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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 11 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Argentina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista a Claudio Lozano,
economista de la CTA</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>“Estamos peor
que en los 90”</FONT></STRONG> <BR><BR><STRONG>lavaca.org </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.lavaca.org/"><STRONG>http://www.lavaca.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR><BR>El economista de la Central
de Trabajadores Argentinos, convertido en un crítico del modelo K, cuestiona la
mirada optimista que existe sobre la política oficial. Para entrar a trabajar en
Coca Cola te hacen firmar la renuncia, que se ejecuta en el mismo momento que
participas de una actividad gremial. ¿Por qué se puede hacer esto? Porque la
presión que existe con una tasa de desempleo del 13 por ciento es lo
suficientemente significativa para que el trabajador lo acepte
</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Claudio Lozano fue uno de los mayores críticos al modelo
neoliberal que tiñó la década pasada. Asumió como diputado nacional en diciembre
de 2003, tras integrar una lista que promovía el kirchnerismo. Ahora, convertido
en un crítico del modelo K, cuestiona la mirada optimista que existe sobre la
política oficial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Argumenta que no hubo cambios estructurales y que si bien
la economía nacional ya produce más que en el 98, los índices de desempleo y
pobreza son mayores que entonces. Lo que descendió –dice- es el ingreso promedio
de los argentinos. Señala que lejos de achicarse la brecha entre ricos y pobres,
la distribución de la riqueza profundiza su regresión. “El derrame tiende a
agotarse, lo mejor ya pasó”, pronostica. Diagnostica que “el modelo vigente es
un modelo hacia afuera, de colocación de naturaleza barata en el mercado
mundial”. Pero además de trazar una radiografía de la situación actual, Lozano
propone soluciones. Asegura que el Gobierno, sin realizar cambio alguno, está en
condiciones de otorgar, de manera inmediata, un ingreso universal para todos los
niños que les permitiría a cinco millones de personas salir de los niveles de
pobreza. ¿Por qué no se implementa? También ofrece una respuesta.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-Los diarios nos reciben cada mañana con una
nueva noticia sobre la mejoría económica, ¿qué tan bien estamos según su
análisis?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-Por lo general la visión vulgar del debate económico
suele presentar diferencias entre ciclos recesivos y ciclos de expansión. Pero
el modo en que se distribuye esa carga recesiva o los beneficios del crecimiento
quedan, en general, fueran del análisis. Efectivamente, acá hay una diferencia.
Argentina vive una etapa de recuperación económica que es diferente en su
dinámica al proceso de fuerte caída que tuvo desde mediados de 1998 hasta
mediados de 2002. En ese período, la Argentina cayó 20 puntos, que son
casualmente los que está recuperando a tasas aceleradas en los últimos tres
años. Ahora estamos apenas un poco por encima del nivel de actividad económica
de 1998. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero esta visión deja afuera las condiciones de
organización misma de la economía. El colapso de la convertibilidad y la
devaluación cambiaron el esquema de negocios de la Argentina sin que se haya
alterado su régimen de alta concentración, sin que se haya alterado el patrón
distributivo de profunda regresividad, sin que se observen cambios sustantivos
en el modo de intervención del Estado y sin que haya diferencias sustantivas en
el tipo de inserción que el país tiene en términos productivos y financieras en
la economía mundial. Los basamentos estructurales de la experiencia que la
Argentina vivió en los últimos 30 años siguen intactos. Lo único que cambió tras
la devaluación, fue el régimen de negocios.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Qué cambió y qué sigue igual?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-En la etapa pasada los negocios principales y de mayor
rentabilidad eran los vinculados a la especulación financiera o a las áreas de
servicios privatizadas y, consecuentemente, los niveles de rentabilidad de
actividades productivas eran menores. En la etapa actual, la renta que obtienen
