Perú/ Con mal pie. Primeras derrotas de Pedro Castillo. [Jacqueline Fowks]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Ago 20 15:35:45 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

20 de agosto 2021

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Perú



Primeras derrotas de Pedro Castillo



Con mal pie



El nuevo gobierno apartó de su puesto al canciller Héctor Béjar luego de un
ataque conjunto de la prensa, la oposición, la Marina y militares en retiro.
Plagada de acusaciones de corrupción, la derecha en el Congreso tiene más de
una razón para hacer causa común contra el Ejecutivo.



Jacqueline Fowks, desde Lima

Brecha, 20-8-2021

https://brecha.com.uy/



El trance que pasó el maestro rural y dirigente sindical de izquierda Pedro
Castillo entre la segunda vuelta del 6 de junio y su proclamación como
presidente el 19 de julio fue un ensayo de las varias vías por las que su
gobierno sería atacado y confrontado. La entonces candidata Keiko Fujimori
abusó de las normas electorales para pedir –sin pruebas– la anulación de
miles de votos de su competidor, mientras en las calles grupos de choque
fujimoristas se manifestaban con banderas de la cruz de Borgoña y antorchas
tiki para protestar contra un «fraude» –inexistente– y se declaraban
defensores de la democracia, contra «el comunismo». A la vez, los
congresistas de la ultraderecha y derecha, aliados de la lideresa
fujimorista, anunciaban que establecerían una comisión investigadora del
«fraude» y que impedirían la participación política de comunistas y el
cambio de la Constitución de 1992 –una de las principales promesas
electorales de Castillo–.



En ese contexto, la designación del sociólogo e intelectual de izquierda
Héctor Béjar como canciller iba a requerir de apoyo político del Ejecutivo,
cosa que no ocurrió: luego de dos semanas de críticas por parte de la
oposición, la prensa capitalina, la Marina y militares en retiro el primer
ministro, Guido Bellido, le pidió la renuncia al escritor de 85 años, quien
a mediados de los años sesenta fue guerrillero del peruano Ejército de
Liberación Nacional.



Esta no ha sido la primera derrota de Castillo frente a la amplia coalición
que se ha conformado para petardear las acciones del campesino y rondero que
juramentó el cargo de jefe de Estado el 28 de julio último y que nombró a su
gabinete al día siguiente. En el lapso entre la campaña de la segunda vuelta
electoral y el período de litigio ante el tribunal electoral –debido a los
pedidos del fujimorismo de anular votos de Perú Libre–, se ha consolidado un
bloque opositor que actúa por lo menos en cinco niveles: los medios de
comunicación, los medios sociales –comúnmente llamados las redes–, la elite
económica, la calle y el Parlamento.



En su discurso al asumir como ministro de Relaciones Exteriores, Béjar no
mencionó el Grupo de Lima –el arco de países que desde 2017 presionaba con
sanciones al régimen de Nicolás Maduro para promover un diálogo con la
oposición– y planteó revitalizar la Comunidad Andina y la Unión de Naciones
Suramericanas. También destacó como lineamiento de la diplomacia peruana la
condena «a los bloqueos, los embargos y sanciones unilaterales que solo
afectan a los pueblos». Ante ese anuncio, los congresistas conservadores
promovieron un pliego interpelatorio a Béjar para que respondiera si Perú
iba a retirarse del Grupo de Lima: la decisión de los congresistas fue
saludada por casi toda la prensa capitalina. En simultáneo, se iniciaban las
conversaciones sobre Venezuela en México promovidas por el Grupo de
Contacto; sin embargo, la mayoría de los líderes de opinión de la elite
peruana que no forma parte del nuevo gobierno cuestionaba el cambio de rumbo
de la cancillería.



La presencia de Evo Morales en esos días en Lima fue otro factor de
escándalo en los medios de comunicación: alertaron el miedo de que fuera un
asesor en la sombra del presidente Castillo y las unidades móviles de los
canales de televisión lo perseguían para mostrar en qué restaurantes comía y
qué comía.



El terrorismo y la “pacificación nacional”



Sin embargo, el gran bloque anti-Castillo derrumbó a Béjar, en particular,
causando un gran escándalo con la difusión en televisión de declaraciones
que el sociólogo dio meses atrás en un par de charlas en línea. En febrero
de este año, en un comentario suelto, dijo que el grupo terrorista Sendero
Luminoso fue una creación de la CIA, pero que no tenía manera de
demostrarlo. Y en noviembre, diez días después de la brutal represión
policial contra manifestaciones ciudadanas en Lima, había deslizado otro
comentario incidental mientras explicaba el papel de los agentes de
inteligencia estatales durante las protestas: «… porque el terrorismo en el
Perú lo inició la Marina y eso se puede demostrar históricamente y han sido
entrenados para eso por la CIA», afirmó.



