Argentina/ Nuevo timonel, rumbo a estribor. [Fabián Kovacic]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Vie Ago 5 11:53:13 UYT 2022
_____
Correspondencia de Prensa
5 de agosto 2022
https://correspondenciadeprensa.com/
redacción y suscripciones
germain en montevideo.com.uy <mailto:germain en montevideo.com.uy>
_____
Argentina
Los cambios en el gobierno
Nuevo timonel, rumbo a estribor
Sergio Massa aterrizó con poderes extendidos en el gabinete de Alberto
Fernández. Mientras arrecia la crisis económica y la tensión interna en el
oficialismo, el gobierno se desespera por mostrar signos de recuperación.
Fabián Kovacic, desde Buenos Aires
Brecha, 5-8-2022
https://brecha.com.uy/
Un despliegue mediático similar a la asunción de un presidente acompañó la
llegada de Sergio Massa al gabinete presidencial para jurar como ministro de
Economía, Desarrollo Productivo, y Agricultura, Ganadería y Pesca. El Frente
de Todos deposita en su gestión las esperanzas para revertir la crisis
económica y financiera de los últimos dos meses, con inflación galopante y
dólar paralelo en firme ascenso. «Massa es para Alberto Fernández lo que
Domingo Cavallo fue para Menem», le deslizó a Brecha un diputado oficialista
que observa a Massa con desconfianza. El presidente Fernández ya resignó
parte de su poder en favor de la supervivencia de la coalición de gobierno.
Pese a las expectativas, el anuncio de las primeras medidas por parte del
flamante ministro se circunscribió a acciones para sostener los ingresos de
jubilados y sectores de menores ingresos con ayuda suplementaria, promover
regímenes fiscales de excepción para aumentar la producción y sostener las
metas de pagos acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). «Vamos
a iniciar una ronda de diálogo con todos los sectores para mejorar la
producción y los ingresos de divisas», dijo Massa al cerrar su conferencia
de prensa.
Crónica de un cambio
Mientras la hasta entonces ministra de Economía, Silvina Batakis, volaba el
sábado 23 de julio rumbo a Washington para confirmarle a Kristalina
Georgieva, la titular del FMI, que todo seguiría igual a como se lo prometió
el exministro Martín Guzmán allá por marzo, el dólar sojero desataba la
crisis que le permitió a Massa, por fin, aterrizar en el gabinete
presidencial.
El miércoles 27, desde el Banco Central comunicaron la decisión de volver a
fragmentar el valor del dólar para un nuevo uso: lograr que los productores
de soja liquiden cuanto antes casi 22 millones de toneladas de la
oleaginosa, lo que permitiría un ingreso de 2.500 millones de dólares a las
alicaídas arcas estatales. Un dólar a 239 pesos solo para los productores de
soja, actores políticos y económicos de peso en el vertiginoso escenario
argentino sonó a mucho para el resto de los sectores que pretenden hacer oír
su reclamo, es decir, la Unión Industrial Argentina y la Asamblea de la
Pequeña y Mediana Empresa. La jugada reveló la debilidad del gobierno que
encabeza Alberto Fernández en su permanente necesidad de divisas.
Pero los empresarios agrarios, enemistados con el Ejecutivo por la falta de
combustible y los aumentos impositivos, no se decidían a liquidar la cosecha
especulando con la suba del dólar. Lo dijo con claridad el factótum de los
sojeros Gustavo Grobocopatel: «No creo que sea un incentivo un dólar
diferenciado para el campo». Y en su apoyo corrió Nicolás Pino, el titular
de la Sociedad Rural Argentina: «El gobierno no tiene necesidad de maltratar
y faltar el respeto al sector de la economía más competitivo, el que más
invierte», señaló. Los empresarios rurales permanecieron tranquilos, tienen
sus razones y la sartén por el mango. En la vereda opuesta, los movimientos
sociales, con el economista y diputado oficialista Itai Hagman y el
piquetero Juan Grabois como referentes, insisten en la necesidad de aprobar
un salario básico universal para 7 millones de personas en situación de
vulnerabilidad.
Demasiados frentes abiertos para el presidente, cuya espalda empezó a
doblarse ante los reclamos, las críticas de su vice, Cristina Fernández, y
las chicanas opositoras. Mientras Batakis discutía números con Georgieva,
Alberto Fernández vio que el problema ya no era de falta de dólares, sino de
maniobra política. Y recurrió a la bala de plata, la última chance: Massa,
el hombre cuya figura el propio Fernández ayudó a construir y con quien
intima políticamente desde la muerte de Néstor Kirchner, de cuyos gabinetes
ambos fueron parte.
El superministro
El desembarco de Massa era un secreto a voces desde la salida de Martín
Guzmán. Llega en un escenario en el que se sabe protagonista a la par de
Cristina Fernández: ambos conducen las facciones que más votos aportan al
Frente de Todos. La vicepresidenta dio una tregua al gobierno para que Massa
se acomode. Ella tiene argumentos para oponérsele: en 2009, Massa, su exjefe
de gabinete, tildó a la expresidenta y a su esposo de patoteros. «Kirchner
es un psicópata», le dijo a la embajadora estadounidense durante una cena en
la embajada. En esa ocasión, su propia esposa le hacía gestos para que
dejara de hablar, según cuenta la diplomática estadounidense en los cables
revelados por Wikileaks en 2009.
