México/ Los diez días de 2023 que AMLO nunca olvidará. [Manuel Aguilar Mora]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Ene 17 15:44:34 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

17 de enero 2023

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México



Los diez días de 2023 que AMLO nunca olvidará



Manuel Aguilar Mora *

Ciudad de México, 16-1-2023



Diez días para recordar



“¿Cómo veo este año? Lo veo con mucho optimismo”. Fue la respuesta del
presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la pregunta que le hicieron
en su primera mañanera del año. Una declaración que no podía haber sido más
contradictoria pues sólo unas horas más tarde sufriría una de sus derrotas
políticas más contundentes en lo que va de su gobierno. En efecto, en la
votación del 2 de enero para la elección del nuevo presidente del Poder
Judicial de la Federación AMLO obtuvo una contundente derrota al fracasar en
su plan  de colocar a Yasmín Esquivel Mossa como presidenta de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Yasmín Esquivel, una amiga cercana es
esposa de José María Riobóo su contratista preferido de las obras de
construcción desde que era Jefe del Distrito Federal en 2000-06 (por ejemplo
de los segundos pisos del periférico de la Ciudad de México), fue
vergonzosamente rechazada por sus colegas juezas y jueces cuando se demostró
que había conseguido su título de licenciatura como abogada presentando una
tesis que era un plagio vil y escueto. Actuaba, como acostumbra, de modo
soberbio por considerarse imbatible.



Pero comenzaban los primeros días de 2023 que seguramente AMLO y sus
cercanos colaboradores y allegados (y por supuesto muchos más partidarios o
no del Presidente) nunca olvidarán por las consecuencias muchas de ellas
desfavorables al obradorismo que son la derivación natural de las
movilizaciones masivas extraordinarias de noviembre de 2022. Su expresión
fueron los acontecimientos que tuvieron lugar durante los diez primeros días
de 2023. Su mera enumeración a partir del 2 de enero es contundente: el caso
ya señalado de la derrota de la candidatura de la jueza Esquivel a la
presidencia de SCJN, después la detención el 5 de enero de Ovidio Guzmán,
hijo del conspicuo Joaquín Guzmán y también él uno de los capos del cártel
sinaloense, luego un choque de trenes del sistema de transporte colectivo de
la Ciudad de México, el popular “Metro”, del 7 de enero y culminando con la
Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN) el 10 de enero.



Una derrota importante



La elección de la jueza Norma Lucía Piña como la primera mujer presidenta de
la judicatura nacional en más de 200 años de existencia enardeció
visiblemente al Presidente. Para AMLO fue un fracaso notable su frustrado
intento de colocar a la jueza Yasmín Esquivel como la presidenta de la SCJN
pues se le escapó su importante objetivo de controlar la judicatura nacional
y con ello conseguir el dominio  de los tres poderes federales (ya tiene el
control de los poderes ejecutivo y legislativo) para imponer su proyecto de
restauración de un régimen de partido único de facto como lo era el del
priato.



Fue un típico escándalo de Estado, con importantes salpicaduras, pues AMLO
haciéndose eco de la fuerte opinión crítica que considera corrupta hasta el
tuétano la situación actual de los tribunales y cárceles salió también muy
mal parado al final de cuentas. Reconociendo él mismo que fracasó en su
intento de “reformar” la corruptisima judicatura finalmente se demostró el
talante de cinismo crudo que lo caracteriza cuando antes y después de la
votación en la SCJN no cesó de defender incondicionalmente a la también
corruptísima Yasmín Esquivel a pesar de las pruebas irrefutables que se
dieron del plagio. Todavía el 3 de enero seguía manteniendo esa posición
justificando de modo aberrante a la jueza y su práctica del plagio. Declaró
en la mañanera de ese día: ”Ojala y los problemas de México fueran por
plagio, son por robo.” (¡!)

Claudia Sheinbaum salpicada



La jefa de gobierno de la Ciudad de México, quien es a todas luces la
preferida de AMLO para que lo suceda en la presidencia de la República en
2024, también salió muy dañada en el asunto. Defendió a la jueza plagiaria
haciendo que la fiscalía de su gobierno la apoyara declarando públicamente
días antes de la votación en la SCJN que no era cierto la acusación del
plagio. Cuando el verdadero abogado plagiado se hizo presente con una
declaración contundente sobre el hecho que él había escrito su texto un año
antes de la publicación de la tesis de la jueza, ésta quedó hundida
llevándose con ella también a Sheinbaum. Pero ni siquiera así terminó el
ridículo. Culminó después con una torpe explicación de la fiscalía de la
Ciudad de México que negaba su previa declaración.



