Irán/ Solidaridad feminista transnacional con el levantamiento de "Mujeres, Vida, Libertad". [Sepideh Gholian]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Sep 17 22:40:23 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

17 de septiembre 2023

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Irán



Solidaridad feminista transnacional con el levantamiento de “Mujeres, Vida,
Libertad” en Irán



Defendemos la lucha contra este continuum de violencias y deshumanización
que opera en el capitalismo. Mientras no hagamos valer nuestra voz, el
feminismo seguirá monopolizado en favor de un discurso que legitima este
orden.



Sepideh Gholian *

CTXT, 16-9-2023

https://ctxt.es/es/



El 16 de septiembre de 2022, Jina Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años,
murió en Teherán a manos de la policía de la moral. Este asesinato fue el
punto de partida de un levantamiento que sacudió Irán y el mundo. A partir
del Kurdistán, el grito de “Mujeres, vida, libertad” recorrió las calles
iraníes en un movimiento insurreccional y vital, global y proteiforme, que
no pedía nada y lo exigía todo. Con el paso de los meses y frente a la
sangrienta represión, el levantamiento siguió evolucionando, dando lugar a
una red sin precedentes de formas concretas de solidaridad: manifestaciones
espontáneas organizadas por barrios, vecinos que dejaban las puertas
abiertas para permitir la huida de los y las manifestantes, manifestaciones
nocturnas ante las cárceles para oponerse a las ejecuciones, huelgas de
comerciantes, un comunicado unificado de los sindicatos1 para exigir
condiciones de trabajo dignas, el fin de las políticas ecocidas, del
armamento nuclear y de la privatización de los espacios naturales, así como
la igualdad política de las mujeres, las minorías étnicas y nacionales y las
personas LGBTQIA+ –que también son “punta de lanza de la revolución”–. La
revolución feminista iraní es una revolución total. La cuestión no es llevar
o no llevar velo: eso –nunca se repetirá lo suficiente en el contexto
islamófobo en Occidente– deben decidirlo las mujeres por sí mismas. Lo que
está en juego con el velo obligatorio en Irán es el control visible del
Estado sobre todos los cuerpos y su sometimiento con el objetivo, para una
minoría, de acaparar los recursos. La República Islámica gobierna mediante
el apartheid de género y el racismo de Estado. La única forma que tiene de
sobrevivir es a través del despliegue desenfrenado de una ley y un orden
adaptados a las características raciales de las poblaciones a las que
pretende subyugar. Todas estas técnicas impregnan la economía colonial
global. No hay dos vidas iguales: esta realidad, puesta de relieve en
Francia por el asesinato de Nahel en junio de 2023, puede encontrarse a
todas las escalas, desde las costas mediterráneas que las prácticas de
push-back han convertido en fosas comunes, hasta los barrios obreros de
Europa, Mayotte y la Guayana Francesa, sin olvidar los de Brasil, Sudán,
Palestina, Líbano, Afganistán e Irán.



El núcleo del feminismo que defendemos es la lucha contra este continuum de
violencias y deshumanización que opera en el capitalismo. Mientras no
hagamos valer nuestra voz, el feminismo seguirá monopolizado en favor de un
discurso que legitima este orden. Este ha sido el caso durante el último
año: las potencias occidentales no tenían más que admiración por el “coraje
de las mujeres iraníes”, mientras extendían la alfombra roja a un feminismo
liberal, islamófobo y transfóbico, que procuraba separar la lucha por los
derechos de las mujeres de la lucha contra todas las opresiones desafiadas
por los levantamientos revolucionarios en Irán. Hoy, esos mismos gobiernos
occidentales aprovechan la desestabilización de la República Islámica por la
calle iraní en sus juegos de poder internacionales, mientras abandonan a
estas últimas a alarmantes oleadas de ejecuciones, arrestos y torturas.
Nunca ha estado tan claro que la emancipación de los pueblos no es un tema
de debate en la escena internacional. Por eso el silencio feminista no es
una opción, y la ignorancia no es una excusa.



Aunque no se puedan decretar los caminos de la revolución, es esencial
intercambiar los conocimientos y las habilidades de las resistencias
locales, mantener redes de solidaridad concreta y tejer la trama de un
pueblo movilizado a escala mundial. Es urgente aprender de la resistencia y
los métodos del movimiento “Mujeres, Vida y Libertad”, y apoyar a nuestrxs
compañerxs iraníes frente a la represión. De diferentes maneras, tenemos que
enfrentarnos a aparatos estatales en manos de franjas radicalizadas de la
burguesía, cuya retórica, ya sea religiosa o laica, oculta cada vez peor un
proyecto similar y competidor para capturar las riquezas y explotar todo lo
que está vivo. Hoy, después de haber pasado por un año de lucha social en
Francia e Irán, nosotrxs, militantes de diferentes organizaciones vinculadas
por preocupaciones feministas anticapitalistas, sabemos lo agotadora que es
la lucha en la actual relación de fuerzas. Este agotamiento es parte
integrante de las técnicas de gobierno contra el pueblo. Estamos
colectivamente arrojados al caos climático, nuestros futuros hipotecados por
las catástrofes, nuestro presente asfixiado por el estrés, la represión, los
perfiles raciales, nuestros cuerpos agotados por el trabajo, la pobreza, la
ilegalidad, la falta de atención y de consideración. Nunca ha estado más
claro para nosotrxs que la retórica de la seguridad con la que nos alimentan
a diario los medios de comunicación –propiedad de una oligarquía
reaccionaria– trata en realidad de la seguridad de los campos de golf.
Seguridad para el capital hasta que el mundo muera.



Esta constatación no debe hacernos perder de vista que no sólo es necesario
sino posible organizar nuestras fuerzas y cambiar el curso de los
acontecimientos. Es una vuelta de tuerca, nada fácil, pero viable. Y
comenzamos afirmando que consiste, desde nuestra posición, en sacar
urgentemente al feminismo europeo de su negación, enfrentándonos y
combatiendo frontalmente su historia colonial, y orientando nuestras
prácticas hacia una solidaridad y una reflexión transnacional. La revolución
iraní no sólo se opone a las políticas mortíferas de la República Islámica,
sino que esboza un proyecto de sociedad postcapitalista, solidario y
emancipador. Es una lección de movimiento, de reinvención política y
teórica, y por eso la lucha de lxs iraníes es la lucha de las feministas y
de los cuerpos en lucha de todo el mundo. Mujer* Vida Libertad



* Sepideh Gholian es una periodista iraní especializada en derecho laboral y
defensora del movimiento sindical, encarcelada desde 2018. Desde su
encarcelamiento, ha estado cubriendo la situación de las mujeres en prisión
a través de cartas y testimonios.



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La lucha del pueblo iraní es la lucha de las feministas y de los cuerpos en
lucha de todo el mundo



A iniciativa de la Assemblée Féministe Transnationale, esta carta de
solidaridad con el levantamiento iraní “Femme*, Vie, Liberté” (‘Mujer*,
Vida, Libertad’), firmada por una multitud de colectivos y personalidades de
todo el mundo, afirma que, a pesar de nuestro agotamiento, es posible
organizar nuestras fuerzas para cambiar el curso de las cosas. “La
revolución iraní no sólo se opone a las políticas mortíferas de la República
Islámica, sino que esboza un proyecto de sociedad postcapitalista basado en
la solidaridad y la emancipación”.



Puede firmar esta petición haciendo clic aquí:
https://framaforms.org/solidarite-feministe-transnationale-avec-le-souleveme
nt-femme-vie-liberte-en-iran-transnational

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