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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 7 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial>"Por razones éticas, sin las cuales
no existe izquierda alguna, por motivos morales si se prefiere así, no votaré
por Andrés Manuel López Obrador ni por ninguno de sus candidatos: seguro,
segurísimo. </FONT><FONT face=Arial>Dicho en pocas palabras, no les creo ni una
sola palabra. Quien olvida a sus muertos y se junta feliz con quienes los
mataron no merece confianza ni perdón. Basta ya, pues. Demasiado es
demasiado".</FONT> </STRONG></DIV></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Los mineros, los
muertos, los políticos</FONT></STRONG> <BR><BR><STRONG>Adolfo
Gilly</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><STRONG>La Jornada, México, 3-3-06</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>1. El 12 de octubre de 1983 un desastre minero en Hidalgo
costó la vida a 19 trabajadores. Días después, un artículo publicado en el
periódico Unomásuno comenzaba con estas palabras: </DIV>
<DIV align=justify><BR>"Napoleón Gómez Sada presentó sus condolencias a los
familiares de los 19 mineros mandados a la muerte el Día de la Raza por la
Compañía Minera Real del Monte y Pachuca. Como secretario general del sindicato
minero-metalúrgico, la obligación de Gómez Sada no era presentar condolencias a
nadie, sino declarar como mínimo un paro general de labores de 24 horas en todas
las instalaciones minero-metalúrgicas del país para protestar contra esta nueva
muestra de la espantosa matanza cotidiana que el capital comete contra los
trabajadores mexicanos al mantener niveles casi increíbles de inseguridad y
peligrosidad en el trabajo. Sólo la movilización de los trabajadores puede poner
un freno a esta guerra secreta contra México, cuyo saldo cotidiano de muertos,
heridos, inválidos y enfermos de por vida ni siquiera aparece verídicamente en
los partes oficiales y sólo lo registra la memoria dolorosa de las familias
obreras mexicanas." </DIV>
<DIV align=justify><BR>2. Más de 22 años después, en la madrugada del domingo 19
de febrero pasado, una explosión en la mina Pasta de Conchos, Coahuila, cobró
las vidas de 65 mineros. La empresa, el Grupo México, sabedora de este final
fatal desde el primer momento, por conveniencia propia ocultó la verdad y jugó
con las esperanzas y las angustias de las familias de los mineros durante una
larga semana. Apenas el sábado 25 se atrevió a confirmar que, desde el momento
de la explosión, esos trabajadores habían muerto. No fue diferente la actitud de
la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El lunes 27 de febrero, el secretario general del
sindicato minero-metalúrgico, Napoleón Gómez Urrutia, hijo de aquel Napoleón
Gómez Sada y heredero de su cargo y sus negocios, tuvo el descaro de publicar en
La Jornada, junto con su esposa, la siguiente esquela: </DIV>
<DIV align=justify><BR>"Napoléon Gómez Urrutia y Oralia Casso de Gómez se unen a
la gran pena, dolor e impotencia que embarga a las esposas, hijos, padres y
demás familiares de los trabajadores mineros, sindicalizados y contratistas que
lamentablemente perdieron la vida en la explosión de la mina 8, Unidad Pasta de
Conchos, de San Juan de Sabinas, Coahuila. Elevamos nuestras oraciones para que,
en estos momentos de inmenso dolor, su fe espiritual en el Señor les ayude a
sacar fuerzas para seguir adelante. Descansen en paz". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este personaje, secretario general de uno de los mayores
sindicatos del país, tiene la infinita hipocresía de declarar su impotencia y de
hincarse a rezar para que, a las familias mineras, Dios las ayude a sacar
fuerzas para seguir adelante. Que Dios los ayude, pues, ya que mi sindicato está
para otras cosas. No menos vergonzosa es la esquela que, declarando también su
"impotencia", publica en esa misma página el Comité Ejecutivo Nacional del
sindicato, dirigiéndose así a los muertos: "Los recordaremos siempre con
admiración, respeto y orgullo por su conducta ejemplar, responsabilidad,
compromiso y ejemplo de dignidad obrera que se refleja en sus familias y amigos
cercanos". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Casi un cuarto de siglo después, estamos en las mismas o
en peores condiciones, con la misma dinastía sindical, la misma retórica
hedionda y nuevas masacres de trabajadores, masacres violentas en las minas, las
gaseras y la construcción, masacres lentas en el infierno sin ley de las