También la UNAM

En las diversas y frecuentes encuestas sobre las instituciones más
prestigiadas y respetadas de la opinión pública nacional generalmente el
primer lugar entre ellas, antes que los diputados, los militares, las
iglesias e incluso la presidencia de la República, siempre pertenece a las
universidades públicas, las cuales también siempre son encabezadas por la
UNAM. El asunto del plagio de la tesis de la abogada Yasmín Esquivel ha
hecho surgir la imagen de una cruda realidad no aparente que definitivamente
ha golpeado con fuerza el prestigio de la UNAM.



Ciertamente el rector Enrique Graue Wiechers se apresuró a declarar
públicamente que en efecto la tesis de la jueza era un plagio pero el hecho
mismo ha planteado una cuestión candente que afecta directamente a las
autoridades y a los procedimientos vigentes no sólo en la UNAM sino en todas
las universidades, públicas y privadas, sobre todo a las primeras.



Por ejemplo, ha salido a relucir que la licenciada Martha Rodríguez Ortiz,
quien fue la asesora de la tesis de la ministra Yasmín Esquivel, es experta
en asesorías de tesis con más de 500 (¡¡) en su curriculum. Es fácil
imaginar que ella es en realidad el pico de un colosal iceberg burocrático
de putrefacción universitaria, en el cual seguramente hay muchas y muchas
más “asesorías” por el estilo. En otras palabras, han salido a relucir
procedimientos de personajes corruptos y vividores que pululan en las
facultades universitarias. Una verdadera casta de aprovechados y
aprovechadas. El Consejo Técnico de la Facultad de Derecho de la UNAM
prepara una sesión en la que se discutirá la toma de una resolución para
quitarle la definitividad como profesora a Rodríguez Ortiz. Y en la Facultad
de Estudios Superiores de Aragón, institución en la cual se licenció la
jueza plagiaria, seguramente ya se mueven para discutir su caso e inventar
el nuevo procedimiento que deberá seguirse ante la actual ausencia de
normatividad que castigue el tan zafio accionar. Por el momento el asunto ya
ha producido una pugna entre AMLO y el rector Graue, acusado por el
presidente de actuar como Poncio Pilatos, por “lavarse las manos” de la
cuestión del castigo a la ministra debido a que declaró que la UNAM no tiene
las atribuciones para quitarle la Cédula Profesional a la ministra
plagiadora,  que le corresponde al gobierno vía la Secretaria de Educación
Pública.



El caso de la ministra Yasmín Esquivel seguirá siendo materia de polémica y
pugnas políticas pues es cada vez más evidente que una fuerte corriente de
la opinión pública está de acuerdo con las asociaciones de abogados que
exigen la renuncia de la ministra de la SCJN y el retiro de su cédula
profesional como abogada. En los próximos días se conocerá la decisión del
gobierno de AMLO que se enfrenta ante una difícil situación: si la obliga a
renunciar como ministra pierde a una aliada en la SCJN y si permite que siga
se hunde aún más en el desprestigio que todo este asunto le ha significado.



La detención del hijo del Chapo Guzmán



El 5 de enero de forma del todo sorpresiva se anunció la detención de Ovidio
Guzmán, el hijo del conspicuo líder narcotraficante preso en Nueva York. Él
mismo también líder del cártel heredado de su padre, había sido ya detenido
hace casi tres años pero puesto en libertad por órdenes precisas de AMLO
para mantener vigente su consigna de “abrazos, no balazos”. Obviamente un
nuevo escándalo político atiborró los medios tanto formales como los
informales de la red infinita. ¿Por qué el brusco cambio? El propio AMLO al
declarar en la mañanera del siguiente día que la detención “no se debe a la
visita del presidente Biden” no necesito aclarar más la cuestión. En efecto,
con motivo de la cumbre de los líderes de Canadá, Estados Unidos y México
del 9-11 de enero, Biden llegaría a la Ciudad de México el 8 de enero y para
AMLO era urgente tener una posición cómoda en la reunión, ¿qué mejor muestra
de colaboración que la detención de uno de los jefes narcos que exportan
colosales cúmulos de drogas al país vecino, en especial el fentanilo causa
de muerte para 100 mil estadounidenses cada año?



