Siria/ Bashar al-Assad, el enterrador. [Teller Report]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Ene 25 00:05:06 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

25 de enero 2022

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Siria



Bashar al-Assad, el enterrador



A l’encontre, 24-1-2022

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Traducción de Correspondencia de Prensa



El 13 de enero de 2022, el Supremo Tribunal Regional de Coblenza (Alemania)
condenó al coronel sirio Anwar Raslan a cadena perpetua por crímenes contra
la humanidad. Le Monde, en su edición del 14 de enero escribe: "Fue
condenado por haber ordenado o perpetuado actos de tortura contra al menos
4.000 presos en la prisión de Al-Khatib, en Damasco, y por el asesinato de
27 de ellos entre abril de 2011 y septiembre de 2012. Se trata del primer
veredicto contra un alto funcionario sirio... Los jueces alemanes también
declararon a Anwar Raslan culpable de violencia sexual y de violaciones con
agravantes, calificándolos de crímenes contra la humanidad, como lo
esperaban muchas víctimas."



La acción judicial contra el régimen de Bashar al-Assad se llevó a cabo en
nombre de la jurisdicción universal, que permite el enjuiciamiento de los
delitos más graves, independientemente del lugar donde se hayan cometido o
de la nacionalidad de los autores o de las víctimas. El artículo de Le Monde
afirma: "El juicio se había abierto en abril de 2020 tras la detención, por
la policía alemana, del ex funcionario en febrero de 2019. Había sido
reconocido por sus víctimas, refugiados sirios en Alemania".



Durante el juicio, los sobrevivientes sirios exhibieron pancartas en las que
se podía leer "¿Dónde están?, refiriéndose a las decenas de miles de
desaparecidos. En septiembre de 2020, en el proceso de Coblenza contra Anwar
Raslan, compareció como testigo un sepulturero que había "supervisado" entre
2011 y 2017 el transporte de los cuerpos de miles de víctimas torturadas
hasta la muerte, que las fotos del llamado César habían mostrado con una
violencia realista. Su testimonio respondió parcialmente a la pregunta
"¿dónde están?". El canal Al Jazeera produjo un documental sobre este
testigo, entre otros. El siguiente traducido más abajo refleja el contenido
escalofriante del documental.



No hay que subestimar la importancia del juicio de Coblenza. Sobre todo,
porque sabemos que hoy, miles de refugiados internos, encerrados en campos
de desplazados, están expuestos a las tormentas, los bombardeos, las
catástrofes sanitarias... Sobre eso, el Dr. Raphaël Pitti, de la Unión de
Organizaciones de Socorro y Cuidados Médicos afirma, no sin razón: "Siria
debe ser considerada como un campo de concentración, para toda la población,
en todo el territorio. La declaración de Jean-Pierre Filiu puede y debe
servir de prólogo a los diversos procesos contra el régimen de Assad que se
anuncian actualmente: "Hace medio siglo que Assad padre y Assad hijo matan,
saquean, violan, masacran, con total impunidad; cualquier judicialización de
los crímenes del régimen es una buena noticia." (Redacción de A l’Encontre)



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Testimonio de una persona citada por encubrimiento de crímenes contra la
humanidad



El documental "The Grave Digger", producido por Al Jazeera y difundido el 21
de enero de 2022, presenta la historia del principal testigo en los
tribunales alemanes sobre la política de entierro y encubrimiento de los
crímenes contra la humanidad del régimen sirio. El documental ofrece
información impactante y testimonios exclusivos.



En su comparecencia, el "enterrador" -que no dio su identidad por protección
[su nombre clave durante el juicio es "Z 30/07/19"- reveló que enterraba
cadáveres que le llegaban de los servicios de seguridad del régimen sirio de
Bashar al Assad. Comenzó su trabajo a partir de marzo de 2011 [fecha que
marca el inicio de la represión violenta contra la movilización de parte de
la población de Deraa] y continuó hasta octubre de 2018. Confirmó que, al
principio, no sabía que los cuerpos que le llegaban eran personas que habían
muerto bajo tortura, sino que creía que eran personas desconocidas que
habían muerto en la calle.



Señaló que los cuerpos llegaban en estado de descomposición y desfigurados,
una visión que no le permitía comer durante los tres días siguientes.



Al cabo de un tiempo, empezaron a llegar papeles atados a los cadáveres.
Gracias a esos papeles, provenientes de los servicios de seguridad del
régimen, pudo enterarse de que había enterrado a ocho de sus amigos de
infancia, muertos en esas dependencias.



Declaró que sobre los cuerpos no figuraban los nombres completos, sino que
había números o letras, y reveló que cada vez trasladaban unos 300 cuerpos
desde el patio trasero del hospital militar de Harasta [al noreste de
Damasco] a las morgues.



También habló de los olores que salían de los refrigeradores a la calle. Los
transeúntes podían darse cuenta de lo que había allí. Un camión frigorífico,
de tamaño mediano, venía al menos una vez a la semana desde la prisión de
Saidnaya [a 30 km al norte de Damasco, que depende directamente del
Ministerio de Defensa y que está administrada por la División de
Inteligencia Militar; una prisión calificada de "matadero humano"]. Las
declaraciones escritas indicaban que esos camiones transportaban un promedio
de 50 cuerpos, cuando en realidad el número era de al menos 70.

Cementerios bajo los cementerios



El "enterrador" brindó el nombre del cementerio en el que trabajaba. Se
trataba del cementerio "Naja", el que se encuentra a 44 kilómetros de
Damasco y que está rodeado por un muro de unos 4 metros de altura. El
cementerio estaba completamente "lleno".