Sendero Luminoso fue el responsable del 43 por ciento de las casi 70 mil
víctimas fatales del conflicto armado interno que vivió el Perú entre 1980 y
2000, según el informe final de la Comisión de la Verdad: la agrupación
maoísta intentó obtener el poder mediante acciones de violencia. Sin
embargo, Béjar se había referido a acciones violentas con fines
político-ideológicos –es decir, atentados terroristas– que protagonizaron
marinos en los años setenta, durante el gobierno de Francisco Morales
Bermúdez, el militar de derecha que sucedió al general Juan Velasco
Alvarado, quien gobernó durante la primera fase del gobierno militar, entre
1968 y 1974.



Velasco había llevado a cabo la reforma agraria y de la educación,
oficializó el uso del quechua y su régimen había preferido comprar a Rusia
insumos militares, entre ellos helicópteros y aviones, en vez de tener como
proveedores a Estados Unidos y Francia. Su gobierno fue una dictadura de
izquierda, a diferencia del resto de los regímenes militares del Cono Sur.



Tras su renuncia como canciller, Béjar ha explicado que, en el contexto de
la Guerra Fría y del avance del Plan Cóndor en Sudamérica, en 1975 un grupo
de marinos peruanos se insubordinó contra el comandante de esa institución,
pues no era conservador, y colocaron una bomba que destruyó parte de su
casa. Asimismo, marinos atentaron con explosivos contra dos embarcaciones
pesqueras cubanas en el Callao en 1977 –bombas kappa colocadas por buzos
expertos de la Marina, según el periodista César Hildebrandt, quien cubrió
los hechos–. Y hubo otras acciones armadas contra un establecimiento
comercial, contra la embajada de Cuba y otros blancos civiles, explicó Béjar
esta semana en la prensa, aludiendo a hechos registrados en libros
auspiciados por la propia Marina y en cables diplomáticos estadounidenses
que hizo públicos Wikileaks.



Sin embargo, los medios que hicieron eco de la frase de Béjar de noviembre
–de que la Marina inició el terrorismo– prefirieron no detallar a qué hechos
refería: optaron por llamarlo «el canciller del terror» o descalificarlo
como «indigno» para el cargo de canciller por atentar contra la imagen de la
Marina, y de inmediato abrieron los micrófonos a militares en retiro que son
actualmente congresistas de oposición, o a políticos casi jubilados del
Partido Aprista y a otros líderes de opinión.



Salvo el exreportero y entrevistador Hildebrandt –actual director de un
semanario–, los periodistas de Lima se plegaron a un comunicado de la Marina
de Guerra, que consideraba una «afrenta» la declaración del canciller y la
calificaba como «carente absolutamente de veracidad», en especial, porque se
salía del discurso normalizado por el fujimorismo y las Fuerzas Armadas: que
en el Perú solo Sendero Luminoso ha cometido terrorismo. Según el
fujimorismo, los partidos políticos no progresistas y los militares en el
retiro, en Perú no hubo terrorismo de Estado: ni antes ni después de 1980.



«La Marina deplora afirmaciones de esta naturaleza que pretenden
distorsionar la historia de la pacificación nacional, reafirmándose en el
cumplimiento de su misión constitucional de continuar la lucha contra el
terrorismo, dentro del marco legal vigente», señalaba el comunicado de la
institución naval, emitido el lunes, al día siguiente de difundidas las
declaraciones de noviembre de Béjar.



El sociólogo cuenta que el Ministerio de Defensa le pidió que presentara
disculpas públicas a la Marina (véase entrevista en este número). Él
respondió que explicaría sus argumentos al responder el pliego
interpelatorio del Congreso. Horas después, el primer ministro le pidió la
renuncia, sin mediar explicación. El pliego, además de las preguntas sobre
la eventual salida de Perú del Grupo de Lima, incluía otras sobre su etapa
como guerrillero, en los primeros años de la década del 60, como por
ejemplo, si había conocido al Che Guevara.



La oposición en el contexto



Pero la actividad en bloque contra el gobierno de Castillo no es solo una
disputa de la elite político-económica partidaria del modelo neoliberal
contra un grupo de políticos que antes estuvo fuera del poder y que quisiera
reemplazar la Constitución de 1993, impulsada por el gobierno de Fujimori.
No asistimos solo a la colisión de la derecha y la ultraderecha contra un
gobierno con vocación de izquierda. No vemos solo los choques de los
tecnócratas y empresarios –que han quedado fuera de la toma de decisiones–
contra dirigentes e invitados de un partido semidesconocido y regional a
quienes se sumaron en el gabinete un puñado de profesionales, con mayor o
menor experiencia de gestión. El Ejecutivo carga ahora el lastre de nuevas
investigaciones fiscales contra Vladimir Cerrón –el creador y secretario
general del partido oficialista Perú Libre– y contra Bellido: las pesquisas
son por lavado de dinero y por terrorismo.



Castillo hizo campaña desde enero como candidato de última hora de Perú
Libre, fundado por el exgobernador regional de Junín, el médico
marxista-leninista Cerrón, quien no pudo postular a la presidencia porque
tiene una condena por corrupción en su gestión como autoridad política. La
formación obtuvo 37 escaños en el Congreso de 130 miembros, es decir, es hoy
la primera minoría.



En la oposición hay más experiencia en el uso de la política para lidiar con
investigaciones fiscales por corrupción y lavado de activos. El maestro
rural llegó al gobierno con una diferencia de 44.263 votos respecto de la
conservadora Keiko Fujimori, para quien la fiscalía ha pedido en marzo 30
años de prisión por los delitos de lavado de activos, obstrucción a la
Justicia y organización criminal por haber recibido millonarios fondos de
Odebrecht en sus campañas electorales de 2011 y 2016, aportes que no declaró
a las autoridades electorales ni al sistema financiero. La fase previa al
juicio oral contra Fujimori, su esposo y una treintena de personas de su
partido, Fuerza Popular, empezará a fines de este mes.



Por otro lado, en el Congreso varios de los líderes de bancadas aliadas del
fujimorismo están investigados por corrupción o por lavado de activos, como
el presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor, líder del partido
Podemos Perú, quien asiste al Congreso con comparecencia restringida luego
de que le anularon la prisión domiciliaria, lo que le permite ejercer como
legislador. El nuevo presidente de la Comisión de Fiscalización del
Parlamento, Antonio Aguinaga, es el médico personal de Alberto Fujimori y
tiene una acusación fiscal por delitos contra la vida y lesiones vinculados
con las miles de esterilizaciones forzadas hechas durante el gobierno de
Fujimori, en el que Aguinaga fue ministro de Salud. Las víctimas de esa
política pública están a la espera de que un magistrado abra el juicio oral
contra el autócrata y sus exministros del ramo.



Es decir, la oposición en el Parlamento tiene otros problemas para los que
necesita hacer causa común contra Castillo. No es solo porque ha llegado al
poder un gobierno de izquierda con una agenda orientada hacia los excluidos
del sistema. Por otro lado, un entorno internacional favorable a las causas
de la ultraderecha ha respaldado las versiones del «fraude» que promueven la
excandidata y acusada por lavado de activos Fujimori y el ultraderechista
Rafael López Aliaga, del partido Renovación Popular.



Desde 2016, los grupos conservadores hacen campañas contra los ministros de
Educación para eliminar el enfoque de género en la educación, pues sostienen
que hay una «ideología de género» que pretende «homosexualizar» a los
escolares. El nuevo presidente de la Comisión de Educación en el Parlamento
cree en las terapias de conversión de homosexuales y es parte del movimiento
llamado Con mis Hijos no te Metas.



Casi la mitad de los parlamentarios del partido oficial son maestros, varios
de ellos son muy cercanos a Castillo desde que, como líder sindical,
encabezó una huelga magisterial en 2017. Dada esa conformación de la bancada
oficialista, se esperaba que uno de los congresistas de Perú Libre
presidiera la Comisión de Educación, en vista de que otra de las ofertas
electorales clave del maestro rural fue incrementar la inversión en ese
rubro y lograr que la educación fuera reconocida en la Constitución como un
derecho fundamental. Por ello, la caída de Béjar no es la primera derrota
del gobierno del maestro rural. No liderar la Comisión de Educación y no
tener a nadie en la mesa directiva del Legislativo han sido otras señales
del inicio con mal pie del primer presidente campesino de Perú.

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