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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></STRONG></EM></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - Nº 9342 - Febrero 11 - 2006 -
Redacción: </FONT></FONT></STRONG></EM><A
href="mailto:germain@chasque.net"><EM><STRONG><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Nicaragua<BR><BR>El drama y la lucha de
los cañeros. Testimonios de ex trabajadores y
viudas</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Nicaragua: La "chatarra humana de
Occidente" <BR><BR>Giorgio Trucchi, en
Chichigalpa</FONT></STRONG> <BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Rel-Uita </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.rel-uita.org/"><STRONG>http://www.rel-uita.org/</STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>El tiempo, como concepción y ritmo de vida, tiene una forma
muy particular en Nicaragua. Es frecuente oir hablar de la “hora nica” que
institucionaliza todo atrasao. Llego a Chichigalpa, en el Occidente del país,
para reunirme con los ex trabajadores de la caña de azúcar que están sufriendo
los efectos de los agrotóxicos utilizados por toneladas en los cañaverales de la
zona. En los últimos cinco años se han contabilizado 1383 muertos por
Insuficiencia Renal Crónica (IRC) y son miles los ex trabajadores que están
graves y desempleados. Nadie les ofrece trabajo y tienen que arreglársela para
poder sobrevivir.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al llegar, me encuentro con un grupo importante,
impaciente, con ganas de hablar, estrechar manos, mirar fijo a los ojos, dar
palmaditas en los hombros. Tienen ya media hora de estar esperándome, a pesar de
haber llegado puntual me doy cuenta que esta vez la “hora nica” falló, porque el
deseo y la urgente necesidad de hablar, contar sus dolorosas historias y hacerme
partícipe de su lucha, cuenta más que los rituales y la idiosincrasia de un
pueblo. Más tarde, Pedro Rivas Varela, uno de los afectados, me dirá “para
nosotros es importante que el mundo sepa y conozca lo que está pasando en este
lugar, y necesitamos que internacionalmente se respalde nuestra lucha". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Chichigalpa es un pueblo chiquito, pero bien conocido en
toda Nicaragua porque su nombre está vinculado a la producción de azúcar y ron.
Aquí, en 1898, el empresario Alfredo Francisco Pellas fundó el Ingenio San
Antonio, uno de lo más grande ingenios azucareros de Centroamérica y las
empresas Nicaragua Sugar State y Compañía Licorera de Nicaragua S.A., dando
origen a la tradición de una de las familias más poderosas de la región.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Decenas de miles de trabajadores han dado los mejores
años de sus vidas “matándose” en los inmensos cañaverales que forman el Ingenio
San Antonio y sus alrededores (aproximadamente 55 mil manzanas), muchos de ellos
salieron gravemente afectados de IRC y fueron despedidos, quedando al desamparo,
otros murieron sin haber podido conseguir una pensión que, ahora, sus viudas
estan reclamando.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nos reunimos en la casa de Carmen Ríos, viuda y
Presidenta de la Asociación Nicaragüense de Afectados por IRC “Domingo Téllez”,
una de las organizaciones de cañeros que se han formado en estos últimos
años.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La gente llega, se asoma, mira adentro de la casa y
lentamente entra buscando un espacio donde sentarse, lista para hablar, contar
su vida. Historias que van más allá del drama, porque también son una expresión
de la lucha y la resistencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Rufino Benito Somarriba tiene 53 años y trabajó en el
Ingenio San Antonio desde 1975 hasta 1984. Está sentado frente a mí, casi
recostado en su silla, mirándome y hablando en voz baja.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Trabajé como temporal regando herbicida por varios años
y nunca me contrataron como permanente. Llevaba la bomba de riego en mi espalda.
El veneno se derramaba y me mojaba todo el cuerpo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Trabajaba de 9 de la mañana hasta las 3-4 de la tarde
seguido. Me tocaba recorrer grandes distancias en el ingenio, había que cruzar
ríos y charcos, yo no sabía que estaban contaminados. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se sudaba muchísimo y el agua se terminaba rápido, así
que me tocaba tomar agua del río o de la que se utilizaba para riego.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nunca pensé que esa agua estuviera contaminada o que el
líquido que me mojaba el cuerpo me iba a dejar en el estado en que estoy ahora.