Volvieron a darse los sangrientos enfrentamientos entre las fuerzas
militares y las de los sicarios. La población de Jesús María, periférica de
Culiacán, residencia de Ovido Guzmán, fue invadida por el ejército. Su
capital y todo el estado de Sinaloa se convirtió en una zona de guerra. Las
crónicas fueron elocuentes. “Si bien las fuerzas federales lograron la
recaptura de Ovidio Guzmán López y lo trasladaron a la Ciudad de México,
para entonces no habían podido liberar a la población civil del estado
acorralada por robos y bloqueos de vialidades y carreteras. El crimen
organizado en franco desafío del Estado”. (Proceso, 08.01.2023). Al día
siguiente el jefe del ejército Luis Crescencio Sandoval informó que había
habido 29 muertos, 10 militares y 19 delincuentes, 35 militares heridos y
ningún civil muerto. Pero en el mismo día el gobernador de Sinaloa declaró
que hubo corporaciones estatales participantes (Ibidem). También hubo otras
fuentes que afirmaron de víctimas civiles.

Con la detención de Ovidio Guzmán AMLO se coloca en una posición en la que
la avalancha de críticas será muy difícil de contestar y abrumará al
presidente, a los candidatos de Morena y pasmará a no pocos sectores
obradoristas. Será parte del caudal de problemas, reclamos y retos que AMLO
y su partido deberán enfrentar y superar para lograr el triunfo de su
candidato o candidata en 2024.



El choque de trenes



El Sistema de Transporte Colectivo, popularmente llamado Metro, es el
principal medio de transporte de la población de la Ciudad de México y de la
corona de municipios del Estado de México integrados a la gigantesca
metrópoli. Recibe cinco millones de usuarios diariamente. Es el centro
nervioso de la movilidad colectiva de la gigantesca urbe de lo cual se
desprende que cualquier accidente por pequeño que sea y ni hablar de los
mayores accidentes tienen consecuencias enormes.



En efecto, dichas consecuencias son colosales. Por ejemplo, la peor de estas
contingencias hasta ahora, la ruptura del puente elevado de la Línea 12
cerca de la estación Olivos, con decenas de víctimas mortales, sucedida días
antes de las elecciones intermedias de mayo de 2021, fue una de las causas
principales de que Morena perdiera la mitad de las alcaldías de la ciudad y
la oposición burguesa del PAN y el PRI recibiera una bocanada de oxígeno que
le ha permitido mantenerse, ciertamente más mal que bien, hasta el momento.



El desprestigio de las administraciones del Metro capitalino se arrastra
desde la llegada de la “izquierda nacionalista” del PRD al gobierno del
entonces Distrito Federal en 1997 con Cuauhtémoc Cárdenas. Los perredistas
que le siguieron (el propio López Obrador, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel
Mancera hasta llegar a Claudia Sheinbaum ya como morenista) descuidaron la
renovación e inversión en el sistema.



Los testimonios son numerosos que señalan que sus finanzas constituían la
“caja chica” de todos ellos siendo uno de sus beneficiados principales el
mismísimo AMLO. Precisamente el triunfo nacional de Morena en 2018 aceleró
esta tendencia y hemos visto el resultado: de los seis grandes accidentes
(así definidos por sus víctimas mortales) habidos en los más de 50 años de
su existencia, cuatro de ellos han ocurrido durante la administración de
Sheinbaum.



El accidente mayor del choque de trenes de la Línea 3 sucedido el sábado 7
de enero está teniendo igualmente consecuencias políticas extraordinarias.
Hubo una víctima, una joven estudiante de la UNAM y una treintena de
heridos. También sus enormes consecuencias son patentes: el 12 de enero, la
Jefa de Gobierno, argumentando la existencia de “hechos anormales sucedidos
que indican la existencia de sabotaje en el Metro”, decidió llamar a seis
mil elementos de la Guardia Nacional para que vigilaran los pasillos y
andenes del tren subterráneo.



