Brasil/ Bolsonaro y la izquierda frente al regreso de Lula. [Marcelo Aguilar]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Mar 20 00:36:06 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

20 de marzo 2021

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Brasil

 

Bolsonaro y la izquierda frente al regreso de Lula

 

Volvió al centro

 

Tras la caída de sus condenas, el expresidente brasileño se transformó otra
vez en protagonista indiscutido de los destinos de su país. El tablero
político comienza a reacomodarse.

 

Marcelo Aguilar, desde San Pablo  

Brecha, 19-3-2021  

https://brecha.com.uy/

 

Jair Bolsonaro tuvo bastante tiempo para aprovecharse de su condición de
único líder político con chances reales en las próximas presidenciales y
andar por el país en modo campaña. Ahora tendrá que compartir la atención.
La rueda de prensa que Lula da Silva, con sus derechos políticos recién
recuperados (véase Dos caminos ante Lula, Correspondencia de Prensa:
https://correspondenciadeprensa.com/?p=17394), dio el miércoles 10 en el
Sindicato de los Metalúrgicos en São Bernardo do Campo tuvo amplia
repercusión e impacto político. La edición de ese día del Jornal Nacional de
la Globo –otrora principal portavoz de la Lava Jato– dedicó varios minutos a
reproducir las palabras del expresidente. En su discurso, Lula le pegó
fuerte al excapitán: «Este país no tiene gobierno, este país no tiene
ministro de Salud, este país no tiene ministro de Economía, este país tiene
un fanfarrón como presidente». Llamó a «no seguir ninguna decisión imbécil
del presidente de la república o del ministro de Salud» y en tono entre
conciliador y mesiánico afirmó: «No tengan miedo de mí. Yo soy radical
porque quiero ir a la raíz de los problemas de este país y porque quiero
ayudar a construir un mundo más justo». Su exposición tuvo varias guiñadas a
empresarios e inversionistas y a políticos de centro y centroderecha.

 

Para Marta Arretche, profesora titular del Departamento de Ciencias
Políticas de la Universidad de San Pablo, el de Lula fue «un gran reestreno»
en la vida política: «Se colocó en el tablero muy rápidamente como una
alternativa, señaló una agenda y esa agenda, aunque moderada, tiene relación
con el bienestar de la población, el combate a la pandemia, la recuperación
de la economía, con traer “comida y cerveza” a la mesa de los brasileños».
Arretche afirmó a Brecha que, con el regreso de Lula, «pasa a existir una
oposición real en Brasil». Sin embargo, cree que las condicionantes
judiciales todavía existentes sobre el futuro político del líder petista
hacen ese regreso «muy inestable», ya que su potencial candidatura
«continuará siendo objeto de disputa política».

 

Hacia adentro 

 

En el Partido de los Trabajadores (PT) la noticia de la anulación de las
condenas de Lula por el Supremo Tribunal Federal provocó una reanimación
general. Se la ve como una victoria lograda tras cinco largos años de
batallas jurídicas, políticas y de narrativas. Para Vitor Quarenta, miembro
de la dirección nacional del partido, tener a Lula como candidato «no es tan
sólo sumar una pieza importante al tablero, es cambiar el tablero, es una
figura que modifica toda la correlación de fuerzas». Valter Pomar, que
también integra el directorio petista, dijo a Brecha que con Lula en escena
«la lucha política en Brasil vuelve a polarizarse entre izquierda y derecha,
y ya no entre derecha gourmet y derecha bolsonarista, como ocurrió en las
elecciones municipales de 2020, en las de los presidentes de las cámaras
parlamentarias y hasta en el propio debate sobre la política sanitaria, que
parecía restringirse a João Doria versus Bolsonaro».

 

Según todas las fuentes, en la interna del partido hay consenso respecto a
la candidatura presidencial de Lula. Él mismo dijo esta semana que no
declinará esa posibilidad si está bien de salud y cuenta con el apoyo del PT
y sus aliados. En este sentido, según O Estado de São Paulo, el Partido
Socialismo y Libertad, que en 2018 presentó la candidatura a la presidencia
de Guilherme Boulos, ya discute internamente la posibilidad de apoyar a Lula
en 2022. Boulos dijo a Folha de São Paulo que «continúa trabajando para una
mesa de unidad y de salvación nacional, para que la izquierda llegue unida a
2022 y derrote a Bolsonaro».

