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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 6 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>China</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Como lo señala Samir Amin, la clase
dirigente china ha decidido seguir la ruta del
capitalismo...</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La nueva Gran Muralla china
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Luis Hernández
Navarro</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>La Jornada
Semanal</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>México, 6-3-06</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Sobre las avenidas de las grandes ciudades de la nueva China
se traba una lucha desigual. Compactas masas de ciclistas pedalean para ganar
terreno a los automóviles. El país de las bicicletas ha visto crecer
geométricamente el parque motorizado. Actualmente es el tercer mercado mundial
de vehículos. En el año 2020 rondarán los 140 millones de unidades. Muchos de
los automotores son para transporte colectivo, peseras que nada envidian a los
microbuses defeños. Algunos más son camionetas oficiales que transportan
funcionarios públicos. Muchos otros son coches de lujo, Mercedes Benz o Accuras
de modelos recientes, destinados al uso privado. Los nuevos ricos han tomado la
calle y la disputan palmo a palmo a los populares ciclistas.<BR> <BR>Los
beneficios económicos de esta fiebre sobre ruedas son extraordinarios. General
Motors reportó en 2003 más ganancias en sus ventas dentro de la potencia
asiática que en sus operaciones en Estados Unidos. Pero su importancia no se
limita a ser el mercado emergente más grande del mundo. China ha conquistado
importantes nichos de mercado en productos como la fibra óptica, monitores de
computadora y televisores a color. Ha cambiado su ofensiva exportadora basada en
sectores de baja tecnología y mucha mano de obra como textiles, juguetes y
manufacturas sencillas por equipos de cómputo y electrónica. Según The Economist
existían, a mediados de 2004, alrededor de 282 millones de líneas de teléfono
celular y cuarenta fabricantes de aparatos que venden ochocientos modelos
diferentes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al margen de los ciclos que sacuden la economía mundial,
este país ha crecido de manera sostenida a una tasa de más del nueve por ciento
anual, durante los últimos veinticinco años. Es, además, el principal
beneficiario de la última ronda de relocalización del capital. Desde 1993 ha
sido el principal destino de inversión extranjera directa. En términos del
mercado mundial representa el cuatro por ciento, y el cinco por ciento de las
exportaciones manufactureras el quince por ciento del pib. Dentro de cinco años,
según, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (oced),
será el principal exportador mundial. (The Guardian, 17/X/2005.) Ubicada
actualmente como la sexta economía planetaria, es el principal mercado de bienes
de capital. Esta nación contribuyó con la tercera parte del crecimiento del 3.2
por ciento que el pib mundial tuvo en 2003. No en balde ha sido llamada el
taller del mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tan vertiginoso es su desempeño económico que son muchos
los centros de pensamiento que consideran a este estado asiático como el próximo
superpoder del siglo xxi. El diario inglés Financial Times (22/X/2003) se
preguntaba: "¿Por qué Europa es el pasado, Estados Unidos es el presente y el
continente asiático dominado por China el futuro de la economía global"? Uno de
los más destacados estudiosos del sistema-mundo, Giovanni Arrigui, asegura que
"por lo que sabemos, el ascenso actual del Este de Asia hasta llegar a ser el
mayor centro dinámico de los procesos de acumulación de capital a escala
mundial, puede muy bien ser el preámbulo a un 'recentramiento' de las economías
regionales y mundiales sobre China".</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Libro Rojo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En el Libro Rojo Mao Tse Tung señaló: "Las cosas se
desarrollan sin cesar. Han transcurrido sólo 45 años desde la Revolución de
1911, pero el aspecto de China ha cambiado por completo. Al cabo de otros 45
años, esto es, para el año 2001, a comienzos del Siglo xxi, China habrá
experimentado cambios aún mayores. Será un poderoso país industrial socialista."