las actividades productivas son mayores, y la de las áreas vinculadas a los
servicios de las áreas privatizadas son menores que antes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el hecho de que haya un cambio en el esquema de
negocios sin modificación en los basamentos más estructurales determina algunas
cosas: si bien se recuperó el nivel de actividad económica, llegando a los
niveles del 98, la recuperación en términos sociales es más lenta. Lo que parece
observarse es que la Argentina termina de organizar un esquema económico después
de la devaluación que se sostiene en condiciones de mayor explotación de la
fuerza de trabajo y de mayor pauperización que los que dominaron las condiciones
de funcionamiento de los 90.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿En base a qué datos saca estas
conclusiones?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-Ejemplo: la Argentina tiene mayores niveles de actividad
económica que en el año 98, pero cuenta con una tasa de desocupación superior a
la que existía en aquel momento. En el 98, la desocupación estaba en el orden
del 11 por ciento. Hoy, incluyendo, a los que perciben planes, la Argentina está
en el orden del 13 por ciento. Y el ingreso promedio de los argentinos
actualmente es inferior al que había entonces: está un 25 por ciento por debajo
de aquel momento. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay otra relación muy importante, que ha cambiado y es
muy determinante: la relación entre el ingreso promedio y el nivel necesario
para que un hogar tipo no sea pobre. En la Argentina actual, el ingreso promedio
está aproximadamente 10 puntos por debajo de lo que necesita un hogar para ser
pobre. En el 98, el ingreso promedio estaba 34 por ciento por encima de lo que
necesitaba un hogar para no ser pobre. En aquel momento había 10 millones de
pobres, hoy existen 15 millones.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>-Ya me lo imagino a Néstor Kirchner confrontando con
usted, diciendo: "Esos son los que dicen que con Menem estábamos
mejor...".</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-Lo que hay que hacer es entender la realidad. La
situación social argentina no se construyó de un día para otro. Fue el resultado
de una etapa de reestructuración de la economía que implicó el predominio de la
actividad financiera en desmedro de lo productivo. Implicó también cambios
distributivos importantes. Pero el modo de construirse fue a través de distintas
crisis: hubo una en el 76/77, que fue el momento de instalación del proyecto
regresivo de la dictadura, hubo una nueva crisis en el 82, otra en el 89, una en
el 94/95 y la última en 98/2002. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cada crisis lo que nos demuestra es que luego de su pico
se instituye un plan de relativa normalidad que siempre es mejor al momento
propio de la crisis. Por lo tanto si uno compara el modelo de la tablita
cambiaria de (José Alfredo) Martínez de Hoz del 78 al 81 va a encontrarse con
situaciones, en términos relativos, mejores que las que caracterizaban el
período de la crisis 75/76. Ahora lo que lo no sucedió nunca es que se volviera
a los niveles previos a la crisis. Y esto pasó en todos los casos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Y qué perspectivas ve ahora de que se vuelva a
los niveles previos a la crisis?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-Lo que uno observa no es alentador. Porque si uno hoy
tiene niveles de actividad superiores a los del año 98, no es lógico que tenga
mayor tasa de desempleo, debería tener menor. La lógica sobre la cual se
organiza la salida productiva y exportadora de la Argentina actual se sostiene
en mayor explotación de la fuerza de trabajo y mayor empobrecimiento de la
sociedad. Es cierto que estamos mejor que en 2002. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero también es cierto que estamos peor que en los 90. Y
no es claro que la cosa mejore. Si vamos al patrón distributivo, hoy tenemos en
términos de participación del total del PBI, que los que están ocupados y no son
patrones reciben 5 ó 6 puntos por debajo de lo que recibían en 2001. Y si bien
hubo una pequeña recomposición en 2003, lo cierto es que en 2004 y 2005 se
agudizó la desigualdad. Da la sensación que se estabiliza un nuevo piso de
pobreza: si en los 90 la pobreza estaba en el orden del 25 por ciento, ahora da
la sensación es que ese piso estará por arriba del 35 por ciento, sino el 40.
Porque digo esto: porque cada vez hay más datos que indican que el crecimiento
tiene un menor derrame.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿A qué datos se refiere?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-El nivel de empleo que genera cada punto de crecimiento
de la economía, cada vez es menor. La economía generó mucho empleo en 2003, la
mitad en 2004 y la mitad de la mitad en 2005. La economía creció en los últimos
tres años casi al 9 por ciento cada período. Entonces, ese mismo 9 por ciento
cada año genera menos empleo. El segundo elemento es que la composición del
empleo no se ha alterado: sigue repartiéndose por mitades entre empleo formal y
empleo ilegal o informal y estos últimos tienen un menor nivel de ingreso. El
tercer dato es que el empleo en blanco que se genera -que es el que se
propagandiza- tiene niveles salariales inferiores a los históricos. La persona
que ingresa hoy a un trabajo no lo hace con el promedio salarial de los
trabajadores que ya están en el mercado, sino por debajo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos tres elementos indican que el derrame tiende a
agotarse, por eso cada vez es menos lo que bajan la pobreza, la indigencia y el
desempleo. Además, hay otro tema importante: la capacidad de sostener esta tasa
de crecimiento, que depende del volumen de inversión. Con una inversión que está
en el orden del 20 por ciento del PBI no parece posible sostenerla. Hasta ahora
eso se logró porque hubo una ganancia de productividad muy grande sobre la base
de la capacidad instalada. Pero, en verdad, lo que se invierte es de carácter
marginal. Eso se advierte cuando se mira la composición de la inversión. El 60 o
65 por ciento proviene de la construcción, se vincula al boom inmobiliario
residencial y privado, que es una de las actividades que en el modelo vigente
tiene niveles importantes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero esto nos reenvía a lo que dije antes: el boom
inmobiliario tiene que ver con la distribución del ingreso. Porque con una
distribución profundamente injusta como tiene la Argentina, el patrón del
mercado interno está basado en el consumo de los segmentos altos de la
población. Los dos sectores que están funcionando son el de la construcción
residencial y el automotriz. La construcción residencial tiene límites en
términos de inversión reproductiva y la industria automotriz, en realidad, es
una armaduría, porque los autos se traen en forma completa del exterior o se
fabrican con una elevada proporción de componentes importados.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Cómo definiría al modelo
K[irchner]?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- El modelo vigente es un modelo hacia afuera, de
colocación de naturaleza barata en el mercado mundial. El patrón de
exportaciones no tiene diferencias respecto al anterior a la crisis. La
devaluación no ha modificado el perfil exportador en términos de agregación de
valor. Y, en segundo lugar, es un modelo hacia arriba, en el sentido de atender
las demandas de los sectores más acomodados de la población. El modelo se
sostiene orgánicamente en una distribución más regresiva. Sobre este esquema se
construye la ideología desarrollista el gobierno actual. Todas sus políticas
tienen como único objetivo ver cómo se sostiene la tasa de inversión. El
gobierno no ha tomado como eje el tema de la distribución del ingreso.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Se anima a enunciar medidas concretas que
permitan una mejor distribución de la riqueza?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-Lo primero que hay que entender es que una economía con
alto nivel de concentración, con una fuerte desindustrialización y con un
mercado informal tan grande, solo reproduce desigualdad si uno la deja funcionar
sin producir intervenciones específicas. Así las cosas, la economía puede crecer
pero de manera desigual. Y para modificar eso hay que actuar en todas las áreas.
Si existe un mercado formal que representa sólo el 30 por ciento del mercado
laboral, lo que hay que pensar son políticas de carácter universal. Si el
Gobierno fija el salario mínimo y cree que de esa manera se le pone un piso al
mercado laboral, se equivoca. Porque en realidad el salario mínimo tiene que ver
con los trabajadores privados que están en blanco y con los trabajadores del
sector público a nivel nacional. Pero deja afuera a los desocupados, a los que
están en negro, a los trabajadores de los estados provinciales que están en
blanco (que no se rigen por el salario mínimo). </DIV>
<DIV align=justify><BR>En consecuencia, el verdadero salario mínimo no son los
630 pesos que se fijaran por última vez, sino que son los 150 del plan Jefas y
Jefes o los 225 pesos del plan Familias, según el último anuncio Lo que uno
tiene que tener es una estrategia de transferencia de ingresos que le llegue al
conjunto de la población. El FRENAPO (Frente Nacional contra la Pobreza) había
planteado un programa que planteaba un seguro de desempleo y formación para el
desocupado y se completaba con una asignación universal para todos los pibes y
una jubilación universal para todos los mayores sin cobertura. El seguro de
empleo y formación más la asignación universal permitían a los hogares estar por
encima de la línea de pobreza. Un estado debería garantizar que nadie se ubicara
por debajo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- El posibilismo político dice que eso es sólo
una utopía...</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-Objetivamente, la Argentina tiene condiciones para
hacerlo. Basta observar el producto, la generación de riqueza anual, y lo que
consumen los hogares. El total que consumen los argentinos equivale a la compra
de canastas básicas para que 120 millones de personas no sean pobres. Si tenemos
15 millones de pobres es porque mientras que algunos se quedan con muchas
canastas otros no tienen ninguna. Lo que se requiere es un tipo de intervención
que replantee la transferencia de ingresos. Y si se cambia la distribución,
cambia la demanda. Ya no tendrías demanda sostenida por el sector de altos
ingresos sino por los sectores populares. Esto, a su vez, cambia el perfil de
producción.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Concretamente, ¿de dónde obtendría los recursos
económicos para la asignación universal?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-De los recursos fiscales que se disponen. Si uno hace
números, el Estado estaría -aún después de haberle pagado la deuda al Fondo-,
con niveles de recaudación suficientes para pagar inmediatamente 70 pesos por
pibe y garantizar la ayuda escolar anual de 130 pesos. Estas dos cosas hoy
tendrían un impacto muy significativo: cinco millones de personas dejarían de
estar por debajo de la línea de pobreza o de indigencia. Si encima el Estado
pusiera en marcha alguna estrategia de reconstrucción de su capacidad
financiera, poniendo en marcha una reforma impositiva, los logros podrían ser
mayores. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el gobierno ha clausurado esa discusión. Ya lo había
clausurado (el ex ministro Roberto) Lavagna y ahora que aparecieron versiones de
que la nueva ministra, Felisa Micelli, quería hacer algo, fue el mismo
Presidente que dijo que ni había que hablar del tema. Si hubiera una reforma
impositiva se recaudaría más: la Argentina recauda mal y poco.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Por qué?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- La Argentina recauda 26 ó 27 puntos mientras que Brasil
recauda 35 puntos. Y recauda poco porque lo hace mal. La carga impositiva está
formulada en base a impuestos sobre el consumo, que tienden a gravar a los
sectores medios y de menores ingresos. Hay un escaso peso sobre las rentas. El
impuesto a las ganancias mantiene exenciones a los pagos de dividendos en las
sociedades, al cobro de alquileres, a las rentas financieras, a la compra-venta
de títulos. Y todo esto con independencia de la fuerte fuga que hay vinculada
con la ausencia de articulación entre la administración tributaria nacional y
las administraciones tributarias provinciales. Porque la verdad es que es muy
difícil cobrar ganancias o bienes personales a nivel nacional sin vincularlo con
lo que las provincias cobran en términos de inmobiliario urbano o rural, o
automotriz. La ausencia de coordinación implica que no haya un padrón único de
grandes contribuyentes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay más elementos, como la reforma previsional. Hoy
existe una cantidad de fondos que se transfiere de los trabajadores en actividad
a las administradoras de fondos de jubilación y pensión, un régimen que no
resuelve el sistema previsional. Si se retomara el sistema público, se
recuperarían 7.000 millones por año. También se podría restituir las
contribuciones patronales a los niveles que tenían en 1993. En ese momento se
modificaron con el argumento de que el dólar estaba 1 a 1, pero estamos 3 a 1.
Si se quiere, esto podría hacerse exceptuando a las pequeñas empresas. Todas
estas reformas implicarían recursos múltiples, sin pensar si quiera en el uso de
las reservas.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Por qué razón, entonces, un gobierno que podría
pasar a la historia por terminar con la pobreza no toma este tipo de
medidas?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-Hay dos razones por las que nunca se llevan adelante las
políticas de carácter universal. La primera es porque la universalidad pone en
cuestión a buena parte del sistema político argentino. El hecho de que uno no
tenga recursos para el conjunto de los pobres hace necesaria algún tipo de
intermediación para cubrirlos monetariamente. Esto implica que hay alguien que
dice "este recibe y este no". Eso ha construido una parte relevante de lo que
son las practicas clientelistas del sistema político actual. El primer punto de
confrontación de las políticas de universalidad es que rompen las prácticas
políticas que caracterizan a los partidos dominantes. El plan Jefas y Jefes
llegó a tener mas de dos millones de beneficiaros, de los cuales 250 mil era
manejados por organizaciones sociales. El resto lo entregaba el Estado
provincial o municipal. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El segundo tema es que si yo garantizo un piso de
ingresos para las familias postergas equivalente a los niveles de pobreza, le
pongo un piso más alto al mercado laboral y potencio la capacidad de discusión
de los trabajadores ocupados. Consecuentemente, pongo en discusión las ganancias
extraordinarias de las principales empresas del país. Implica también una
confrontación con la estructura económica actual.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Cuándo se habla de la nueva política no se
plantea terminar con estas prácticas?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-Actualmente no hay una estrategia para desbordar el
sistema político tradicional, solo existe un cambio en la organización de los
actores: desaparecen algunos cacicazgos pero se mantienen otros. Hay una
renovación de carácter generacional de estructuras pre-existentes. Puede perder
poder (Eduardo) Duhalde, pero dentro del kirchnerismo hay un montón de
duhaldistas y hasta menemistas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, como en esta lógica desarrollista se cree que si
las principales empresas invierten se genera empleo y se resuelven los
problemas, se percibe de una manera negativa presionar sobre la rentabilidad de
las empresas. Y esto, desde una interpretación benigna. Desde una mirada maligna
se podría decir que hay más intención de preservar los ingresos de las empresas
que a mejorar la situación de la gente.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Sin embargo, hoy no se escuchan en voz alta
discursos que defiendan intereses empresariales. Al menos de manera tan obscena
como en los 90.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>-A partir 2001 hay un punto de inflexión en la vida
política argentina. La sociedad fue capaz de cuestionar la experiencia política
del neoliberalismo, pero tuvo como límite no haber sido capaz de construir una
fuerza política que permita sostener un proceso de transformación. Esa etapa
política existe y se expresa en algunas cosas: hoy, por ejemplo, el discurso
legítimo para esta sociedad tiene que confrontar con lo que pasó en los 90. Y
ese discurso, que tiene límites, se pudo sostener hasta ahora porque la
transformación económica ha sido muy fuerte respecto al momento propio de la
crisis. Naturalmente hay una visión de que se está mejor respecto al 2002, pero
lo que va a empezar a discutirse ahora es "cómo es esto de que estoy peor que
hace cinco años". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Porque ahora hay una política de contener la inflación,
pero el principal sustento es anclar los ingresos de la gente. Si los precios no
tienen que subir más que un uno por ciento mensual, los salarios ¿cuánto suben?.
Porque si siguen igual, no se recuperan. En el 2005, una porción muy chica, el 6
ó el 7 por ciento de la fuerza de trabajo creció por encima de la inflación en
promedio. Los trabajadores en negro, los trabajadores públicos, los que cobran
planes crecieron por debajo de la tasa de inflación. Acá lo que va a empezar a
notarse es que no se plantea una solución a la distribución del ingreso. Las
estadísticas del INDEC son una señal, y el rechazo del Gobierno a esa
metodología -que es la misma que se utilizaba hasta el mes anterior-, también.
La brecha entre el 10 por ciento más rico de la población y el 10 por ciento más
pobre se expandió a 31 veces. Lo mejor ya pasó, lo que viene ahora es una
desaceleración de la tasa de crecimiento. Se crecerá menos, con derrame
inferior.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Esa puja distributiva es la que motiva una
mayor conflictividad gremial en relación con los 90?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Hay un desplazamiento en el eje del conflicto. Antes
estaba situado en quienes resistían el cierre de fuentes de trabajo, o se
materializaba en un ámbito territorial a través de quienes habían quedado
excluidos. Ahora lo que hay es una pelea por la distribución, y lo dominante del
conflicto aparece en el ámbito gremial. Ahí aparece otro tema donde el gobierno
tiene grandes contradicciones. Si quiero profundizar un proceso de distribución
de ingreso necesito actores con capacidad de disputar en todos los lugares.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el problema que existe es que hay límites precisos a
la actividad sindical. Más allá de las estructuras existentes, una tendencia muy
fuerte de los grandes establecimientos, consiste en no permitir la organización
de los trabajadores. Si alguien entra a Coca Cola, en Barracas, le hacen firmar
la renuncia, que se ejecuta en el mismo momento que participa de una actividad
gremial. </DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Por qué se puede hacer esto? Porque la presión que
existe con una tasa de desempleo del 13 por ciento es lo suficientemente
significativa para que el trabajador lo acepte. Esto también determina que las
grandes empresas, que son las que mejor pagan, tienen también la mayor tasa de
explotación laboral. Si uno compara lo que percibe un trabajador en relación con
la productividad de una empresa, la diferencia es brutal. La tasa de explotación
es altísima, porque el resto del mercado laboral le fija un piso de discusión
muy baja.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>