Uberizaci髇/ Ricardo Ant鷑es: "Estamos ante una crisis estructural del capitalismo, pero no ante cualquier crisis". {Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Jun 9 13:18:41 UYT 2023


  _____

Correspondencia de Prensa

9 de junio 2023

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacci贸n y suscripciones

 <mailto:germain en montevideo.com.uy> germain en montevideo.com.uy

  _____



Uberizaci贸n



Con Ricardo Ant煤nes, soci贸logo del trabajo



Un mundo uberizado



Especializado en la evoluci贸n del mundo del trabajo y autor de numerosas investigaciones al respecto, Antunes habla en esta entrevista sobre la urgencia de pensar nuevas estrategias ante el avance de la explotaci贸n laboral y la destrucci贸n del planeta..



Daniel Gatti

Bracha, 9-6-2023

https://brecha.com.uy/



Profesor titular de Sociolog铆a en el Instituto de Filosof铆a y Ciencias Humanas de la Universidad Estatal de Campinas, en Brasil, este paulista de 70 a帽os se ha especializado hace mucho en la evoluci贸n del mundo del trabajo y es autor de numerosas investigaciones al respecto, varias de ellas publicadas fuera de su pa铆s. Algunos de sus 煤ltimos libros son Riqueza y miseria del trabajo en Brasil: trabajo digital, autogesti贸n y expropiaci贸n de la vida, El nuevo proletariado de servicios en la era digital y 驴Adi贸s al trabajo? Ensayo sobre las metamorfosis y la centralidad del mundo del trabajo. Brecha lo entrevist贸 a comienzos de mayo en su ciudad natal, al margen de la XVI Conferencia Regional de la Uni贸n Internacional de Trabajadores de la Alimentaci贸n, donde present贸 una ponencia ante un p煤blico compuesto por sindicalistas provenientes de toda Am茅rica Latina.



芦Estamos ante una crisis estructural del capitalismo, pero no ante cualquier crisis. La de ahora no es como otras, por ejemplo, la de 1929. Es mucho m谩s profunda, m谩s letal desde todo punto de vista禄, comenz贸 diciendo Antunes.



鈥斅縌u茅 es lo que la diferenciar铆a?



La de ahora est谩 poniendo directamente en riesgo a la humanidad. Nos est谩 llevando a las puertas de una guerra nuclear y [est谩] arrasando con el planeta a una escala sin precedentes. La guerra en Ucrania relanz贸 la producci贸n de energ铆as f贸siles en todo Occidente. Van a calentar a煤n m谩s el planeta. 驴Hasta qu茅 grado? Y, en paralelo, se da una destrucci贸n acelerada del universo del trabajo, con una acentuaci贸n hasta ahora desconocida de los niveles de precarizaci贸n, de desempleo, de la contradicci贸n entre el trabajo calificado y el trabajo precario. En Brasil hoy hay 12 millones de personas en desempleo abierto y un 40 por ciento de la mano de obra en la informalidad. La apariencia del fin del trabajo que se da en el Norte global esconde una expansi贸n brutal del trabajo precarizado en el Sur. Este celular que tengo ahora en la mano no existir铆a sin un paso inicial: la extracci贸n mineral en 脕frica, Asia, Am茅rica Latina. Hasta su 煤ltima pieza se fabrica en el Sur, y, por lo general, en condiciones bastante aberrantes para quienes lo hacen.



Yo no estoy de acuerdo con lo que dicen algunos grandes pensadores, como Toni Negri, Andr茅 Gorz y J眉rgen Habermas, que teorizan sobre el fin del trabajo. O con quienes afirman que estar铆amos en una era industrial de servicios y, por lo tanto, en una suerte de poscapitalismo. Lo que hay es una recomposici贸n del trabajo. En su fase actual, el capitalismo solo puede crecer destruyendo, y destruye b谩sicamente en el Sur, aunque no solo, porque basta ver la situaci贸n de las poblaciones racializadas en Europa, en Estados Unidos. Y si observamos lo que sucede con los servicios, notaremos que, en todos lados, se han vuelto fuertemente capitalistas, en el sentido de que han sido privatizados, desde la seguridad social hasta las escuelas, pasando por las c谩rceles y, por supuesto, el agua, uno de los grandes temas de ahora. Desde el comienzo del siglo XXI se ha acelerado fuertemente ese proceso. El capitalismo hoy tiene una imposibilidad total de metabolizaci贸n social.



鈥斅縀s decir?



Lo que afirmaba antes: es cada vez m谩s destructivo. Del trabajo, pero tambi茅n de la naturaleza y del propio ser humano, con la profundizaci贸n del racismo, de la opresi贸n de g茅nero. En un libro que escrib铆 hace ya muchos a帽os [驴Adi贸s al trabajo?, de 1995], manejaba el concepto de esclavitud del siglo XXI para referirme a un futuro en el que la precarizaci贸n se volver铆a estructural y se ir铆a extendiendo progresivamente.



Dec铆a que, as铆 como en las 茅pocas de la esclavitud los trabajadores eran vendidos, en la 茅poca contempor谩nea, de tercerizaciones, subcontrataciones, de precarizaci贸n, el trabajador ser铆a alquilado. Hablo, obviamente, de una esclavitud de nuevo tipo, no de aquella de siglos atr谩s. Cuando escrib铆 aquel libro, hace casi 30 a帽os, el trabajo precario no era tan com煤n. Hoy es la norma. La informalidad se ha formalizado.



鈥擲e est谩 refiriendo a lo que usted llama el capitalismo de plataformas o capitalismo pand茅mico.



S铆, y a su expresi贸n: la uberizaci贸n del trabajo. El capitalismo hoy funciona con base en el modelo de Uber. 驴Y qu茅 supone ese modelo? La supresi贸n de los derechos del trabajador. Lo que ahora es cada vez m谩s excepcional es el trabajo regulado, lo que equivale a decir con derechos. Un contrato genera derechos, y en la era de la uberizaci贸n el trabajo est谩 cada vez m谩s divorciado del acceso y el ejercicio de derechos.



Hoy los empresarios apuntan a la flexibilizaci贸n, a la individualizaci贸n de las relaciones laborales. Los nuevos proletarios reciben paga 煤nicamente por el trabajo realizado y no tienen protecci贸n social: son ellos mismos los que se la proveen, porque se trata de 芦aut贸nomos禄 que no est谩n sujetos a convenciones colectivas, por ejemplo. Lo peor es que este tipo de relaciones laborales 鈥搎ue se est谩n generalizando a muchos sectores, incluso la industria y la agroindustria鈥 son 芦vendidas禄 como favorables al trabajador, que ganar铆a en independencia, en control sobre su propio tiempo, etc茅tera, etc茅tera. Se los menciona como 芦socios禄 de sus empleadores, se los incita a convertirse en 芦emprendedores禄.



鈥擸 se crea toda una jerga que acompa帽a este fen贸meno, una lengua de la uberizaci贸n.



S铆, un nuevo lenguaje cargado de doble sentido repleto de manipulaciones, de burlas. 驴El trabajador precarizado: un 芦socio禄 de Jeff Bezos, un 芦socio禄 de Elon Musk? 隆Por favor! Si hay alguien que sale ganancioso de esta nueva ecuaci贸n, claramente, es el capital: 驴qu茅 mejor para los empresarios que unas relaciones laborales individualizadas, a distancia, con jornadas de trabajo que puedan estirarse como chicles, sin las molestias que plantean los sindicatos y los sindicalistas? La pandemia de covid-19 sirvi贸 para que ese modelo, el de Uber, el de Amazon, que ya ven铆a de antes, se consolidara. Y luego no solo no desapareci贸 o disminuy贸, sino que se expandi贸: el teletrabajo, el contacto por Zoom, la educaci贸n a distancia son variantes de este fen贸meno global. As铆 como las nuevas tecnolog铆as en s铆 mismas no son causantes de nada, la pandemia tampoco fue la causa de esta nueva esclavitud laboral, pero fue aprovechada por el capital para ajustar el modelo.



Tengamos en cuenta, por otro lado, que el capitalismo de plataformas, b谩sicamente impulsado por las grandes corporaciones globalizadas y financiarizadas, se relaciona con protoformas del capitalismo. Para decirlo m谩s claramente: el capitalismo de la era digital, de los algoritmos, de la 茅poca del Internet de las cosas, de la inteligencia artificial, de la big data, de la tecnolog铆a 5G y la industria 4.0 recurre a las mismas t茅cnicas de explotaci贸n que en la 茅poca de la acumulaci贸n primitiva.