(Citas del Presidente Mao Tsetung, p. 191, Ediciones en Leguas Extranjeras,
Pekín, 1975.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Muy lejos ya del Libro Rojo, con la imagen del presidente
Mao viva sólo como el recuerdo del padre fundador de la patria moderna, o en los
parabrisas de los taxis que lo consideran milagroso, China parece haberse
convertido, casi en todo, en ese país que su gran timonel anunciaba, un nuevo
paradigma de desarrollo moderno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Eso sostiene, por ejemplo, el investigador Joshua Cooper
Ramo, en su ensayo "El Consenso de Beijing". Según Ramo, la experiencia china
anuncia la superación del Consenso de Washington. Este nuevo modelo está basado
en tres teoremas básicos sobre cómo organizar la inserción de un país en
desarrollo en el mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El primer teorema reivindica que el desarrollo debe de
basarse en el valor de la innovación, partiendo de la adopción de tecnologías de
punta. El segundo sostiene que, puesto que el caos es imposible de controlar
desde la administración pública y se requieren nuevas herramientas para
enfrentarlo, hay que aprender a manejar el caos. Este teorema requiere de un
modelo de desarrollo donde la sustentabilidad y la igualdad son consideraciones
centrales y no lujos. Finalmente, el tercer teorema sostiene la teoría de la
libre determinación nacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otros autores cuestionan la viabilidad de esta vía. La
analista Martine Bulard señala que no se puede hablar de un nuevo modelo de
desarrollo cuando dos terceras partes de sus exportaciones son generadas por
empresas extranjeras establecidas en su territorio, limitadas a ensamblar
productos diseñados en el extranjero. ("China: middle kingdom, world centre", Le
Monde Diplomatique, agosto, 2005.) En la misma dirección el historiador rural
chino Qin Hui señala que es un error considerar que la transición china es más
gradual y socialista que la de Europa del Este, pues "en realidad, el proceso de
división del patrimonio familiar ha avanzado de forma igualmente inexorable en
China que en Europa". (Qin Hui, "Dividir el gran patrimonio familiar", New Left
Review.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, más allá de este debate, lo cierto es que la
liberalización económica china tiene importantes diferencias con respecto a la
"recomendada" por el Fondo Monetario Internacional (fmi) y el Banco Mundial
(bm). El gobierno chino ha controlado el proceso: sus contenidos, sus tiempos,
sus transiciones. Los cambios han sido graduales. (Véase Wu Shuqing and Cheng,
enfe, "The Washington Consensus and Beijing Consensus", People´s Daily Online,
18/VI/2005.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Su estrategia ha sido cautelosa en las privatizaciones,
el libre comercio y los mercados de capitales. China busca un desarrollo
coordinado con crecimiento, independencia política y un nuevo contrato social
basado en el crecimiento.<BR> <BR>China comenzó sus reformas económicas en
1978 sobre la base de sus éxitos anteriores. Antes de iniciar la liberalización
económica, combatió la pobreza masivamente. Los niveles de salud y educación
eran muy elevados. El antiguo régimen no se desmanteló de la noche a la mañana,
sino que sirvió de base para construir el nuevo. (From Beijing Consensus to
Washington Consensus: China´s Jouney to Liberalization and Globalization,
Kavaljit Singh, Asia-Pacific Research Network, 2002.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>La necesidad de apertura económica fue distinta a la de
otros regímenes. No hubo crisis financieras que forzaran las reformas, sino que
fueron impulsadas para superar la lentitud del crecimiento económico. Las
reformas tuvieron amplio apoyo interno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La reforma económica, además, siguió distintas fases:
primero en el sector agrícola, después en la inversión extranjera y luego en la
industria. El sector financiero se conserva bajo control del Estado y la
liberalización de los mercados financieros es muy limitada. La crisis asiática
de 1997 no afectó a la economía china y su gobierno se negó a acatar las
presiones de los organismos multilaterales para revaluar el yuan. Así las cosas,
el país ha podido mantenerse aparte de los flujos especulativos internacionales.
