Italia/ Las palabras clave de insurgencia y convergencia. [Franco Turigliatto]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Feb 3 23:20:02 UYT 2022


  _____

Correspondencia de Prensa

3 de febrero 2022

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain en montevideo.com.uy> germain en montevideo.com.uy

  _____



Italia



Las palabras clave de insurgencia y convergencia



Franco Turigliatto *

Sinistra Anticapitalista, 14-1-2022

https://anticapitalista.org/

Traducción de Flavio Guidi



No hay que hacerse demasiadas ilusiones sobre la situación de nuestro país:
hemos entrado en un año espantoso en el que nos precipitamos hacia un nuevo
desastre sanitario y social del que el gobierno de Draghi (presentado por
los medios de comunicación como el gobierno de los «mejores») es totalmente
responsable; desde hace meses la clase dirigente y sus gestores políticos
han aceptado «vivir con el virus», es decir, han renunciado a hacer de la
lucha contra la pandemia el objetivo principal, una elección que debería
haberse hecho no sólo con la campaña de vacunación, ciertamente
indispensable, sino con una vasta intervención e inversión en diversos
sectores, empezando por supuesto por la sanidad, la escuela y el transporte.
En el fondo, no se trata de la protección sanitaria de la población, sino de
la lógica capitalista de la producción y el beneficio y de una gestión
liberal de la pandemia reducida a la simple responsabilidad y elección
individual.



Y es en este oscuro marco donde se elegirá al decimotercer Presidente de la
República



Más de 200.000 contagios al día indican una situación fuera de control, en
la que se ha perdido toda posibilidad de trazabilidad, todas las estructuras
sanitarias están al borde del colapso, por no hablar de la falta de
asistencia territorial, y el número de víctimas aumenta de forma dramática e
inaceptable desde hace días.



Ya se ha superado la terrible cifra de 140.000 víctimas, que, comparada con
las demas naciones europeas comparables, Francia, España y Alemania, es la
peor relación entre infecciones y muertes. Y muchos miles más han muerto a
causa de diversas enfermedades que no han podido ser curadas debido a la
crisis de un sistema sanitario sometido a tensión.



Ya estamos en más de 2.300.000 personas positivas, un crecimiento
exponencial que se preveía, pero sobre el que el gobierno no ha querido
desarrollar ninguna iniciativa radical a tiempo, limitándose a medidas
parciales, ineficaces y contradictorias. Por el contrario, en las últimas
decisiones del gobierno y del CTS (Comité Técnico y Científico – Ministerio
de Sanidad) se ha puesto de manifiesto un verdadero cambio de tendencia: el
aumento de los casos no ha ido acompañado de opciones para reforzar las
medidas de contención. La propia campaña de vacunación y de tercera dosis,
proclamada todos los días por el gobierno y los periódicos, no fue tan
rápida como debería haber sido, tanto por la disponibilidad de las vacunas,
como porque muchos centros de vacunación, cerrados con demasiada rapidez, se
han vuelto a abrir demasiado tarde, y porque muchas contrataciones de
personal realizadas en el periodo anterior no fueron permanentes, sino
temporales.



«Vivir con el virus» escondiéndolo bajo la alfombra



Ante las dramáticas cifras diarias de contagio, es increíble la respuesta
irresponsable e hipócrita que dan las autoridades: tratan de negar la
evidencia de los hechos, de esconder el polvo bajo la alfombra proponiendo
dejar de ofrecer el balance diario de contagios, hospitalizaciones y
muertes, porque, como han dicho un «ilustre médico de cabecera» y varios
representantes del Gobierno, «nos angustian». La información es una forma
elemental de democracia que permite a toda la población conocer la situación
y ejercer control e influencia sobre el gobierno y las instituciones.



Pero hay más: las Regiones, que tienen una gran responsabilidad por la forma
en que han gestionado la pandemia, han presentado sus solicitudes para
«convivir con el virus», es decir, reducir las cuarentenas, eliminar los
hisopos y, sobre todo, excluir del recuento a los positivos asintomáticos y
a los hospitalizados por otras patologías que den positivo al entrar en el
hospital, para evitar que se superen los parámetros que determinan el paso
de las Regiones a la zona naranja con las consiguientes mayores
restricciones de actividades. Son propuestas que el Istituto Superiore di
Sanità (ISS) ha definido lógicamente como absurdas, pero que van acompañadas
y apoyadas por una campaña de propaganda ideológica a escala nacional e
internacional destinada a presentar esta epidemia como una gripe normal.



