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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 8 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Día Internacional de la
Mujer</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Spivak o el mundo
subalterno</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Manuel Asensi
*</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>Corriente(a)lterna</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.espacioalternativo.org/"><STRONG>http://www.espacioalternativo.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Gayatri Chakravorty Spivak figura entre los pensadores más
radicales de la actualidad, cuya obra parece ir siempre un poco más lejos cuando
parece haber llegado a su destino. Mujer, india, marxista, feminista... todo eso
pero no sólo eso para disponerse a repensar el mundo de los
explotados<BR><BR>Marxismo, feminismo y deconstrucción son las bases de su
pensamiento, aunque ella va siempre más allá, con un estilo propio que la lleva
a reformular conceptos como la explotación e introducir otros nuevos: la
subalternidad Para Gayatri Chakravorty Spivak (Calcuta, 1942), romper las reglas
es una obligación ética. Cuando era todavía una niña en su país natal se sintió
fascinada por la forma en que un grupo de teatro conocido como Indian People´s
Theatre Association empleaba la escena como lucha política contra el
imperialismo británico. Y se sintió fascinada porque allí aprendió que la
estetización del arte, defendida por los británicos, es cómplice del fascismo.
Walter Benjamin lo sabía, y Spivak también lo supo a través de su experiencia
infantil. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Si, además, se pasa una hambruna, si ves cómo unas jóvenes
hindúes se arrojan, siguiendo un antiguo rito, a la pira funeraria en la que
está ardiendo el cadáver del marido, si contemplas a esas personas que pasan en
silencio fantasmagórico por el mundo y mueren no dejando tras de sí más que la
falta de oportunidades, un rostro demacrado y deprimido, entonces se comprende
que Spivak estaba lista para revisar el concepto de explotación. Desde entonces,
desde la época de sus estudios preuniversitarios y universitarios en la India,
los escritos de Marx se convirtieron en sus compañeros de viaje. Spivak piensa
la explotación a través y más allá de Marx. De la tesis leninista según la cual
el imperialismo fue el último estadio del capitalismo se llega sin demasiada
dificultad a la conclusión de que el grupo de los explotados reviste tal
heterogeneidad que es necesario volver a pensarlo. Porque ¿cómo poner en la
misma balanza a un proletario francés, blanco, hombre, perteneciente a un
sindicato, y a una colonizada hindú, de piel oscura, mujer o equis, analfabeta y
sirviente del sirviente? El primero es un explotado, la segunda es una
subalterna. La palabra la aprendió de Antonio Gramsci.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Spivak era una estudiante de literatura comparada, y
cuando a principios de los años sesenta llegó a la universidad norteamericana se
encontró en Cornell con Paul de Man. Ambos estaban empezando, el uno como
profesor, la otra como estudiante que perseguía un doctorado en esa extraña
materia. Gayatri no cesa de poner de manifiesto la admiración por quien fue su
maestro. Cuenta que en aquellos años era una joven hindú bellísima y que muchos
profesores deseaban de ella algo más que una conversación sobre la teoría
marxista del valor. Paul de Man, me dice, fue el único que la respetó y la
admiró por su inteligencia. Pero el teórico belga hizo mucho más, le dio un
fundamento radical para el análisis ideológico y para saber leer: la
deconstrucción. Su interés por la deconstrucción tomó un viso definitivo cuando,
a mediados de los años setenta, tradujo al inglés y prologó el libro de Jacques
Derrida De la gramatología. Dicho prólogo fue toda una declaración de principios
respecto a las bases de su pensamiento: marxismo, feminismo y deconstrucción. Un
texto que levantó consciente de que en ciertos contextos, bajo determinadas
condiciones, el ser mujer agrava la subalternidad, convierte a quien la padece
en el subalterno del subalterno. Ser mujer o ser homosexual, claro. El interés
de Spivak por el feminismo surge, pues, de la conciencia de que la mujer ha
ocupado históricamente el lugar más bajo, si algo así cabe, en la cadena de la
explotación. De ahí que se la considere uno de los impulsores de los estudios
culturales y de la crítica poscolonial. Pero ella no es una pensadora más, su
manera de habitar y utilizar el feminismo, la deconstrucción y el marxismo me ha
llevado hace poco a hablar de spivakismo. Valdría la pena quedarse con esta idea
de estilo propio del pensar.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Romper reglas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Con la voluntad firme de romper las reglas, Spivak no
sólo no ha renunciado a su pasaporte hindú sino que, además, ha rechazado
adquirir la nacionalidad norteamericana a pesar de que lleva viviendo en los
Estados Unidos más de cuarenta años y a pesar de haber estado casada con un
norteamericano. Sigue manteniendo la tarjeta verde, justo el paso previo antes
de jurar la bandera de ese país, pero sin ir más allá. Y esto tiene a más de uno
estupefacto. ¡Pero si ya puedes, Gayatri, ya puedes! Y ella responde "sí, pero
no". Un acto de resistencia biográfico que le ha acarreado más de un problema,
pero en el que ella piensa mantenerse. Éste es un ejemplo perfecto de lo que
ella denomina esencialismo estratégico.En el mundo posmoderno yano se estilan
las esencias y las identidades, sino las diseminaciones y las diferencias, pero
hay ocasiones en las que vale la pena poner todo el empeño en reivindicarse
hindú, iraquí o bretón: cuando se pelea contra el imperio, digámoslo así. Y en
estos años en que el extranjero es malmirado en los EE. UU. y, si se descuida,
aislado cual terrorista, ella exhibe su pasaporte hindú y sigue vistiendo
preciosos saris. Estos días con ella en Barcelona a raíz de la invitación que le
cursó el Macba para impartir una conferencia y un seminario, los que la
acompañamos la vemos aparecer con un bello sari de colores dorados y
violetas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como estamos preparando una edición crítica de algunos de
sus textos más significativos, le digo a Gayatri que para explicarles a mis
alumnos qué es un subalterno les cuento la historia de mi padre, y ella se ríe y
dice que ella alude mucho a la figura de su madre cuando habla de esa misma
cuestión en sus clases. Repite una y otra vez que el subalterno o la subalterna
no puede hablar en la medida en que no hay institución que escuche y legitime
sus palabras. No puede llevar a cabo eso que se denomina un acto de habla, entre
otras cosas porque carece de autoridad para hacerlo. Añade: el subalterno no
puede ser representado, ni habla él ni podemos hablar por él. Esun silencio
irrecuperable, una voz cuyos sonidos y marcas trituraron el tiempo y la nada. Y
por eso Gayatri anda por medio mundo enseñando a niños subalternos, enseñando a
los enseñantes cómo hay que enseñar, por India, China, Sudamérica o África,
aprendiendo árabe, chino mandarín, swahili o lo que haga falta con tal de poder
hablar con los que la mayor parte del tiempo sólo abren la boca para gritarle a
nadie que tienen ganas de comer. Al despedirse de mí diciendo que tiene que ir
al gimnasio parece un poco fría, pero me da una mano suave y noto que la emoción
le corre por dentro.<BR><BR>* Publicado en La Vanguardia, 1-3-06
<HR>
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