Feminismo/ Ni guerra que nos destruya, ni paz que oprima a las mujeres. [Montserrat Cervera i Rodon]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Mar 7 12:26:00 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

7 de marzo 2022

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Feminismo



Ni guerra que nos destruya, ni paz que oprima a las mujeres



Nosotras sabemos que la violencia, el militarismo y el patriarcado no llevan
a la seguridad ni a la libertad, sino a la destrucción y la muerte.



Montserrat Cervera i Rodon *

Sin Permiso, 6-3-2022

https://sinpermiso.info/

Traducción de Josep M. Gil



Hace 40 años, un grupo de mujeres feministas nos alertaban de la posibilidad
real de que nuestro mundo saltase por los aires y se pusiera fin a la vida
de las personas y el planeta. Se plantaron frente a la base de Greenham
Common, donde debían llegar misiles, y montaron un campamento por la paz.



No eran sólo los misiles; eran todas las cosas: un mundo basado en el miedo,
en la dominación de la explotación del planeta y de las personas. Una imagen
muy potente era ver el concepto de seguridad de los poderosos para defender
sus privilegios. A un lado de la valla, soldados y misiles. Al otro lado,
las mujeres defendiendo la vida, plantando flores, cantando, cocinando,
acampando por una paz que fuera la nuestra, no la de los cementerios, ni la
de la injusticia, ni la de la violencia.



¿Quién nos va a defender de nuestros defensores armados hasta los dientes,
responsables de todas las violencias contra las mujeres y contra los
pueblos? Sabemos que no será una banda armada como la OTAN, llevamos muchos
años reclamando su disolución, que nuestro pueblo no forme parte de ella y,
por tanto, la retirada de las tropas españolas y la utilización de las bases
militares (lo hemos visto en Irak, en Palestina, en Afganistán, en Siria y
un largo etcétera). Tampoco lo hará Putin y su armamento nuclear, que ha
decidido invadir Ucrania y encarcelar a miles de activistas rusos por la
paz.



Ésta es nuestra base de partida: no es que las mujeres seamos pacíficas por
naturaleza; es que hemos apostado por la vida de las personas y del planeta.
Y decimos que entre matar y morir existe otra lógica: vivir. Como decía
Christa Wolf, no es una frase romántica e inútil; es el lema central de la
política de las mujeres. Poner en el centro la vida de las personas, en
todas las políticas y en todas las circunstancias, y cuidar de ellas. Éste
es nuestro plan para sobrevivir, tanto nosotras como el planeta.



Como decía Virginia Woolf, nuestra posición de extrañas, es decir, excluidas
durante siglos de las políticas heteropatriarcales, militaristas y
machistas, nos ha hecho clamar contra las violencias hacia nuestros cuerpos
y nuestras vidas; no sólo como víctimas, sino como supervivientes. Somos
voces autorizadas que, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra,
hemos sufrido y estamos sufriendo la violencia extrema de los pretendidos
defensores de todo el planeta.



Escuchad las voces de las mujeres por la paz, porque nosotras sabemos que la
violencia, el militarismo y el patriarcado no son sinónimo de seguridad ni
libertad, sino de destrucción y muerte. Por eso, el militarismo que impregna
toda la sociedad nos divide entre enemigas y amigas, pero nosotras queremos
vernos como vecinas del mismo planeta y construir juntas un mundo mejor,
denunciando sus políticas de exterminio.



La guerra es el máximo exponente de esa lógica. El rearme, los ejércitos y
las armas de todo tipo. Por eso decimos que la guerra nunca será nuestro
idioma, y que la queremos fuera de la historia si queremos que quede
historia que contar. La forma de hacerlo ha sido apostar por las relaciones,
por la mediación y crear puentes entre los pueblos, en lugar de muros.



No somos ingenuas y sabemos que, a pesar del estallido y la fuerza de los
feminismos, no hemos sido capaces de darle la vuelta a esta lógica, pero
nunca hemos desistido ni desistiremos. Lo hemos hecho en todos los
continentes y en todos los conflictos armados y rearmados donde las mujeres
seguimos siendo armas de destrucción masiva, en las guerras, en las
fronteras, en las políticas extractivistas, en los hogares y en las calles.
Han utilizado nuestros cuerpos para someternos a nosotras y a los pueblos.
Pero, sin embargo y, sobre todo, hemos sido agentes de paz, sosteniendo la
vida de las personas y del planeta.



La guerra permanente contra las mujeres nos da razones y argumentos para la
denuncia de este sistema, y por eso apostamos por el diálogo y por la
relación, por las acciones directas no violentas contra las guerras, las
armas y los ejércitos. Y por eso nuestros héroes hombres sólo pueden ser los
desertores, los insumisos, los antimilitaristas y defensores de los derechos
humanos, con quienes construimos complicidades y esfuerzos para poner fin a
este sistema monstruoso.



La guerra nunca se ha detenido. Las feministas antimilitaristas hemos estado
junto a las mujeres afganas, palestinas, de Yemen, de Irak, de Congo, de
Sudán, de Colombia y todo Abya Yala tejiendo redes de relación y
no-violencia, denunciando las políticas de nuestro país y apostando por la
solidaridad entre los pueblos. Ahora, en tiempos de pandemia y postpandemia,
donde la violencia y la militarización han campado aún más, la guerra en
Ucrania nos vuelve a alertar de que, si preparas la guerra y no la paz, la
barbarie se instala en las sociedades, en las calles y en las mentes de las
personas que sólo pueden pensar en clave de armas y de ejércitos, tal y como
quieren los poderes armados y confrontados.



Hemos realizado ingentes esfuerzos para conseguir la aplicación de
Resolución de las Naciones Unidas 1325, sobre la participación de las
mujeres feministas y antimilitaristas en todas las negociaciones de paz. Se
han desplegado muchas leyes y decretos muy bien argumentados, pero topamos
cada vez con su lógica: lo único que entienden es que debe haber más mujeres
en los ejércitos, más ministras de la guerra… más militarización. Ésta es su
propuesta de paz.



Por eso no queremos la igualdad en la responsabilidad de la muerte, sino
todo lo contrario. El movimiento pacifista ucraniano y de todas partes ha
dicho bien claro que ninguna guerra ni ningún ejército han logrado una paz
duradera y justa. Apostamos, por tanto, por desmilitarizar las sociedades y
las mentes, junto con los defensores y defensoras de los derechos humanos,
los insumisos y los desertores. Apostamos por ir construyendo un movimiento
amplio de base para construir otro mundo.



Ahora, cerca del 8 de marzo, hemos escuchado a mujeres ucranianas haciendo
un llamamiento por la vida de sus hijos e hijas, y mujeres rusas que se han
situado como madres, como hermanas, y no como enemigas. Esto es un pequeño
éxito del pacifismo y del feminismo, y señala el camino para una paz que sea
la nuestra. Hay que detener las bombas con todas las medidas que tengamos a
nuestro alcance y que no perjudiquen a los pueblos. Es necesario realizar
todos los esfuerzos en la negociación permanente entre las partes en
conflicto, con la participación de defensoras de los derechos humanos, para
construir otra lógica de seguridad y de reconstrucción de las sociedades.



Toda nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano, con las personas
refugiadas ucranianas y de todas partes que siguen en campos indignos y
peligrosos. Queremos acoger a todas las personas de todas las guerras y de
todos los países que nos pidan ayuda. Y toda la solidaridad también con el
pueblo ruso que se está manifestando por la paz y está siendo represaliado y
encarcelado. Todas las guerras son un crimen contra la humanidad y deben
denunciarse cada día, tal y como nos piden los pueblos, y no sólo cuando se
quiere glorificar el militarismo y el miedo.



Las propuestas del feminismo y del movimiento antimilitarista han sido
claras y contundentes, pero no han sido capaces de detener las guerras. Sin
embargo, son imprescindibles para poner las bases de una cultura de la paz
antes, durante y después de los conflictos, y para cambiar de arriba abajo
este sistema militarista, patriarcal, capitalista, imperialista y colonial
que se está cargando la vida de las personas y del planeta. (Artículo
publicado en:
https://www.elcritic.cat/opinio/montserrat-cervera/ni-guerra-que-ens-destrue
ixi-ni-pau-que-ens-oprimeixi-120423)



* Montserrat Cervera i Rodon  es una veterana feminista y activista en el
movimiento anti-guerra. Pertenece al espacio feminista "Ca la Dona".

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