michoacán y, ante todo,
Félix Salgado Macedonio, candidato a gobernador de Guerrero. AMLO y Morena
resintieron de tal forma el hecho que de inmediato apelaron la decisión ante
el Tribunal Electoral del Poder Judicial. Especialmente Salgado Macedonio es
el líder más conspicuo, centro de ataques muy bien fundamentados por muchas
mujeres que lo definen como un violador y también acusado públicamente en
los medios de ser contacto con la delincuencia de los narcos tan poderosa en
el estado de Guerrero (el estado de Ayotzinapa). A pesar del enorme clamor
que se levantó contra su candidatura fue notoria la decisión de AMLO y la
dirección de Morena de sostenerlo contra viento y marea. Con capacidad de
movilización de miles en Acapulco y Chilpancingo Salgado Macedonio ha
desafiado claramente al INE y se ha jactado que el Tribunal Electoral le
devolverá su candidatura. Lo cual es muy probable que así sea, según la
opinión prevaleciente.

 

Así con un gran descontento de sus bases y enfrentado al INE Morena se
encamina a las elecciones. Citlali Hernández, la secretaria general de
Morena reconoció que hay “desánimo” en las filas de su partido. Dijo ella:
“No ignoro la serie de inconformidades y preocupaciones de muchos de
nuestros militantes, el sentimiento de haber sido desplazados, de no ser
tomados en cuenta. Lo digo con mucha firmeza y con dolor de que ese es el
sentir de mucha de nuestra militancia.” Y a continuación agregó, según la
nota periodista, “que pese a ello no es momento de críticas y autocríticas
porque al estar en marcha la elección, hacerlo de manera pública sería un
error”. (La Jornada,  05.04.2021). Con esta mezcla de realismo cínico AMLO y
Morena tendrán una situación difícil para repetir la avasalladora victoria
electoral que obtuvieron hace tres años. Sin embargo también es muy posible
que aunque menos espectacular logren el triunfo el próximo junio, pues bien
lo necesitarán porque todo indica que en los próximos tres años que le
restan a la 4T la situación que enfrentará será tan complicada como la que
ha atravesado hasta el momento. Y como hemos intentado señalar en estas
notas con la muy probable situación de que supere incluso la actual crisis. 

 

* Militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS), profesor de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), En 1968 integró el
Comité de lucha de Filosofía y Letras al lado de José Revueltas. Autor de
numerosos libros sobre la historia política y social de México.

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