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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></STRONG></EM></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 29 de marzo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></STRONG></EM><A
href="mailto:germain@chasque.net"><EM><STRONG><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Mercosur</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>¿Crisis o resurgimiento?
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial></FONT><FONT face=Arial></FONT><BR><FONT
face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Claudio Katz [1]</FONT></STRONG>
</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>El ascenso de varios gobiernos de
centroizquierda en Sudamérica es habitualmente identificado con el resurgimiento
del MERCOSUR. Muchos analistas consideran que Kirchner, Lula y Tabaré
sustituirán la afinidad comercial con Estados Unidos que prevaleció en los 90
por un entrelazamiento regional autónomo.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Todas las declaraciones presidenciales apuntan hacia esta
dirección, pero un largo trecho separa la retórica de los hechos. No alcanzan
las exhortaciones para implementar un relanzamiento del MERCOSUR. Se requieren
ciertas decisiones estratégicas que por ahora no se vislumbran.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El panorama actual de la asociación es muy
contradictorio, porque los llamados a reflotarla coinciden con divergencias que
amenazan su continuidad. Aunque Argentina y Brasil han buscado conciliar
sus disidencias comerciales, persisten las causas de estos enfrentamientos.
Además, Uruguay amenaza con patear el tablero y embarcarse en una negociación de
librecomercio con Estados Unidos. Si no se resuelve la crisis creada con
Argentina por la construcción de plantas papeleras, el MERCOSUR podría
fracturarse. Paraguay también coquetea con la posibilidad de un convenio
bilateral con Norteamérica, que incluiría la instalación de una base militar del
Pentágono. Definir en qué etapa se encuentra el MERCOSUR es el punto de partida
para evaluar su futuro.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>EL SIGNIFICADO DEL CONVENIO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El MERCOSUR es un proyecto de integración de alcance
sub-regional. No tiene la aspiración hemisférica del ALCA, ni pretende aglutinar
a todos los países de la zona, pero incluye a las dos naciones de mayor peso en
el Cono Sur. Es visto como el principal desafío al ALCA, pero en los hechos no
ha superado aún su estadio inicial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A diferencia del ALCA –que se perfiló como una Zona de
Libre Comercio- y la Unión Europea –que se forjó como un Mercado Común- el
MERCOSUR se desarrolló como Unión Aduanera, es decir como una instancia
integradora de menor alcance. Mientras que el primer tipo de acuerdo implica
circulación irrestricta de bienes y el segundo introduce políticas
macroeconómicas y monetarias comunes, el tercer convenio solo apunta a erigir un
arancel común frente a terceros países[2].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ciertamente esta fisonomía fue inicialmente concebida
como un paso hacia las formas más avanzadas de integración, pero el salto nunca
se concretó. Al cabo de una década y media el MERCOSUR existe como precaria
Unión Aduanera y una Zona de Libre Comercio incompleta. Además, carece de planes
para constituir un Mercado Común.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El arancel compartido fue establecido en 1995 en un
porcentaje semejante para todos los sectores de los cuatro países. Pero este
piso fue periódicamente violado en distintos rubros. Las mismas inconsistencias
han afectado el comercio interior libre de aranceles. Los sucesivos acuerdos
fueron de hecho desconocidos mediante excepciones de productos (azúcar,
automotores, etc), cláusulas de salvaguardia y prórrogas de los cronogramas para
eliminar las excepciones. Las propuestas de instituciones políticas, moneda
común o convergencia macroeconómica constituyen hasta ahora meras declaraciones.
Estas flaquezas han signado el perfil de la asociación en sus tres períodos de
existencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>EL MERCOSUR NEOLIBERAL</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Los beneficiarios de la primera etapa del convenio fueron
las grandes corporaciones trasnacionales establecidas en Brasil y Argentina.