Massa asumió con tres áreas a cargo: Economía; Agricultura, Ganadería y
Pesca, y Desarrollo Productivo, junto con las relaciones económicas y
financieras internacionales. Tres ministerios en uno. Superpoderes para
superproblemas. Massa asume en Economía para resolver las cuestiones
financieras y económicas de un dólar desatado; en Agricultura para lidiar
con los empresarios del campo; en Desarrollo Productivo para entenderse con
los industriales, y hasta toma para sí el trato con el FMI y el Mercosur. No
es economista, pero supo cultivar los contactos necesarios en el frente
interno –fue cercano al macrismo y a su círculo empresarial– y en el externo
–tiene una nutrida agenda de empresarios y políticos republicanos y
demócratas de Estados Unidos– como para hacer pensar que su muñeca política
puede salvar las papas del fuego infernal. Todo con la mira puesta en
resolver problemas estructurales del gobierno de cara a las elecciones
presidenciales de 2023, en las que Massa no solo pretende un nuevo triunfo
del Frente de Todos, sino encabezar la fórmula oficialista. Menuda tarea
para un político ambicioso.
Un equipo de derecha
Con Massa como ministro de Economía, el área de Desarrollo Productivo y de
Agricultura, Ganadería y Pesca se convirtieron en secretarías. La primera
quedará a cargo de Ignacio de Mendiguren, un hombre cercano al nuevo
ministro desde la primera hora y dos veces presidente de la Unión Industrial
Argentina. La segunda, Agricultura, quedó a cargo de Juan José Bahillo,
exintendente de Gualeguaychú y productor agropecuario local.
Pero quizá el hombre más observado sea Daniel Marx, nombrado como asesor en
el Comité para el Desarrollo del Mercado de Capitales y Seguimiento de la
Deuda Pública. Marx fue funcionario negociador de la deuda externa durante
los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa. Entre
1986 y 1988, junto con Carlos Melconian, entonces jefe del Departamento de
Deuda Externa del Banco Central, decidieron que las investigaciones de una
comisión especial para determinar la legitimidad del endeudamiento generado
por la dictadura militar no tenían mayor sentido y complicaban las
posibilidades de un nuevo acceso a un crédito internacional. Era menester,
entendieron, considerarlo legal y pagar toda la deuda. Hoy Melconian es el
economista de cabecera de Mauricio Macri.
En 1988, cuando entró en vigencia el llamado Plan Brady para renegociar la
deuda argentina –pergeñado por Nicholas Brady, titular del Tesoro
estadounidense en tiempos de Ronald Reagan–, Marx logró generarles ganancias
de hasta 84 por ciento a los bancos extranjeros que participaron de ese plan
de salvataje financiero. Brady no solo se llevó a Marx a trabajar con él a
Nueva York, sino que se convirtió en su suegro. Marx se casó con su hija y
le dio cinco nietos. Más adelante en el tiempo, el ahora designado por Massa
fue procesado por estafa junto con Domingo Cavallo por su participación
protagónica en el megacanje instrumentado por el gobierno de De la Rúa, que,
junto con el llamado blindaje que le precedió, no solo llevó a una fuga
millonaria de capitales, sino que, en pos de solucionar los problemas de la
deuda externa de Argentina, terminó aumentando ese pasivo en un 35 por
ciento.
En las próximas dos semanas, Massa iniciará un periplo por Estados Unidos,
Francia y Catar, donde presentará a Argentina como una «fábrica de dólares»,
una gran oportunidad de inversión en materias primas e industrias
extractivas. Marx será su compañero de viaje.
Por la banda izquierda
Las buenas relaciones labradas por el flamante ministro de Economía con la
cúpula de la Confederación General del Trabajo y algunos sectores de los
movimientos sociales le garantizan una cierta paz a mediano plazo. «Les pido
100 días para mostrar los resultados de las medidas que voy a implementar»,
dijo el nuevo funcionario en reuniones con varios de esos referentes.
Pero la interna del Frente de Todos está caldeada. Los 19 partidos que lo
integran a nivel nacional todavía esperan una convocatoria para discutir la
institucionalización de la fuerza política, tal como lo prometió hace meses
el presidente. «Vamos a esperar las medidas del nuevo ministro y el efecto
que produzcan, pero, según como sea el resultado, no vamos a avalar
políticas por las que la sociedad no votó», advierte a Brecha el economista
Claudio Lozano, actual director general del Banco Nación y dirigente del
sector oficialista Unidad Popular. «Si no hay un cambio de rumbo, nos
retiraremos del gobierno, pero no del Frente de Todos, y nos constituiremos
como una línea interna, una corriente de opinión opositora dentro de la
coalición. Y no somos los únicos que tenemos esta mirada», remató.
Desde afuera del oficialismo, la coalición de izquierda opositora del Frente
de Izquierda y de Trabajadores criticó con dureza la designación de Massa.
«Alberto Fernández y CFK [Cristina Fernández de Kirchner] ponen a Massa como
superministro del ajuste. Festejan las grandes patronales, la embajada
norteamericana y el FMI», escribió el diputado Nicolás del Caño en su cuenta
de Twitter. «Más que la lapicera, le entregan a Massa la botonera completa
para aplicar el ajuste que piden los grandes empresarios y el FMI», agregó.
Mientras tanto, todas las expectativas están puestas en las medidas y sus
efectos por parte del nuevo equipo económico. En eso va la suerte del
gobierno y de la coalición que lo sostiene de cara a las elecciones
presidenciales de 2023.
_____
--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20220805/7a2e2a34/attachment-0001.htm
Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa