Brasil/ El marco fiscal y el círculo vicioso del desastre. [Gilberto Maringoni]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Mayo 23 15:47:07 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

23 de mayo 2023

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Brasil



El marco fiscal y el círculo vicioso del desastre



La política fiscal de Haddad y el Banco Central "independiente" son caras
del mismo bloqueo ideológico. De nada sirve atacar las altísimas tasas de
interés, que engordan a los rentistas, si el propio gobierno propone un
mecanismo que le quita al Estado la capacidad de hacer políticas públicas.



Gilberto Maringoni *

Outras Palavras, 22-5-2023

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Traducción de Correspondencia de Prensa



1. El marco fiscal no representa una contraposición al Banco Central
independiente, sino su complemento lógico y da continuidad a la dinámica
neoliberal en nuestra economía. Las políticas de privatización, emprendidas
en Brasil a partir de la década de 1990, tuvieron dos objetivos esenciales.



2. El primero era recaudar dinero extra para que el Estado pudiera hacer
frente a sus crecientes compromisos de pago de intereses de la deuda
pública, y el segundo era retirar del poder público la capacidad de decisión
sobre las políticas de infraestructura -transportes, comunicaciones,
energía, etc.-. Es decir, eliminar el desarrollo de la agenda nacional. El
pretexto es que las decisiones en esta área deben ser "técnicas" y las
inversiones se destinarían mejor a la iniciativa privada, garantizando así
eficiencia, competitividad y precios bajos.



3. Faltó una parte esencial de los procesos de privatización: la alienación
de las decisiones propias del Estado - de hecho del poder electo - en el
área económica. La política monetaria, por ejemplo, como área "eminentemente
técnica", necesitaba ser separada del juego político, que involucraría
intereses electorales y "populistas" (palabra mágica utilizada para
descalificar todo aquello que sirviera a los intereses de quienes
legitimaban el poder electo, el pueblo).



4. Así, los precios esenciales de la economía, el precio del dinero, o el
tipo de interés, y el tipo de cambio, la relación primaria del país con el
mundo, eran pregonados como cuestiones "técnicas", es decir, no políticas.
Cuando se habla de decisiones "técnicas", se intenta convencer a la opinión
pública de que hay decisiones de Estado que no pueden ser tomadas por legos
-la inmensa mayoría de la población votante-, sino por una cofradía de seres
supuestamente ilustrados, que han estudiado ciencias complejas y que, con la
cabeza fría y serenamente -o "técnicamente"- deciden la tasa de interés (el
crédito y la intensidad de la actividad económica) y el valor del dólar. Se
abstrae que ambos factores, según los niveles fijados, favorecen o
desfavorecen a sectores de la sociedad.



5. Bajo esta visión, las tasas de cambio y de interés no deberían ser
ampliamente debatidas, como la prisión de Lula, las joyas de Bolsonaro, la
casación de Dallagnol o los posibles crímenes de Sérgio Moro. Estarían en un
nivel superior del espíritu humano.



6. Cuando al blindaje del Banco Central para el debate y la presión social
se suma la construcción de un freno a la inversión pública -como el techo de
gasto o el marco fiscal- lo que se hace es quitar al poder electo la
posibilidad de hacer proyectos de desarrollo, políticas industriales, mejora
de los servicios públicos, ampliación del mercado interno vía protección del
mundo del trabajo, etc.



7. Y cuando a la restricción fiscal se le agregan límites del 0,6% al 2,5% y
del 70% o 50% de lo que sea en los niveles de gasto público, sin ninguna
explicación para estos números, en verdad, se le da una ducha "técnica" a
las decisiones políticas. Y así se satisfacen las demandas del capital
privado, para que la recaudación de impuestos y riqueza colectiva se dirija
a objetivos también "técnicos", como la relación deuda/PIB, o el logro de
superávits primarios, que en sí mismos serían virtuosos para la economía.



8. Ningún empresario productivo decide montar una fábrica, una tienda o una
granja mirando la relación deuda/PIB o el porcentaje de superávit primario.
Un empresario productivo quiere saber si su producto se venderá o no. Es
decir, si hay crédito y demanda en la sociedad. Los que miran las variables
deuda o superávit son especuladores en busca de dinero fácil.



9. El marco fiscal es esencial para -al fin y al cabo- permitir la reducción
de la capacidad de inversión del Estado e inducir la oferta de servicios
públicos a través de asociaciones público-privadas. Para ello, potencia la
política de tipos de interés elevados del Banco Central independiente, que
también socava la inversión pública. Son gemelos siameses, inseparables. De
nada sirve que el gobierno ataque las altas tasas de interés si construye un
mecanismo que bloquea no sólo la inversión, sino también la capacidad del
Estado de hacer políticas públicas más allá de medidas fragmentadas (aunque
muchas veces sean individualmente importantes), incapaces de cambiar la
lógica financista de las prioridades de la política económica.



10. El propio rito sumario aprobado para la tramitación del proyecto de ley
marco fiscal en el Congreso complementa esta dinámica. Su objetivo es
impedir cualquier debate amplio. No es de extrañar que el ministro de
Hacienda discutiera sus bases con Faria Lima (centro operativo del “mercado”
financiero, en San Pablo: ndt), con el mundo de las finanzas y con el
presidente del Banco Central, pero no con los movimientos u organizaciones
sociales. La tramitación del marco niega uno de los pilares de las políticas
públicas del PT de los años 90, que era el presupuesto participativo. El
marco fiscal es el presupuesto no participativo.



11. El marco fiscal no puede exponerse a la luz del debate público. Tiene
que ser votado rápidamente, sin hablar mucho y sin enmiendas porque es algo
"técnico". Tan técnico como la distribución de la renta, la desigualdad
social y las orientaciones futuras de nuestro país.



12. El presidente Lula pronunció tres importantes discursos en la cumbre del
G-7, en Hiroshima, este fin de semana. En uno de ellos es claro sobre los
daños causados por el neoliberalismo. En un momento dado afirma:



13. "El sistema financiero mundial tiene que estar al servicio de la
producción, el trabajo y el empleo. Sólo tendremos un verdadero crecimiento
sostenible dirigiendo esfuerzos y recursos hacia la economía real."



14. "El endeudamiento externo de muchos países, del que fue víctima Brasil
en el pasado y que ahora azota a Argentina, es la causa de la flagrante y
creciente desigualdad, y exige del Fondo Monetario Internacional un
tratamiento que considere las consecuencias sociales de las políticas de
ajuste."



15. "El desempleo, la pobreza, el hambre, la degradación ambiental, las
pandemias y todas las formas de desigualdad y discriminación son problemas
que exigen respuestas socialmente responsables."



16. "Esta tarea sólo es posible con un Estado que induzca políticas públicas
orientadas a garantizar los derechos fundamentales y el bienestar colectivo.
Un Estado que fomente la transición ecológica y energética, la industria y
las infraestructuras verdes".



17. El Ministro de Hacienda debería leer y releer esta brillante
intervención presidencial y discutirla con su equipo.



* Gilberto Maringoni, es profesor de Relaciones Internacionales de la
Universidad Federal ABC (UFABC)  y director de la Fundación Lauro Campos.
Fue candidato del PSOL al gobierno de San Pablo (2014).

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