Todas las evidencias señalan que el pésimo servicio del Metro y sus cada vez
más frecuentes accidentes mayores y menores se deben a la falta de
mantenimiento: carencia de refacciones, renovaciones de equipo lentísimas y,
por supuesto, corrupción a lo lindo con compras ficticias y gastos
sobrefacturados. Las pruebas están en las propias cifras oficiales en donde
es patente el recorte presupuestario. También se sabe del uso de los
recursos del Metro para otros objetivos, cada vez más palpables para los
fines políticos de la jefa de gobierno, la pre candidata preferida para
sucederlo que AMLO apoya sin recato declarando en la mañanera del 12 de
enero “¿militarización? llámese como se llame se debe proteger a los
usuarios con la Guardia Nacional”.



Así la “Cuarta Transformación” (4T) obradorista recurre a los militares para
resolver un problema directamente relacionado a la administración y a los
métodos de trabajo de un complejo sistema de movilidad social del cual son
los trabajadores que lo operan quienes mejor lo conocen. Ese conocimiento
del funcionamiento y las carencias del Metro ha sido expuesto y divulgado
por ellos desde hace años. Pero el charro ex diputado priista Fernando
Espino que lleva más de 44 años posesionado de la dirección sindical,
apoyado por los gobiernos perredistas y ahora por el obradorista ha
reprimido y controlado cualquier movimiento democrático de las bases
sindicalistas. La conclusión, por supuesto, es que el planteamiento natural
alternativo de la lucha proletaria, poner dicho sistema bajo el control de
sus trabajadores, es una solución inconcebible para AMLO y Sheinbaum.



Ellos  se inclinan por las interpretaciones policiacas de la posibilidad de
sabotajes y por medidas ejecutadas por el instrumento de represión
fundamental que es el ejército, disfrazado de “Guardia Nacional”. Con esta
decisión tanto el presidente como su “corcholata” preferida para sucederlo
en la silla presidencial han dado una muestra fehaciente de perseverar
contra toda crítica en la militarización de la vida pública. Una noticia
nada alentadora.



La Cumbre de los líderes de América del Norte



Y el 10 de enero tuvo lugar la reunión de la Cumbre de Líderes de América
del Norte en la Ciudad de México. AMLO actuó lo mejor que pudo para realizar
su operación de quedar bien con sus socios del bloque del mercado común que
integran Canadá, Estados Unidos y México, pero dando la apariencia que su
política es propia, con una proyección hacia América Latina.



Para Joe Biden y Justin Trudeau, como consecuentes presidentes de las dos
naciones imperialistas que ven a México como el “patio trasero” de sus
economías, lo que les interesaba es que el gobierno mexicano siga siendo el
buen socio pobre de siempre. Y por supuesto lo lograron. Biden aceptando el
insignificante precio de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Felipe
Ángeles todavía considerado e inseguro y junto con Trudeau oyendo las
ocurrencias de un AMLO que consideró la tribuna de la reunión como otra
mañanera de proyección internacional. Una de esas ocurrencias fue su llamado
a la forja de una unión económica de toda América, llamado que no tomaron en
cuenta para nada ni Biden, ni Trudeau quienes venían con agendas
directamente vinculadas a sus problemas internos.



El problema migratorio que es la pesadilla de Washington, tanto para
demócratas como para republicanos fue el tema central para Biden. Con
ligeros matices, ambos partidos mantienen una misma política y consideran
que el gobierno de México es su asistente externo principal para
sobrellevarlo. Trump se lanzó a la construcción del muro fronterizo, Biden
ha suspendido su construcción (lo cual AMLO ponderó elogiosamente) porque
precisamente el gobierno mexicano desde 2019 con Trump aceptó hacer el
trabajo de muro de contención en las dos fronteras del norte y del sur del
caudaloso flujo migratorio de cubanos, nicaragüenses, haitianos, hondureños
y otros. Sin problemas logró que AMLO aceptara otra tarea de asistencia a la
“Border Patrol”: la devolución para su residencia en México de 30 mil
inmigrantes mensuales rechazados por EUA..



En el caso de Trudeau la agenda es igualmente concreta: defender los
intereses de las ricas compañías mineras canadienses que tienen una posición
dominante en la industria minera principalmente en la extracción de oro y
otros metales.