Uno podr铆a pensar, razonando con algo de sentido com煤n o en un marco m铆nimamente humanista, que en un mundo donde el desarrollo tecnol贸gico permite ahorrarse una enorme cantidad de tareas que antes realizaban los seres humanos se repartir铆a el tiempo de trabajo para que todos podamos vivir m谩s o menos dignamente. Pero eso no entra en lo m谩s m铆nimo en la mentalidad de la era del capitalismo de las grandes corporaciones. Se puede decir que hoy hay en marcha laboratorios de experimentaci贸n del trabajo a gran escala en los que el trabajador es el cobayo. Si el capitalismo como tal es un infierno para el trabajador, el capitalismo de plataforma, versi贸n 4.0 del neoliberalismo, lo es m谩s a煤n porque consagra la precariedad, la del trabajo y la de la propia existencia.



鈥擴sted recurre frecuentemente a la met谩fora del soci贸logo austr铆aco Karl Polanyi del modelo sat谩nico para referirse al modo de funcionamiento de este sistema.



S铆, la he evocado en muchos traajos. Es una met谩fora muy gr谩fica, referida al fen贸meno de la mercantilizaci贸n de todos los resortes de la vida, una mercantilizaci贸n que ha producido mutaciones enormes, antropol贸gicas, pol铆ticas. Polanyi lo vio hace mucho tiempo [muri贸 en 1964], y su met谩fora se aplica perfectamente a este mundo en el que la tecnolog铆a no est谩 siendo aplicada en beneficio de la humanidad, a satisfacer cosas 煤tiles y socialmente necesarias, sino todo lo contrario.



驴Qu茅 nos mostr贸 la pandemia? Que la humanidad tiene que fomentar el trabajo para generar bienes socialmente 煤tiles, con menos horas de trabajo diario, y dejar de apuntar al trabajo orientado a la creaci贸n de riqueza. Quienes mostraron su val铆a entonces fueron los trabajadores y las trabajadoras de la salud, quienes se ocupan de los cuidados, quienes nos proveyeron de alimentos aun a riesgo de sus vidas. Se demostr贸 igualmente la importancia de que los bienes comunes est茅n bajo control p煤blico y no privado.



Y respiramos mejor. No por la pandemia en s铆, sino porque no circularon coches privados. El transporte p煤blico qued贸 en valor. Lo sorprendente es que estas consideraciones no formen parte de las reflexiones de las izquierdas.



鈥擜 ver鈥



Todo esto que estamos viendo deber铆a situar a las izquierdas en una perspectiva anticapitalista. Cualquier visi贸n emancipadora actualmente deber铆a partir de esa base, de que el capitalismo nos est谩 llevando a la destrucci贸n de la humanidad. Hoy por hoy, la reducci贸n real de la jornada de trabajo y del tiempo de producci贸n en las f谩bricas, la reapropiaci贸n social de la producci贸n para que se privilegien los bienes socialmente 煤tiles y no los que generan plusval铆a, el combate al cambio clim谩tico, la producci贸n de alimentos sanos son objetivos que van unidos y que no podr铆an jam谩s alcanzarse en el marco de este sistema.



Pero las izquierdas se han convertido, parad贸jicamente, en guardianas del sistema, empe帽adas como est谩n en reformar lo irreformable. Lo vemos clar铆simamente en Am茅rica Latina: las burgues铆as no aceptan ni la m谩s m铆nima reforma. Cuando alg煤n gobierno progresista se sale un poquito de la norma intentan derrocarlo por el medio que sea. Solo toleran a quienes no cuestionan lo esencial, y hasta cierto l铆mite. Pero la izquierda ha desaprendido a inventar utop铆as y aprendido a hacer lo posible, olvid谩ndose de la transformaci贸n radical del mundo.



Lo mismo les sucede a los sindicatos. Los liderazgos sindicales tienen una larga tradici贸n de defensa. Desde hace cinco d茅cadas est谩n luchando denodadamente por preservar lo m铆nimo, y est谩 muy bien que as铆 sea, pero eso ya no basta, porque la aceleraci贸n de las transformaciones en que est谩 inscrito el capitalismo de plataformas hace que las reformas sean imposibles de sostener.



驴Por qu茅 no podemos imaginar una sociedad sin propiedad privada, sin lucro, sin dinero? 驴Es una utop铆a? S铆, claro, pero llega un momento en que los sistemas caen. El feudalismo dur贸 diez siglos. Los se帽ores feudales, la nobleza, el Estado absolutista, 驴imaginaban que habr铆a una revoluci贸n radical burguesa que los derribar铆a? No. Ahora se trata de pensar otra revoluci贸n radical verdaderamente liberadora. Y no vale decir que el socialismo fracas贸, como se afirma hoy tan alegremente. Fracasaron sus versiones de los 煤ltimos 150 a帽os, pero al capitalismo le llev贸 tres siglos derrotar al feudalismo. Si Rosa Luxemburgo despertara hoy, no dir铆a que la alternativa es entre socialismo y barbarie, porque en la barbarie ya estamos inmersos. Dir铆a que es entre socialismo y desaparici贸n de la humanidad. No hay que hacerse trampas al solitario. En ese estadio estamos: el capitalismo hoy es esencialmente destructor, belicista, no hay margen para que a alguien se le ocurra 芦humanizarlo禄, como pretend铆an en su momento las socialdemocracias. Antes ese planteo era ilusorio, ahora es suicida.