Detrás está la sustancia de la opción liberalista de Draghi y sus socios, es
decir, la cantidad de recursos que quieren invertir en sanidad: el
porcentaje del 6,5% del gasto sanitario en relación con el PIB en 2019, que
ya es de los más bajos de Europa, bajará al 6,3% en 2024.



Muchos se hicieron la ilusión de que, ante la tragedia de 2020, se
produciría un replanteamiento, un cambio de ritmo radical en las políticas
económicas y sociales de la burguesía de los distintos países; estaban
estaban totalmente equivocados: la llamada vuelta a la «normalidad» del
sistema capitalista viene acompañada de un nuevo ataque a las condiciones de
trabajo y de vida de las clases trabajadoras y populares. Me asombra el
«asombro» de muchos militantes sociales válidos ante estas elecciones de los
gobernantes, consideradas todavía como «errores» y no como una inevitable y
lúcida elección de clase de la patronal determinada por la lógica del
sistema capitalista; ciertamente elecciones totalmente injustas y también
irracionales respecto a los intereses inmediatos y futuros de la sociedad en
su conjunto. Y el deseo de aumentar los beneficios de la clase dominante es
descarado, hasta el punto de que se sigue aumentando el gasto militar, se
vuelve a proponer la energía nuclear, rechazada por dos referéndums
populares, y se reactiva el proyecto del puente sobre el Estrecho de
Messina, y cada día, en los periódicos, los gurús ideológicos del
capitalismo, desde Fornero a Cottarelli, vuelcan sus descabelladas recetas
sobre todos los aspectos económicos y sociales.



Pero todavía hay un problema con la pandemia: se puede fingir que no existe
o falsear los índices de incidencia para mantener operativas todas las
actividades, tanto las manufactureras como las comerciales e incluso las
deportivas y todos los montajes consiguientes, pero el resultado también
puede ser que el tan temido cierre se produzca, al menos en parte, de hecho,
en la mayor confusión, sin una gestión razonada para el número de
trabajadores, tanto por cuenta ajena como por cuenta propia, empezando por
los responsables de los comercios, que acaban infectados y, por tanto, no
operativos con una drástica reducción de servicios. Y la situación es
dramática en la sanidad (20.000 trabajadores en paro) y, en los transportes
y, por supuesto, en los colegios, que han querido reabrir tras las
vacaciones de fin de año a pesar de no haber puesto en marcha las medidas
necesarias (que podrían haberse emprendido en los últimos meses) para
garantizar una seguridad adecuada.



Recuperación económica y fragmentación del empleo



El objetivo del Gobierno durante todos estos meses ha sido explotar y
aprovechar al máximo la fuerte recuperación económica actual (el rebote tras
la caída de la producción de 2020), sin poner ninguna traba a la producción,
el comercio, la restauración, el deporte, etc., garantizando así la máxima
libertad para las empresas y unos beneficios sustanciales, y cerrando el año
con un crecimiento del PIB superior al 6%. Garantizar el dinamismo de las
empresas significa también poner fin a la prohibición de los despidos,
permitiendo así la reestructuración y el cierre de empresas, los despidos
colectivos y las consabidas deslocalizaciones de las multinacionales y los
fondos financieros propietarios de muchas empresas. Esto es exactamente lo
que Draghi había anticipado cuando dijo que el dinero europeo iría a las
empresas privadas de alto rendimiento y que se cerrarían las empresas
improductivas y no rentables. Dicho y hecho.



