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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#000080 size=4>Año III - Nº 9237 -
Enero 14 - 2006 - Redacción: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Argentina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Otro mundo es posible: cerámicas
Zanón</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Raúl Zibechi *</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>En algunas ocasiones, pocas por
cierto, el lema “Otro mundo es posible” se convierte en realidad. Los obreros de
la fábrica de cerámicas que han recuperado la empresa y producen como
cooperativa desde hace cuatro años, muestran que incluso en una gran empresa de
alta tecnología es posible crear otra vida. </FONT></DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>“La poesía de la vida puede ser más grande que la poesía
del papel”, dijo el poeta argentino Juan Gelman al contemplar “un metro cuadrado
de poesía” estampada sobre cerámicas, que los obreros de Zanón llevan a todas
partes para regalar. Al conocer sus poemas decorando los 25 cuadrados de
cerámica, escribió emocionado: “Nunca en mi vida imaginé que vería mis poemas
editados en cerámicos. Nunca en mi vida imaginé que los obreros de una fábrica
recuperada interrumpirían su trabajo para hacerlo. Se ve que mi imaginación se
quedó corta”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La lucha de más de cinco años de los trabajadores de la
empresa Cerámicas Zanón tiene mucho de poema lírico. Debieron enfrentarse a un
exitoso empresario italiano, a los sindicatos de la provincia de Neuqén (en el
Sur argentino, a dos mil kilómetros de Buenos Aires), a las autoridades
gubernamentales y a la policía, hasta convertirse en la mayor fábrica recuperada
del país y la más exitosa desde el punto de vista “empresarial”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Zanón es la fábrica cerámica más importante de Argentina,
la planta abarca 80 mil metros cuadrados y ocupa nueve hectáreas, es una fábrica
moderna: líneas de producción móviles donde pasan los cerámicos, orugas
mecánicas y coches robotizados que se deslizan sobre rieles, robots que imprimen
diferentes modelos en los cerámicos, gigantescos embudos para mezclas y hornos
automatizados. Las grandes máquinas son gestionadas, sin embargo, de modo
horizontal. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La mirada exterior</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>A primera vista, la experiencia de cerámicas Zanón no es
muy diferente a la de otras empresas recuperadas por sus trabajadores, unas 200
en toda Argentina. Quizá el rasgo más importante está vinculado a la
recuperación del sindicato por sus propios trabajadores. En Argentina, los
sindicatos no defienden a los obreros sino a los empresarios, y el Sindicato de
Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén (que reúne a cuatro fábricas de la
provincia) no era una excepción. La empresa pagaba un salario extra a los
dirigentes sindicales y hacía donaciones al sindicato para asegurarse que no
hubiera conflictos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Había mucho miedo dentro de la fábrica, recuerdan los
obreros Mario Balcazza y José Luis Urbina: “Si el encargado le decía a un
trabajador que tenía que quedarse 16 horas trabajando, lo tenía que hacer porque
si no al otro día lo suspendían”. Cuando comenzaron a armar una lista
alternativa para presentarse a las elecciones, en 1998, la represión interna
aumentó considerablemente: “Si dialogabas con alguien del sindicato, la empresa
te marcaba y te despedían, y nadie te defendía porque todos sabían que esa
actitud implicaba el despido”, dice Balcazza 1. Finalmente, más del 60% de los
300 trabajadores optaron por renovar el sindicato y alejar a los burócratas.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ahí comenzó otra historia. La nueva dirección sindical no
se dejó ni comprar ni intimidar por la empresa, hizo las denuncias
correspondientes cuando había situaciones ilegales y se ganó la confianza de los
trabajadores. Para superar una situación de dificultades operativas y
comerciales, la empresa intensificó los ritmos de trabajo, lo que provocó
numerosos accidentes laborales. A partir del año 2000 estos hechos se
encadenaron: un empleado murió en la empresa sin contar con atención médica, ya
que una empresa que trabaja 24 horas no tenía siquiera una ambulancia y un
médico a disposición. Cuando falleció Daniel Ferrás, de 22 años, los
trabajadores pararon la producción durante ocho días exigiendo y consiguieron
que la empresa trajera la ambulancia y un enfermero. A continuación, Zanón
comienza a retrasarse en el pago de salarios (hasta tres meses sin pago) hasta
que en septiembre de 2001 decide apagar los hornos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La propuesta de Cerámicas Zanón era quedarse con sólo 60
empleados pero los trabajadores lo interpretaron como una forma de “limpiar” el
sindicato. A esas alturas, Zanón tenía grandes deudas con el gobierno
provincial, que había entregado dinero a la empresa para el pago de salarios.
