Irán/ La rebelión por el asesinato de Mahsa Amini. «El régimen busca mantener a las mujeres en casa». [Julián Lemaignen - Azadeh Kian]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Vie Sep 23 16:00:37 UYT 2022
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Correspondencia de Prensa
23 de septiembre 2022
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Irán
Las protestas por el asesinato de Mahsa Amini
La rebelión
Luego de que la policía de la moral matara a una joven de 22 años detenida
por «mal uso del hiyab», el país volvió a ser sacudido por protestas masivas
contra el régimen de los ayatolás.
Julián Lemaignen
Brecha, 23-9-2022
https://brecha.com.uy/
Al cierre de esta edición, Irán vivía un apagón casi total de la
conectividad a Internet, mientras las protestas ante la muerte de una mujer
arrestada por la Patrulla de Orientación, o policía de la moral, como se la
conoce popularmente, se hacían más grandes y los enfrentamientos con las
fuerzas de seguridad, más violentos.
El sitio web del observatorio de acceso a Internet Netblocks y distintos
activistas iraníes comenzaron a informar sobre el apagón informático el
miércoles por la noche, cuando en gran parte del país, incluida la capital,
Teherán, se desarrollaban intensos choques entre manifestantes y fuerzas
policiales. Los datos móviles de los celulares se desconectaron casi por
completo el jueves y la banda ancha doméstica se vio interrumpida en la
mayoría de las grandes ciudades. Instagram y Whatsapp fueron completamente
bloqueados. La agencia de noticias oficialista Tasnim dijo que estas medidas
estaban destinadas a evitar la «comunicación y coordinación entre los
líderes de los disturbios».
Los iraníes en el extranjero lanzaron una campaña online para llamar la
atención internacional sobre el apagón informático. «La última vez que
hicieron esto, mataron a más de 1.500 personas… Sean sus voces», escribió en
sus redes la actriz iraní Falamak Joneidi, radicada en Reino Unido. Joneidi
se refería al levantamiento contra el alza de precios del combustible de
2019, cuando las fuerzas de seguridad mataron a más de 300 personas según
Amnistía Internacional y a 1.500 de acuerdo a un informe de Reuters.
A pesar del actual apagón, este jueves, por sexto día consecutivo se
realizaron nuevas protestas por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años. La
joven había sido arrestada por las Patrullas de Orientación por
presuntamente usar mal su hiyab o velo islámico, que desde la revolución de
1978 es obligatorio en Irán para todas las mujeres. Tras la muerte de Amini,
ocurrida bajo custodia policial, las autoridades afirmaron que la mujer
había padecido un paro cardíaco debido a un largo historial de problemas de
salud. Su familia niega enfáticamente esa versión. Afirma que Amini no tenía
problemas de salud y que su cadáver presentaba heridas de entidad en la
cabeza y otras partes del cuerpo.
Los videos publicados hasta este jueves por medios opositores mostraban a
manifestantes enfrentándose a la Policía antidisturbios en Teherán, donde
varias mujeres se congregaron en las calles a prender fuego sus hiyabs. La
televisión estatal iraní confirmó que al menos 26 personas han sido
asesinadas en los últimos días, entre ellos miembros de la Policía y de las
fuerzas paramilitares Basij, que suelen ir vestidos de civil. Según la ONG
local Derechos Humanos Irán, los muertos son 31.
Las autoridades iraníes se han mostrado desafiantes y planean una serie de
contramanifestaciones «espontáneas» para el 23 de setiembre. En tanto, la
Guardia Revolucionaria Islámica emitió un comunicado en el que califica las
protestas como una «sedición» tramada por enemigos extranjeros de la
República Islámica. Por su parte, Kayhan, el diario ultraconservador
vinculado al líder supremo ayatolá Alí Jamenei, exigió en un editorial una
represión sin contemplaciones y afirmó, en referencia a los manifestantes:
«El público quiere una acción rápida y seria contra estos criminales».
(Publicado originalmente en Al Monitor. Traducción de Brecha.)
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Con la socióloga Azadeh Kian
«El régimen busca mantener a las mujeres en casa»
Entrevista de Julien Lemaignen
—¿Cómo evalúa la importancia y el impacto de las protestas en curso?
La novedad es que quienes están al frente son las mujeres. Antes no era así,
o al menos no de forma tan pronunciada. Y puede verse que muchos hombres
jóvenes las están apoyando cada vez más.
—[El presidente iraní Ibrahim] Raissi se apresuró a pedir una investigación
sobre la muerte de Mahsa Amini. ¿Podemos esperar que se identifique a los
responsables?