(Joshua Cooper Ramo, "The Beijing Consensus", The Foreign Policy Centre, mayo,
2004.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las reformas económicas no fueron aplicadas en toda China
de manera simultánea sino que se limitaron a ciertos sectores y regiones
geográficas sobre bases experimentales. Las experiencias exitosas fueron
posteriormente extendidas hacia otras zonas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En lugar de vender masivamente las empresas públicas, las
autoridades las sometieron a mayor competencia, en parte, de empresas locales
propiedad de los ayuntamientos. Esta política ayudó a introducir la
competencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hoy en día, China es el principal país receptor de
inversión extranjera directa: 52 mil 700 millones de dólares en 2003, y 480 mil
millones de dólares desde 1990. Pero tiene diferentes tipos de inversión en
términos de propiedad, composición y naturaleza de las inversiones. La mayoría
de esas inversiones provinieron originalmente de los chinos de ultramar,
establecidos en Hong Kong y en Taiwán, que reubicaron en las zonas especiales de
China empresas de uso intensivo de mano de obra. Trasladaron no sólo capital
sino también tecnología, acceso a mercados y habilidades comerciales. Tomaron
ventaja de la mano de obra barata y recursos naturales. Los chinos de ultramar
siguen teniendo el control del cincuenta por ciento de las inversiones
extranjeras directas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La parte sustancial de ied asume la forma de joint
ventures. Los bancos de propiedad estatal no pueden prestar a firmas privadas.
El mercado de valores de China será el segundo o tercero más grande del mundo en
2010. Las firmas extranjeras necesitan asociarse a bancos de inversión locales,
pero no pueden tener más de treinta y tres por ciento de las acciones ni más del
cuarenta y nueve por ciento en el futuro. Los inversionistas extranjeros no
tienen libertad absoluta. Éstos pueden invertir sólo en las zonas económicas
especiales. Además el peso interno de esta inversión se contrarresta con la gran
importancia que tiene el ahorro interno. Sus tasas son muy elevadas: alrededor
del cuarenta y cuatro por ciento. También son muy altas las tasas de inversión
doméstica: alrededor del treinta y cinco por ciento del pib.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Una Nación polarizada</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El 11 de junio de 2005, unos trescientos golpeadores
armados atacaron violentamente a campesinos que se resistían a la expropiación
de sus tierras por parte del Estado en Shengyou, provincia de Hebei. La compañía
eléctrica Hebei Guohua quería construir una planta en veintiséis hectáreas de
uso agrícola. Los campesinos ocuparon el terreno en 2003 rechazando la
indemnización que se les ofreció. Durante el enfrentamiento, los labriegos
tomaron preso a uno de los matones, que confesó haber sido contratado para
golpear a los hombres de campo. El sitio web del Washington Post mostró un video
del enfrentamiento de casi una hora de duración. Días después diez lugareños
fueron asesinados y dos autoridades locales destituidas.<BR> <BR>Los
incidentes de Shengyou distan de ser una excepción. Las protestas sociales han
aumentado dramáticamente en el país. Según un informe dado a conocer por el
ministro de Seguridad Pública, Zhou Yongkang, las manifestaciones sociales han
aumentado de 10 mil en 1994, a 74 mil 900 en el 2004, en las que participaron
casi cuatro millones de personas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las expresiones de descontento social se han registrado
en los sectores sociales menos beneficiados por el crecimiento económico, sobre
todo en el interior del país donde los campesinos se enfrentan al despojo de sus
tierras o la contaminación ambiental tras la colocación de industrias que no son
reguladas. Además están los problemas con los desempleados y emigrantes en las
ciudades costeras y ricas del país, y los mineros que desde hace dos años han
padecido una ola de muertes tras las inexistentes medidas de seguridad de las
minas de carbón localizadas en la zona centro oeste de China.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hang Donfang, un ferrocarrilero que actuó como portavoz
del efímero sindicato independiente nacido durante las protestas de la Plaza de
Tiananmen en 1989, y que emite en Hong Kong un programa de radio llamado Labour
Express especializado en temas obreros, señala que las protestas laborales se
realizan en todos lados. "Virtualmente hay huelgas cada día en el área de
Shenzhen", asegura. (Hang Donfang, "Chinese Labor Struggles", New Left Review
34, julio-agosto,2005.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>No es infrecuente que las protestas se transformen en
conflictos violentos. En la primera mitad de este año veintitrés policías
fallecieron en choques con ciudadanos, mientras mil 803 personas han resultado
heridas en este tipo de manifestaciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La polarización social surge de la enorme y creciente
desigualdad entre regiones y clases sociales. La brecha entre pobres y ricos es
ahora más grande que cuando los comunistas tomaron el poder en 1949. Hay unos
150 millones de trabajadores migrantes desempleados buscando empleo en las
ciudades de la costa. Unas 25 millones de personas fueron cesadas de sus empleos
en empresas estatales. Se han perdido numerosas plazas en hospitales, escuelas y
granjas. En 2001 la tasa de desempleo urbano era cercana al diez por ciento. No
existen redes de seguridad social satisfactorias. Los ingresos en el campo son
sesenta y cinco por ciento menores que en la ciudad. Las remesas constituyen el
cuarenta por ciento de los ingresos rurales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Simultáneamente, las condiciones de explotación se han
agravado. Un informe de Oxfam ("Export-led exploitation of Chinese workers",
Oxfam, julio 30, 2002), da cuenta de que las empresas occidentales colaboran
regularmente con abastecedores que violan sistemáticamente los derechos
laborales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En los últimos años China ha visto surgir una nueva clase
privilegiada: los Taizidang. Son los beneficiarios directos de la reforma y de
la consigna del Partido Comunista en tiempos de Deng: "ser rico es ser
glorioso". En medio del escándalo público, la revista Forbes publicó en 2004 una
lista de los hombres y mujeres más ricos de esta potencia asiática. Ellos han
ganado amplia influencia en el manejo del rumbo del país. (Raymond Zhou, "Forbes
list of big Stars stirs controversy", China Daily, 46, marzo-abril, 2003.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una encuesta conducida por el Instituto de
Investigaciones Económicas de la Academia China de Ciencias Sociales mostró que
el ingreso per cápita en las zonas urbanas era 3.1 veces mayor que en el campo,
contra el 2.8 en 1995. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En 2002, 1% de la población con más altos ingresos
disfrutó del 6% de las utilidades de la sociedad, 0.5 por ciento más que en
1995. El 5% de la gente con más altos ingresos recibió el 20% de los ingresos,
1.1% más alto que en 1995. El 10% más alto tenía el 32% de los ingresos totales
en el país, 1.2% más que en 1995 ("Urban-Rural Income Gap Larger: Survey",
Agencia Xinhua, 25/II/2004.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Existen graves problemas ambientales en China. Según Pan
Yue, subdirector de la Agencia Estatal de Protección Ambiental, en entrevista
con la revista alemana Spiegel: "Estamos usando demasiadas materias primas para
sostener este crecimiento. Para producir bienes por valor de 10 mil dólares, por
ejemplo, necesitamos siete veces más recursos que Japón, casi seis veces más que
Estados Unidos y, quizás lo más penoso, casi tres veces más que India. Las cosas
no puede, no deben seguir así [...] Este milagro económico terminará pronto
porque el medio ambiente no puede mantenerse [...] Porque el aire y el agua
están contaminados, estamos perdiendo entre el ocho y el quince por ciento de
nuestro Producto Interno bruto. Y esto no incluye los costos en la salud. Está,
además, el sufrimiento humano: en Beijing solo, entre el setenta y el ochenta
por ciento de los casos de cáncer están relacionados con el medio
ambiente."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los costos de lo que se ha llamado socialismo de mercado
son enormes. El desempleo, inseguridad, desigualdad, deterioro de la salud y la
educación, la creciente deuda gubernamental, los precios inestables, no son
efectos laterales de la transición sino condiciones básicas para el modelo de
acumulación de capital en China. (Martin Hart-Landsberg and Paul Burkett,
"Introduction: China and Socialism", Montly Review, julio-agosto, 2004.)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El desafío chino</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Según el Financial Times ("The rise of Asia gathers
speed", 10 de marzo de 2003), la emergencia de China e India "anuncia una
transformación del orden económico y político tan importante como la provocada
por la revolución industrial y el subsiguiente ascenso de Estados Unidos".</DIV>
<DIV align=justify><BR>China se ha convertido en un desafío para Estados Unidos.
