Chile/ "Se requiere con urgencia histórica una nueva constitución". [Francisco Estévez - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Sep 11 00:07:54 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

11 de septiembre 2022

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Chile



Francisco Estévez, director del Museo de la Memoria de Chile




“Se requiere con urgencia histórica una nueva constitución”



A 49 años del Golpe de 1973, el historiador señala que el país sigue
viviendo un proceso constituyente, que Chile debe transitar desde el “nunca
más” al “más que nunca” y que hay que escuchar de una manera más profunda el
potente mensaje dejado en las paredes tras el Estallido Social, que ya forma
parte de la memoria colectiva.



Juan Carlos Ramírez Figueroa, desde Santiago

Página/12, 10-9-2022

https://www.pagina12.com.ar/



Lo primero que impacta al visitante, tras bajar por la gran explanada que
antecede el acceso al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, emplazado
en el tradicional Barrio Yungay a unas cuadras de la actual residencia del
presidente Gabriel Boric, es el último discurso de Salvador Allende
(“Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino (…) Sigan
ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las
grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad
mejor”) y los bandos militares transmitidos por radio donde se advertía del
“castigo” y de eliminar el “yugo marxista” junto a una gran pantalla que
muestra al Palacio de La Moneda siendo bombardeado.



A 49 años del golpe



Registros que durante los gobiernos de Sebatián Piñera y las candidaturas
del ultraderechista José Antonio Kast fueron cuestionados ya que, según el
relato de ese sector chileno habría un “contexto” que explicaría tanta
brutalidad. Algo que hasta el día de hoy, a 49 años del acontecimiento, a
nivel interno grandes sectores de la derecha lo justifician bajo el
argumento que los ejecutados políticos “no eran blancas palomas” y que la
intervención de EE.UU. es “un invento de la izquierda global”.



Su director ejecutivo, el historiador y experto en Participación Ciudadana,
Francisco Estévez, incluso debió que retirarse de un programa televisivo en
2018, tras saber que compartiría espacio con Kast. Un personaje que, aunque
en Chile es legitimado por el sistema político y los medios masivos, es
dueño de un discurso de un negacionismo inquietante: afirma que algunos
presos por violaciones a los derechos humanos “no eran tan malos” y defiende
abiertamente el gobierno de Pinochet. “Desde luego los negacionistas no
aceptan que la tolerancia tal como la entiende Naciones Unidas tiene un
límite de inclusión y otro de exclusión, y en ambos casos ese límite son los
derechos humanos”, se justificó Estévez ante la furia del ex candidato
presidencial



Desde su oficina, al lado del gran Centro de Documentación donde se alberga
una invaluable colección de revistas, documentos, folletos, videos y
publicaciones de chilenos en el exilio, defiende este tipo de decisiones que
establecen un límite más aún en la actualidad, en medio de las consecuencias
del Estallido Social de 2019 (con sus más de 300 víctimas de traumas
oculares y decenas de fallecidos producto de la violencia estatal ), un
proceso constituyente y los 50 años del golpe del próximo año. “Hay
determinados momentos de encuentro de la memoria que son
intergeneracionales. Momentos en que se comprenden procesos mayores, porque
esa memoria se sitúa históricamente. Es lo que sucede ahora y se va a hacer
más fuerte con los motivos de los 50 años del Golpe”, señala.



Pero distingue dos dimensiones diferentes: “el próximo año se conmemorarán
los 50 años de la represión del golpe que inició la violación terrible y
sistemática de los derechos humanos. Pero también son cinco décadas de
gestos de enorme dignidad. Uno no puede pensar en estos hitos solamente a
partir de lo que fue el golpe, sino del último discurso de Allende, con toda
su visión de la democracia, resistencia y valores. También de cómo se empezó
a luchar para recuperar la democracia y qué hacer para relacionarse
socialmente en la defensa de los DD.HH. Tienes que pensar que mientras los
aviones estaban bombardeaban La Moneda había acciones de gran dignidad en
las personas. Y es muy importante mirarlo con esa perspectiva."