maquiladoras, masacres sangrientas de caciques y paramilitares en los campos y
poblados indígenas, masacres blancas del desempleo, los salarios de hambre, la
migración, la droga: muertos, muertos, muertos... <BR>El orden neoliberal, sin
ley ni regulación, es un orden de muerte. Pero para llegar a este orden, también
en México tuvieron que matar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>3. A poco de iniciada con Miguel de la Madrid la
restructuración neoliberal de la sociedad mexicana, después del terremoto de
septiembre de 1985 y la parálisis por pánico del presidente y su regente en la
ciudad, Ramón Aguirre, y como secuela política inesperada de una ola creciente
de movimientos sociales, el pueblo mexicano realizó la hazaña de tomar por
sorpresa a los dueños del poder y dar la victoria en las elecciones
presidenciales de 1988 al candidato de la oposición nacionalista revolucionaria,
el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta victoria electoral no fue frustrada por un fraude,
pues el fraude es una operación que se realiza antes de las elecciones o en su
trascurso. Fue escamoteada, como dijimos entonces, por un golpe de Estado entre
la noche del 6 de julio y la madrugada del 7, cuando por orden del presidente De
la Madrid y de su secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, se anularon los
resultados reales de la votación y fueron sustituídos por otros que daban la
victoria al candidato oficial, Carlos Salinas de Gortari. En ese golpe de Estado
y en su consolidación en los días sucesivos participaron personalmente Manuel
Camacho como operador de primera fila y su equipo más cercano. En la
consagración ceremonial del golpe de Estado tuvo papel estelar Socorro Díaz,
quien en sesión solemne el primero de diciembre colocó la banda presidencial al
usurpador, Carlos Salinas de Gortari. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Yo quisiera que a esta altura, cuando forman parte
destacadísima de los operadores políticos del candidato presidencial del PRD,
todos ellos nos contaran con sinceridad cómo estuvo la cosa en esos días
cruciales, del mismo modo como los empresarios del Grupo México, después de una
semana, se decidieron a confesar públicamente lo que desde el momento de la
explosión sabían. <BR>Pido sinceridad. No pido mucho. Pero, en verdad, tampoco
espero mucho. </DIV>
<DIV align=justify><BR>4. Ese golpe de Estado al que entonces denominamos
"técnico" no fue, sin embargo, un simple golpe blanco. Tuvo su cuota de sangre,
antes e inmediatamente después de la elección, tuvo sus muertos. El 2 de julio,
después del cierre de campaña en Pátzcuaro, supimos que habían sido asesinados
Francisco Javier Ovando, encargado del cómputo electoral del Frente Democrático
Nacional y candidato a diputado federal, y su inmediato colaborador Román Gil.
Entendimos entonces la temprana advertencia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El 20 de agosto de 1988, durante la campaña por la
defensa del voto, aparecieron asesinados cuatro muchachos: Ernesto del Arco,
José Luis García Suárez, Jorge Andrés Vargas y Jesús Ramos. ¿Quién ordenó este
cuádruple crimen político para intimidar a la movilización por el respeto al
voto? No lo sé. Pero los beneficiarios fueron Salinas y su entonces "grupo
compacto". ¿Tampoco lo supieron ellos? </DIV>
<DIV align=justify><BR>El 16 de diciembre de 1988, ya bajo la presidencia
usurpada de Salinas, fue desaparecido en Morelos José Ramón García, militante
del PRT que intervenía en la campaña por el voto. De él no supimos más. ¿No hay
ningún político y funcionario de entonces que algo sepa? </DIV>
<DIV align=justify><BR>El golpe de Estado de julio de 1988 llevó al poder al
grupo neoliberal encabezado por Salinas de Gortari que privatizó la propiedad
pública, desmanteló el artículo 27 y los ejidos, modificó en 1992 en sentido
reaccionario (con la complicidad del entonces diputado René Bejarano) el
artículo tercero sobre educación pública, abrió las puertas de la nación al TLC,
metió al ejército en Chiapas y condujo a la descomunal crisis de diciembre de
1994. </DIV>
<DIV align=justify><BR>5. Bajo el gobierno de Salinas y su grupo, los muertos
del PRD se multiplicaron: imponer el neoliberalismo no sólo costó sufrimientos
del pueblo, costó sangre de quienes resistieron (y no estoy contando aquí a los
otros muertos, los del EZLN, los de las organizaciones campesinas, los de
Oaxaca, de Guerrero y de toda la geografía mexicana ensangrentada en esos años).