 

Con el líder del Partido Democrático Laborista (PDT), Ciro Gomes, la alianza
parece bastante más lejana. Desde el PDT se afirma que no es momento de
hacer campaña. También el propio Lula dijo este miércoles, en entrevista con
CNN, que su prioridad ahora es ayudar a «salvar vidas y salvar a mi país».
Pero en seguida pidió al presidente estadounidense Joe Biden que convocara
una reunión urgente del G-20 para agilizar la distribución de vacunas.
Queriendo o no, este posicionamiento ya lo coloca en la carrera a las urnas.

 

Desde la vereda de enfrente 

 

Bolsonaro sintió el golpe. Cuatro horas después del discurso de Lula hizo
una ceremonia para firmar una ley que facilita la compra de vacunas y
sorprendió al público al usar un tapabocas. También ese día, su hijo Flavio
Bolsonaro pidió a sus seguidores en su canal oficial de Telegram que
viralizaran una imagen de su padre con la frase «Nuestra arma es la vacuna»,
acompañada del mensaje «Vacunas para generar empleos». Dos días después, los
bolsonaristas generaron polémica al difundir una imagen de Zé Gotinha
(mascota creada en 1986 para incentivar la vacunación contra la
poliomielitis y símbolo del Programa Nacional de Inmunizaciones) que
sostiene una vacuna con forma de fusil.

 

El presidente se enfrenta a un constante aumento del rechazo a su gobierno
en las encuestas. Según la última de Datafolha, divulgada este martes, este
alcanza al 44 por ciento de la población. Un 56 por ciento, en tanto, cree
que Bolsonaro es incapaz de conducir el país. «Al caer en la opinión pública
a esta velocidad, Bolsonaro, si quiere mantenerse competitivo, va a tener
que pasar por una especie de mutación de sí mismo», dice Arretche, porque
«su estrategia y su narrativa del combate a la pandemia hacen agua por todos
lados y pueden dejar de ser creíbles para el gran público». Sin embargo, la
politóloga cree que el presidente optará por un camino a lo Trump: «Si se ve
muy amenazado, puede reavivar una estrategia que ya venía anunciando: que si
el voto no es impreso, la próxima elección será un fraude».

 

Mientras tanto, el centrão, que continúa aliado al mandatario y le permite
evitar cualquier intento de juicio político, ha dado recientemente algunas
señales de estar perdiendo la paciencia. En especial, reclama cambios en la
gestión de la salud y un mayor protagonismo en el gobierno, lo que se vio
reflejado esta semana en la tercera dimisión consecutiva en la cúspide del
Ministerio de Salud. La llegada a la titularidad de esa cartera de Marcelo
Queiroga, cercano a Flavio Bolsonaro, en lugar de la candidata propuesta por
el centrão –cuya presión derrumbó al anterior ministro–, augura nuevos
enfrentamientos.

 

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La amenaza 

 

Apenas conocida la noticia del retorno al ruedo de Lula, diversos líderes
políticos y analistas de los grandes medios lamentaron la caída del país en
manos de la «polarización» y los extremos. Es el argumento estrella de una
derecha tradicional en busca de recuperarse de la avalancha bolsonarista,
que también a ella se la llevó puesta. Las principales figuras del Partido
de la Social Democracia Brasileña insistieron en estos días con que Brasil
necesita una «tercera vía». El gobernador de Río Grande del Sur y
presidenciable Eduardo Leite dijo que «hay que acabar con los extremos antes
de que los extremos acaben con el país», y su par paulista João Doria se
mostró bastante más moderado que en el pasado al decir que «la polarización
favorece a los extremistas que destruyen el país». Doria, hoy enfrentado a
Bolsonaro, ya había llamado a Lula mentiroso, sinvergüenza y facineroso.

 

André Singer, reconocido cientista político y exportavoz de Lula, dijo en
entrevista a la revista Quatro Cinco Um que la idea de que haya dos extremos
en enfrentamiento es «completamente equivocada»: «Polarización es cuando
algunos van hacia un extremo y los demás hacia el otro. En el caso brasileño
no está ocurriendo eso ni ocurrió en ningún momento. Existe un solo sector
que se fue hacia el extremo, la derecha». Singer definió a Lula como un
conciliador, «sobre todo después de que llegó al gobierno». «Lula no dejó de
ser un conciliador en ningún momento, incluso durante toda esta última
etapa», puntualizó. Arretche, por su parte, cree que existen problemas
peores que una eventual polarización: «El principal problema para la
izquierda de cara al 2022 es el tamaño del electorado y de las fuerzas
políticas que rechazan a Lula, al punto de aplicar estrategias
antidemocráticas para eliminarlo de la vida política».

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