No. Esto es como el accidente del vuelo 752 de Ukraine International
Airlines [destruido por error por la defensa antiaérea iraní en enero de
2020, con un saldo de 176 muertos]. Estas investigaciones nunca alcanzan a
los principales perpetradores. Son los peces chicos los que terminan
arrestados. Las Naciones Unidas han pedido una investigación oficial, pero
eso no tiene sentido. Deberían condenar la violencia que el poder está
infligiendo a la sociedad.
—¿Qué ha hecho Raissi, elegido en 2021, con respecto a los derechos de la
mujer y, en general, con los problemas sociales del país?
En el último tiempo hemos visto un endurecimiento de las políticas públicas
contra las mujeres. Raissi ha dado carta blanca a la policía de la moral
bajo la autoridad del líder supremo Alí Jamenei, quien ha dicho públicamente
que se debe hacer cumplir a las mujeres la obligación de cubrirse la cabeza.
Estas políticas están diseñadas para mantener a las mujeres en casa. En el
Estado, ya no se está contratando mujeres, excepto en trabajos designados
como femeninos, como la docencia o ciertas especialidades médicas, como la
ginecología. En otras ocupaciones, se les dice que se jubilen o pierden sus
trabajos.
En 2015, el líder supremo decidió que la población debía duplicarse. Desde
2016, la anticoncepción se ha vuelto menos accesible. Las vasectomías y los
abortos están prohibidos desde 2021. Las políticas públicas fomentan
matrimonios precoces, antes de los 15 años, y el número de estos ha crecido
un 20 por ciento. Pero la política de control de la natalidad no ha tenido
el efecto deseado, ya que la crisis económica no anima a tener hijos y la
tasa de fecundidad es de solo 1,6 hijos por mujer.
Bajo Raissi, ha habido una fuerte represión de todos los movimientos de
protesta, por los derechos de las mujeres, por el ambiente… Las políticas
culturales son cada vez más restrictivas, como hemos visto con el
encarcelamiento de los cineastas Jafar Panahi, Mohammad Rasoulof y Mostafa
Al-Ahmad. La violencia contra la sociedad va en aumento.
—¿Es la actual represión una respuesta estándar o es una señal de un nuevo
nerviosismo en el régimen?
La participación en las presidenciales de junio de 2021 fue la más baja
jamás registrada, con un 48,8 por ciento, y ni siquiera me refiero a las
legislativas. Los votantes se han negado a legitimar al régimen, que está
respondiendo con represión en vez de buscar recuperar la confianza. Otra
razón por la que tanta gente se moviliza es la economía. La tasa oficial de
pobreza es del 46 por ciento, pero los expertos creen que es más alta.
—Irán vivió grandes protestas por el costo de vida en 2017-2018 y en
noviembre de 2019, seguidas de una ola de manifestaciones en 2020 tras el
siniestro aéreo. ¿Esta serie de protestas debilita al régimen?
El régimen es frágil, pero esto no es suficiente para esperar su caída. No
veo que surja una alternativa viable y confiable. La gente sale a la calle
porque no tiene otros canales, ni partidos políticos, ni sindicatos
independientes. Desde 2017, las protestas han sido esporádicas, espontáneas
y desorganizadas por la falta de democracia. Y no conducen a ningún cambio
de régimen.
—El acuerdo nuclear pareció acercar a Irán a Occidente y ampliar el espacio
de la sociedad civil. Su revés, provocado por la retirada estadounidense
bajo Donald Trump, ¿podría haber llevado a Teherán a abandonar cualquier
gesto progresista a la interna?
El retroceso en el tema nuclear y luego la guerra en Ucrania han agravado la
situación. Irán se ha acercado a los rusos y los chinos. Hace cinco o seis
años, el presidente Hassan Rohani y su canciller, Mohammad Javad Zarif,
intentaban acercarse a Occidente, lo que no gustaba al líder supremo. El
acuerdo nuclear de 2015 creó una pequeña apertura para las libertades
civiles. Varias ONG, que no habían podido operar bajo Ahmad Ahmadinejad
[presidente entre 2005 y 2013], habían reanudado su trabajo. La gente tenía
más espacio para maniobrar y las mujeres jóvenes estaban menos enfadadas.
Había esperanza.
* Azadeh Kian es profesora de sociología en la Université Paris-Cité;
directora del Centro de Enseñanza, Documentación e Investigación de Estudios
Feministas, y especialista en temas de género y acción política en Irán.
(Publicado originalmente en Le Monde. Traducción de Brecha.)
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