El derecho humano a la memoria



La museografía del lugar tiene una estructura ascendente que, de alguna
manera, alivia el dolor de los visitantes —muchas veces sobrevivientes o sus
familiares— al encontrarse con las imágenes de los miles de muertos y
desaparecidos, pasando por artefactos reales de tortura usados por el
régimen hasta dibujos de los hijos a sus padres en cautiverio, donde les
preguntaban por qué no vuelven a casa para luego, al subir al siguiente
piso, comienzan a emerger los actos de solidaridad internacional y la lucha
callejera (y política) por recuperar la democracia, incluyendo el plebiscito
de 1988 cuyo resultado Pinochet pretendió desconocer en un primer minuto.



—¿Cómo crees que los chilenos se han relacionado con estos acontecimientos
en los últimos años?



Hay que partir de la idea que el derecho a la memoria es un derecho humano.
Mas aun: es un derecho ciudadano y así nos habría gustado que quedara
escrito en la nueva constitución. Porque hay que entender la memoria más
allá de lo individual, hay memorias sociales, culturales o políticas que
comprometen a una generación y a un país. El ejercicio de ese derecho debe
ser defendido. Cuando vino el Golpe, se castiga y persigue el derecho a la
memoria: la quema de libros, el prohibir celebrar el Día del Trabajo. Es
decir se impidió la construcción de diálogos y que la memoria va cambiando.



—¿En qué sentido cambia la memoria?



—El Museo tiene ya 12 años. Y luego nos preguntamos, ¿cómo está presente la
memoria de las luchas de las mujeres? ¿y la de los pueblos indígenas? ¿y en
las diferentes provincias de Chile? Tu miras las listas de las personas
detenidas y una parte significativa tiene apellido indígena. Entonces es una
historia con la que el Museo debe encontrarse, porque no hay una memoria
petrificada, sino que conversa con el tiempo en que uno vive. Por eso acá
hablamos que el “nunca más” debe dialogar con el “más que nunca”. Cuando las
personas visitan el Museo y ven en el corazón de la muestra principal la
foto de los detenidos y ejecutados y ves sus rostros, su mirada, parece
estar diciéndote: “gracias por estar aquí acordándote de nosotros, pero ¿qué
estás haciendo ahora en este momento por algo que me correspondió hacer a
mí? ¿qué haces por tener una sociedad más justa y más democrática?”



El proceso constituyente



Este museo forma parte de una red mayor de centenares espacios de memoria en
el país que también se conectan con el resto de los países latinoamericanos
que experimentaron los mismos sucesos. “Pensemos en la Operación Cóndor”,
dice Estévez. Consultado sobre el proceso constituyente, donde el domingo
pasado la opción que buscaba aprobar la Constitución que reemplazaría a la
de Pinochet, se apresuta a aclarar que “el proceso constituyente no fue
rechazado, sino la convención. El proceso va a continuar. se está
discutiendo la forma. La alternativa de que haya una nueva constitución es
mayoritaria”



—¿Cómo se entiende el triunfo del “Rechazo”?



Hay un rechazo a la situación actual del país. una crisis socioeconómica que
tiene una inflación muy alta, la más alta en 30 años y hay también una
crisis de sociabilidad con un aumento de la delincuencia que el gobierno de
Boric recibió del anterior. El rechazo no es al texto mismo, un
cuestionamiento a la clase política, a la dirigencia en general. Y también,
claro, a una propuesta que no se supo interpretar la mayoría de los cambios
del país. Hay un consenso en los grandes valores de la democracia, justicia
social y derechos humanos, el desencuentro fue en los tiempos políticos, al
no interpretar los tiempos culturales sostenibles para la mayoría. Por
ejemplo la plurinacionalidad requiere una conciencia que la sustente y eso
requiere el protagonismo indígena en las regiones geográficas donde se
aspira ese reconocimiento constitucional. Pero se requiere con urgencia
histórica una nueva constitución.



—¿Será posible antes del 11 de septiembre de 2023?



Para los 50 años del golpe no vamos a tener aún una nueva constitución. La
que había para el golpe era la de 1925 que fue demolida por la intervención
militar. La dictadura levantó una nueva constitución muy autoritaria que,
aunque tuvo reformas importantes, no alcanzan para el país que estamos y la
democracia que queremos, con un compromiso absoluto con los derechos
humanos. Y para eso se necesita diálogo, consultas, opiniones. Ésa es la
clave. Y también considerar el Estallido porque es parte de nuestra historia
y memoria.  Conmocionó al país con un mensaje potente que se escribió en las
murallas y en las paredes. Y necesitamos que sea respondido
constitucionalmente desde nuestra vivencia y sociedad.

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