La investigación pudo revelar otros cementerios secretos situados en el
cuartel general de la Cuarta División [bajo el mando de Maher al-Assad], a
22 kilómetros de la capital, mientras que el segundo cementerio se encuentra
en el aeropuerto militar de Marj Al-Sultan, a unos 30 kilómetros de Damasco,
lo que fue confirmado por la organización "Sirios por la Verdad y la
Justicia".



El "enterrador" confirmó la existencia de un cementerio llamado Al-Qutayfa,
a 50 kilómetros de Damasco, en el que fueron cavadas tumbas de entre 50 y
100 metros de largo. Algunas eran más largas aún y tenían una profundidad de
hasta 6 metros, y en ellas eran arrojados los cuerpos.



Abdel-Tawab Shahrour, el que fue jefe de medicina forense en Alepo, [que
desertó en 2013], habló de la dispersión de los cuerpos, una vez que los
forenses completaban los formularios de fallecimiento, en grandes camiones.
Los cuerpos eran introducidos en bolsas negras y transportados a un lugar
desconocido. También subrayó que los procedimientos de identificación de
cadáveres y localización de cuerpos fueron modificados tras la revolución de
2011. Las autoridades judiciales ya no asistían al examen de los cadáveres y
los documentos redactados no estaban completos.



La investigación permitió que fueran identificados varios de los oficiales
que supervisaban los asesinatos, según el testimonio del "enterrador": los
cuerpos eran recibidos por el coronel Mazen Samandar y el coronel Ayman
al-Hassan, y contabilizados por el general de brigada Ammar Suleiman, el que
fue luego ascendido al rango de general de división y nombrado supervisor de
los servicios médicos. Está junto a Maher el-Assad y Ali Mamlouk [jefe de la
Dirección General de Inteligencia].



Cementerios bajo los cementerios



El "enterrador" confirmó también que pudo escuchar al general de brigada
Ammar Suleiman hablando directamente con el presidente al-Assad para recibir
sus órdenes y transmitirle las noticias, y que Bashar lo trataba de tío, ya
que era uno de los antiguos ayudantes de Hafez al-Assad [su padre].



Por su parte, el abogado y activista de los derechos humanos Anwar al-Bunni
[fundador del Centro de Investigación y Estudios Jurídicos exiliado en
Alemania] confirmó que el testimonio del "enterrador" es importante para
aclarar muchos enigmas, incluidas las fotos de César, ya que la pregunta
abierta sobre el número de personas muertas en los servicios de seguridad y
las fotos publicadas es "¿dónde depositaban los cuerpos y cómo se deshacían
de ellos? "



Agregó que el testimonio del "enterrador" también aportó informaciones sobre
el método de transporte de los cuerpos y los ritmos de traslado desde los
lugares de detención y matanza hasta las fosas comunes. Pero hay muchos
cuerpos que no han sido inventariados hasta ahora. Señala que el régimen
cavó deliberadamente fosas de 6 metros de profundidad, en las que arrojaban
cadáveres no identificados, y que esas fosas eran luego rellenadas para que
pudieran albergar tumbas para los civiles.



Las familias de las víctimas



Fadwa Muhammad, esposa del detenido Abdul Aziz al-Khair y madre del detenido
Maher Tahan, habla con amargura de las duras circunstancias de su vida desde
que no tuvo más noticias de su esposo y de su hijo tras su detención en
2012.



Por su parte, Maryam Al-Hallaq, activa en la búsqueda de víctimas, madre de
Ayham Ghazoul, secuestrado en 2012, dijo que el hecho de haber podido
recuperar a su hijo fue como un sueño difícil de alcanzar [1]. Agregó que el
régimen la citó y le entregó el certificado de defunción de su hijo. Cuando
les preguntó dónde estaba enterrado, el oficial sirio a cargo se negó a
responder y la amenazó.



En cuanto al testimonio del "enterrador", el fiscal del proceso de los
oficiales sirios, Sebastian Shermer, dijo que es difícil verificar los
testimonios individuales. La fiscalía sigue buscando a otros testigos que
ayudaron al "enterrador" en su trabajo.



Por su parte, la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP)
hizo un llamado a las familias de los desaparecidos para poder tomar
muestras de ADN, lo que podría ayudar a la futura identificación de los
desaparecidos. (Publicado en Teller Report, 21-1-2022
https://www.tellerreport.com/life/2022-01-21-grave-digger---exclusive-testim
ony-of-an-official-digging-mass-graves-in-syria.SyZgZE9_pF.html)



Nota



[1] En un artículo testimonial publicado en el sitio web de Al Jazeera,
Maryam Al-Hallaq escribe: "Cuando las fotos de César fueron publicadas por
primera vez, pusieron de manifiesto las horribles atrocidades cometidas por
el régimen sirio contra los presos políticos. El mundo entero estaba
conmocionado. Intenté buscar a Ayham [su hijo] en las fotos, pero era
difícil ver imágenes tan horribles. Un amigo de la familia consiguió
identificarlo.

Desde entonces, no he dejado de luchar. Nosotros, las familias, denunciamos
la tortura y la detención estatal en cada oportunidad que se nos presentó.
Acudimos a la ciudad alemana de Coblenza para presentar una denuncia contra
dos funcionarios del régimen sirio acusados de torturar a los detenidos. Las
familias que reconocieron a sus seres queridos en las fotos de César se
reunieron y están tratando de averiguar dónde están enterrados.

Necesito saber dónde está mi hijo para poder enterrarlo y sentarme junto a
su tumba. Por eso, todos los días, espero junto al teléfono con la esperanza
de obtener alguna información sobre dónde está su cuerpo. Nada puede
devolverme a mi hijo, pero enterrarlo aliviaría mi dolor y me daría un lugar
para llorar y decirle lo que he querido decirle desde hace años." (Redacción
de A l´encontre)

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