En la reunión final AMLO abrazándose sonriente en medio de Biden y Trudeau
se tomó la foto de los “tres amigos” como irónicamente cierta prensa
internacional los llamó. Una visión superficial de una reunión que no tuvo
nada de novedoso, en la que los mandones imperialistas lograron sus
objetivos y AMLO en la práctica se plegó a ellos.



México en la crisis mundial



La crisis mundial provocada por la invasión del gobierno ruso de Putin a
Ucrania en febrero de 2022, ha colocado al mundo en una situación de
incertidumbre e inestabilidad crecientes. ¿Cuándo terminará la guerra,
cuáles serán sus consecuencias? Respuestas claras y creíbles a estas
cuestiones no las tienen en Kiev, ni en Moscú o Beijing, tampoco en
Washington y menos en París, Londres o Tokio antiguas metrópolis
imperialistas que hoy parecen ciudades provincianas. Hemos entrado en una
situación mundial de tensiones y pugnas ya no sólo económicas sino militares
entre los imperialismos tradicionales (EUA, Reino Unido, Francia, Japón,
etc.) y los dos imperialismos surgidos de las descomposiciones burocráticas
estalinista y maoísta que culminaron con las restauraciones capitalistas en
el antiguo bloque chino-soviético. En América Latina, en México por tanto,
repercutirán las consecuencias del cambio de la relación de fuerzas que está
teniendo lugar a nivel planetario.



Una cuestión que se debatió ampliamente entre los analistas de la Cumbre fue
el papel de México en este bloque con las dos potencias imperialistas:
¿seguirá igual o cambiará ante la acelerada dinámica de cambio planetario
que presenciamos? Los analistas financieros, por ejemplo los que publican en
el El Financiero-Bloomberg, enfatizaron la oportunidad muy favorable que es
para México la crisis con China pues muchas compañías estadounidenses que ya
salieron y las otras que van a salir de China podrían asentarse en México.
Según ellos AMLO no estaría aprovechándola. Se trata de la estrategia
llamada en inglés Nearshoring, un proceso de acercamiento y transferencia de
parte de la producción de las empresas a terceros y la relocalización a
otros países. La vecindad directa de México con EUA ya lo ha beneficiado con
motivo del aumento de empresas relocalizadas de China y de otros países
principalmente asiáticos. Hasta la fecha el gobierno y los capitalistas de
EUA no se han quejado de que el gobierno mexicano esté en contra del
acercamiento de sus empresas, de hecho en la frontera norte existen ya
muchos casos del fenómeno.



AMLO se comportó como lo han hecho todos sus antecesores. La querella sobre
la industria eléctrica que los dos gobiernos imperialistas han interpuesto
contra la política energética de México no fue tratada públicamente. Aunque
seguramente ya estarán enterados del persistente coqueteo del gobierno
obradorista con Rusia y ante todo con China. En la obra de restauración del
tramo de la Línea 1 del Metro participa una compañía china. Al parecer estos
otros acercamientos no son considerados todavía peligrosos.



Pero la cuestión política atestada por AMLO tiene una raíz que está
vinculada con los acontecimientos que cimbran a América Latina que está en
plena ebullición. El abortado intento de golpe de Estado de los
bolsonaristas en Brasil se dio un día antes del inicio de la cumbre y los
tres líderes condenaron la acción y declararon su apoyo a Lula. Antes, en
Perú un “golpe de Estado blando” derribó al presidente Castillo y los
militares están reprimiendo ferozmente a la población. En Bolivia la
inestabilidad es manifiesta con el choque entre el gobierno nacional y la
poderosa burguesía opositora de Santa Cruz. Al plantear una política
destinada al público nacional y también latinoamericano, sin el más mínimo
rasgo antiimperialista, AMLO propuso que en todo el continente americano
surja una unión económica como en Europa. Como ya se dijo ni a Biden, ni a
Trudeau les interesa y la propuesta de AMLO todavía muy poco acabada no es
muy atractiva tampoco. Quedó en el aire.