Washington tiene actualmente un déficit comercial con esta nación de 162 mil
millones de dólares en 2004. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El reto es de tal magnitud que, de acuerdo con el
geógrafo David Harvey, la ofensiva estadunidense a Irak es una respuesta al
agotamiento del modelo financiero como mecanismo de dominación mundial y a la
posibilidad de que nuevas potencias mundiales como China emerjan y pongan en
jaque su posición en el mundo. (David Harvey, El nuevo imperialismo, Akal
Editores, 2004, España.) </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, es necesario calibrar con detenimiento la
naturaleza y el tamaño de la amenaza. China es un país densamente poblado, con
abundante fuerza de trabajo barata, recursos naturales subexplotados, y gobierno
eficaz. Junto con India se ha convertido en la última gran reserva para la
expansión de la economía capitalista. Empero, esto no implica necesariamente que
se vaya a convertir en el corto plazo en un poder imperial emergente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La fiebre productiva asiática, especialmente la china, le
ha facilitado al capitalismo el deshacerse de obstáculos ligados a sus
modalidades de producción anteriores y a conquistas laborales y de justicia
social. Aunque prácticamente en todo el mundo la situación social se encuentra
cada vez más degradada, el capitalismo florece y se regenera, en parte gracias
al dinamismo de este polo de desarrollo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la nueva integración al mercado mundial, partes muy
importantes de la industria estadunidense y europea son ahora dependientes de
componentes o productos finales elaborados en China. Sin embargo, esta
dependencia no implica que se afecten los intereses de las grandes compañías
trasnacionales (ct). Las economías del sudeste asiático aplican las innovaciones
procedentes de Estados Unidos utilizando su fuerza de trabajo y habilidad
organizativa. Las grandes corporaciones establecen, pues, una especie de estatus
rentista cobrando sus derechos de producción intelectual.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Existen hoy 63 mil compañías trasnacionales en China, con
800 mil subsidiarias, noventa y tres por ciento de las cuales tienen sus
oficinas centrales en Estados Unidos, Europa y Japón. ("Trade unions launch
Beijing Consensus", People´s Daily Online.) Casi todas las multinacionales
desean producir y vender en el dragón asiático. Los chinos tienen un vasto
mercado, también ocupado por empresas trasnacionales estadunidenses con
inversiones directas en China. Casi la mitad del déficit comercial que Estados
Unidos tiene con China se origina en las ct estadunidenses radicadas en la
tierra de Deng Tsiaoping, que trasladan sus productos a su mercado de origen
(James Petras, Cinco mitos y realidades del imperio estadunidense, La Jornada, 7
de mayo de 2005.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las empresas multinacionales han resultado beneficiadas
con la reorganización del capitalismo mundial de la que el fenómeno chino e
indio es expresión central. Por cada dólar que China recibe de sus
exportaciones, Hong Kong y Taiwán reciben veinte centavos, y las empresas
estadunidenses, a través de marcas y distribuidores, obtienen entre cuatro y
cinco dólares. La disminución del crecimiento de la economía no ha afectado sus
ganancias. Su participación en el pib mundial no ha dejado de crecer. La
deslocalización empresarial hacia Asia permite además, dentro de Estados Unidos,
bajos salarios, flexibilidad del trabajo, contratación temporal, uso de mano de
obra interina, horarios flexibles y el empleo de migrantes indocumentados. La
competencia de los bienes manufacturados del exterior permite reducir dentro del
Imperio los salarios manufactureros y disminuir la capacidad de negociación de
los trabajadores.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aproximadamente 399 mil millones de dólares, cerca del