</DIV>
<DIV align=justify><BR>En octubre de 1997, cuando Andrés Manuel López Obrador
era presidente del PRD, la Secretaría de Derechos Humanos de este partido
publicó un folleto titulado Crónica de la violencia política, coordinado por
Isabel Molina Warner, directora de la Fundación Ovando y Gil. Según dicha
publicación, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari fueron asesinados
por motivos políticos 305 perredistas. En los sucesivos tres primeros años de
Ernesto Zedillo, hasta octubre de 1997, habían sido asesinados 263 perredistas
más. En total, hasta ese octubre, 568 muertos de este partido. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el sexenio de Salinas y su grupo compacto, según ese
folleto, el PRD tuvo 16 muertos en 1988, 34 en 1989, 73 en 1990, 28 en 1991, 54
en 1992, 67 en 1993 y 36 en 1994. Entre 1988 y 1994, tres estados estuvieron a
la cabeza de este listado: Guerrero, con 90 muertos; Michoacán, con 55 muertos;
y Oaxaca, con 43 muertos. La curva de asesinatos políticos subió en Michoacán
durante las elecciones locales, cuando los michoacanos respondieron al fraude
con movilizaciones y tomas de alcaldías. Era entonces gobernador del estado
Genovevo Figueroa Zamudio. Desde 1988 el PAN de Diego Fernández de Cevallos, con
su moral de sacristía, fue cómplice y encubridor de quienes desde el gobierno
federal condujeron estas políticas en ese sexenio. </DIV>
<DIV align=justify><BR>6. Con la candidatura de Marcelo Ebrard, secretario de
Gobierno del Departamento del Distrito Federal bajo la regencia de Manuel
Camacho en esos precisos años, el PRD se dispone a devolver a ese PRI el
gobierno de la ciudad de México, que se le arrebató en las elecciones de 1997
como resultado de duras y largas luchas de la oposición y los movimientos
sociales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Como lo vienen diciendo tantos desde todos los ángulos,
el que ahora reaparece en los usos y costumbres internos y externos del PRD de
estos tiempos es el PRI de siempre, con su corporativismo, su clientelismo, sus
acarreos, sus elecciones internas con reparto de despensas, compra de votos y
compromisos de clientela. Reaparece también con la multiplicación de políticos y
caciques apenas salidos del PRI en las candidaturas del PRD en todo el país.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>El PRD es hace rato un partido exclusivamente electoral y
parlamentario. No organiza a nadie en el movimiento social ni le interesa
hacerlo. No es su problema. Su actividad de oposición o de denuncia se concentra
en las tribunas del Congreso de la Unión, allá lejos entre ellos. Sus propuestas
se limitan al terreno de las políticas públicas: vótenme, y desde el gobierno yo
haré esto y lo otro. Pero no se organicen: yo lo haré por ustedes, dicen los
candidatos a diputados, senadores, regidores, alcaldes, asambleístas y
presidente. Ese es el mensaje, hasta el hartazgo, de todos los carteles y las
pintas de la elección interna. El PRD no tiene militantes, ni vida interna, ni
discusiones de ideas o de programas. Tiene activistas pagados (transitorios),
funcionarios y aspirantes a cargos electivos (estables) y asesores
(intercambiables). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo esto, aclaro, no es novedad ni es pecado. Es
simplemente el modo de ser y de existir en política de uno de los tres grandes
partidos del régimen, el que se dice de izquierda y nutre sus candidaturas de la
desintegración progresiva del viejo PRI. Fue ya descrito por Max Weber para la
Alemania de 1919. </DIV>
<DIV align=justify><BR>7. El programa de políticas públicas de Andrés Manuel
López Obrador para esta elección es una variedad de neoliberalismo social:
mantener la configuración de la sociedad impuesta por la restructuración
neoliberal y agregar políticas asistenciales. Pero que la sociedad en sus
múltiples sectores no se organice, por Dios, que no lo haga: todo le será
provisto desde arriba. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Es un programa desarrollista que reconoce sus lejanas
raíces en el echeverrismo de los años 70, hoy aplicado a consolidar la
configuración neoliberal y sus relaciones con Estados Unidos y con el mundo. Es
un método de centralización personal de la organización en la figura de un Jefe
