Brasil/ Empresas y bancos europeos participan en la destrucción de bosques y sabanas [ENCO - Informe]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Oct 19 00:43:19 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

19 de octubre 2021

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Brasil



Empresas y bancos europeos participan en la destrucción de bosques y sabanas




La Amazonia y la región del Cerrado se enfrentan a una destrucción
devastadora debido a la exportación de carne y soja a bajo precio. Un
informe inédito señala la responsabilidad que tienen empresas europeas.



Rebelión, 14-10-2021

https://rebelion.org/

Traducción de Beatriz Morales Bastos



La dependencia de Brasil de la exportación de materias primas es la causa
principal del nivel sin precedentes de deforestación y explotación excesiva
de la naturaleza en los dos ecosistemas más ricos de Brasil: la Amazonia y
el Cerrado (la región de sabana). La Amazonia es clave para la salud
medioambiental del mundo ya que influye en el clima debido a su papel de
receptora y almacenadora de carbono; el Cerrado, por su parte, es la sabana
más rica del mundo. Y grandes empresas y establecimientos financieros
europeos desempeñan ahí un papel importante.



Más allá de la extrema abundancia de flora y fauna, de agua y biodiversidad
que poseen, las regiones de la Amazonia y del Cerrado son el hábitat de
muchas comunidades tradicionales (poblaciones autóctonas, pequeños
agricultores, comunidades recolectoras del coco de la plamera «babassu»,
comunidades de afrodescendientes) que desde hace siglos han permitido que la
economía local coexista con la pervivencia de los recursos naturales. Muchos
intereses económicos amenazan vastos territorios de estos ecosistemas: el
avance de la agroindustria basada en la ganadería, los grandes monocultivos
de soja, carne y madera, y las actividades mineras y de explotación forestal
vinculadas a las industrias de materias primas.



Incendios, conflictos debido a la apropiación de tierras, agresiones a las
comunidades autóctonas



En 2019 unos incendios generalizados, la mayoría de los cuales se produjeron
a consecuencia de la práctica de abrir zonas de pasto para el ganado,
devastaron gran parte de las selvas tropicales amazónicas. La cantidad de
focos de incendio identificados en la región amazónica en agosto de 2019 fue
la más alta desde 2010 y el doble de las cifras registradas en el mismo
periodo del año anterior. En la región del Cerrado inmensas extensiones de
vegetación de tierras indígenas se han convertido en zonas de pasto y de
producción agrícola. Se calcula que la expansión de la agroindustria ha
modificado aproximadamente el 80% de la vegetación original del Cerrado.



Actualmente las regiones de la Amazonia y del Cerrado son territorios de
conflicto político, económico y medioambiental, unos conflictos que no se
deben solo a la competencia interna entre los sectores económicos que
explotan soja, maíz, carne de vacuno, cuero, madera, caña de azúcar, algodón
y recursos minerales, sino también a los conflictos entre las empresas
agrícolas grandes y medianas (a las que el gobierno de Jair Bolsonaro apoya
económicamente) y las poblaciones forestales.



Bajo el gobierno Bolsonaro han seguido aumentando las agresiones,
expulsiones y desplazamientos de las comunidades tradicionales. La pandemia
ha supuesto un nuevo reto puesto que los organismos del Estado encargados de
vigilar que se respetan los derechos también han estado en confinamiento, lo
que ha hecho más fácil violar los derechos de varias comunidades de las
regiones del Mato Grosso, del Pará, de la Rondônia y del Maranhão. Por
ejemplo, el pueblo indígena xavante, en el Mato Grosso, ha sufrido más
agresiones durante la pandemia. Además, en agosto de 2020 tanto las
comunidades campesinas de Balsas, en el estado del Maranhão, como la
comunidad de Bom Acerto, sufrieron un desplazamiento forzado (1).



¿Qué papel desempeñan las empresas europeas?



