<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2600.0" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background="">
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT face=Arial color=#800000 size=4><EM><STRONG>Boletín
informativo - Red solidaria de la izquierda
radical</STRONG></EM></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=center><FONT size=4><EM><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><STRONG><FONT color=#000080>Año III - 4 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></STRONG></EM></FONT><A href="mailto:germain@chasque.net"><FONT
color=#000080
size=4><EM><STRONG>germain@chasque.net</STRONG></EM></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México<BR><BR>Del castillo a la selva o
volviendo a lo básico<BR><BR>Sergio Rodríguez Lascano
*<BR></FONT></STRONG><BR><STRONG>(Dedico este artículo a mi camarada y amigo
Raúl Jardón, muerto prematuramente el 8 de enero de este año. Comunista de los
buenos, ni renegado ni conformista. Siempre nos hará falta. Más ahora que se
está poniendo bueno)</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>“El principal destinatario de la Sexta Declaración de la
Selva Lacandona acusó recibo apenas unos meses después de su emisión. El gran
poder del dinero en México firmó lo que se puede conocer como la
Contra-Declaración Sexta y que es conocida públicamente como el Pacto de
Chapultepec, que fue firmado en ese castillo. Antes, la clase política mexicana
se había congregado, convocado y exhibido en toda su ridícula apariencia en el
Palacio de Bellas Artes. Quienes ahora nos están pidiendo que olvidemos todo,
nuestras necesidades, nuestras luchas, y pongamos todo a su servicio para que
ellos decidan por nosotros, deciden allí, en los castillos y palacios de este
país” (1).<BR><BR>“El capital es trabajo muerto que sólo se reanima, a la manera
del vampiro, al chupar trabajo vivo y que vive más cuanto más trabajo chupa”
(2).<BR> <BR>En junio del 2005, sale publicada la Sexta Declaración de la
Selva Lacandona. El 29 de septiembre se da a conocer el Pacto de Chapultepec,
bautizado con el nombre de “Acuerdo Nacional para la Unidad, el Estado de
Derecho, el Desarrollo, la Inversión y el Empleo”, la cual bien podríamos
bautizar como la Primera Declaración del Castillo.<BR><BR>Ambas declaraciones
reflejan una serie de puntos en común: la crisis del Estado Nacional, la crisis
de las mediaciones partidarias, la crisis de la democracia representativa, la
crisis de la forma de la dominación.<BR><BR>Desde luego las respuestas que se
ofrecen frente a toda esa problemática parten de dos puntos de vista
diametralmente opuestos: Mientras que la Sexta ubica su espacio en el México de
abajo y su dirección hacia la izquierda; la del Castillo ubica su espacio en el
México de arriba y su dirección hacia la derecha.<BR><BR>Ambas Declaraciones son
hijas de 30 años de crisis económica, de la aplicación de una
reestructuración capitalista (neoliberalismo) que permitió dos procesos
que se combinaron: por un lado, un incremento como nunca antes de la pobreza, la
marginación y la precariedad y, por otro lado, el enriquecimiento impresionante
de un puñado de empresarios que han lucrado y mamado de la ubre del Estado,
apropiándose de una gran parte de la plusvalía social. El resultado es patético:
un país pobre donde cada año se lanzan hacia la frontera norte más de 600 mil
mexicanos en busca de un trabajo mejor pagado —a riesgo de perder la vida en el
intento— y, al mismo tiempo, un país con el cuarto hombre más rico del mundo y
con once mexicanos en la lista de los 500 hombres más ricos del
mundo.<BR> <BR><STRONG>Parafraseando al gran John Lenon: “Los de abajo
aplaudan y los de arriba hagan sonar sus joyas”</STRONG><BR> <BR>“A los
señores capitalistas no les faltará carne y sangre explotables y dejarán que los
muertos entierren a los muertos. Pero el capital no vive sólo del trabajo. Este
señor, a la par distinguido y bárbaro, arrastra consigo a la tumba los cadáveres
de sus esclavos, hecatombes enteras de obreros que sucumben en las crisis”
(3).<BR> <BR>Cuentan que todos llegaron con auto y camionetas Mercedes
Benz, BMW y Jaguares, casi todos blindados, con guardias privados (la mayoría de
ellos ex judiciales o ex militares y otros, más sofisticados, guardias
norteamericanos). Todos tuvieron que dejar sus autos en la parte baja del
Castillo, solamente uno pudo entrar con su camioneta hasta la puerta misma: el
señor Carlos Slim. Con lo cual quedaba claro que entre los hombres más ricos
también hay “clases” o por lo menos se demostraba que, efectivamente, entre los
iguales hay uno más igual que otros.<BR><BR>Los hombres del dinero se reunieron;
de los once más ricos que aparecieron en la lista de Forbes, nueve estaban
presentes. Lorenzo Zambrano (el zar del cemento, el segundo hombre más rico de
México) mandó su adhesión por escrito y Eugenio Garza Laguera (el jefe de la
burguesía regiomontana) parece que no se sumó. La fortuna personal de los diez
que firmaron suma 44 mil 500 millones de dólares. <BR><BR>Pero un dato más
significativo es que si se suma el valor de las empresas de los más de 300 ahí
reunidos estaríamos hablando del 56 por ciento del Producto Interno Bruto. En el
otro extremo, el ingreso de 25 millones de trabajadores mexicanos representa
únicamente el 12 por ciento del Producto Interno Bruto. <BR><BR>Algunos de los
prohombres ahí reunidos eran: José Antonio Fernández Carvajal, presidente del
grupo Famsa (dueño de la concesión de la Coca Cola y de todos los productos
vinculados a esa empresa), cuyo valor de mercado en el 2004 fue de 103 mil 947
millones de pesos; Carlos Fernández González y María Arámburuzabala, dueños del
grupo Modelo (cervezas), cuyo valor de mercado fue de 99 mil 699 millones de
pesos; Emilio Azcárraga Jean, grupo Televisa, cuyo valor en el mercado fue de
101 mil 199 millones de pesos; Roberto González Barrera del grupo Maseca y
Banorte, cuyo valor de mercado fue de 52 mil 686 millones de pesos; Lorenzo
Servitje, del grupo Bimbo, con un valor en el mercado de 33 mil 111 millones;
Ricardo Salinas Pliego (Electra, TV Azteca) cuyas empresas tenían, en el mismo
año, un valor en el mercado de 48 mil 577 millones de pesos; Claudio X González,
del grupo Kimberly Clark, cuya empresa tenía un valor en el mercado de 45 mil
029 millones de pesos; Roberto Hernández, ex dueño de Banamex y poseedor de una
de las fortunas más grandes de México; Alfredo Harp Helú, en la misma situación
del anterior. <BR><BR>Otros muchos hay que agregar a estos, pero solamente
mencionaremos a los hombres más poderosos: Lorenzo Zambrano, del grupo Cemex,
cuya empresa tenía un valor en el mercado de 150 mil 423 millones de pesos y
Carlos Slim, dueño de Telmex, América Movil, Grupo Carso, Grupo Financiero
Inbursa, Grupo Sanborns, etcétera, cuyas empresas tenían un valor de mercado de
926 mil 580 millones de pesos.<BR><BR>Pero como los señores del dinero no son
excluyentes ahí se encontraban una serie de ciudadanos con los que se buscaba
darle su manita de barniz al encuentro de magnates: el rector del la UNAM, Juan
Ramón de la Fuente; Enrique Krauze, asesor de Carlos Slim y miembro del consejo
directivo de Televisa (supuesto historiador); Héctor Aguilar Camín, asesor de
Carlos Slim y también parte del Consejo empresarial de Televisa (supuesto
novelista, pero más supuesto investigador); Ángeles Mastreta (novelista rosa);
Hugo Sánchez (famoso chauvinista); Manuel Mijares (cantante old fashion) y,
desde luego, Mario Molina (premio Nóbel de medicina, fue quien leyó la
declaración). No podían faltar los líderes sindicales mexicanos, ejemplos
preclaros de lo que significa defender el Estado de Derecho, como promueve la
Declaración del Castillo: Víctor Flores, gángster sindical que fue el ariete de
la liquidación de Ferrocarriles de México; Joaquín Gamboa Pascoe, uno de los
hombres más ricos de México, dirigente de la Confederación de Trabajadores
Mexicanos o el “joven” “líder” “sindical” Francisco Hernández Juárez, cabeza de
una dirección sindical blanca (propatronal) que se ha hecho rica con el 4 por
ciento de las acciones de los trabajadores. Y, también, un destacado líder
“campesino” Heladio Ramírez López, dirigente de la CNC, el cual también cobra
como asesor personal de Carlos Slim. <BR><BR>Efectivamente, como escribió
Adriana López Monjardin en su artículo “Poder, democracia y resistencias”, ahí
estaban reunidos los “winners”. Los más altos, los más fuertes, los más veloces.