que tiene sus aún más lejanos antecedentes mexicanos en los años 30, en la
figura y las ideas del tabasqueño Tomás Garrido Canabal. De esos mismos años 30
vienen la coreografía y la escenografía de los actos del PRD en el Zócalo, con
la doble valla metálica que corta por la mitad a la multitud y dentro de la cual
camina solitario el Jefe hacia la gran tribuna de la plaza. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El círculo se ha cerrado y en él el mito mexicano y la
utopía práctica de los tiempos del general Lázaro Cárdenas del Río no tienen
espacio ni reflejo alguno. Son otros tiempos éstos, los de Manuel Camacho,
Marcelo Ebrard, Socorro Díaz, Federico Arreola, José Guadarrama, Yeidckol
Polevnsky, Zeferino Torreblanca, Fernando Martínez Cué y Pablo Salazar
Mendiguchía, más un contorno de figuras venidas de la izquierda que quieren
creer, que necesitan confiar, que sin saberlo se resisten a volver otra vez a la
intemperie y a dar por perdido lo que una vez conquistaron. Y ya no quieren
comenzar de nuevo, como es ley de las generaciones sucesivas, con la experiencia
como única verdadera e invalorable herencia de aquellas temporadas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Y para llegar a esto lucharon tantos, vivieron tantos y
se murieron tantos? </DIV>
<DIV align=justify><BR>8. En Bolivia, mientras el nuevo presidente Evo Morales,
llevado al gobierno por las sucesivas insurrecciones de los movimientos
sociales, en medio de un silencio tan grande como todo el pasado rendía homenaje
a los ancestros y a los compañeros caídos, un relámpago de otros tiempos míos,
de medio siglo antes, me cruzó por la mente. Escribí en ese día, como enviado
especial de La Jornada, lo que sigue: </DIV>
<DIV align=justify><BR>"Este enviado especial, que hace ahora precisamente 50
años había llegado a Bolivia a vivir con trabajadores fabriles y con mineros,
aquellos que poco antes, en 1952, habían hecho una gran revolución, como que
medio se aguantaba el llanto y también se acordaba y se decía: Quien olvida a
sus muertos y se junta feliz con quienes los mataron, no merece confianza ni
perdón; y se hacía en ese minuto este enviado especial, a quien cuando aún era
muy joven los bolivianos con paciencia y recato durante cuatro años educaron,
una promesa para sí y para sus vivos y sus muertos que un día de estos tal vez
referirá". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Es lo que en este escrito ahora estoy haciendo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>9. El 24 de febrero pasado, en un acto de campaña en
Morelia (La Jornada, 25 febrero 2006), López Obrador hizo un reconocimiento a
los michoacanos que, dijo, desde el movimiento democrático de 1987 lucharon por
la trasformación del país: "Muchos perdieron la vida por abrir, por desbrozar el
camino hacia la democracia. Por eso tengo un profundo respeto por Michoacán y
por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas". Sí, ya lo sé. Pero los cómplices, los
encubridores, los altos funcionarios de los gobiernos y del régimen del PRI que
entonces los hizo matar o solapó sus muertes, están ahora en el grupo compacto
en torno a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Y esos muertos
matados, igual que los muertos mineros, claman al cielo y nos reclaman a los
vivos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobernador del estado, Lázaro Cárdenas Batel, declaró
ese mismo día que en las elecciones de julio de 2006 votará por Andrés Manuel
López Obrador: "seguro, segurísimo", dijo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Dejo aquí de lado la discusión de las diferencias
políticas con el PRD y su candidato presidencial. Mucho más hondas son las que
me contraponen al descompuesto PRI y al derechista PAN. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por razones éticas, sin las cuales no existe izquierda
alguna, por motivos morales si se prefiere así, no votaré por Andrés Manuel
López Obrador ni por ninguno de sus candidatos: seguro, segurísimo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Dicho en pocas palabras, no les creo ni una sola palabra.
Quien olvida a sus muertos y se junta feliz con quienes los mataron no merece
confianza ni perdón. Basta ya, pues. Demasiado es demasiado.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>