En este contexto hay que considerar las cifras de empleo que, tras el
desplome de 2020, han recuperado 700.000 puestos de trabajo en 2021,
acercándose a los niveles de empleo de 2019. Sin embargo, faltan 115.000
puestos de trabajo en comparación con el año anterior, cuyas cifras de
empleo seguían siendo de las más bajas de Europa, con 3 millones de parados
y otras tantas personas que habían renunciado a buscar un empleo. Pero lo
que hay que tener en cuenta es la naturaleza de estas 700.000
contrataciones, y del empleo en general; el 91% de estas contrataciones se
hicieron con contratos precarios y de corta duración, y nada hace pensar que
puedan transformarse en contratos indefinidos. Somos parte de ese diseño
infernal, muchas veces denunciado, de una reestructuración liberal cada vez
más profunda de la subordinación y la precariedad de la fuerza de trabajo y
de una mayor explotación, es decir, de la progresiva mutación de la
estructura del empleo.



Además, hay que tener en cuenta otros factores en la reactivación de la
producción; el mayor crecimiento, más del 17%, se ha producido en el sector
de la construcción, un auténtico boom garantizado por las bonificaciones
públicas para la rehabilitación de viviendas, que ha traído consigo, junto a
todas las formas de precariedad y explotación salvaje, también presentes en
otros sectores, un trágico aumento de los accidentes y los asesinatos
blancos en el trabajo.



La geografía industrial del país también se está redibujando, siendo
Lombardía, Véneto y Emilia-Romaña las que experimentan un mayor dinamismo
(no por casualidad, estas tres regiones están impulsando el proyecto de la
llamada autonomía regional diferenciada), mientras que una región
históricamente industrial como el Piamonte está en declive y el Sur sigue a
la cola.



Así, mientras que en Lombardía y en las otras dos regiones mencionadas,
muchas empresas funcionan a pleno rendimiento, otras empresas y sectores
enteros están en declive, empezando por la estructura de producción



Converger, movilizarse



En el segundo semestre de 2021 se han producido importantes luchas que han
mostrado la voluntad de sectores de trabajadores de resistir a la picadora
de carne liberalista de la patronal en los sectores logísticos, en las
numerosas fábricas que defienden sus puestos de trabajo, pero también en los
servicios con algunos momentos de lucha para intentar unir los diferentes
movimientos: la gran manifestación en Florencia promovida por la GKN, luego
la huelga general de los sindicatos de base y finalmente la huelga de la
CGIL y de la UIL, ciertamente declarada tardíamente con una gran
responsabilidad de las direcciones sindicales, subordinadas y pasivas
durante todo el otoño, pero que vio salir a la calle a sectores bastante
amplios de trabajadores exigiendo dar continuidad a la lucha contra el
ataque gubernamental y patronal. Y también las movilizaciones contra el
calentamiento global, las movilizaciones de las mujeres contra la violencia
y una primera manifestación en Roma, el 30 de octubre, que intentó reunir a
los diferentes movimientos sociales.



Insurgencia y convergencia son las dos palabras que señalan este proceso de
unidad a construir, que el Colectivo GKN ha propiciado en primer lugar, pero
no sólo.



Es evidente que el fuerte resurgimiento de la pandemia dificulta aún más la
construcción de manifestaciones y asambleas, el despliegue de luchas que
también son indispensables para combatir la ofensiva gubernamental y
confindustrial en diferentes terrenos.



La unidad de iniciativa y el contenido de las reivindicaciones de las
empresas que luchan por defender sus puestos de trabajo se convierte en una
prioridad fuerte e inmediata, y la relación construida entre GKN y
Caterpillar indica el camino a seguir.



Al mismo tiempo, otros actores sociales y políticos, como la Sociedad de
Cuidados y la Red Génova 2021, en la que participa el Colectivo GKN, llevan
meses inmersos en un proceso de convergencia de contenidos programáticos e
iniciativa social. A finales de febrero habrá un foro de tres días en Roma
para todos los movimientos, asociaciones y corrientes sindicales que quieran
construir un programa alternativo pero también organizar movilizaciones
concretas contra las opciones capitalistas; de ahí el proyecto de una gran
manifestación nacional a finales de marzo, que el GKN propone celebrar en
Florencia. (Publicado en Punto de Vista Internacional:
https://puntodevistainternacional.org/)



* Militante de Sinistra Anticapitalista.

  _____





--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20220203/240a5e7c/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa