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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 9 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Venezuela</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Apuntes sobre la
izquierda venezolana</FONT></STRONG><BR><BR><STRONG>Corriente
Praxis</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.corrientepraxis.org"><STRONG>http://www.corrientepraxis.org</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR><BR>Durante nuestra estadía en
Venezuela pudimos observar más de cerca y conversar con muchos compañeros de la
izquierda venezolana y en particular con los compañeros del PRS. En un artículo
anterior de nuestra revista saludamos la formación del PRS porque implicaba un
proceso de reagrupamiento luego de la crisis y estallido del PST venezolano
(estallido que se dio centralmente por su incapacidad para responder al nuevo
proceso revolucionario en curso y por la lucha facciosa en el terreno
internacional, al interior de la LIT- Liga Internacional de los Trabajadores), y
la confluencia de aquellos cuadros trotskistas reunidos en OIR con muchos de los
más importantes y destacados dirigentes clasistas de la UNT. Viendo el proceso
más de cerca queremos puntualizar algunos elementos, a la manera de quien toma
unos apuntes que incluyen opiniones y dudas sobre las tareas de la izquierda en
Venezuela.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Hay un proceso revolucionario que está en curso, que no
se detuvo con la derrota del paro petrolero ni con el triunfo del referéndum en
agosto del 2004, aunque hoy no haya acontecimientos espectaculares. Hay una
creciente tensión con EEUU en la política exterior, mostrando que el gobierno de
Chávez posee claramente una política independiente del imperialismo, y esto se
vio nuevamente en los últimos días polarizando el tablero político en la defensa
del derecho de Irán a manipular energía nuclear. Esto coloca al gobierno
venezolano en una posición totalmente distinta de sus pares como Kirchner y Lula
que son gobiernos alineados en lo fundamental con las políticas imperialistas en
el terreno económico, diplomático y militar. En la política interna, tal como lo
indican los documentos del PRS y del sector clasista y revolucionario de la UNT,
las contradicciones del proceso revolucionario se van trasladando al interior
del amplio campo “bolivariano”. Esta contradicción se da en una marcada
diferenciación entre las demandas de las masas junto a los mejores y más
combativos elementos que quieren profundizar el proceso de transformaciones
revolucionarias, y la política de los “partidos del cambio”, funcionarios
alcaldes, gobernadores, diputados, etc. que pretenden frenarlo,
institucionalizarlo y limitarlo en una perspectiva reformista y conciliadora. No
en vano estos sectores son los que intentan tender puentes permanentemente entre
el gobierno y la Iglesia y el empresariado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los partidos oficiales son cuestionados por la mayoría de
la población, esto se evidenció en la alta abstención en las pasadas elecciones
a la Asamblea Nacional. Las masas ven que el aparato del estado, sus
funcionarios y burócratas alineados en los partidos oficiales, no responden a
las necesidades del pueblo, tienden a negociar con la reacción, los
capitalistas, terratenientes, contra las masas. Esto significa que existe un
campo político muy importante para el desarrollo de una política que se proponga
como eje la profundización del proceso en todos los terrenos, en la industria
mediante el desarrollo de la cogestión y las reivindicaciones obreras, la toma
de empresas, la reforma agraria, en el campo de la salud, la vivienda, etc,
etc.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el desprestigio de los partidos de gobierno puede
crear la falsa imagen de que existe un campo abierto y sin obstáculos para
formar un partido independiente. Nos da la impresión que el cuadro es más
complejo y contradictorio. Chávez sigue siendo el líder indiscutido de las masas
y cualquier llamado suyo es respondido con acciones y convocatorias de masas,
como lo acaba de demostrar nuevamente en la marcha multitudinaria del 4 de
febrero. Existe una relación entre la masa y el caudillo que mantiene viva la
llama del proceso por las medidas progresivas que adopta Chávez en muchos campos
e incluso porque introdujo el debate sobre la necesidad del socialismo del siglo
XXI, pero al mismo tiempo dificulta el proceso de auto-organización
independiente de las masas. Es un complejo proceso lleno de contradicciones, ya
que es el mismo gobierno el que impulsa organizaciones de base que luego utiliza
como clientela estatal-partidista. De cualquier manera a raíz de las
convocatorias a desarrollar organizaciones de base, han crecido múltiples
colectivos autónomos impulsados por sectores de vanguardia que quieren
desarrollar el proceso revolucionario, y que no están exentos de la esterilidad
o la cooptación estatal en la medida en que sólo realicen trabajo comunitario y
social, pero no establezcan una clara línea política.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por lo tanto los partidos pueden ser mediadores,
ejecutores y administradores, pero no tienen capacidad ni poder de maniobra que
no dependa de Chávez. Por otra parte hasta cierto punto el desprestigio de los
partidos no deja de ser utilizado por el mismo presidente que crea un centro de
gravedad mayor aún en torno de su propia figura, sin la cual la ligazón entre
masa y caudillo se vuelve inestable. Las masas han generado un vínculo muy
fuerte y han entrado en la vida política del país y han tenido su primera
experiencia política a través del fenómeno Chávez, lo cual ha establecido
relaciones que no son coyunturales, sino de características orgánicas. Ese ha
sido el leitmotiv para defenderlo frente a todos los pronósticos ante el golpe
en el 2001 como lo sería hoy en día frente a cualquier nueva intentona. En
conclusión, si el desprestigio partidista abre un campo para la intervención
política, dudosamente lo haga en el sentido de una construcción independiente y
en competencia de su movimiento “bolivariano”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto significa que un partido revolucionario en Venezuela
no surgirá si no es en conexión íntima y estrecha al proceso profundo, al
sentimiento de masas, a sus tradiciones y cultura, y que cristalizó en una
figura un poco mitológica como la de Chávez y en su ya mencionado movimiento.
Esto no implica el más mínimo seguidismo, porque el bonapartismo a la larga
termina liquidando la capacidad autónoma de las masas. Esta caracterización
exige mantenerse en una posición totalmente independiente del gobierno en todos
los ámbitos de la política nacional. Pero es necesario conectar lo más
estrechamente posible con aquellos sectores chavistas que son pasibles de
radicalización y de adoptar un curso decididamente revolucionario. Mientras
pueda establecerse el frente único antiimperialista y se participe de él, más
eficazmente se podrán señalar las inconsecuencias, debilidades y compromisos del
gobierno con la burguesía, y más credibilidad tendrá una corriente
revolucionaria inserta en el seno de las masas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para poder hacerlo no basta con plantear “tácticas
correctas”, es necesario sobre todo no contraponer entre los socialistas
revolucionarios y las masas un Muro de Berlín que haga imposible una genuina
intervención práctica e ideológica sobre ellas. La idea de que el PRS pueda
“capitalizar” el descontento con los partidos de gobierno desde el exterior del
movimiento bolivariano parece destinada a reproducir la externalidad equivocada
que cometimos muchas veces y que implica correr el serio riesgo de
auto-marginalizarse del proceso en cuanto tal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En realidad el PRS no es un partido. La sigla puede darle
una nomenclatura formal a un agrupamiento, que no debe confundirse con el
contenido real del mismo. El PRS es un reagrupamiento de excelentes cuadros,
quizá los mejores dirigentes obreros revolucionarios de Venezuela y de muchos
otros países, pero su reunión en un agrupamiento común no los transforma en un
partido. Porque un partido sólo es tal cuando establece conexiones orgánicas de
representación en sectores enteros de la clase trabajadora y las masas. Puede
aspirar a serlo, pero no puede auto-proclamarse, ya que colocaría barreras
adicionales a las que ya existen entre la ideología marxista y el socialismo
sentimental de las masas que les son provistas por el discurso oficial. Al
revés, si no se pusiese un Muro de Berlín entre las masas y los revolucionarios,
sería posible introducir un elemento fundamental de diferenciación al interior
del bloque chavista permitiendo el agrupamiento de todos aquellos que proponen
seguir profundizando la revolución, no sólo en el sentido de las medidas
económicas, sino también desde el punto de vista de la participación de las
masas en la construcción de su propio poder y autogobierno. Esto puede tener
implicancias importantes para las tareas de construir una herramienta política.