Tal vez fue por el atraso cultural en que vivimos, pero ellos se aprovecharon y
no nos dijeron nada. Nunca nos dieron equipo para protegernos, sólo una
mascarilla que no servía para nada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Trabajé también en 'riego de pala' o sea tenía que entrar
en los lagos artificiales, donde convergen las aguas negras, altamente
contaminadas, que salen del proceso industrial del azúcar y desatascar las
presas para regar los campos. Un trabajo sucio y duro, porque el agua hedía, me
empapaba todo y me agarraba una grande picazón en todo el cuerpo. Nosotros le
llamamos la 'mierdosa'. Una vez me salí y me dí cuenta que estaba sangrando del
pene.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 2002 supe que estaba enfermo. La presión se me disparó
y me dolía todo el cuerpo, pero sobre todo la nuca. Ya había dejado de trabajar
en el ingenio y me habían trasladado en la licorera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Me hicieron los exámenes y salí 'pegado', con 5.2 de
creatinina. Actualmente tengo 16, pero hubo momentos que llegué a tener
24”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La creatinina es un valor que determina la funcionalidad
de los riñones y el valor normal no llega a 1. Cuentan los afectados que después
de que se descubrieron muchos casos de IRC, el Ingenio San Antonio decidió sacar
a más de 5 mil personas que trabajaban y vivían en los terrenos del ingenio o en
sus alrededores, obligando a los trabajadores a hacerse análisis en la clínica
del mismo ingenio. Si una persona salía con una creatinina de 1.2 para arriba,
de inmediato se le despedía o se le negaba el trabajo temporal, aconsejándoles
recurrir al Instituto de Seguridad Social (INSS) para comenzar los trámites para
la pensión.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A veces a lo que no se “enganchaban”, los hacían trabajar
por contrato sin ningún tipo de derecho a prestaciones. Como no podían recurrir
contra la empresa, se los podía explotar otro poquito…</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pedro Joaquín Rivas Varela se involucra en la discusión y
habla de su situación. “Tengo 42 años y entré a trabajar en el Ingenio con 0.4
de creatinina y hoy tengo 2.3.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Me acuerdo que el trabajo era muy duro. Comenzaba a las 6
de la mañana y terminaba después de haber cortado por lo menos 2 hectáreas de
caña. Trabajábamos descalzos y no teníamos ni siquiera tiempo para comer. Uno
andaba con su pichinga colgada y comía sin parar de trabajar, sino no te daba
tiempo de terminar el trabajo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>No nos podíamos organizar sindicalmente o protestar,
porque éramos trabajadores temporales y te sacaban de inmediato.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A las 10 de la mañana llegaba la pipa del agua y de allí
nosotros agarrábamos para beber. Agua del mismo ingenio. Todas estas
enfermedades están relacionadas con el agua del ingenio, contaminada por la gran
cantidad de pesticidas que se utilizaron. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Las avionetas pasaban entre seis y siete de la mañana,
porque había poco viento y el sereno de la noche humedecía la tierra y
facilitaba la penetración del pesticida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo eso pasaba mientras nosotros estábamos trabajando y
tiraban el veneno sin importarles que nosotros estuviéramos allí. También las
casas de la gente que vivía cerca de los cañaverales salían afectadas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hoy siguen tirando un veneno que llamamos “madurador” y
que sirve para que la caña acelere el proceso de maduración. Lo tiran varias
veces antes de la zafra y es bien dañino.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A veces los trabajadores se desmayaban y los llevaban al
hospital para darles suero, pero después regresaban al campo para seguir
trabajando. En 1998, cuando la empresa supo que aproximadamente 3 mil personas
estaban afectadas, sacó a las familias que vivían en el ingenio o cerca de él y
comenzó a practicar exámenes clínicos a todos los que se presentaban para