Los obreros rechazaron los despidos, quemaron los telegramas frente a la Casa de
Gobierno, instalaron una carpa frente a la empresa durante cinco meses y,
gracias a que la justicia incautó el 40% del stock de cerámicas y se los cedió a
los obreros, comenzaron a venderlas para cobrarse los salarios adeudados. Sin
embargo, pese que llevaban varios meses sin cobrar sus sueldos, una parte de
esos cerámicos los donaron al hospital provincial para su recuperación, mientras
los desocupados del MTD (Movimiento de Trabajadores Desocupados) de Neuquén
pusieron la mano de obra. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En marzo de 2002, 220 de los 330 trabajadores deciden
ocupar la fábrica y comienzan a producir “bajo control obrero”. Deciden en
asamblea que todos cobrarán el mismo salario y forman comisiones de ventas,
administración, seguridad, compras, producción, planificación, seguridad e
higiene y prensa y difusión. Los indígenas mapuches, que hasta ese momento
habían sido burlados y explotados por las empresas de cerámica, ponen a
disposición de los obreros de Zanón sus canteras de arcilla. El 5 de abril de
2002 sale la primera producción de 20 mil metros cuadrados de cerámicos. Tres
meses después producían 120 mil metros, la mitad de lo que producía la empresa
cuando estaban sus propietarios. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El papel de la comunidad</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde el punto de vista del crecimiento de la producción,
el desarrollo de Zanón bajo control obrero ha sido un éxito: en estos momentos
producen 300 mil metros cuadrados, superando la producción anterior, pero
estiman que llegarán muy pronto a 400 mil metros. Con ayuda de la Universidad de
Comahue (Neuquén) y la de Buenos Aires, recuperan y actualizan el proceso
productivo, y en dos años invirtieron 300 mil dólares en mantener y mejorar la
maquinaria. De los 300 accidentes anuales en la época patronal, pasaron a sólo
33 y no hubo ningún muerto, mientras en el período anterior fallecía un promedio
de un trabajador por mes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Bajo la gestión de los trabajadores introdujeron varios
nuevos modelos de cerámicos. En la etapa anterior, predominaban los modelos
europeos medievales que eran diseñados en Italia. Desde que los propios
trabajadores se encargan del diseño, han implementado cambios, como los diversos
modelos mapuches -diseñados en conjunto con las comunidades mapuches- con el
objetivo de reivindicar la cultura de un pueblo marginado y como homenaje a
quienes han puesto sus canteras de arcilla a disposición de los obreros
ceramistas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Una diferencia notable entre Zanón y otras empresas
recuperadas por sus trabajadores es la relación con la comunidad. En determinado
momento pasaron a llamarse, legalmente, Fasinpat (siglas de Fábrica Sin Patrón),
se convirtieron en cooperativa y realizaron infinidad de donaciones: hospitales,
escuelas, hogares de ancianos, comedores infantiles y populares, a indígenas y
grupos de discapacitados, a bomberos y a la Cruz Roja de Neuquén, llevaron miles
de metros cuadrados de cerámicos como muestra del reconocimiento por el apoyo
recibido y porque consideran que las ganancias de una empresa deben retornar a
la comunidad. La donación más importante, y la más emblemática, fue la
construcción de un centro de salud para el barrio Nueva España. En acuerdo con
los vecinos, 400 familias que desde hace 40 años reclamaban una sala de primeros
auxilios, los cooperativistas de Fasinpat donaron los materiales y construyeron
el centro de salud junto a los habitantes del barrio. A su vez, cuando tienen
que contratar nuevos trabajadores llaman a las organizaciones de desocupados y a
los vecinos para escuchar sus propuestas. De ese modo, los cien nuevos puestos
de trabajo creados son ocupados hoy por jóvenes que tienen gran dificultad para
insertarse en el mercado de trabajo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la comunidad también apoya a Fasinpat. La fábrica
está abierta a todos los que quieran visitarla. Cada semana estudiantes
escolares y personas de toda Argentina (y una buena cantidad de extranjeros)
llegan hasta la ex Zanón a conocer la experiencia, ya que es una de las pocas
fábricas modernas –totalmente automatizada y con algunos procesos robotizados-
en manos de los trabajadores. A su vez, cuando la policía intentó desalojarlos
el 8 de abril de 2003, miles de vecinos rodearon la fábrica para impedirlo. Poco
después, nueve mil personas acudieron a un festival de rock dentro de la
fábrica, para mostrar la solidaridad de la comunidad con los trabajadores.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Actualmente mantienen una página web, cuentan con un
programa de radio y un periódico mensual de circulación nacional 2. Se han
realizado además varios videos donde relatan aspectos diversos de su
experiencia. Tienen buenas relaciones con las demás empresas recuperadas y a
menudo realizan viajes para trasmitir su experiencia y conocer la de otros
trabajadores en situaciones similares. Recientemente participaron del 1er.
Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas, realizado del 27 al 29 de
octubre en Caracas, Venezuela. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Viaje dentro del monstruo fabril</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el folleto “Zanón bajo control obrero”, explican su
forma de trabajo: “Nos interesa que conozca que detrás de cada cerámico hay una
historia y una realidad que hace posible que la rueda siga girando. Todo el
proceso y todas las decisiones están en manos de los trabajadores. Somos
nosotros los que decidimos qué comprar, cómo vender, qué y cómo producir”. Quizá
la mayor diferencia entre Zanón-Fasinpat y el resto de las empresas, es la forma
como se organizan para producir: “Esta fábrica es un engranaje donde cada uno
aporta un poquito, donde no hay jerarquías y donde el compromiso y la
responsabilidad con el trabajo determinan la calidad del producto y el futuro de
esta gestión”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Las diferencias entre la gestión actual y la anterior son
impresionantes. Un viejo trabajador cuenta: “No teníamos permiso ni para ir al
baño. Tenés los caminos marcados. Con rojo te marcaban los lugares donde había
máquinas automáticas y tenías que ir con más cuidado, y los azules son los
recorridos que podés hacer. Antes, la gente de hornos tenía ropa roja, la de los
electricistas era verde, y así. De esa manera identificaban si había uno de otro
sector en un lugar que no le correspondía. Era como una cárcel” 3. Los gerentes
estaban en un piso superior, en unas oficinas con vidrios desde donde los
vigilaban, y más cerca de ellos estaban los dirigentes sindicales que seguían
los pasos de los trabajadores. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando retomaron la producción, las asambleas de cada
sector comenzaron a nombrar coordinadores, que se hacen responsables por la
marcha de la producción y dialogan con sus compañeros cuando surge algún
problema. Cada varios meses los coordinadores van rotando de modo que al cabo de
cierto tiempo toda la sección ha pasado por el puesto de coordinador. Como
señalan los entrevistados, cada coordinador gana el mismo salario que los demás
pero tiene más responsabilidades”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Carlos Saavedra, que fue coordinador general de toda la
fábrica, reconoce que la tarea exige más horas de trabajo que las normales, y
añade: “No controlo a nadie ni me controlan. Simplemente todos rendimos cuentas
del trabajo que realizamos. Los números son claros. Cualquiera los puede ver.
Que yo sea coordinador o no es una decisión de la asamblea y que no lo sea
también va a serlo. Cada uno tiene que cumplir con la responsabilidad que se le
ha pedido” 4. Ahora en lugar del control, los obreros de Zanón han instalado la
confianza mutua y la responsabilidad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La fábrica está dividida en 36 sectores que trabajan
durante tres turnos de ocho horas. Cada sector tiene su coordinador. “Cada lunes
se hace una reunión de coordinación y allí se decide lo que el turno necesita,
se resuelve el problema que trae cada sector y si no se resuelve se hace una
asamblea donde se juntan todos los turnos. Pero el producto final que sale a la
venta es responsabilidad de todos y no sólo de ese compañero, porque trabajamos
todos a la par, en conjunto desde el barro hasta que termina el cerámico y va
para venta” 5. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Una vez por mes realizan una “jornada” que dura todo el
día en la que participa toda la fábrica. Es la reunión más importante, en la que
discuten todo: desde el tipo de calzado que necesitan en cada sección hasta las
compras que hay que realizar y las actividades externas vinculadas a la
solidaridad. “Se discute de lo social, de la producción, de lo político. Para
cada punto tenemos un orden del día y hasta que no se resuelve no se levanta la
jornada, es muy importante llegar a un acuerdo entre todos”, relatan los
obreros. Sin embargo, reconocen que este modo de funcionar, democrático,
participativo y horizontal, requiere muchas energías: “Es desgastante pero es
productivo porque le encontrás solución a todos los problemas debatiendo entre
todos. Es peor si dejás pasar el tiempo y surgen temas que generan dudas. Hay
muchas cosas que a lo mejor no se entienden en un primer momento; hay sectores
que manejan dinero como compras, ventas, el sector administrativo. Para eso se
puso a dos compañeros que les llamamos los síndicos, que controlan los gastos.
Ellos mes a mes dan un informe de cuánto se está gastando, cuánto se está
comprando. Se da un informe de todo eso y así le demostramos transparencia al
compañero. Si queda un dinero sin gastar lo podemos usar para arreglar una
máquina o compramos materia prima. Y todo se resuelve en la asamblea de sección
o en la jornada”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La asamblea estableció algunas normas de convivencia.
Todos deben llegar a la fábrica 15 minutos antes de comenzar el trabajo y salir
15 minutos después del horario establecido, para que puedan ponerse en contacto
con las novedades del día. Dos ejemplos que muestran luces y sombras: en una
ocasión debieron tomar la dolorosa decisión de despedir a un compañero que
estaba robando, pero en otro momento “a un compañero con problemas de adicción
se le pagó un tratamiento, y se le conserva el puesto de trabajo” 6. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por curioso que parezca, el tiempo dedicado a debatir de
modo horizontal redunda en más eficacia a la hora de producir, algo que va a
contracorriente del modelo empresarial hegemónico. Quizá porque, como apunta
Saavedra, “las horas no quieren decir lo mismo que antes. Antes trabajaba 12
horas y volvía a casa explotado, destruido. Hoy si vuelvo a casa cansado, es un
tipo diferente de cansancio. Porque por adentro te pasa una caravana de
satisfacciones que a veces es difícil de explicar” 7. Antes, cuando sonaba la
sirena que marcaba el fin del turno de trabajo, los obreros salían corriendo a
sus casas para olvidarse del trabajo. “Ahora me quedo aunque no tenga que
hacerlo”, dice Saavedra, insinuando que el trabajo puede ser algo más que una
obligación para convertirse en una satisfacción. Por su parte Juan, trabajador
de la línea de producción, sintetiza los sentimientos de muchos obreros: “Yo
antes veía pasar un cerámico por la línea, y era un cerámico y punto. Ahora cada
cerámico que pasa por la línea es como algo nuestro que va ahí, es como algo que
te pertenece” 8. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ahora los trabajadores de la ex Zanón esperan que el
gobierno argentino se decida a estatizar la fábrica y permitirles mantener el
control. Y que algún día el Estado, que hasta ahora nunca les compró nada, pueda
convertirse en un cliente que contribuya al crecimiento de un proyecto que está
demostrando que, verdaderamente, “otro mundo es posible”. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Raúl Zibechi es miembro del Consejo de Redacción del
semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos
sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios
grupos sociales. Es colaborador mensual con el IRC Programa de las Américas <A
href="http://www.ircamericas.org">www.ircamericas.org</A></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Entrevista personal a Mario Balcazza y José Luis Urbina.
<BR>El periódico se llama Nuestra Lucha y la página web es
www.obrerosdezanon.org <BR>Hernán López Echagüe, ob. cit. p. 178. <BR>Carlos
Magnani, ob. cit. pp. 143-44. <BR>Entrevista personal a Mario Balcazza y José
Luis Urbina. <BR>Lavaca, Sin Patrón , ob. cit. p. 40. <BR>Carlos Magnani, p.
144. <BR>Analía Cafardo y Paula Domínguez, Autogestión obrera en el siglo XXI ,
ob. cit. p. 36. <BR><BR><STRONG><U>Recursos</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Analía Cafardo y Paula Domínguez, Autogestión obrera en
el siglo XXI , Centro Cultural de la Cooperación, Buenos Aires, 2003.
<BR>Entrevista a Mario Balcazza y José Luis Urbina, trabajadores de Zanón,
Montevideo, 1 de diciembre de 2005. <BR>Esteban Magnani, El cambio silencioso ,
Prometeo, Buenos Aires, 2003. <BR>Hernán López Echuagüe, La política está en
otra parte , Norma, Buenos Aires, 2002. <BR>Lavaca, “Sin Patrón. Fábricas y
empresas recuperadas por sus trabajadores”, Buenos Aires, 2004. <BR>Nuestra
lucha , periódico de los obreros ceramistas, en www.obrerosdezanon.org <BR>Zanón
bajo control obrero, folleto de la cooperativa Fasinpat, octubre 2005.
<BR>Zibechi, Raúl, Fábricas recuperadas: De la sobrevivencia a la economía
solidaria julio 2004, en http://www.irc-online.org/content/1704
<HR>
<STRONG><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de fuentes
propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas, movimientos
sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos firmados no
comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>