Tanto el arancel común como las reducciones aduaneras dispuestas en este período
favorecieron la complementación comercial y productiva de esas empresas. El
acuerdo convalidó la división del trabajo que establecieron esas firmas para
abaratar los costos de fabricación, transporte y venta de sus mercancías.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas medidas se introdujeron en el cenit del
integracionismo neoliberal de los 90. En ese período se multiplicaron los
acuerdos de intercambio y se generalizó la reducción de los aranceles. De 21
convenios de este tipo que regían en Latinoamérica en los años 60 se pasó a 59
acuerdos en la década pasada y este aumento incluyó rebajas de 15 a 20 puntos
del arancel promedio. Los tratados permitieron una significativa ampliación del
comercio interregional controlado por las grandes compañías. El 60% del
intercambio entre Argentina y Brasil -que entre 1990 y 1995 se multiplicó por
cinco- fue acaparado por las empresas trasnacionales[3]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas firmas comandaron el debut del MERCOSUR. Moldearon
los acuerdos, establecieron el ritmo de su implementación y forjaron a través de
gobiernos afines el marco institucional necesario para el funcionamiento del
convenio. Esta acción contó, a su vez, con el aval de las clases dominantes
locales que observaron en el tratado una oportunidad para desarrollar negocios
complementarios. El MERCOSUR nació con este auspicio de funcionarios, empresas
multinacionales y capitalistas sudamericanos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La constitución de la asociación marcó un giro en la
rivalidad histórica de Brasil y Argentina. También modificó el rol
pendular que tradicionalmente jugaron Uruguay y Paraguay en el Cono Sur. Este
viraje obedeció a múltiples razones. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por un lado, la crisis de la deuda empujó en los años 80
a varios gobiernos a buscar un contrapeso a la inestabilidad financiera en la
convergencia comercial. Por otra parte, el fin del ciclo político dictatorial
diluyó las hipótesis de conflicto zonal, que tradicionalmente habían contemplado
las elites militares del Cono Sur[4]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero lo que más indujo a constituir el MERCOSUR fue la
necesidad de expandir la escala de la producción y extender la dimensión de los
mercados. Esta exigencia proviene de la compulsión competitiva que impone el
avance de la mundialización. Fabricar y vender a nivel regional constituye una
exigencia de supervivencia para muchas empresas para enfrentar la concurrencia
importadora y las limitaciones del poder de compra que ha creado el
empobrecimiento de la población. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este condicionante competitivo condujo a las empresas
transnacionales a erigir un “MERCOSUR de los negocios” en los segmentos
más rentables de la región. El circuito integrado al convenio quedó
reducido al 20% de la zona formalmente incorporada al tratado y a sólo 14 de
las ciudades de los cuatro países. En este territorio se concentra un
sector que duplica el promedio regional del PBI per capita y allí se asentó un.
MERCOSUR estrecho, que conecta el Sur-Sureste brasileño con la Pampa y el
Litoral argentinos. El resto de la población no tiene cabida en la asociación.
El surgimiento del MERCOSUR en pleno auge de las privatizaciones y la
desregulación acrecentó, por lo tanto, la fractura social y geográfica del Cono
Sur. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>LA CRISIS DEL TRATADO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En la segunda mitad de los 90 el MERCOSUR quedó
paralizado por la crisis del neoliberalismo periférico. De un debut propicio
para los negocios (1990-94) se pasó a un período turbulento. El colapso
financiero que afectó primero a México, luego a Rusia y posteriormente a los
países asiáticos conmovió a Sudamérica, cuando la crisis golpeó a Brasil (1999)
y a la Argentina (2001). Durante una prolongada etapa, la asociación quedó
paralizada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos descalabros modificaron el clima de aprobación que
rodeaba el proyecto y acentuaron la influencia de los críticos del tratado.
Incluso muchos funcionarios y empresarios que reivindicaban el acuerdo
comenzaron a reprobarlo. En un contexto de pérdidas de mercados y ganancias
decrecientes, muchos grupos capitalistas objetaron las restricciones que imponía
el MERCOSUR para comerciar con otros países. Estas quejas debilitaron la
asociación y agravaron la precariedad de los convenios aduaneros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la segunda mitad de los 90 el arancel común quedó
perforado por las medidas de excepción que adoptaron todos los participantes
para contrarrestar la crisis. La falta de armonía comercial entre Argentina y
Brasil se agravó y aparecieron nuevas restricciones al intercambio. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En esta coyuntura se comprobó que el MERCOSUR no puede
funcionar sin instituciones, ni reglas de arbitraje. Esta ausencia bloquea la
propia existencia del convenio en los momentos críticos. Pero para instaurar
estas reglas y hacerlas cumplir se requiere una autoridad estatal supranacional
con amplias facultades de intervención. Este organismo presupone, a su vez, un
grado de coincidencia capitalista zonal superior a la atracción que ejercen los
negocios extra-regionales. Ni la primera institución, ni la segunda fuerza
aparecieron en ese período[5]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los conflictos de esa etapa revelaron que los problemas
pendientes en el MERCOSUR giran en torno a obstáculos arancelarios y comerciales
muy elementales[6]. Antes de afrontar la falta de cohesión financiera, la
carencia de un área monetaria compartida o la ausencia de coordinación
cambiaria, los miembros del tratado deben contar con un arancel efectivo y un
intercambio comercial interior sin restricciones. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>EL REPLANTEO DE LA ASOCIACIÓN</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Con el fin del ciclo depresivo (1999-2002) el MERCOSUR
volvió a recobrar fuerzas, pero esta vez bajo el mando de los grupos
capitalistas locales que sobrevivieron a la crisis. La asociación
comercial figura nuevamente en la agenda de las clases dominantes de Sudamérica.