participar en la zafra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el año 2000 la misma empresa aceptó que el agua estaba
contaminada. Lo que más nos preocupa es que el Ministerio de Salud sabía
perfectamente de la situación y en Nicaragua existe la Ley 274 que reglamenta el
uso de herbicidas, pesticidas y agrotóxicos sintéticos, pero no la aplicó. No
hizo nada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hasta el mismo Gobierno dijo que somos 'chatarras
humanas', pero esto es el resultado de años de explotación y contaminación,
donde nadie dijo nada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los resultados son dramáticos. Según nuestros cálculos
han muerto 1383 compañeros y en los últimos años hay un promedio de 46 muertos
mensuales. Justo la semana pasada enterramos a ocho.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estamos luchando para que se nos dé una pensión vitalicia
por riesgo laboral y para que se reforme la Ley 456 en su artículo 1, donde se
reconozca la Insuficiencia Renal Crónica como enfermedad profesional para todos
los trabajadores de la agroindustria azucarera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero no termina allí, porque queremos que los dueños del
Ingenio San Antonio nos indemnicen por los daños que nos han causado y por los
muertos”.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La gente sigue hablando y los casos son muy
similares</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Bismark Velásquez explica que la IRC es una enfermedad
que te quita la energía y que seguir trabajando empeora la situación. Tiene un
hermano y su padre muertos y él está afectado con “piedras” en los riñones y con
1.6 de creatinina después de 15 años de trabajo. Ahora está desempleado y no
sabe cómo resolver las necesidades de su hogar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Gonzalo López trabajó 35 años como técnico informático en
el Ingenio San Antonio. Nunca tuvo contacto con el corte de la caña o el riego
de herbicida, pero sí con el agua que tomaba a diario en su oficina. Ahora tiene
dos años de haberse jubilado. La empresa lo sacó cuando se dio cuenta de la
enfermedad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Comenzó con una creatinina de 2.3 y en pocos años se le
subió a 7. Casi no camina y ha gastado toda su liquidación para curarse, ya que
el Seguro no pasa nada y una sóla inyección vale 68 dólares. “A la empresa no le
interesa el trabajador -dice- no me ayudaron y sólo me dijeron que me
fuera”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para José Luis Suárez, quien nos atiende en el patio de
su casa, tendido en una cama, la situación es aún más dramática.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Tengo 59 años y trabajé 38 años en el ingenio haciendo
de todo. Los dueños de la empresa han traído la muerte a ese lugar y a sus
habitantes. Desde hace tres meses estoy en esta cama y no puedo levantarme.
Tengo 14 de creatinina y me siento como uno de los héroes y mártires que han
aguantado hasta el final esta enfermedad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando en 1999 me presenté para trabajar en la zafra, me
sacaron sangre y resulté enfermo de IRC. Entonces me rechazaron y me tiraron a
la calle a morir. Me dieron una pensión de 1.500 córdobas mensuales (85 dólares)
que no me alcanza ni para una semana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La vida es sagrada y vale mucho y nosotros que fuimos
trabajadores, necesitamos que se denuncie todo esto a nivel mundial, porque fue
criminal tirar todos estos pesticidas y contaminar el agua de esta manera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aquí no fueron sólo los trabajadores los afectados, sino
todo el pueblo, pero como esos señores son ricos y poderosos, gozan del apoyo
del Gobierno y de los políticos, y también los medios de comunicación los
cubren. En el ingenio hay siete ríos que la empresa utiliza para el proceso
industrial del azúcar y están totalmente contaminados”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con José Luis fuimos a un cañaveral para ver de cerca las
pozas de desechos del proceso industrial. Nos paramos en la entrada del ingenio.
Quería tomar una foto al rótulo que delimita la propiedad, pero un guardia de
seguridad me lo prohibió. “No se puede. Tenés que pedir permiso a la
administración”, me dijo y de nada sirvió explicarle que estaba en suelo
público. El arma que andaba fue una razón suficiente para no seguir
discutiendo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Llegamos al Centro de Salud donde el INSS y el Ingenio
San Antonio financiaron un pequeño cuarto para atender a la gente enferma de
IRC. Entramos para hablar con la doctora y saber un poco de la atención que dan
a los enfermos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La sala estaba repleta de gente y la consulta comenzaba a
las 12.30. Un minuto después de la hora señalada tocamos a la puerta una, dos,
tres veces y al final oímos la voz hostíl de la doctora gritando “¡Estoy
comiendo!” “Vaya atención”, me dije. Más tarde los cañeros me informaron que de
todas maneras ese lugar no sirve para nada, porque sólo te preguntan cómo sigue
la enfermedad y te dan acetominofen. Los medicamentos específicos para la
enfermedad nunca están y la palabra que más se escucha en este lugar es “¡no
hay!”</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La isla de las mujeres solas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Finalicé esta entrevista con una persona que completa el
cuadro dramático que se vive en Chichigalpa. En el recorrido que hicimos por los
cañaverales me indicaron un lugar que le llaman “La isla de las mujeres solas”.
Aquí no hay hombres, todos murieron de IRC.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El fenómeno de las viudas es tan dramático como el de los
afectados. Piden que se les dé una pensión, como prevé la Ley del Seguro Social,
pero cada vez hay una excusa o un falso elemento legal para no otorgarles
nada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Carmen Ríos es la presidenta de la Asociación “Domingo
Téllez”. Risa contagiosa y ojos que se le salen cuando se enoja al recordar el
drama que viven las viudas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“La situación es bien difícil para todas las viudas. El
INSS utiliza muchas estrategias para no dar las pensiones. A veces dicen que sus
maridos murieron antes de la aprobación de la Ley 456 (que ordena la materia
jurídica), pero cuando cumplen el requisito tampoco se la dan. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay 232 viudas sin pensión y la lucha de nuestra
Asociación es lograr esaas pensiónes. Además de reformar la Ley 456, para que se
reconozca la IRC como enfermedad profesional para todos los sectores de la
agroindustria azucarera y no sólo para los que trabajaban en el campo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tenemos pruebas de actos de fraude y corrupción en el
INSS y los estamos denunciando. Hay que dejar en claro una cosa, la enfermedad
que sufren y se han muerto miles de personas no es por el exceso de trabajo,
sino por el agua contaminada por los pesticidas y estamos luchando para que se
realicen análisis serios del agua.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La riqueza de los empresarios viene a costa de la sangre
de los obreros. Levantamos nuestro grito de dolor para que el mundo nos escuche,
para que mire hacia ese lugar donde la gente muere cada día. La muerte se ha
vuelto algo normal y nos estamos acostumbrando a despertar y esperar la noticia
de un nuevo fallecido. Se mueren muchachos de 18 y 20 años y hasta niños de 10
años. Mi marido se murió a los 46 años después de trabajar 24 en el ingenio. Se
murió soñando con una pensión que nunca vio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ahora dicen que no tengo derecho a recibirla porque no
cotizó las 750 semanas como prevé la ley, pero eso no tiene nada que ver porque
él tiene derecho a una pensión por riesgo laboral, independientemente de las
semanas que trabajó. Pero lo peor es que me di cuenta que desde hace varios años
esta pensión existe y que alguien la está cobrando. ¡Así es la corrupción
aquí!</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay cientos de viudas solas, de niños y niñas sin
protección y miles de hombres enfermos y sin trabajo, quienes deambulan por las
calles.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estamos dispuestos a luchar. Si nuestros padres y abuelos
no pudieron llevar adelante una lucha, que no crea el gobierno, el Seguro Social
y los empresarios que por ser campesinos no tenemos la capacidad de luchar. Hay
gente preparada entre nosotros y llevaremos esta lucha hasta el final.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tengo 50 años y soy mujer, viuda y lucho por mis
derechos, los de mis hijas y los de mi marido ya fallecido, y esto a pesar de
ser la 'chatarra humana de Occidente'”.
<HR>
<STRONG><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de fuentes
propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas, movimientos
sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos firmados no
comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></STRONG></A>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></FONT> </DIV></BODY></HTML>