鈥擭o es precisamente hacia all铆 que se han embarcado el progresismo o las izquierdas. Hablando de belicismo, en Europa una parte del progresismo est谩 en l铆nea con los planteos de la OTAN con la excusa de combatir el expansionismo ruso.



Respecto a Ucrania, creo que es una guerra interimperialista, pero ese no es el tema aqu铆. S铆 lo es que esas izquierdas le han comprado el marco al liberalismo y en ese proceso le han dejado el terreno libre a la derecha m谩s dura y a la ultraderecha, que hoy est谩 encarnando 鈥搃ncre铆blemente鈥 las posturas antisistema. Como Trump, como Bolsonaro, como Milei, que se presentan como rebeldes cuando, en realidad, son lo m谩s rancio. Pero eso se los ha permitido la izquierda al volcarse al centro y no animarse a plantear temas como la transformaci贸n del mundo del trabajo o el cambio clim谩tico, porque, si lo hace en serio, tendr铆a que ir hacia posturas de superaci贸n del capitalismo y se resiste a hacerlo: no va m谩s all谩 de una defensa de lo que queda del Estado de bienestar. El caso del Partido de los Trabajadores en Brasil es de ese tipo. O el de Boric en Chile. Y yendo a Europa, 驴qu茅 diferencia de fondo hay entre el socialista Hollande y el liberal Macron? Ninguna. Hasta en la represi贸n se parecen. Como dicen en espa帽ol: no es lo mismo, pero es igual.



La pandemia lleg贸 en un momento en el que en el mundo hab铆a una agitaci贸n social muy interesante que, en cierta manera, cuestionaba el sistema. Podr铆a haber nacido algo distinto de all铆. Hoy, sin embargo, es la derecha m谩s radical la que est谩 marcando el rumbo con una violencia extrema, y la izquierda est谩 claramente a la defensiva.



Mi esperanza es que una alternativa nazca de las periferias, de los movimientos feministas, de los inmigrantes, de los negros, de los ind铆genas, de los precarizados, del ecologismo. Hay un resurgimiento de clase interesante en Inglaterra, un renacer de las movilizaciones sociales en Francia. Son cosas que dan ilusi贸n, pero la clave est谩 en que los planteos que surjan vayan al fondo de las cosas y sean radicalmente anticapitalistas. Pienso que hay que aprender de las mujeres. Tienen m谩s valent铆a con relaci贸n al capital. Pero hay tambi茅n un feminismo f谩cilmente integrable al universo burgu茅s, al igual que hay 鈥揺n Brasil se da鈭 un 芦emprendedurismo禄 negro que nada cambia el fondo de las cosas.



En definitiva, la izquierda necesita una refundaci贸n, perderle el miedo a proponer un nuevo modo de vida, perderle el miedo a la radicalidad. Si dejamos que avance el capitalismo, que en su fase actual es un capitalismo de plataformas, una expresi贸n acentuada del neoliberalismo, estaremos en poco tiempo todos uberizados y en una situaci贸n comparable al subterr谩neo del infierno del Dante: no el infierno mismo, sino algo inimaginable. Por fortuna, las cosas son imprevisibles. Como el mundo del capital no se reproduce sin alguna forma de interacci贸n con el trabajo vivo, van apareciendo, aun en situaciones adversas, formas de solidaridad entre los trabajadores y, a la larga, rebeliones.



Lo bueno de ahora es que al llegar a este estadio no queda margen para medias tintas. Llegar谩 un momento en que eso nos romper谩 los ojos. Ya deber铆amos estar en esa fase, pero los espejismos son todav铆a demasiado fuertes. Esperemos que cuando despertemos no sea demasiado tarde.

  _____





--
Este correo electr贸nico ha sido analizado en busca de virus por el software antivirus de Avast.
www.avast.com

------------ pr髕ima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20230609/234eeb46/attachment-0001.htm


M醩 informaci髇 sobre la lista de distribuci髇 Boletin-prensa