Las elecciones legislativas pasadas demostraron que la influencia en la UNT no
tiene traducción partidaria. ¿Es necesario presentar listas propias que compitan
con las oficiales? ¿En qué momento? ¿A qué cargos? ¿A la presidencial de
diciembre próximo también? Son todas preguntas que nos parecen relevantes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al mismo tiempo es difícil ver cómo podría surgir un
partido revolucionario de masas en Venezuela sólo desde la estrecha base de los
cuadros obreros revolucionarios de la UNT. Es probable, por no decir inevitable,
que un partido tal contenga a los mejores elementos de la tradición
revolucionaria venezolana de los 60 y los 70, de los dirigentes comunales,
barriales, campesinos, que existen y que son una fuente potencial para la
construcción de una herramienta política revolucionaria. Estos dirigentes hoy
son parte de otros movimientos, de otros agrupamientos e intentos de
construcción política, tienen otras tradiciones (como lo vimos con la presencia
de los compañeros del M13 en el taller sobre el reagrupamiento internacional)
que hay que valorar y acercarse para poder confluir. La formación del PRS ha
sido un paso excelente, pero el proceso de confluencia no ha culminado ni mucho
menos. Esa confluencia hoy pasa por puntos estratégicos de la agenda política:
estructurar un frente político de todos aquellos sectores obreros, campesinos,
estudiantiles que quieran profundizar el proceso revolucionario, como son por
ejemplo el Frente Campesino Ezequiel Zamora, el Movimiento 13 de abril, entre
múltiples organizaciones barriales y populares. Esto parece ir mucho más allá
del ingreso poco probable de muchos o la mayoría de estos sectores al PRS en el
próximo período. Da la impresión que en el medio habría que ubicar algunos otros
engranajes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En un documento reciente que fue aprobado por más de 600
dirigentes sindicales de todo el país, participantes en el 1º Plenario de la
Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma de la UNT, celebrado en
la Casa Sindical de El Paraíso, Caracas, entre el 17 y 18 de febrero, se
sostiene la necesidad de acompañar la campaña por las elecciones democráticas en
la UNT con la idea de construir “simultáneamente con una poderosa central
clasista, una herramienta política de los trabajadores y el pueblo venezolano
que abra, a través de la movilización, el camino hacia el socialismo”. Bueno,
esto es extraordinario. Una base tal no la encontramos quizá en ningún otro país
latinoamericano. El documento no hace mención a lo que significa esa
herramienta. Pero está claro que esa “herramienta política” no es el PRS, puesto
que en él están organizados sólo algunos de los mejores cuadros y dirigentes de
esos sindicatos, pero no las organizaciones en cuento tal ni sus bases, como
podrían ser los ejemplos históricos del Labor Party en Inglaterra en la primera
mitad del siglo XX o ensayos semejantes en otros países. ¿Cómo podría avanzarse
hacia esa herramienta política? ¿Esa construcción pasa necesariamente hoy por la
proclamación de un partido político independiente sobre la base de cuadros
político-sindicales? ¿Pasa por el fortalecimiento de una corriente
político-sindical en el seno de la UNT que tenga una visión hegemónica y no
obrerista sobre el conjunto de las otras clases y sectores de la clase
trabajadora a los que todavía no llega la central sindical? Son preguntas que
pueden tener relevancia. En ese plenario de los 600 dirigentes firmantes hay no
pocos fervientes chavistas, aún con sus críticas, dudas y planteos. Lo mismo
debe estar sucediendo en los sectores militantes en las comunidades o el campo.
Pero ese conglomerado de activistas y luchadores que quieren profundizar la
revolución desde el campo bolivariano, no pueden ni quieren conformar hoy por
hoy un partido independiente que compita con Chávez, aunque quizá si puedan o
quieran ir construyendo un movimiento o herramienta política como extrema
izquierda crítica y revolucionaria del proceso.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Por último, nos parece que indudablemente en la revolución
venezolana tendrán un papel destacado los sectores campesinos, indígenas y
barriales. Se trata de establecer una alianza de clases, política, un verdadero
movimiento conjunto con todos estos sectores. Para eso, los compañeros sabrán
como acercarse, como volcar el peso de la UNT hacia esa alianza, lo que pondría
a la central sindical acorde a las tareas revolucionarias fundamentales, que son
de carácter político, lo que exige superar el marco corporativo de los
sindicatos tradicionales. Durante el Foro hemos visto algunas de estas
expresiones en la marcha que se realizó en Caracas, integrada por los
movimientos sociales y barriales más combativos. Acercarse a ellos parece un
punto central para establecer lazos y acuerdos sólidos en defensa y por el
avance de la revolución y para que nuevas organizaciones y movimientos vean en
la UNT y sobre todo en su sector clasista un aliado indiscutido y consecuente.
Lo mismo puede decirse sobre la participación en cuanto UNT en las reservas del
ejército, cuestión que ha sido planteada ya en los debates.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El PRS tiene por delante grandes desafíos y
oportunidades. La primera de ellas, como lo han destacado los compañeros, es la
de conquistar estatutos y elecciones democráticas al interior de la UNT. La
segunda parece ser la extensión y ampliación de la misma UNT, que hoy se
encuentra relativamente estancada, para incorporar nuevos sindicatos y
confederaciones, nuevos trabajadores e incluso extender su influencia hacia
sectores de trabajadores informales. Por último es fundamental pensar y
desarrollar más aún, para ver cómo se puede concretar la idea de una
“herramienta política” que este basada en la de la UNT y otros movimientos de
masas. Se parte de una gran conquista y acumulación política como son los
cuadros y militantes obreros del PRS.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
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firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
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color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
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