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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2></FONT>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT face=Arial><STRONG><EM><FONT size=4><FONT
color=#800000>Boletín informativo - Red solidaria de la izquierda
radical</FONT><BR><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - Nº 9352 - Febrero 15 - 2006 -
Redacción: </FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></FONT></DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=3><STRONG>Camilo Torres (1929-1966) <BR><BR>40
años después, Camilo Vive...<BR><BR>De sacerdote a guerrillero...<BR><BR>El
programa del cura Camilo...<BR><BR>Cronología de su
vida...</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>40 años después, Camilo
vive</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Revista Insurrección - Ejército de
Liberación Nacional</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Nº 52, Editorial, febrero 2006</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.eln-voces.com/"><STRONG>http://www.eln-voces.com/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Hace 40 años, el 15 de febrero, el Comandante CAMILO TORRES
RESTREPO cayó combatiendo a las fuerzas de la oligarquía, en las filas del
Ejército de Liberación Nacional de Colombia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Camilo es fruto y expresión de la situación y realidad
colombiana. Su sensibilidad humanista, el contacto con la Colombia de los
excluidos, explotados y oprimidos, su vasta cultura universal y el ejercicio de
la sociología le hicieron entender con claridad la realidad del país, las causas
de la pobreza, la dependencia y el atraso histórico. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Como sacerdote católico compartió, desde el trabajo de la
Pastoral Social , las angustias y miseria de los obreros y las comunidades
pobres urbanas, como asesor de la Ley de Reforma Agraria recorrió las
comunidades agrarias comprendiendo a profundidad los sueños y dolores de los
campesinos sin tierra y de los indígenas expulsados de sus territorios por los
terratenientes; como capellán de la Universidad Nacional se compenetró con la
rebeldía de la juventud de la década del sesenta y con ellos impulsó la unidad
de las luchas estudiantiles con las de los obreros y sectores populares para
presionar cambios estructurales en el país. </DIV>
<DIV align=justify><BR>No se quedó contemplando y especulando sobre el drama
humano, fue más allá. Como cristiano se comprometió con su pueblo para hacer
“eficaz el amor”, se distanció de la iglesia de los ricos que se “conduele” de
la miseria y predica la resignación como virtud.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Buscando respuestas a los grandes problemas del país
llegó a comprender que para romper con el atraso, la ausencia de democracia y de
dignidad nacional, para acabar con la injusticia social es indispensable el
cambio revolucionario, que la tarea de la revolución es obra de todo el pueblo y
la “unidad de la clase popular” es fundamental para el triunfo revolucionario,
que “hacer la revolución” es un deber moral para el verdadero cristiano. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Camilo desestimó la contradicción entre marxistas y
cristianos, la calificó de embeleco para mantener dividido al pueblo, consideró
sin sentido la discusión si “el alma es inmortal, porque el hambre si es
mortal”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Su pensamiento y ejemplo aportaron a la unidad de los
revolucionarios distanciados por creencias religiosas y fueron fundamentales en
el desarrollo de la Teología de la Liberación, que surgió comprometida con las
luchas de los pueblos, especialmente en América Latina. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Muchos sacerdotes y monjas asumieron la opción de luchar
junto a los pobres, como la forma de hacer “eficaz el amor”, se inspiraron en su
pensamiento, siguiendo su ejemplo se comprometieron, unos desde los movimientos
guerrilleros y otros desde los espacios sociales en Nicaragua, El Salvador,
Guatemala, Brasil, Bolivia, Argentina, Chile, Perú entre otros.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Colombia se comprometieron los sacerdotes del grupo
Golconda, varias monjas y sacerdotes se incorporaron a la guerrilla, entre ellos
el Comandante Manuel Pérez Martínez, Domingo Laín Sáenz y Antonio Jiménez Comín,
tres clérigos españoles que llegaron al ELN para reencontrarse con las huellas
de Camilo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Camilo fue implacable al denunciar la maniobra de la
oligarquía que mantiene divido al pueblo en dos partidos que representan sus
intereses, que patrocina el enfrentamiento para que unos pobres se maten con
otros defendiendo partidos que representan la exclusión, la opresión y la
explotación histórica de las mayorías nacionales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Como respuesta a la situación del país planteó la
urgencia de construir el “proyecto de Nación”, superando el sectarismo y