340 personas de un universo de 105 millones de mexicanos, hablando, pensando y
actuando por todos nosotros. Así, los exitosos crean otro holograma basado en la
triada dinero-democracia-participación, haciéndose eco de las más modernas
teorías de la “gobernanza” (poco gobierno, nada de lucha de clases, ninguna
identidad popular, mucha participación ciudadana de los empresarios, etcétera),
esa especie de ágora de los señores del dinero. Por eso, como parte de los
asesores del señor Slim aparecen Felipe González y Mijail Gorbachov, dos de los
operadores políticos más exitosos de la política neoliberal (el primero logró
algo que ni Francisco Franco había conquistado: 25 por ciento de desempleo; y el
segundo logró que el régimen burocrático de la URSS se desmerengara y que se
abriera paso un forma de capitalismo salvaje). <BR> <BR><STRONG>La
filantropía de los winners</STRONG><BR> <BR>“Si el dinero, como dice
Augier, ‘viene al mundo con mucha sangre en la mejilla’, el capital lo hace
chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies”
(4).<BR> <BR>Desde siempre el capitalismo ha buscado ocultar su verdadero
rostro, pero no deja de ser paradójico que sea precisamente en la actual fase
del capitalismo (el neoliberalismo) —donde las características más brutales del
sistema se han venido implementando sin mediaciones— cuando el capital y sus
prohombres tengan una visión tan alta de sí mismos. <BR><BR>El Estado, al
abandonar sus responsabilidades populares como distribuidor parcial de la
plusvalía social, hoy deja en manos de la burguesía la implementación de casi
toda la política de servicios, desde luego, con una visión empresarial, es
decir, bajo la lógica de la ganancia. Paralelamente, el capital se presenta
frente a la sociedad como los nuevos mecenas filantrópicos. Los teletones, o el
juguetón, o las diversas fundaciones, son la otra cara de la misma moneda
neoliberal. <BR><BR>Se busca —y parcialmente se ha logrado— imponer la visión de
que el problema de países como los nuestros se ubica en el terreno de la esfera
de la distribución. Entonces se atacan los problemas más lucidores. Se pone por
enfrente la infamia y se ubica a los sectores más desprotegidos y se les hace
estrellas del canal de las estrellas. La filantropía de la infamia consiste en
el regodeo sobre los casos más extremos de desamparo. <BR><BR>Mientras, el
Estado deja de invertir en la salud pública gratuita e impone un seguro popular
que representa un nuevo negocio para las grandes cadenas de hospitales. O les
entrega a los empresarios el manejo del fondo de pensiones como el negocio del
siglo XXI. <BR><BR>En su lugar, aparecen las grandes fundaciones de la
iniciativa privada que se presentan como los nuevos integradores del tejido
social de la nación. Recientemente, una revista empresarial hizo un reportaje
sobre las 25 empresas con mejores programas de responsabilidad social: según
esto el grupo ALFA, ubicado en petroquímica, alimentos, autopartes, acero y
telecomunicaciones, realiza proyectos para mejorar el medio ambiente y promueve
la cultura y las artes y dicen que apoyan a 300 mil personas. El grupo American
Express México (servicios financieros y viajes), por medio de su fundación del
mismo nombre, tiene programas de apoyo a comunidades, herencia cultural y
microempresarios, en especial (dicen ellos) a campesinos e indígenas. Avon
Cosméticos (productos de belleza) tiene programas de apoyo en educación,
deporte, salud, desarrollo sustentable, que cubre —según ellos— a 7 millones de
campesinas e indígenas. Ford Motors de México, su fundación opera aliada al
Tecnológico de Monterrey y apoyan en educación, medio ambiente y directamente a
las comunidades y dan como dato de la población a la que benefician: 22
millones. Banamex que tiene programas de desarrollo comunitario y bienestar
social, productividad y empleo, desarrollo regional, cultura, educación, salud,
nutrición y ecología, para una población de 15 millones de personas,
principalmente indígenas y campesinos. Grupo cervecero Modelo, tiene una
fundación llamada Modelo y se dedica a programas de asistencia social, cultura,
arte, ecología, medio ambiente, educación, salud y deporte y dice dedicar en lo
fundamental esos programas a la población indígena y rural. Grupo Televisa, cuya
fundación del mismo nombre tiene programas de educación, campañas sociales,
desastres naturales, programas culturales, servicios de salud y nutrición y dice
que estos programas van destinados mayoritariamente a indígenas y campesinos.