Es evidente que la geografía ha colocado a México en una posición
estratégica como puente entre los dos subcontinentes de América. La vecindad
de los tres mil kilómetros de frontera lo unen estructuralmente con la
formación estadounidense tanto económica como socialmente. Para las masas
populares de México está unión estructural de carácter comercial también
representa otra tendencia, los acerca a quienes son sus potencialmente
mejores aliados, las masas trabajadores plurinacionales de EUA, entre las
cuales hay 25 millones de trabajadores mexicanos o de origen mexicano.



Pero también es evidente que los problemas políticos y económicos que
determinan la situación de las masas trabajadoras de México son iguales o
muy parecidos a las de todos los pueblos hermanos del sur de su frontera. El
atisbo panamericanista de AMLO no tiene ningún futuro tanto por el
desinterés de los capitalistas imperialistas de EUA y Canadá así como de la
burguesía mexicana. La crisis mundial en las actuales condiciones del
resquebrajamiento incluso de la globalización hegemonizada por Washington
está forjando diferentes relaciones de fuerzas entre los países pero hace
imposible que proyectos internacionalistas de gran envergadura tengan
futuro.



La Unión de Repúblicas Socialistas de América Latina visualizada por Trotsky
durante su exilio en Coyoacán, es una meta internacionalista a realizar por
los pueblos trabajadores del subcontinente. También la transformación del
actual Tratado de Libre Comercio de Canadá, Estados Unidos y México en una
unión socialista de pueblos y naciones es una tarea estratégica de la
revolución de los tres países.

El presente pobrista del obradorismo



Así ha comenzado 2023 año clave para el gobierno en el cual se elegirá al
candidato o candidata de Morena que sucederá a AMLO en la presidencia de la
República. La situación de la competencia entre los posibles candidatos ya
los ha desgastado en constantes pugnas grandes y pequeñas. A partir de este
año se expresará en conflictos más fuertes en las filas del oficialismo. En
la primera línea se confrontan cinco aspirantes. AMLO hizo desde 2021 la
declaración imprevista y ocurrente en la que los nombraba. Claudia Sheinbaum
(Jefa de Gobierno de la Ciudad de México), Marcelo Ebrard (Secretario de
Relaciones Exteriores) a quienes agregó poco después a Adán Augusto López
(Secretario de Gobernación) fueron los nombres de sus precandidatos
preferidos para sucederlo. Los definió como sus “corcholatas”, por aquello
de que él los destapará. Los obradoristas Ricardo Monreal (jefe en el
Senado) y Gerardo Noroña (diputado) a pesar de no ser incluidos por AMLO en
ese trío de preferidos, también son considerados por los medios como
precandidatos del oficialismo.



Ya comienzan aparecer en los medios noticias de las pugnas entre ellos. Una
reciente fue la queja de Ebrard por la propagación en todo el país de
anuncios, llamados “espectaculares” favorables a Sheinbaum como candidata
presidencial cuando todavía faltan meses para la apertura oficial de la
campaña electoral.



Precisamente para establecer reglas de comportamiento decoroso, convocados
por Adán Augusto López, se reunieron los gobernadores del morenismo. (La
Jornada, 15.01.2023). En la reunión se encontraban Claudia Sheinbaum y el
propio Secretario de Gobernación fungiendo como jueces y parte del acto. Las
señales son unívocas, las fricciones entre los precandidatos obradoristas
serán cada vez mayores. Las rupturas prácticamente inevitables.



¿Cuál es la respuesta de AMLO ante el reto que tiene enfrente Morena en las
elecciones presidenciales del 2024? En la mañanera del 4 de enero AMLO hizo
una cruda confesión del pragmatismo político que norma sus actividades y
determina las metas de su movimiento. Declaró él: “ayudando a los pobres va
uno a la segura porque ya saben que cuando se necesite defender, en este
caso la [cuarta] transformación, se cuenta con el apoyo de ellos. No así con
sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la
intelectualidad, entonces no es un asunto personal, es un asunto de
estrategia política”. (La Jornada, 05.01.2023).



La estrategia política obradorista necesita, triunfa, depende de los pobres.
¿Programas, metas trascendentes, cambio de estructuras, solidaridad de
clase, lucha por el socialismo, por una vida y un mundo mejores? Todo eso es
retórica ajena por completo a la narrativa de AMLO. La estrategia política
es ayudar a los pobres ….¡manteniéndolos pobres pues de ellos dependen las
victorias obradoristas!