La lucha contra la deforestación ilegal tiene por objetivo las empresas
implicadas en la cadena de producción de los productos de base, incluidas
las instituciones financieras y otras empresas multinacionales que forman
parte del proceso de aprovisionamiento. Por ejemplo, en 2016 el Banco
Santander español fue condenado a una multa de 15 millones de dolares por
haber proporcionado apoyo financiero a unos cultivos que se habían realizado
en unas zonas deforestadas ilegalmente. Grandes sociedades del negocio de
los cereales, entre ellas Cargill y Bunge (Estados Unidos), fueron
condenadas a pagar unas multas que ascendían a 29 millones de dólares tras
una investigación del IBAMA (Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los
Recursos Naturales Renovables) que descubrió que aproximadamente 3.000
toneladas de cereales producidas por cinco empresas se habían cosechado en
zonas en las que la agricultura estaba prohibida.



Además del apoyo financiero, empresas europeas operan directamente en las
regiones de la Amazonia y el Cerrado, y a algunas se les acusa de violar
derechos ahí. Se ha acusado de generar impactos negativos sobre el
territorio a sociedades mineras presentes en el estado de Pará (como la
francesa Imerys y la noruega Norsk Hydro) y a grupos del sector de las
infraestructuras (privadas y estatales) que gestionan concesiones de
transporte y de distribución de energía. Según las organizaciones de la
sociedad civil, la presencia de estas sociedades multinacionales ha
contribuido a aumentar la tensión sobre el territorio contra los derechos de
las comunidades locales.



Los Países Bajos y España son los principales destinos europeos de la soja
vinculada a la deforestación



De todos los productos de base que presentan un riesgo medioambiental, la
soja es el más negociado en los mercados internacionales. En 2016 tres
países de América del Sur (Brasil, Argentina y Paraguay) representaban el
50% de la producción mundial de soja, lo que corresponde a una superficie de
aproximadamente 56 millones de hectáreas. Tres cultivos (soja, caña de
azúcar y maíz) ocupan el 70% de la superficie agrícola y representan más del
60% del valor total de la producción agrícola del país. En veinticinco años
la producción de soja ha aumentado un 400% en Brasil.



En un principio los cultivos de soja se plantaron en las regiones del sur
del país, que están más adaptadas a esta producción. Después de la década de
1970 empresas como Syngenta (Suiza) y Pioneer (Estados Unidos) invirtieron
en semillas transgénicas adaptadas al ecosistema del Cerrado con el apoyo
del gobierno brasileño. Una vez que se logró “dominar” las sabanas, la
expansión de la agroindustria se dirigió a la región de la Amazonia desde la
década de 2000.



Según las cifras de la base de datos Trase, los Países Bajos y España son
los principales destinos europeos de la soja vinculada a la deforestación,
seguidos de Francia y Alemania. Estudios recientes calculan que en los
últimos años llegaron al mercado europeo aproximadamente dos millones de
toneladas soja plantada ilegalmente cada año, de las cuales 500.000
toneladas se produjeron en la región de la Amazonia. Cerca de la mitad de
las propiedades rurales de la Amazonia y de las tierras agrícolas de la
región del Cerrado, que producen soja y carne de vacuno para la exportación,
no respetan los límites de deforestación fijados por el código forestal.



La cadena de producción de la soja en Brasil esta dominada por cinco grandes
sociedades comerciales mundiales: ADM, Bunge, Cargill, Louis Dreyfus y
COFCO. Entre los diez primeros países destinatarios de la soja de la
Amazonia y el Cerrado están los Países Bajos (36%), España (21%), Alemania
(10%) y Francia (10%).



Los negociantes de soja reciben el apoyo financiero directo de muchas
instituciones financieras vinculadas a ellos a través de fondos propios
(sobre todo participaciones y propiedades privadas) y de deudas (como
obligaciones, préstamos y facilidades de créditos renovables).



La Unión Europea es el segundo principal comprador de carne brasileña,
después de China



Brasil tiene más vacas (214 millones de cabezas de ganado) que habitantes.
Esta cifra sigue aumentando, sobre todo en la Amazonia y el Cerrado. En 2019
Brasil exportó 1,84 millones de toneladas de carne bovina, lo que le
convierte en el mayor exportador del mundo, según la Asociación Brasileña de
Industrias Exportadoras de Carne (ABIEC). A diferencia de la cadena de
producción de la soja, el sector de la carne está gestionado por grandes
empresas nacionales financiadas por capitales nacionales y extranjeros. Con
la compra en 2017 de más de 180.000 toneladas de carne brasileña la Unión
Europea es el segundo principal comprador de carne brasileña, después de
China.



El gobierno brasileño ha fomentado mucho la política de exportación a través
de la creación en 2008 de un programa de apoyo a los “campeones nacionales”.
El Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social (BNDES) desbloqueó
una serie de subvenciones para fomentar algunas empresas en sectores
específicos, como la transformación de la carne, y estimular su crecimiento.
Estas subvenciones ayudaron a desarrollarse a empresas brasileñas de
transformación de la carne como JBS y Marfrig. Esta última se ha convertido
en el tercer mayor productor de carne del mundo. JBS es el primer productor
mundial de carne y figura entre las diez mayores empresas agroalimentarias
del mundo. Como exportador, JBS se aprovisiona en 1.324 municipios, esto es,
el 47% de los municipios productores de carne bovina de Brasil en 2017.
Además, BRF, empresa de transformación de aves de corral, se ha convertido
en uno de los mayores exportadores del mundo de este producto y tiene dos
fábricas de transformación en Europa (Países Bajos e Inglaterra) y nueve en
Argentina.



Sin embargo, el precio del crecimiento de estas multinacionales ha sido
alto: el aumento generalizado de la destrucción de los biomas de la Amazonia
y del Cerrado, pero también las deplorables condiciones de trabajo a las que
se somete a sus empleados.



No es una novedad las terribles condiciones de la cadena de producción de la
carne, tanto para el ganado como para las personas que trabajan ahí. La
situación es similar en la cadena de la soja: además de las condiciones
laborales degradantes, de los casos de trabajo forzado y del acaparamiento
de tierras, Brasil puede presionar sobre los costes de producción y exportar
a bajo precio, y producir la carne más barata del mundo en la Amazonia.



Cadena de la carne: BNP, Carrefour, Nestlé y mucha otras



Minerva, uno de los tres grandes envasadores de carne de Brasil, obtiene al
menos una tercera parte de sus ingresos brutos de sus exportaciones de carne
de vacuno brasileña, vinculadas a 10.900 hectáreas que corren peligro de
deforestación debido a la expansión de los pastos para el ganado en 2017.
Parte de los accionistas de Minerva son grandes inversores mundiales que
actualmente no tienen compromiso alguno en materia de deforestación, como
Morgan Stanley (4,94% del capital), Vanguard (2,21%) y BlackRock (0,4%), así
como instituciones financieras que han reconocido públicamente el problema
del riesgo de deforestación, como BNP Paribas (2,26%).



Además, JBS, Marfrig y Minerva recibieron más de 9.000 millones de reales
(1.500 millones de euros al cambio actual) en inversiones y préstamos de
bancos europeos y no europeos que han firmado acuerdos medioambientales,
como Deutsche Bank, Banco Santander, BNP Paribas y HSBC. Por desgracia, la
ausencia de leyes en Europa sobre el tema “significa que los bancos, los
inversores, las agencias de calificación, los importadores y los
supermercados no tiene la obligación legal derealizar un control previo
sobre el riesgo de deforestación antes de hacer negocios con las empresas
del sector de la carne de vacuno”, se lamentaba la ONG Global Witness en un
informe sobre el tema de diciembre de 2020.



En 2014 varios gobiernos, la sociedad civil y varias empresas privadas
aprobaron la Declaración de Nueva York sobre los bosques, cuyo objetivo era
reducir la deforestación mundial de aquí a 2020. Los estados brasileños de
Pará, Amazonas y Acre figuran entre los signatarios brasileños, mientras que
Deutsche Bank y Nestlé figuran entre los signatarios europeos. Sin embargo,
según Mighty Earth, los grupos Nestlé y Carrefour todavía no han dejado de
comprar carne a JBS y Marfrig.



Implicación de fondos de inversión alemanes, neerlandeses y suecos



El precio de las tierras agrícolas brasileñas, en particular en el Cerrado,
ha aumentado de forma exponencial debido a la explotación financiera de las
tierras. Los inversores institucionales, como los fondos de pensiones y los
fondos de capital-inversión, las sociedades inmobiliarias y la
agroindustria, aplican un modelo de empresa que da valor a las tierras
adquiriendo y desbrozando para la agricultura zonas de vegetación autóctona,
en vez de basar sus ingresos en la producción de mercancías.



En los últimos 15 años se han creado muchas sociedades inmobiliarias
centradas totalmente en la adquisición, venta, arrendamiento y gestión de
tierras agrícolas en estas regiones. En el Cerrado se han privatizando
ilegalmente vastas zonas indígenas que oficialmente pertenecen al Estado.
Este proceso conlleva generalmente la expulsión violenta de los habitantes
(muchos de los cuales provienen de comunidades tradicionales o de las
poblaciones rurales pobres), así como desbroces o deforestaciones
extensivos. Últimamente se han vendido estas zonas agrícolas a sociedades
agroindustriales o sociedades inmobiliarias, que pueden alquilar o vender
las tierras.



Tres fondos de inversión europeos contribuyen al funcionamiento de las
sociedades inmobiliarias en la región del Cerrado: el fondo de pensiones
alemán Ärzteversorgung Westfalen-Lippe, el neerlandés Algemeen Burgerlijk
Pensioenfonds (ABP) y el sueco Andra AP-fonden (AP2). Estos fondos de
pensiones invierten en fondos de inversión gestionados por la Teachers
Insurance and Annuity Association of America (TIAA), un fondo de pensiones
privado sin ánimo de lucro que actualmente está considerado el mayor
inversor en tierras agrícolas y el tercer gestor mundial de inmobiliario
comercial. A la hora actual posee en Brasil unos activos valorados en 2.000
millones de dólares.



La mayoría de las tierras agrícolas que pertenecen a empresas extranjeras en
la región del Cerrado se financian a través de la TIAA. Este fondo también
está presente en el mercado de tierras agrícolas a través de empresas como
Radar Propriedades Agrícolas (una empresa conjunta entre una sociedad
brasileña, Cosan, y Mansilla Participações, una sociedad que pertenece
totalmente a TIAA) y Tellus Brasil Participações, una filial nacional
centrada en la adquisición de tierras, en la que TIAA tiene una
participación importante (49%). TIAA ha creado una compleja red de
sociedades para comprar e invertir en tierras agrícolas al margen de las
restricciones legales impuestas por las leyes nacionales sobre la propiedad
inmobiliaria por parte de personas extranjeras. En medio de todo esto, la
responsabilidad de las empresas e instituciones financieras europeas tiende
a invisibilizarse, aunque no desaparece. (Publicado en Basta!, 4-10-2021:
https://basta.media/)



Véase el informe íntegro en inglés, publicado por ENCO (siglas en inglés de
Red Europea de los Observatorios de las Multinacionales):
https://corpwatchers.eu/en/investigations/european-multinationals-and-author
itarian-regimes/invisible-hands-european-corporations-and-the-deforestation-
of-the-amazon-and?lang=en



Nota



1) Véase la página web de noticias de la Agencia Pública:
https://apublica.org/

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