trabajando honestamente por la unidad y organización de todo el pueblo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Propuso y lideró la creación del FRENTE UNIDO y la
Plataforma para la Unidad Popular, a mediados del año 65, como instrumentos para
luchar contra las estructuras que impiden los cambios y la construcción del
nuevo país. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La oligarquía y la iglesia de los ricos unidos lo
persiguieron con sevicia, le cerraron los espacios políticos, obligándolo a
continuar la lucha desde la clandestinidad y llevándolo a concluir que los
ideales por los que venía luchando desde el Frente Unido coincidían con los
ideales del EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Así lo expresó en la Proclama al Pueblo Colombiano que
envió el 7 de enero del 66 desde las montañas de Santander. “Yo me
he incorporado a la lucha armada. Desde las montañas colombianas pienso seguir
la lucha con las armas en la mano, hasta conquistar el poder para el pueblo. Me
he incorporado al Ejército de Liberación Nacional porque en él encontré los
mismos ideales del Frente Unido”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuarenta años después la radiografía del país muestra más
grave la situación del pueblo, se ha incrementado el número de los pobres, al
hacerse más ricos los ricos, más dependiente el país del imperialismo y más
agresivo y salvaje el terrorismo de Estado bajo la modalidad de guerra
sucia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ya el país no aguanta más y no puede continuar así. De
esta oligarquía insaciable de riquezas, impulsora de guerras, entregada al
imperialismo y que obstaculiza el propio desarrollo como nación, no se puede
esperar las soluciones al drama humano que vive la población. No tiene voluntad
para solucionar los grandes problemas sociales, económicos y políticos del país,
ni está dispuesta a generar las condiciones para que se solucione el conflicto
social y armado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Frente a esta realidad y cuarenta años después de la
muerte de Camilo, su pensamiento sigue teniendo vigencia. Sus análisis sobre la
situación de las grandes mayorías nacionales, las respuestas para construir el
nuevo país y el llamamiento que hizo a “la unión y la organización de la clase
popular colombiana”, están a la orden del día. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para ser consecuentes con el legado que le dejó al pueblo
colombiano, es inaplazable trabajar por la unidad y la organización del
pueblo. Para sacar al país de la crisis a que lo ha llevado la
oligarquía, es indispensable proseguir en la construcción de una fuerza social y
política, activa y en movimiento, con vocación de ser poder, que enfrente el
proyecto de ultraderecha y se comprometa a remover las estructuras que nos
condenaron al atraso, la dependencia, la miseria y el sin futuro.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una fuerza que integre a todos los que luchamos por un
nuevo país en paz, soberano, con democracia real, dignidad nacional, justicia
social y bienestar para todo el pueblo, que tenga un programa de unidad popular
que represente el interés común de las mayorías nacionales, que deseche el
vanguardismo y el sectarismo que tanto daño le hacen al proyecto
revolucionario. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En ese objetivo político está comprometido el ELN. No es
casual que insista ante el país con la propuesta de solución política al
conflicto social y armado, que en su estrategia para la paz eleve a la categoría
de propósito nacional la construcción de ésta y establezca como condición la
integración del pueblo con este fin. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los diálogos abiertos con este gobierno, en medio de la
actual coyuntura electoral - controvertidos por algunos - los concebimos como
una oportunidad que, junto con la “Casa de Paz”, genera espacios para el
reencuentro de las mayorías de la nación en el compromiso de la solución
política al conflicto, en el ejercicio de tejer la agenda de paz para el país y
contribuir a la construcción de la fuerza social y política que haga posible que
dicho propósito salga adelante. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Con los pueblos en América Latina que avanzan buscando
caminos propios para salir del atraso, la dependencia, la pobreza y el sin
futuro a que los llevaron las oligarquías lacayas, con Cuba, Venezuela y Bolivia
como avanzada, los colombianos, guiados por Camilo, tenemos el reto de producir
los cambios revolucionarios. No hay más opciones que la liberación.
</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>De sacerdote a
guerrillero<BR><BR>Joe Broderick *</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Camilo Vive</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.camilovive.org/"><STRONG>http://www.camilovive.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Camilo Torres Restrepo nació en Bogotá, el 3 de febrero
de 1929, murió en combate en Patio Cemento, Santander, el 15 de febrero de 1966.
Sus padres, Calixto Torres Umaña e Isabel Restrepo Gaviria, se trasladaron a
Ginebra en 1931 y vivieron, junto con Camilo y su hermano Fernando en el viejo
Continente hasta 1934. En 1946 terminó bachillerato en el Liceo de Cervantes y
luego de estudiar un semestre de Derecho en la Universidad Nacional, entró al
Seminario de Bogotá, donde se ordenó el 29 de agosto de 1954. Viajó a Bélgica, a
la Universidad de Lovaina, a estudiar sociología.<BR> <BR>En 1957 trabajó
en los tugurios parisinos que habitaban los grupos de la resistencia argelina.
En 1958 se graduó como sociólogo con el trabajo La proletarización de Bogotá
(1987), pionero en antropología y sociología urbana. En enero de 1959 regresó a
Colombia y fue nombrado capellán de la Universidad Nacional, y junto con Orlando
Fals Borda fundó la Facultad de Sociología a la que estuvo vinculado hasta julio
de 1962 cuando fue destituido como capellán por el Cardenal Luis Concha. En 1959
obtuvo el Premio Alejandro Angel por su trabajo de investigación y acción social
en el barrio Tunjuelito de Bogotá; en ese mismo año colaboró con la recién
fundada Acción Comunal y en 1960 fundó en la Nacional el Movimiento para
Promoción Comunal (MUNIPROC) y en 1961 el Consejo interfacultades para el
desarrollo de la comunidad.<BR> <BR>Como capellán introdujo muchas de las
reformas del Concilio Vaticano, especialmente las relativas al ecumenismo. En
1962 ayudó para que Monseñor Germán Guzmán Campos redactara La Violencia en
Colombia. En 1963 escribió su último ensayo sociológico: La violencia y los
campos socioculturales en las áreas rurales. Entre 1962 y 1965 fue párroco de La
Veracruz, miembro de la Junta Directiva del INCORA, decano de la Escuela de
Administración Pública (ESAP). Presionado por la curia tuvo que renunciar, el 27
de junio de 1965, al sacerdocio. En 1964 había establecido contactos con el ELN,
al que se vinculó, primero como militante y luego como guerrillero; luego de
casi cuatro meses en la guerrilla fue dado de baja, en su primer enfrentamiento
con el ejército. Su sepultura es desconocida. <BR> <BR><STRONG>Profeta
desoído</STRONG><BR> <BR>Su rebeldía y compromiso final lo convirtieron en
símbolo mundial de la insurgencia revolucionaria cristiana. En su momento,
Camilo Torres Restrepo se convirtió en el Che Guevara de los católicos y no sólo
de Colombia, sino del mundo entero. Pero pasaron los años y Camilo, a diferencia
del Che, cayó en el olvido. Tanto que, el año pasado, cuando los excavadores
levantaban la pista de todo un aeropuerto boliviano en busca de los huesos del
Che, a nadie en Colombia se le ocurrió preguntar ¿y dónde están los restos de
Camilo? La juventud de hoy (o sea, la mayoría de la población) ignora por
completo el episodio de Camilo en los años sesenta. El único Camilo Torres de
quien tienen una vaga noticia, debido a sus clases de historia, es del mártir de
la Patria Boba. En cuanto al cura revolucionario (como comentó alguien hace doce
años en el vigésimo aniversario de su muerte), "ya no es motivo ni siquiera de
tirar piedra en la Universidad Nacional". A los viejos sobrevivientes de la
izquierda les cuesta trabajo reconocerlo, pero el nombre y la figura heroica del
sacerdote rebelde no ocupan lugar alguno en la imaginación colectiva.
<BR> <BR>Sin embargo, y aunque parezca una paradoja, Camilo Torres se
merece su puesto entre los colombianos más sobresalientes del siglo. Es más,
Camilo fue el primer personaje de Colombia reconocido a nivel mundial. (Después
de él, en efecto, sólo existen dos más que han alcanzado una comparable
resonancia universal: el escritor y el gangster). La imagen de Camilo recorrió
el mundo, no por su breve protagonismo político en el escenario del país (un
chispazo que duró apenas unos meses del año 1965), sino por las circunstancias
de su muerte. Al ofrendar su vida por la revolución socialista, al ser baleado
por la tropa de lo que él llamaría "el ejército de la oligarquía" mientras
luchaba en defensa de los humildes, Camilo se volvió un héroe para los jóvenes
revolucionarios del mundo. Iglesia contestataria Se vivía una década inaugurada
con la victoriosa entrada a La Habana de los románticos barbudos de la Sierra
Maestra, y que tuvo su expresión popular en las baladas de Bob Dylan.
<BR> <BR>En Estados Unidos, los militantes de la oposición a la guerra en
Vietnam forzaron las puertas del Pentágono, en compañía del poeta-jesuita Daniel
Berrigan, para quemar las tarjetas de conscriptos al ejército norteamericano. En
Camilo crucificado encontraron un aliciente, y un aliciente de características
netamente cristianas. Las iglesias cristianas en todas partes experimentaban una
toma de conciencia social. Es evidente que Camilo no inventó la nueva iglesia
contestataria; en realidad, el Papa en Roma (Juan XXIII) tomó sorpresivo
liderazgo de esa iglesia durante los breves años de su pontificado. Pero Camilo
forma parte de ella, y terminó convertido en una de sus figuras estelares por no
decir en uno de sus santos. <BR> <BR>Surgió una guerrilla urbana en
Argentina que invocaba a Camilo y la ética cristiana; Chile vio el nacimiento de
Sacerdotes para el Socialismo, un movimiento que ayudó a abrir camino para el
gobierno de Allende; más tarde, en Nicaragua, los hermanos Cardenal y otros
distinguidos clérigos iban a comprometerse con la rebelión contra Somoza y con
la construcción de un estado nuevo. Todos, de algún modo, encontraron su
inspiración en Camilo. Camilo fue el precursor. Para comprobarlo, sólo falta
recordar la fecha de su sacrificio. Camilo murió en las montañas de Santander en
febrero de 1966, año y medio antes de la quijotesca aventura del Che en Bolivia.
Su temprana (algunos dirán precipitada) decisión de tomar las armas y colocarse
al lado de los oprimidos partió en dos la historia de la Iglesia Católica en
América Latina. Se trataba de una acción espontánea.<BR> <BR>Camilo no se
puso a calcular el grado de novedad o de radicalismo que suponía su postura. En
cierta forma, su opción iba en contra de su carácter; por temperamento (y por
formación) Camilo era un hombre pacífico y conciliador. Pero se mostró
implacablemente fiel a su más profunda convicción: que el cristianismo bien
entendido suponía la creación de una sociedad justa e igualitaria. Sin eso es
decir, sin un cambio radical en las estructuras del poder la eucaristía carecía
de sentido. Antes, representaba un contrasentido. La misa pretende celebrar la
fraternidad. Y Camilo sintió que era preciso crear una situación de fraternidad
para que su misa no fuera mentira. Lo tradujo como la obligación de hacer la
revolución antes de volver a consagrar el pan y el vino y compartirlos con sus
correligionarios alrededor de una mesa. Así de sencillo. Vistas las cosas de
este modo, Camilo no quiso desperdiciar su considerable energía juvenil en una
lucha estéril contra sus superiores eclesiásticos; su meta no era la reforma de
una iglesia al servicio de los poderosos, sino la superación de un mundo
dominado por esos mismos poderosos. Tarea hercúlea, y en verdad utópica.
<BR> <BR>En consecuencia fue la suya, casi inevitablemente, una "ejemplar
vida frustrada" (para usar la frase de Antonio Caballero). "No dejó una obra",
dice Caballero, "y su huella es impalpable como dibujada en el mar o en el
viento, para citar a ese otro gran fracasado que fue Simón Bolívar". Es posible
que su tenue recuerdo se habría borrado aún más de la memoria colectiva en
Colombia, si su muerte no hubiera producido tanto impacto internacional. En
1968, una prestigiosa casa neoyorquina comisionó una biografía del cura
guerrillero. Y los colombianos que no se habían fijado sino en el lamentable
fracaso de una vida bien intencionada se sorprendieron al encontrar que su país
había engendrado una figura de talla mundial. <BR> <BR>El Camilo que
Colombia saluda como uno de sus hijos más célebres es, en realidad, un artículo
importado del exterior, y por lo tanto, de buen recibo. Aquí su voz profética no
fue escuchada. Camilo cayó muerto del primer tiro de un sargento en su única
acción militar. Y sus restos mortales fueron sepultados apresuradamente, por
decreto del gobierno, en algún lugar clandestino. Si su nombre figura entre los
colombianos más importantes del siglo, tal vez los colombianos deberían exigir
una tumba honrosa para sus huesos. No para iniciar un culto caracterizado por
novenas y milagros. Pero sí para darle una presencia física en algún sitio
apropiado, con el fin de recordar su grito contra las mil injusticias cometidas
a diario en su patria. Por no haber escuchado ese grito desesperado, la clase
dirigente se ve impotente ahora ante un país que se arrastra en medio de peores
violencias y abusos de los que Camilo jamás podría haber imaginado hacia el
triste fin de este milenio. <BR><BR>* Escritor australiano-irlandés, reside en
Colombia desde 1968 y es autor, entre otros libros, de una biografía de Camilo
Torres (Planeta).)</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>El programa del cura
Camilo<BR><BR>Reportaje de Adolfo Gilly</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Semanario Marcha</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Montevideo, 4 de junio 1965</STRONG><BR><BR><BR>Un
verdadero cristiano debe colaborar con todos aquellos revolucionarios que se
proponen cambiar las actuales estructuras sociales injustas y opresoras. Es ese
cambio lo que caracteriza al mundo de hoy. Lo que ocurre en Colombia es parte de
eso. Y lo que determina es la presión de abajo, tanto aquí como en Vietnam. Por
eso la intervención norteamericana en Vietnam, que es un verdadero crimen, no va
a poder imponerse por más armas que utilicen y por más gente que maten. Van a
ser derrotados. <BR><BR><STRONG>¿Y tú dices que los cristianos deben tomar una
posición definida, como tales, en esa lucha?</STRONG> <BR><BR>Claro, lo digo y
lo repito. El cristiano, como tal, y si quiere serlo realmente y no sólo de
palabra, debe participar activamente en los cambios. La fe pasiva no basta para
acercarse a Dios: es imprescindible la caridad. Y la caridad significa,
concretamente, vivir el sentimiento de la fraternidad humana. Ese sentimiento se
manifiesta hoy en los movimientos revolucionarios de los pueblos, en la
necesidad de unir a los países débiles y oprimidos para acabar con la
explotación, y en todo eso, nuestra posición está claramente de este lado, y no
del lado de los opresores. Por eso a veces, un poco en broma pero también
bastante en serio, me pongo intransigente y le digo a mi gente: el católico que
no es revolucionario y no está con los revolucionarios, está en pecado mortal.
<BR><BR><STRONG>¿Crees que ese proceso revolucionario lleva al
socialismo?</STRONG> <BR><BR>Es indudable que marchamos hacia estructuras
socialistas de la sociedad. Cosa diferente, para mí, es la concepción filosófica
del socialismo o del marxismo. Pero también es indudable que esos cambios sólo
dos fuerzas pueden dirigirlos, pues sólo ellas dos poseen una concepción global
del mundo: el cristianismo y el marxismo. <BR><BR><STRONG>Y si la revolución
tiene una dirección marxista, ¿cuál es tu posición?</STRONG> <BR><BR>Quiere
decir que no hemos sido capaces nosotros de dar la dirección adecuada. En ese
caso, nuestra tarea no es oponemos ciegamente, sino todo lo contrario, colaborar
en los cambios revolucionarios y salvar en ellos los valores cristianos
permanentes. <BR><BR><STRONG>¿Cuál es el rasgo más importante de "la violencia",
como la llama monseñor Guzmán en su libro La violencia en Colombia?</STRONG>
<BR><BR>Lo que se ha dado en llamar "la violencia", esa guerra civil difusa que
ha reinado durante años en nuestro país, es en el fondo un cambio de estructuras
no organizado, empírico, no consciente. La estructura externa del país sigue
siendo la misma. Pero en todos estos años, quienes han cambiado son los
campesinos, es decir, la gran mayoría de la población colombiana. Toma el
ejemplo de las llamadas "repúblicas independientes". De derecha y de izquierda,
hay quienes niegan su existencia. La verdad es que no interesa el calificativo
de "repúblicas" o no. Pero sí que en esas regiones ha surgido un nuevo poder,
paralelo al poder central, encarnado en los jefes guerrilleros apoyados por los
campesinos, y todo esto ha generado una nueva actitud de los campesinos hacia
todas las instituciones antes existentes: la propiedad, el Estado, la Iglesia, a
las que ya no ven como partes inconmovibles de la existencia sino como sujetos
de cambios posibles, en los cuales ellos sienten que tienen un papel creciente
que desempeñar. <BR><BR><STRONG>¿Y las guerrillas?</STRONG> <BR><BR>Las
guerrillas en Colombia son mucho más que un problema policial o un problema
político. Son un problema social que toca las raíces mismas del país. Por eso no
sirven las calificaciones morales para condenar la lucha guerrillera. Es lo
mismo que el ejército: no podemos aprobarlo o condenarlo con calificaciones
morales abstractas. Hay que ver a qué fines sirven unos y otros, guerrillas y
ejército. Cuando todos los canales de ascenso social parecían cerrados para el
campesinado y la estructura opresora de la sociedad colombiana inconmovible, las
guerrillas vinieron a abrir. bien o mal, nuevos canales de ascenso, y a través
de su existencia decenas y cientos de miles de campesinos adquirieron conciencia
de seres humanos capaces de decidir en la historia de Colombia, por primera vez.
Quienes en nombre de la conservación social condenan el fenómeno, deben antes
explicar por qué las viejas estructuras no pudieron satisfacer esa necesidad.
<BR><BR>Las guerrillas crearon un poder nuevo, paralelo al poder estatal
conservador-liberal, a través del cual, por métodos buenos o malos, pero
impuestos por la necesidad y por la incapacidad de las clases dominantes para
aceptar cambios ascendieron grandes masas campesinas en su seguridad en sí
mismas, en sus propias fuerzas, en su sentimiento de dignidad humana y en su
capacidad de decisión y de autogobierno. El campesinado ha ido desarrollando una
conciencia de clase campesina, que lo ha unificado nacionalmente en una forma
antes desconocida, y que lo constituye en poderoso grupo de presión para cambios
de fondo. Por eso hemos dicho en otra ocasión que lo que se llama la
"violencia", constituye el cambio socio-político más importante y profundo en la
vida de Colombia desde la independencia hasta hoy. <BR><BR><STRONG>¿Cómo se
refleja en los partidos políticos?</STRONG> <BR><BR>Todavía lejanamente. La
derecha se defiende. No entiende ni quiere entender lo que ocurre en el país.
Marcha hacia el desastre. Se ha mostrado particularmente incapaz -y por el
camino que va, seguirá siéndolo- de cambiar a tiempo para evitar una revolución
violenta. La izquierda sigue dividida en partidos y organizaciones pequeños,
ninguno de los cuales le ofrece un liderazgo efectivo a las fuerzas de cambio
que se mueven en el país. <BR><BR><STRONG>¿Ves una situación similar a la que
favoreció a la democracia cristiana en Chile? <BR></STRONG><BR>En Colombia es
diferente. En Chile, la victoria de Frei se basó en parte en una estructura
capitalista más desarrollada del país. Aún así, no va a poder seguir avanzando
mucho sin tomar medidas que ataquen esa misma estructura capitalista en favor de
los grandes sectores populares. Todo reformismo tibio será sobrepasado en corto
plazo. <BR><BR><STRONG>¿Cuál camino propones?</STRONG> <BR><BR>La forma no está
clara todavía. Pero sí, que es necesario el surgimiento de nuevos líderes del
seno mismo de las masas campesinas y urbanas, dispuestos a llevar adelante los
cambios. Una vía, para mí, es el Movimiento de Acción Comunal que, a pesar de
haber sido iniciado por el gobierno con fines de contención, hoy tiene más de
ocho mil comités en todo el país donde aparecen dirigentes naturales de las
comunidades sensibles a sus exigencias, que pueden ser la base para un
movimiento nacional de envergadura. La otra es, precisamente, la formación de un
nuevo movimiento nacional, con un programa de transformación de todas las
estructuras de este país. Aunque aún no están maduras todas las condiciones, ya
existen las bases, y para recogerlas y reagruparlas hemos lanzado ese programa.
Encuentra eco creciente. Me dijiste que ya te lo han dado: publícalo. Sí, por
ahí lo llaman "el programa del cura Camilo". Bueno: no es de este cura ni de
otro, sino los cambios necesarios y urgentes para superar la crisis de la
sociedad colombiana. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Cronología de su vida<BR><BR>Edgar
Camilo Rueda</FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Camilo Vive</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.camilovive.org/"><STRONG>http://www.camilovive.org/</STRONG></A><BR><BR><BR><U>1929</U><BR><BR>Nace
el 3 de febrero en Bogotá.<BR><BR><U>1937<BR></U><BR>Estudios primarios en el
Colegio Alemán de Bogotá. <BR>Estudios de secundaria en la Quinta Mutis de
Bogotá. <BR>Edita “El Puma”, periódico
semanal.<BR><BR><U>1944</U><BR><BR>Secundaria en el Liceo
Cervantes.<BR><BR><U>1946</U><BR><BR>Grado de bachiller en el Liceo
Cervantes.<BR><BR><U>1947</U><BR><BR>Ingresa a la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional de Colombia.<BR>Se retira de la universidad e ingresa al
Seminario Conciliar de Bogotá.<BR><BR><U>1954</U><BR><BR>Se ordena sacerdote.
Viaja a Europa y estudia en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), en la
Escuela de Ciencias políticas y sociales.<BR><BR><U>1955</U><BR><BR>Funda con un
grupo de estudiantes colombianos de la universidad el ECISE (Equipo Colombiano
de Investigación Socioeconómica). <BR> Funda las secciones de Bogotá, París
y Londres del ECISE.<BR><BR><U>1959</U><BR><BR>Es nombrado capellán auxiliar de
la Universidad Nacional. <BR>Se vincula al Departamento de Sociología de la
Facultad de Ciencias Económicas en calidad de profesor. <BR>Es miembro fundador
y presidente del Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC).
<BR>Realiza, junto con profesores y estudiantes, programas de acción comunal en
barrios populares de Bogotá. <BR><BR><U>1960</U><BR><BR>Participa junto con
Orlando Fals Borda en la fundación de la Facultad de Sociología (hoy
Departamento) de la Universidad Nacional.<BR><BR><U>1962</U><BR><BR>Es miembro
del comité técnico de la Reforma Agraria fundado por el INCORA (instituto
colombiano de la reforma agraria). <BR>Cumpliendo orden del cardenal Luis Concha
Córdoba, renuncia a todas sus actividades en la Universidad
Nacional.<BR><BR><U>1963</U><BR><BR>Preside el primer Congreso Nacional de
Sociología que se celebra en Bogotá y presenta el estudio “La violencia y los
cambios socio-culturales en las áreas rurales
colombianas”.<BR><BR><U>1964<BR></U><BR>En la junta del INCORA desata una
controversia sobre la aplicación de la ley en cuanto a la extinción de dominio
restringida a las tierras baldías. Los obispos conservadores piden por escrito
al cardenal Concha su destitución de la Junta. <BR>Es miembro de la comisión de
estudio de carácter socio-económico para analizar y evaluar la situación de la
región de Marquetalia (Tolima), con la que se busca impedir la “Operación
Marquetalia”, proyectada por el ejército con la asesoría de técnicos militares
norteamericanos, para atacar a los campesinos organizados, que posteriormente
darían origen a las FARC, como producto de la agresión gubernamental. La
comisión no es autorizada a visitar la región. <BR>Publica “La desintegración
social en Colombia está gestando dos subculturas”, que provoca nuevas presiones
en su contra de parte del clero. Es relevado oficialmente de su puesto de
vicario-coadjutor de la Veracruz. <BR>Participa activamente en el VII Congreso
Latinoamericano de Sociología. <BR>Presenta el estudio “La asimilación de la
familia rural a la ciudad, un estudio de caso”. <BR>En una sesión de la Junta
del Incora se levanta en contra de una petición hecha por el Directorio Liberal
de Bogotá en el sentido de que los empleados del Instituto deben contribuir con
parte de su sueldo al sostenimiento de la campaña presidencial de Carlos Lleras
Restrepo. <BR>Publica el artículo “Crítica y autocrítica” que analiza las
razones de la rechifla contra Carlos Lleras Restrepo por los estudiantes de la
Universidad Nacional. <BR>Se incorpora a la Facultad de Sociología en calidad de
profesor asociado. <BR>Realiza las investigaciones “Las consecuencias sociales
del desarrollo urbano en Bogotá” y “El desarrollo socio-económico y agropecuario
de los Llanos orientales”. Promueve la creación de la Cooperativa de Desarrollo
Comunal del Yopal.<BR><BR><U>1965</U><BR><BR>Realiza el estudio “La estructura
socio-económica y desarrollo en Colombia”, junto con cuarenta y cuatro
dirigentes de masas. <BR>El cardenal lo nombra miembro de la Comisión
Arquidiocesana de Sociología Religiosa para hacerle abandonar todas sus
actividades. <BR>Habla en Medellín de la unión y organización de la juventud y
ofrece la discusión de “Plataforma para un movimiento de unidad popular”.
<BR>Participa en el curso de promotores de desarrollo comunal organizado por
MUNIPROC en Bogotá. <BR>Actúa como moderador del Primer Encuentro Nacional
Pro-desarrollo de la Comunidad, que sesiona en la Facultad de Sociología. Se
difunde la plataforma. <BR>Entrega a la dirección de la ESAP (Escuela Superior
de Administración Pública) el “Informe General de las actividades del Instituto
de Administración Social”. <BR>dicta la conferencia “La Universidad Nacional
ante los problemas del cambio socio-económico del país”. <BR>Lee en la
universidad la “Plataforma del Frente Unido del pueblo colombiano” y pide a los
estudiantes organizarse para luchar “con armas iguales” contra las fuerzas del
orden. <BR>Encabeza una marcha silenciosa hasta el Cementerio Central en
homenaje al estudiante caído. <BR>Se reúne con los jefes de los grupos de
oposición. Durante la reunión se acepta la plataforma como base de acción y de
unión. <BR>Dicta conferencias en Manizales, Cartago, Pereira, Ibagué, Medellín y
Bogotá. <BR>Viaja a Lima para participar en el II Congreso Bolivariano de
desarrollo de la comunidad. A su regreso, las masas y el ejército (cada cual por
motivos diferentes) lo esperan en el aeropuerto. Se desarrolla una gran
manifestación en la Universidad Nacional . <BR>En julio viaja clandestinamente a
Santander y se entrevista con Fabio Vásquez Castaño, máximo dirigente del
Ejército de Liberación Nacional (ELN), levantado en armas en 1964. <BR>Toma los
primeros contactos para la creación del semanario “Frente Unido”. <BR>Preside
manifestaciones y reuniones públicas en Cúcuta, San Gil, Barrancabermeja, Cali,
Palmira, Buga, Ocaña, Bucaramanga, Medellín, Ibagué, Barranquilla y otras
ciudades más. <BR>En septiembre realiza un recorrido por las principales
ciudades del país dictando charlas y conferencias y presidiendo manifestaciones.
<BR>En octubre, encabeza una fenomenal manifestación contra el régimen en la
Plaza de Bolívar en Bogotá. El ejército y la policía cercan a los manifestantes.
En vista de ello, Camilo y sus seguidores realizan mítines en los que se
plantean la toma revolucionaria del poder como base para la solución de los
problemas. <BR>El miedo a la abstención, (pregonada por Camilo en las plazas de
Colombia), lleva al propio gobierno a ofrecerle la jefatura de la oposición a
cambio de que se presente a elecciones y, al conocer su rechazo, le informa que
dos tribunales especiales tienen su expediente listo para llamarlo a juicio por
los delitos de “subversión”, “atentado a la seguridad del país”, y “asociación
para delinquir”. <BR>Rojas Pinilla, jefe de la Alianza Nacional Popular (ANAPO)
le manda a ofrecer el palacio cardenalicio o una embajada en cualquier país a
cambio de que se pronuncie a favor suyo en las elecciones. <BR>Preside
manifestaciones y realiza charlas en Bogotá, Cali, Popayán y otras ciudades.
<BR>Al finalizar el año, sale de Bogotá rumbo a las guerrillas del ELN.
<BR><BR><U>1966</U><BR><BR>El 15 de febrero muere en combate en Patiocemento,
San Vicente de Chucurí, Santander.</DIV>
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Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></STRONG><A
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