Eso explica con claridad el curso del austericidio estatal (“la austeridad
franciscana del Estado” AMLO dixit): con la apariencia, sólo la apariencia,
de un funcionamiento gubernamental sin corrupción y sin deudas, con recortes
en las agencias dedicadas a la cultura, a la ciencia y al arte. Las
lamentables condiciones en que se encuentran la educación pública, los
servicios sociales, empezando por el de la salud pública. Eso explica su
odio a la crítica, las actividades periodísticas que señalan todas estas
deficiencias y carencias del obradorismo. Eso explica también que toda
crítica incisiva a los métodos, metas y quehacer del obradorismo sea
considerada neoliberal y arrojada sin matices al terreno del
conservadurismo. Es el lógico trasfondo de un pensamiento pragmático
enfocado al día-día, al estrecho límite del presente, concibiendo el poder
como el resultado de la confianza leal y pasiva de los pobres, que se debe
expresar fundamentalmente en las coyunturas concretas de las justas
electorales de todo tipo. O sea electoralismo puro y crudo.



La incongruencia manifiesta es que al mismo tiempo todo este quehacer
político se da en los límites del régimen capitalista presente, pero ausente
por completo en la narrativa obradorista, tácitamente intocable y
considerado inmóvil y eterno. Los pobres son concebidos en el vacío, no
dentro de un sistema que es la fuente de la desigualdad permanente y que se
mantiene intacta a pesar de las medidas de la 4T que deberían haber
contribuido a disminuirla.



Entre esas medidas está el mezquino asistencialismo que grotescamente
enorgullece a AMLO y sus seguidores: a partir de 2023 11 millones de
personas de la tercera edad y jóvenes becarios recibirán bimensualmente 4800
pesos (poco más de 250 dólares considerando 19 pesos por dólar). Pero
¿discutir o plantear la necesidad de una reforma fiscal? No, ni por
equivocación, lo ha dicho AMLO innumerables veces “en mi gobierno no habrá
reforma fiscal”. Así el obradorismo ha sido respetuoso del sistema fiscal
vigente en México, el más favorable a los sectores opulentos de la sociedad
y desfavorable con los ingresos de los trabajadores entre los países
miembros de la OCDE.

Las alternativas políticas



La actividad política a partir de estos días ya está primordialmente
determinada por las campañas electorales que tendrán lugar en 2023 en los
estados de Coahuila y México (el más populoso de la República) y ante todo
por las elecciones presidenciales de 2024. Estas últimas, aunque legalmente
no han empezado todavía en la práctica son cotidiana y deliberadamente las
rutinas de los protagonistas grandes y pequeños del escenario político.



Ciertamente en el periodo de más de un año que falta para las elecciones
presidenciales muchas cosas van a pasar que ni de lejos podemos concebir
hoy. Pero una cosa es evidente desde ya. La dinámica de la toma de
consciencia de amplios sectores de millones despertados a la política a
partir de 2018 los va a impulsar a buscar alternativas. Ciertamente
muchísimoss seguirán en  la corriente obradorista. Pero también hay muchos
desilusionados quienes, si no se retiran a rumiar en privado sus
decepciones, buscarán alternativas.



La coalición basada en el PRI y el PAN y en lo que queda del menguado PRD
anunció desde el 12 de enero su acuerdo de ir unidos a las elecciones de
este año y de las presidenciales de 2024. Santiago Creel, el diputado
panista presidente de la Cámara de Diputados es mencionado como el que será
su candidato presidencial. Algunos señalan a José Woldenberg como otro
posible candidato. Ciertamente en el periodo de más de un año que falta para
las elecciones presidenciales muchas cosas van a pasar que ni de lejos
podemos concebir hoy.



El carácter de la coalición que integran los partidos burgueses que
dominaron durante más de un siglo al país y que fueron barridos por la
avalancha obradorista de  2018. Tanto el PRI como el PAN pueden llegar
unidos al día de las elecciones presidenciales, como pueden separarse en el
trayecto pues su coalición se funda sólo en la reacción contra Morena, los
agrupan los intereses más mezquinos de la política burguesa. Si no han sido
enviados al basurero de la historia es en gran parte debido a que el propio
AMLO no ha rechazado recurrir al PRI para sus metas parlamentarias. Esto ha
significado que sea el propio poder obradorista quien ha dado oxígeno al
moribundo PRI. La prueba contundente de esto es el caso del diputado
Alejandro Moreno, quien a pesar de ser un verdadero delincuente electoral
cuyos delitos ameritan su desafuero y hasta su encarcelamiento, sigue siendo
el presidente en funciones del partido. O sea, la existencia de lo que se
llama “la oposición de derecha” ha dependido de que son los únicos
beneficiados políticos de las fallas y torpezas morenistas.



La recarga política e ideológica de la izquierda



Y así llegamos al punto final que atañe a una de las tareas revolucionarias
principales del periodo. En los próximos meses del 2023, se deberá
satisfacer la urgente necesidad de forjar una verdadera alternativa ante el
pueblo trabajador oprimido y explotado de México que arrebate a los partidos
burgueses el monopolio de ser las únicas opciones de oposición política al
obradorismo. Es una tarea que corresponde a los variados grupos y
movimientos socialistas ya existentes en México y que en los próximos meses
tendrán la ocasión inmejorable de ponerse de acuerdo para realizarla con
éxito. Construir una alternativa que represente el programa anticapitalista
de la acción socialista, igualitaria, feminista, cuidadora del medio
ambiente e internacionalista. Una posición adoptada sin avergonzarse de su
modestia, que orgullosa no debe callar sino divulgar sus ideas libertarias.



Los terribles desastres históricos que han significado para la causa
socialista tantas derrotas de las luchas de los trabajadores, con su
culminación suprema, a saber, el funesto legado del estalinismo y su
conclusión lógica aunque no inevitable del desplome de la Unión Soviética,
la restauración capitalista también en la República Popular de China y el
surgimiento de los nuevos imperialismos de Rusia y China no deben seguir
inhibiendo el combate por el socialismo.



No debemos aceptar que se apague la luz de la utopía socialista pues eso nos
lleva directamente a las conclusiones de reaccionarios como la famosa frase
de la ex primera ministra inglesa Margaret Thatcher, “no hay alternativa al
capitalismo”, que retoman renegados comunistas como Francois Furet que llegó
a afirmar: “La idea de otra sociedad [diferente al capitalismo] se ha vuelto
algo imposible de pensar…De modo que henos aquí, condenados a vivir en el
mundo en que vivimos”. (El pasado de una ilusión, México, FCE, 1996).



Este sentimiento de impotencia y postración se filtró a fines del siglo XX
en las filas de la izquierda en todos los países a pesar de los esfuerzos de
los promotores de los Foros Mundiales e incluso del grito de rebeldía del
EZLN que resonó en todo el mundo desde Chiapas en 1994. Esta impotencia y
desilusión llegó al extremo que Fredric Jameson, a pesar de ser uno de los
pensadores marxistas actuales más notables, concibió la idea de que “hoy es
más fácil imaginar la destrucción del mundo que la del capitalismo.” (¡!)



¿Más fácil la destrucción del mundo que la del capitalismo? Después de la
pandemia mundial del covid-19 en 2019-20, la peor crisis económica mundial
en 2020, las crisis climáticas anuales recientes y el estallido de la guerra
en Ucrania provocada por la invasión militar del gobierno ruso de Vladimir
Putin en 2022, cómo entender tal afirmación. ¿Debemos aceptar vivir en este
mundo infernal? ¿Entonces la humanidad nació con el pecado original? Sin la
menor condescendencia debemos perseverar en la transformación del mundo. La
destrucción capitalista es sinónimo de la destrucción del mundo. Como lo
consignaban participantes de las manifestaciones de fines del siglo XX: ”O
matamos al capitalismo o el capitalismo nos mata.”



La forja de una alternativa anticapitalista en México y en el mundo entero
es la manera más realista de luchar contra las catástrofes económicas,
bélicas y climáticas que ya están desarrollándose ante nuestros ojos. Manos
a la obra, pues.



* Manuel Aguilar Mora, militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS),
profesor de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), En 1968
integró el Comité de lucha de Filosofía y Letras al lado de José Revueltas.
Autor de numerosos libros sobre la historia política, económica y social de
México.

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