Teléfonos de México, con una fundación que se llama igual, tiene programas de
educación, salud y nutrición, desastres naturales, cultura, desarrollo humano;
dicen beneficiar a 20 millones de personas, tanto pobres urbanos como indígenas
y campesinos. Wal Mart México, a través de su fundación, tiene programas de
educación, salud, nutrición y ecología y dice beneficiar a cerca de 150 mil
personas entre pobres urbanos, indígenas y campesinos. <BR><BR>Bueno, si uno
hace las cuentas resulta que atienden a más personas que el Estado mexicano: por
ejemplo, Progresa únicamente atiende a 5 millones de personas. Atrás se ubica
una política de rendición del Estado mexicano frente a los señores del dinero.
Ellos se llevan las palmas por su “solidaridad” y su “actuación humanitaria” y
con esto se busca reforzar la tesis de que los empresarios son los hombres más
rectos y menos corruptos. <BR><BR>La realidad desde luego es más compleja. El
grueso de las empresas de las que hemos hablado se ha beneficiado de la
explotación de sus trabajadores y del despojo de los bienes y el dinero de la
nación. Simplemente un ejemplo: Banamex fue comprado en 1991 por el grupo de
Roberto Hernández-Harp Helú en 3 mil 200 millones de dólares, y fue vendido por
el mismo grupo en 12 mil 500 millones de dólares. En 10 años, este grupo vio
multiplicada su inversión en 400 por ciento. Con el Fobaproa, el gobierno
rescató la cartera vencida de Banamex lo cual significó 6 mil 500 millones de
dólares. De esa exorbitante cantidad restan 3 mil 758 millones de dólares, lo
que representa el 30 por ciento de la venta total de Banamex. Esa cantidad
genera un interés anual de 9 mil 800 millones de pesos, que tendremos que pagar
los mexicanos.<BR><BR>Esos 9 mil 800 millones de pesos representan 21 veces más
que los impuestos pagados por Banamex al fisco. Seis veces más que el
presupuesto dedicado a Diconsa que atiende a un millón de familias. Y es una
cantidad mayor que las utilidades reportadas por Banamex durante todo el año
2004, que llegaron a 8 mil 700 millones de pesos. Así pues, sus actividades
altruistas no son más que un velo que buscan poner frente a los ojos de los
pobres de México. Y, más allá de cualquier discusión, tenemos que dejar claro
que es inmoral, ilegal e ilegitimo que con los impuestos del pueblo mexicano se
haya logrado que un grupo —encabezado por dos vivales— se haya hecho 400 por
ciento más rico y que la organización bancaria más importante del mundo, City
Group —cuyas ganancias representan dos veces el Producto Interno Bruto de
México—, se siga enriqueciendo con el dinero de los mexicanos. Cosas similares
se podrían decir de Telmex o Televisa o Modelo. La perversidad de toda esta
política es que no sólo nos roban, explotan y despojan, sino que además tenemos
que darles las gracias a estos nobles varones y damas. <BR><STRONG> <BR>La
genuflexión de la clase política</STRONG><BR> <BR>“Lo importante es que un
grupo de gente liderada por el ingeniero Carlos Slim le está mostrando a la
clase política, a los dirigentes, que sí se pueden hacer cosas”. (Ricardo
Salinas Pliego)<BR><BR>“Con este acuerdo se pretende impulsar la generación de
empleos, consensos para que los candidatos y el Congreso se comprometan a
respaldarlo”. (Francisco Hernández Juárez).<BR> <BR>El proceso de
debilitamiento de los partidos políticos y de la clase política, en todo el
mundo y particularmente en nuestro país, no tiene como origen la estupidez o la
carencia de oficio, ambas cosas se expresan y existen pero no son la fuente
básica de la explicación. Tampoco el proceso de selección al revés que se vive
en la clase política: los más aptos van muriendo o desapareciendo o ya nadie los
pela y, en cambio, los más ineptos y corruptos son los que se mantienen y ganan
cada vez más poder (hace unos días el PRD dio una muestra suplementaria de este
proceso poniendo en los primeros lugares de su lista de senadores plurinominales
a un oscuro burócrata Carlos Navarrete y al orgullo del nepotismo de la
gobernadora de Zacatecas) y se reproducen con gran capacidad.<BR><BR>El problema
se ubica en otro lado, un poco más serio y más estructural. Lo que se vive es
una crisis doble: </DIV>
<DIV align=justify><BR>a) La crisis de una forma de Estado basada en la
democracia representativa, que después de más de dos siglos de implementación no
ha resuelto el viejo problema nodal de la democracia, el que está en su nombre:
el gobierno del pueblo. Al contrario lo que hemos visto es un proceso de
oligarquización del poder político, donde los empresarios toman el control de
aspectos centrales del poder estatal. Así, en todos los partidos políticos y en
los equipos centrales de los diversos candidatos a la presidencia, el encargado
de diseñar los planes económicos está directamente vinculado al sector
empresarial. Pongamos el ejemplo del responsable de diseñar la política
económica de López Obrador: el Dr. Rogelio Ramírez de la O. Él es presidente de
Ecanal, S.A., empresa privada de análisis económico con selecta clientela de
firmas multinacionales y mexicanas. Con frecuencia asesora a empresas del ramo
automotriz, de bienes de consumo, de bebidas, química-farmacéutica y fondos de
inversión, entre otros. Es miembro del Consejo de ABN-AMRO Bank y del Grupo
Modelo y es consultor del Banco Mundial (él fue el que preparó la entrevista de
AMLO con el Financial Times).<BR><BR>Con todo esto, se está viviendo un
ensanchamiento de la zanja que separa al gobernante de sus representados. El
político, en su proceso de profesionalización, dejó de ser representante popular
para pasar a ser representante de un pequeño núcleo de interés del partido en el
que milita. Este proceso ha permitido la lumpenización del trabajo político. La
diferencia entre el Doctor Simi y los otros candidatos es que el primero es
totalmente honesto en lo que quiere y lo que busca, mientras los otros se
desviven por ocultar que ellos también son genéricos intercambiables. <BR><BR>b)
El envalentonamiento de los señores del dinero, que están convencidos de que
cada vez requieren menos de la intermediación del Estado, de que ya llegó el
tiempo no sólo de reinar sino también de gobernar. Se piensan como la única
fuerza social capaz de poner orden en el país. Desde luego, un orden que se
establezca no a partir de perseguir todos los actos delictivos —porque entonces
todos ellos irían a la cárcel—, sino poner en orden a los de abajo, a los
pobres, a los indios, a los trabajadores que no sean como el ínclito Hernández
Juárez, o Vega Galina o (las versiones menos presentables) Víctor Flores o
Joaquín Gamboa Pascoe.<BR><BR>Por eso la Declaración del Castillo apela al
Estado de Derecho como el arma que será utilizada contra los que ya no aguantan
el rencor y el encabronamiento. El Estado de Derecho que se argumentó cuando los
bombardeos en los primeros días de enero del 94. El Estado de Derecho que se usó
como pretexto para meter al ejército a la UNAM con el aval del siempre sonriente
rector de la Fuente. El que invocaba histérico un locutor, del extinto canal 40,
contra los habitantes de Atenco por el “tremendo” delito de usar machetes y
llevarlos a las marchas. <BR><BR>Desde luego, el Estado de Derecho no existe
para aplicárselo a los que hicieron los fraudes económicos más onerosos de la
historia (Fobaproa y rescate carretero), tampoco para el que vendió y compró una
de las empresas más prospera de México en una cantidad ridícula (3 mil 200
millones de dólares) cuando valía el triple (Teléfonos de México). Mucho menos
para aplicarse al que tiene una fundación para proteger el medio ambiente y
gasta tres litros de agua por cada cerveza de 350 mililitros. Tampoco para los
que violan todas las reglas del trabajo y contratan a niños menores de 16 años
para el proceso productivo y son conocidos en el bajo mundo como los promotores
de la prostitución de niños y niñas. Tampoco existe para aplicárselo aquellos
que se dicen guardianes de las leyes y se venden al mejor postor para encarcelar
a luchadores sociales y periodistas por el único delito de decir la
verdad.<BR><BR>A pesar de que todo lo que hemos dicho es sabido, toda la clase
política rinde pleitesía a los señores del castillo y a su pacto. A lo más que
se atreve uno de ellos es a decir que firmará si se agregan dos puntos: la lucha
contra la miseria y la no privatización de los energéticos. Pero por lo demás,
no hay problema. <BR><BR>La explicación profunda de esto es que el proyecto de
Andrés Manuel López Obrador se ubica en la defensa del sistema neoliberal, tanto
como el de los otros candidatos. Veamos un ejemplo: en una carta a los
empresarios mexicanos (no muy publicitada por cierto), AMLO les dice lo
siguiente: “La solución al problema no está en regresar a los años setenta
cuando gobernaban los presidentes Luis Echeverría y José López Portillo. Hoy