noventa y siete por ciento del déficit gubernamental de Washington es financiado
por extranjeros. China "Roja", al igual que Japón, ha invertido sus dólares
excedentes en la compra masiva de Bonos del Tesoro del Tío Sam. Esa
transferencia de recursos contrapesa la tendencia del dólar a caer con respecto
al yuan. (Paul Street, Bush, "China, Two Deficits, and the Ongoing Decline of US
Hegemony", 27/VII/2005, Zmag.org). La relación es simbiótica: "China necesita de
Estados Unidos para industrializarse. Estados Unidos requiere de China para
evitar el colapso financiero." Gracias a ese masivo flujo de recursos, Bush
puede hacer su guerra imperial y mantener su déficit sin tener que cobrar
impuestos a sus aristocracias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Podrá China imponer una masiva redistribución de las
ganancias monopólicas? ¿Se convertirá el dragón asiático en el próximo poder
hegemónico? ¿Será el siglo xxi el siglo chino? En el corto plazo no parece
probable. El poderío económico chino no puede desligarse de las multinacionales
que exportan a sus países de origen. A pesar de su fuerza militar creciente no
tiene aún la capacidad bélica necesaria para apropiarse de los beneficios
monopólicos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero tampoco parece factible que China quiera hacerlo.
Para Beijing el orden, aun el orden estadunidense o un orden desfavorable, es
preferible al caos. Su diplomacia está guiada tanto por su necesidad de
estabilidad como por su hambre de materias primas; no pretende constituir un
polo alterno a Estados Unidos. (Martine Bulard, "China: middle kingdom, world
centre", Le Monde Diplomatique, agosto, 2005.) Propone participar en un mundo
multipolar: quiere brillar, no dominar. La estrategia de los cuatro "no" del
presidente Hu Jintao es muy clara al respecto: "No a la hegemonía, no a la
fuerza, no a los bloques, no a la carrera armamentista." Sí a la construcción de
confianza, sí a la reducción de dificultades, sí a la cooperación para el
desarrollo y sí a evitar la confrontación. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al reflexionar sobre la dificultad de la historiografía,
en Me-Ti/Libro de los cambios, Bertolt Brecht recordaba la historia del príncipe
de Wei que hizo construir un dique contra las contradicciones. Los
historiadores, dice, se han divido a la hora de evaluar su obra. Algunos la
elogian como un ejemplo de humanismo, una estupenda protección contra las
inundaciones. Otros lo critican porque obligó a hacer ese trabajo a mucha gente
que nada tenía que temer de una inundación y a la que se le exigió el pago de
impuestos para realizar la obra. "A los dos tipos de historiadores —afirma
Brecht— les falta el Gran Método". (Bertolt Brecht, Me-Ti/Libro de los cambios,
Alianza Editorial, Madrid, 1991.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>La complejidad de la experiencia china obliga a no emitir
juicios simplistas. Pero, puestos a elegir entre una disyuntiva y una
discordancia, puede decirse que, aunque su modelo de desarrollo es efectivamente
distinto al Consenso de Washington y ha provocado un formidable despegue
económico, las reformas de mercado en este país no parecen haber conducido a una
renovación del socialismo sino a la restauración capitalista. Como lo señala
Samir Amin, aunque no lo reconoce, la clase dirigente china ha decidido seguir
la ruta del capitalismo. Nuevas murallas se han levantado en esa nación: las
murallas que separan a los beneficiarios del despegue económico de sus
víctimas.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG><EM><FONT
color=#000080>La información contenida en el boletín es de fuentes propias,
sitios web, medios periodísticos, redes alternativas, movimientos sociales y
organizaciones políticas de izquierda. Los artículos firmados no comprometen la
posición editorial de Correspondencia de Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera:
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>