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<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></STRONG></EM></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 4 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></STRONG></EM><A
href="mailto:germain@chasque.net"><EM><STRONG><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Bolivia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>“Revolución
democrática” y “capitalismo andino” en Bolivia <BR><BR>Eduardo
Molina</FONT></STRONG> </FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>La Verdad Obrera Nº
180</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><STRONG><FONT face=Arial size=2>Buenos Aires, 9-2-06</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.pts.org.ar/"><STRONG>http://www.pts.org.ar/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>Evo Morales prometió poner fin a la opresión de los
pueblos originarios iniciando una “revolución democrática y cultural”, cuya base
es lo que el vicepresidente Alvaro García Linera (AGL) denomina “capitalismo
andino-amazónico”: una vía de reformas graduales -las posibles- para atraerse al
empresariado nacional y la colaboración del capital extranjero.
</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Esta búsqueda de compromisos se refleja en el gabinete,
donde ministros empresariales como Rik o San Miguel (ligado a las
“capitalizaciones” gonistas [1] y ex abogado de Asbún, dueño del LAB [2],
conviven en esta tarea con otros de extracción sindical o indígena cuestionados
por las bases, como el Ministro de Agua Abel Mamani [3] o el de Trabajo, el ex
dirigente fabril Gálvez [4].</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno ya negó la posibilidad de aumento salarial
reafirmando el respeto a la “estabilidad macroeconómica” y la “seguridad
jurídica” bases del neoliberalismo. La política petrolera, aunque bajo un
discurso nacionalista apenas apunta a renegociar los contratos de la entrega del
gas con las transnacionales. Aunque logre finalmente mayores impuestos y cierta
intervención estatal, la “parte del león” seguiría en manos del capital
extranjero. Esta es la lógica de la “asociación estratégica” que busca con
Petrobras.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lejos de ser “realista” este camino no responde a las
necesidades elementales de las mayorías ni puede liberar a Bolivia del atraso,
la pobreza, la opresión y la dependencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Hay que acabar con las bases de la opresión
racista</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Evo Morales anunció el fin de 500 años de opresión y la
“descolonización del Estado”. Su apelación cala en las mayorías populares -más
del 62% se reconoce indígena-, víctimas del histórico racismo de las élites
“blancoides”. Pero la propuesta de “inclusión” y “reconocimiento” de los pueblos
originarios no ataca las raíces materiales de la opresión y discriminación de
millones de aymaras, quechuas y tupí-guaraníes: el latifundio dominante en las
Tierras Bajas; la propiedad y la riqueza de las élites empresariales; la
subordinación del país al capital extranjero.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Que pueda haber generales, jueces y ministros de rostro y
apellido originario no liquida la opresión aunque beneficie a la reducida capa
burguesa y pequeñoburguesa de origen indígena, como la “burguesía chola” que
aspira a remover las barreras sociales y culturales que le impedían asimilarse a
las cumbres del poder, pero que no tiene interés en cambiar la situación de sus
hermanos pobres, que trabajan por salarios de 50 dólares, deben emigrar a la
ciudad por falta de tierras o emplear a sus hijas como domésticas por 20 o 30
dólares mensuales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Evo pone como ejemplo el fin del “apartheid” en Sudáfrica
pero el acceso de Nelson Mandela y su partido, el CNA [5], al gobierno a
mediados de los ‘90 y la derogación de las normas brutalmente racistas en ese
país, siendo conquistas elementalmente democráticas, no significaron un cambio
en la situación de las mayorías negras ni el fin de la riqueza y privilegios de
la burguesía blanca, sino una alianza entre ésta y la capa dirigente del CNA
para preservar el orden capitalista bajo “rostro negro”. Algo similar sería un
capitalismo boliviano de “rostro indio”...</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La utopía del "capitalismo
andino-amazónico”</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>García Linera sostiene la necesidad de una larga etapa de
50 o 60 años de “capitalismo andino y amazónico” para lograr un desarrollo
nacional, argumentando que no hay suficiente capitalismo en Bolivia ni
“articulación” entre el sector capitalista y no capitalista de la economía, por
lo que “En los últimos 60 años se ve un retroceso de la actividad comunitaria
productiva (...) sigue habiendo comunidad pero ésta ha implosionado internamente
en estructuras familiares.” [6] Pero es el creciente dominio capitalista lo que
descompone los elementos sociales y culturales indígenas que el MAS
reivindica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bolivia padece del capitalismo semicolonial “realmente
existente”, no de su “ausencia”: más del 75% del PBI es aportado por el sector
“formal”, es decir capitalista y dominante de la economía, que explota a los
trabajadores que emplea directamente y también expolia a las partes de la
población: campesinos, artesanos, “gremiales”, etc. incluidos bajo el rótulo de
“sector informal”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gran capital tiene nombre y apellido: REPSOL,
Petrobras, Total y otras transnacionales en hidrocarburos; ENTEL, AISA,
Electropaz en los servicios “capitalizados”; COMSUR [7]; los latifundistas que
acaparan millones de hectáreas en el Oriente; grandes empresas como AMETEX,
grupo textil abanderado del ALCA y algunos bancos ligados al capital extranjero.
La “burguesía nacional” es socia menor del capital extranjero en la entrega y
expoliación del país.<BR>Sin embargo, AGL espera “darle a la economía boliviana
nuevamente una cabeza en torno del Estado. Y, alrededor de esta cabeza,
articular inversión extranjera, inversión privada local, sectores campesinos,
comunitarios y microempresariales-artesanales, en una perspectiva de shock
productivo” [8] para que todos colaboren armoniosamente en una vía “capitalista
andina” al desarrollo nacional...</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El problema de la Asamblea
Constituyente</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Evo propone la futura Asamblea Constituyente como
instancia para “refundar el país”, pero quiere una Asamblea que sirva para “unir
a los bolivianos respetando la diversidad” y “lograr un nuevo pacto social”
buscando el “consenso” con los comités cívicos y otros “factores de poder” que
exigen garantías como las “autonomías departamentales”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Así condicionada la Asamblea no permitirá la libre
expresión de las profundas aspiraciones democráticas de obreros, campesinos e
indígenas, que tienen derecho a resolver en una Constituyente verdaderamente
libre y soberana con plena participación de los sindicatos y movimientos
sociales, los grandes problemas nacionales: como conquistar la tierra y el
territorio, la efectiva nacionalización del gas y los recursos naturales, el
salario y el trabajo. Para conquistar una asamblea así, en lugar de depositar
pasivamente confianza en las promesas oficiales, será necesaria la más amplia
movilización y organización. Esto es una responsabilidad que deben asumir sin
dilaciones las organizaciones sindicales y de los pueblos originarios,
impulsando el desarrollo de la coordinación, comités y otras formas de
organización, necesarios además para la lucha por la nacionalización del gas y
el conjunto de las demandas obreras y populares.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Sin ruptura con el imperialismo no hay solución a
los males nacionales</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La “recuperación del gas” es una falacia si no se rompe
con las transnacionales y se nacionaliza toda la industria petrolera. Esta
medida, junto con la renacionalización de las empresas “capitalizadas” y los
recursos naturales, así como el no pago de la deuda externa son imprescindibles
para poner fin a la sangría del país por el capital extranjero. Sin la
liquidación del latifundio es imposible resolver la demanda de tierra y
territorio de los campesinos y pueblos originarios. Comenzar un genuino proceso
de industrialización del país es impensable sin estas medidas y otras, como la
nacionalización de la banca (para brindar crédito barato a los pequeños
productores) y el monopolio del comercio exterior (para proteger la producción
local e impedir la fuga de recursos). Claro que llevar hasta el fin este
programa significa quebrar la propiedad capitalista y sólo puede ser garantizado
con el poder de los obreros, los campesinos e indígenas pobres, lo que sentaría
las bases de una reconstrucción socialista de la sociedad.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El gobierno de Evo Morales de los dichos a los
hechos... ¿Socialismo imposible?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Alvaro García Linera argumenta que “el socialismo no es
posible en Bolivia” pues hay “un proletariado minoritario demográficamente e
inexistente políticamente; y no se construye socialismo sin proletariado”,
reproduciendo un siglo después los prejuicios que los populistas rusos oponían a
Lenin en 1894. [9] No se trata de “implantar el socialismo ya” (pues será una
construcción histórica a completarse con la extensión internacional de la
revolución) sino del único camino para salir del atraso, la pobreza, la opresión
y la humillación bajo las cadenas imperialistas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, la clase trabajadora boliviana es mucho más
fuerte que en los ’50, cuando apenas eran 50.000 los mineros que encabezaron la
revolución del ‘52. Hoy son más de 1 millón de asalariados, la mayoría en las
ciudades de La Paz, El Alto (donde el 47% de la población activa es obrera o
empleada), Cochabamba y Santa Cruz. Junto con los campesinos y otros sectores
humildes conforman la aplastante mayoría de la población. Es cierto que la clase
obrera viene de sufrir años de reflujo pero viene mostrando alentadores síntomas
de recuperación, y puede dar nuevos pasos en la reorganización sindical y la
lucha por las demandas, así como en su experiencia política. Si el movimiento
obrero avanza uniendo a sus demandas una respuesta de clase a los grandes
problemas nacionales, podrá postularse a encabezar con sus métodos y su programa
la alianza con los campesinos y pueblos originarios, necesaria para terminar con
la dominación imperialista y las clases dominantes
nativas.<BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>[1] En referencia a la política aplicada por el
presidente de Bolivia (2002-2003) Gonzalo “Goñi” Sánchez de Losada.<BR>[2] Lloyd
Aéreo Boliviano, línea de bandera “capitalizada” en los ’90.<BR>[3] Dirigente
vecinal alteño hoy muy criticado por abandonar la lucha por la inmediata
expulsión de Aguas del Illimani.<BR>[4] Dirigente que apoyó las marchas
proempresariales exigiendo el Tratado de Libre Comercio con EE.UU.<BR>[5]
Congreso Nacional Africano.<BR>[6] García Linera, Álvaro. “El ‘capitalismo
andino-amazónmico’”, en Le Monde Diplomatique, La Paz, enero de 2006.<BR>[7]
Pulpo minero de Sánchez de Losada.<BR>[8] Reportaje a García Linera, “Cómo
lograr MAS sin salir de un capitalismo andino”, por Pablo Stefanoni.<BR>[9] Ver
Lenin, Vladimir. ¿Quiénes son los “amigos del pueblo” y cómo luchan contra los
socialdemócratas? Varias ediciones.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
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Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
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color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
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<BR></FONT></DIV></BODY></HTML>