vivimos en un país más democrático, con una economía y una sociedad que no
resistirían otra quiebra financiera del Estado, dentro de un Tratado de Libre
Comercio que contribuye a generar importantes exportaciones industriales de las
que depende un buen número de empleos y en una economía global que debemos
aprovechar en nuestro beneficio y no sólo padecer sus consecuencias (…) En el
cambio hacia un Proyecto Alternativo, el país no debe poner en riesgo su
estabilidad. Tendrán que respetarse los equilibrios macroeconómicos, para evitar
disparos inflacionarios que perjudicarían a las finanzas públicas y a la
sociedad”. <BR><BR>La lógica de la explotación, la ganancia y la acumulación se
presenta ante los ojos de la humanidad como la única posible. Por lo menos así
es vista y así lo ha asimilado un sector de lo que hasta hace algunos años era
la izquierda. <BR><BR>Hoy los promotores de esa adaptación de la izquierda son
los grandes analistas de los grandes medios de comunicación del imperio:
“Estamos viendo el mismo tipo de transformación que llevaron a cabo en Europa
muchos de los partidos de izquierda; una evolución hacia algo que respeta los
principios básicos del mercado”, dice Mohamed El-Erian, quien supervisa 14 mil
millones de dólares en bonos de mercados emergentes para Pacific Investment
Management Co. Agregando una frase lapidaria: “Yo lo llamo populismo con
principios financieros”, no está mal esta frase, la debería adoptar Ramírez de
la O, el súper asesor económico de López Obrador.<BR><BR>Por eso, alguien
imposible de ser considerado como un detractor de López Obrador, Lorenzo Meyer,
dijo lo siguiente: “Con su Proyecto Alternativo de Nación, de izquierda, no va a
intentar cambiar el sistema neoliberal sino que, más bien, paradójicamente, le
va a dar un respiro”.<BR><BR>De rodillas, la clase política, los partidos
políticos y un buen número de intelectuales orgánicos de cualquier poder (se
postraron frente a los populistas, se postraron frente a los neoliberales, se
postrarán frente al que gane y todo el tiempo se han postrado frente a sus
verdaderos jefes) se postran frente a los señores del dinero. <BR><BR>Enfrente
solamente está la Otra Campaña, que se desarrolla en un espacio que le es ajeno
a estos señores del dinero: abajo y a la izquierda. Abajo y a la izquierda
estamos los que queremos construir un país diferente, que impulsamos no sólo una
maquilladita, sino un cambio de raíz. <BR><BR>Las buenas conciencias nos
recriminan que por nuestra culpa se va a perder. ¿Qué? No se sabe, o por lo
menos nadie nos lo dice. Otros, los más nobles, nos dicen que lo de la Otra
Campaña está bien para las calendas griegas, pero que ahora lo que se necesita
es que gane el PRD y AMLO. Si aceptáramos por un momento el argumento de que
abajo y a la izquierda es correcto pero en el año 2050, el punto es ¿cómo se
construye eso? ¿No será una buena coartada para que cada vez que se intente se
nos mande a una fecha más lejana e inalcanzable? <BR><BR>Pero este debate de
fechas es al final absurdo, el debate real se ubica en otro lado: ¿Cómo frenar a
esa sociedad de poder que nos ha saqueado, despojado, explotado, despreciado y
reprimido y que tiene el descaro de hablar en nombre de todos nosotros?<BR>La
respuesta debe ser amplia y diversa, pero tiene que tener un punto de partida
único: desarrollar la voluntad y la capacidad para que la mayoría de la
sociedad, los pobres, tomen en sus manos el control de sus destinos, es decir,
desarrollar los procesos de auto-organización social y la apropiación de la
política como arma para su liberación. Y, desde luego, debe tener un acuerdo
inicial: considerar a los dueños del dinero y al capitalismo como nuestros
enemigos. Ni modos, el futuro ya nos alcanzó. <BR><BR>* Militante zapatista,
director de la revista Rebeldía.
<BR> <BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG><BR><BR>1. Subcomandante Insurgente
Marcos. Discurso del 1 de enero del 2006.San Cristóbal de las Casas<BR>2. Marx,
Carlos. El Capital. Capítulo 8. Siglo XXI editores.<BR>3. Marx, Carlos. Salario,
Precio y Ganancia. Fondo de Cultura Popular.<BR>4. Marx, Carlos. El Capital.
Capítulo 24. Siglo XXI editores.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en
el boletín es de fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los
artículos firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de
Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify></FONT> </DIV></BODY></HTML>