<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2600.0" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 20 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT
size=3>Imperialismo</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Se avecinan guerras por los recursos
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3><BR>Michael T.
Klare *</FONT></STRONG> </FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>TomPaine.com<BR>Traducción de Ramón Vera
Herrera, La Jornada, México, 19-3-06</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Es oficial: la era de las guerras por los recursos está
próxima. En una importante declaración pública, el secretario de Defensa
británico, John Reid, advirtió que al combinarse los efectos del cambio
climático global y los mermados recursos naturales se incrementa la posibilidad
de conflictos violentos por tierras, agua y energía. El cambio climático,
indicó, "hará más escasos los recursos y el agua limpia, y la tierra agrícola en
buen estado será más escasa". Esto generará que la emergencia por conflictos
violentos sea más probable". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque existen precedentes, la predicción de un
surgimiento de conflictos por los recursos, en boca de Reid, es significativo,
debido al alto rango oficial que respalda sus expresiones y a la vehemencia de
éstas. "La cruda verdad es que la falta de agua y de tierra de sembradío es un
factor significativo que contribuye al trágico conflicto que se desarrolla en
Darfur", declaró. "Debemos tomarlo como señal de alerta". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Es más fácil que surjan estos conflictos por recursos en
países en desarrollo, indicó Reid, pero los países avanzados y acaudalados no
necesariamente se salvarán de los efectos dañinos y desestabilizadores del
cambio climático global. En un momento en que sube el nivel del mar, cuando el
agua y la energía comienzan a ser más y más escasos, cuando las fértiles pero
escasas tierras de labor se vuelven desiertos, las guerras mortíferas por el
acceso a los recursos vitales terminarán siendo un fenómeno global. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El discurso de Reid, pronunciado en la prestigiosa
Chatham House, de Londres (equivalente británico del Consejo de Relaciones
Exteriores), es la más reciente expresión de una tendencia, creciente en
círculos estratégicos, que considera a los efectos por desajustes en el ambiente
y los recursos (no la orientación política o la ideología) como la mayor fuente
de conflictos armados futuros. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El momento en que crece la población mundial, se disparan
las tasas de consumo, desaparecen rápidamente las fuentes de energía y el cambio
climático erradica valiosas tierras de cultivo, fija el escenario para luchas
persistentes por el mundo en pos de los recursos vitales. La lucha política o
religiosa no desaparecerá del escenario, pero será canalizada a la competencia
por agua, alimentos y energía. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Antes del discurso de Reid, la expresión más
significativa de esta perspectiva fue el informe preparado en octubre de 2003
por una consultora, con sede en California, para el Departamento de Defensa
estadunidense. Con el título de Un escenario de abrupto cambio climático y sus
implicaciones para la seguridad nacional de Estados Unidos, el informe advierte
que son amplias las probabilidades de que este fenómeno genere repentinos
sucesos ambientales cataclísmicos por encima de un incremento gradual (por tanto
manejable) de las temperaturas promedio. Dichos sucesos podrían incluir un
incremento sustancial del nivel del mar, intensas tormentas y huracanes, y
regiones en sequía, con grandes ventarrones de polvo a escala continental. Esto
dispararía agudas batallas entre los supervivientes de estos efectos por el
acceso a comida, agua, tierra habitable y fuentes de energía. </DIV>
<DIV align=justify><BR>"La violencia y perturbación originadas por las tensiones
que crean los abruptos cambios del clima implican un tipo diferente de amenaza a
la seguridad nacional de lo que conocemos hoy", se anota en el informe. "Pueden
surgir confrontaciones militares debido a la necesidad imperiosa de recursos
naturales tales como energía, alimento o agua, y no tanto por conflictos
ideológicos, religiosos o de honor nacional". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hasta ahora, este tipo de análisis no ha captado la
atención de quienes diseñan las políticas estadunidenses o británicas. La
mayoría insiste en que las diferencias ideológicas y políticas -el choque entre
los valores de la tolerancia y la democracia, por un lado, y las formas
extremistas del Islam, por el otro- siguen siendo los principales motores de
conflicto internacional. Sin embargo, el discurso de Reid sugiere que se gesta
un viraje importante en el pensamiento estratégico. Los peligros ambientales
pueden dominar pronto la agenda mundial de la seguridad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este viraje se debe en parte al creciente peso de las
evidencias que señalan el papel humano en la alteración de los sistemas
climáticos básicos del planeta. Estudios recientes muestran una reducción rápida
de las capas de hielo polar, acelerado derretimiento de glaciares en América del
Norte, mayor frecuencia de huracanes, entre otros efectos, pero todo prevé que
ya comenzaron los dramáticos cambios del clima, potencialmente dañinos. Lo más
importante, concluyen los estudios, es que la conducta humana -sobre todo la
utilización de combustibles fósiles en fábricas, plantas de energía y
automotores- es la causa más probable de tales cambios. Esta evaluación puede no
haber penetrado aún en la Casa Blanca y otros bastiones de un pensamiento "que
tiene la cabeza en la arena", pero es claro que cobra fuerza entre los
científicos y analistas del mundo. <BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Peligro social del cambio climático</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>En gran medida, la discusión pública del cambio climático
tiende a describir sus efectos como un problema ambiental -una amenaza contra el
agua segura, la tierra fértil, los bosques templados, ciertas especies-. Por
supuesto, el cambio climático es una gran amenaza para el ambiente; de hecho es
la mayor amenaza imaginable. Pero considerar el cambio climático sólo como
problema ambiental no hace justicia a la magnitud de los peligros que entraña.
Como lo esclarecen el discurso de Reid y el estudio del Pentágono, el mayor
peligro no es la degradación de los ecosistemas per se, sino la desintegración
de sociedades enteras, lo que produciría una hambruna descomunal, migraciones
masivas y recurrentes conflictos por los recursos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>"Conforme las enfermedades, la hambruna y los desastres
relacionados con el clima golpeen, debido al abrupto cambio climático -anota el
informe del Pentágono-, muchas necesidades de los países excederán la capacidad
de lidiar con ellos, es decir, la capacidad de proporcionar requisitos mínimos
para la supervivencia humana. Esto "creará un sentido de desesperación, que muy
probablemente conducirá a la agresión ofensiva" contra los países que cuenten
con un abasto mayor de recursos vitales. "Imaginen a los países de Europa
oriental que luchan por alimentar a sus poblaciones ante la caída de los
suministros de comida, agua y energía: mírenlos vigilar a Rusia, cuya población
va en descenso, para tener acceso a granos, minerales y fuentes energéticas".
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Escenarios semejantes se replicarán por el planeta
conforme aquellos que no cuentan con los medios para sobrevivir invadan o migren
a lugares de mayor abundancia -lo que producirá luchas interminables entre
quienes "tienen" y quienes "no tienen" recursos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Es esta perspectiva, más que nada, lo que preocupa a John
Reid. En particular, expresó preocupación por la inadecuada capacidad de los
países pobres o inestables para lidiar con los efectos del cambio climático, y
por el riesgo resultante de colapsos estatales, guerras civiles y migración
masiva. "Más de 300 millones de personas en Africa carecen actualmente de agua
segura", observó, y "el cambio climático agravará esta situación", lo que
generará guerras como en Darfur. Aun en el caso de que estos desastres sociales
ocurran en los países en desarrollo, los países ricos también se verán
atrapados, sea por participar en operaciones de mantenimiento de la paz o de
ayuda humanitaria, por frenar a los migrantes indeseados o por luchar para
acceder a fuentes extranjeras de alimento o petróleo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando uno lee sobre estos escenarios de pesadilla es
fácil convocar imágenes de gente hambrienta, desesperada, que se mata con
cuchillos, estacas o garrotes -como ocurrió en el pasado y como podría ocurrir-.
Pero estos escenarios también avizoran el uso de armas letales. "En este mundo
de estados guerreadores", el informe del Pentágono predice: "es inevitable la
proliferación de armas nucleares". Conforme desaparezca el petróleo y el gas
natural, más países confiarán en la energía nuclear para responder a sus
requerimientos -y esto "acelerará la proliferación nuclear conforme los países
desarrollen capacidades de reprocesamiento y enriquecimiento de metales para
garantizar su seguridad". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pese a ser especulativos, los informes dejan algo claro:
cuando se piense en los efectos del cambio climático debemos enfatizar sus
consecuencias sociales y políticas tanto como sus efectos ambientales. Una
sequía, una inundación o una tormenta pueden matarnos, seguramente lo harán,
pero también las guerras entre supervivientes de las catástrofes cuando peleen
por las sobras de comida, agua y refugio. Como lo indica Reid, no importa qué
tan acaudalada sea una sociedad, no escapará a estas formas de conflicto. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Podemos responder a estas predicciones en dos formas:
confiando en las fortificaciones y la fuerza militar para contar con cierto
grado de ventaja en la lucha global por los recursos, o dando los pasos
significativos para reducir el riesgo de un cambio climático cataclísmico.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin duda habrá muchos políticos y expertos -especialmente
en Estados Unidos- preocupados en impulsar la superioridad de la opción militar,
enfatizando la preponderancia de la fuerza con que cuenta ese país. Argumentarán
que fortificando las fronteras y costas para frenar la entrada de migrantes
indeseables y luchando por las fuentes de crudo necesarias, podremos mantener
nuestro privilegiado nivel de vida durante más tiempo que otros países menos
dotados de instrumentos de poder. Tal vez así sea. Pero la penosa guerra en
Irak, que no parece concluir, y la fallida respuesta ante el huracán Katrina
muestran qué tan ineficientes son estos instrumentos cuando se confrontan con la
dura realidad de un mundo que no perdona. Y como nos recuerda el informe del
Pentágono, "las batallas constantes por recursos que disminuyen, reducirán los
recursos todavía más de lo que se reduzcan por los efectos climáticos". </DIV>
<DIV align=justify><BR>La superioridad militar puede darnos una ilusión de
ventaja en las luchas venideras, pero no puede protegernos de los estragos del
cambio climático. Aunque estemos mejor que Haití o México, también sufriremos
las tormentas, las sequías y las inundaciones. Conforme los socios comerciales
se sumerjan en el caos, nuestras importaciones de alimentos, materia prima y
energía desaparecerán también. Es cierto, podemos establecer puestos militares
en algunos sitios para garantizar el flujo de materiales críticos, pero el
precio siempre irá en aumento en sangre y recursos necesarios para pagar esta
empresa y eventualmente nos rebasará y destruirá. En última instancia, nuestra
única esperanza para un futuro seguro y garantizado yace en una sustancial
reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en trabajar con el
mundo para frenar el ritmo del cambio climático global. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>* Nota de Correspondencia de Prensa:</STRONG>
Michael T. Klare, catedrático en estudios de paz y seguridad internacional,
profesor en el Hampshire College, Amherst, Massachusetts. Autor de numerosas
obras sobre el tema. En castellano ha sido publicado "Guerra por los recursos.
El futuro escenario del conflicto global". Urano-Tendencias, Barcelona
2003.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR></FONT></DIV></BODY></HTML>