Pero un dilema de ese proyecto es el posicionamiento frente al ALCA. Las
burguesías locales de Brasil y Argentina mantienen importantes conflictos
comerciales con Estados Unidos y podrían reflotar el MERCOSUR como un
instrumento defensivo frente a los tratados de librecomercio que propicia
Bush.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunos analistas estiman que este resurgimiento ya se ha
producido. Consideran que la etapa neoliberal ya quedó atrás y que ahora se
apuesta a superar el viejo horizonte comercial por metas más ambiciosas en el
terreno de la producción y la energía[7].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero conviene recordar que el relanzamiento actual del
MERCOSUR no es un hecho inédito. En otras oportunidades, varios presidentes
proclamaron el renacimiento de la asociación. Aunque lo hicieron en condiciones
más adversas, esos precedentes indican que no basta una convocatoria para
reflotar al tratado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En última instancia el fortalecimiento o la disgregación
del MERCOSUR depende de la pulseada entre dos fuerzas. Las burguesías locales de
Brasil y Argentina -que se han entrelazado en negocios comunes dentro de ambos
países- promueven proyectos diferentes a los sectores que exportan hacia Europa
y Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este conflicto se procesa al interior del MERCOSUR de
manera confusa. Algunas iniciativas que parecen reforzar el tratado, en los
hechos tienden a anularlo. Por ejemplo, la ampliación del convenio hacia países
que cuentan con acuerdos de librecomercio con Estados Unidos (México, Chile)
podría disolver el arancel común. Pero el área más crítica del MERCOSUR es la
persistencia de choques entre los fundadores del convenio. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>ARGENTINA Y BRASIL</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El centro estas pugnas son las desavenencias entre
Argentina y Brasil. La brecha de productividad que separa a ambos países sale a
flote en cada expansión del intercambio comercial. La industria brasileña es más
competitiva, cuenta con un mercado mayor y absorbe todas las inversiones en
juego. Este desequilibrio se verifica en la balanza comercial y en la
localización de las nuevas plantas. Argentina ha primarizado su economía y
padece un contundente retroceso de largo plazo frente a su vecino[8]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas desigualdades explican las controversias que genera
el MERCOSUR. Mientras que Argentina tiende a acoplarse a las necesidades de
Brasil, el principal país de Sudamérica concibe al tratado como un medio para
reforzar su presencia comercial en el mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde la suscripción del acuerdo los industriales
argentinos han cuestionado la invasión de productos brasileños. Esta competencia
ha sido particularmente dura en ciertas ramas (textil, calzado,
electrodomésticos) y en la actividad automotriz. En este sector los grandes
fabricantes establecieron una división de tareas nítidamente favorable a Brasil.
Los 65 modelos que se fabrican en ese país contrastan con los 17 prototipos que
se producen en Argentina. Esta asimetría ha conducido a prorrogar
indefinidamente las excepciones a la liberalización de aranceles que rigen en
esa rama. Argentina argumenta que Brasil no sólo cuenta con un mercado más
amplio, sino que además utiliza un sistema de subsidios oficiales y
financiamiento barato que torna imposible la competencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque el balance comercial entre ambos países está muy
sujeto a las fluctuaciones cambiarias, Argentina soporta un déficit creciente
desde el 2003, a pesar del mayor abaratamiento de su moneda. La persistencia de
este desequilibrio pone en debate la conveniencia del MERCOSUR, porque este
desbalance contrasta con el superávit vigente con el NAFTA o la Unión
Europea.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos desequilibrios han endurecido la negociación sobre
el futuro del convenio. En los últimos dos años Argentina ha exigido la
introducción de salvaguardias para proteger su industria en los momentos de auge
importador. (“cláusula de adaptación competitiva”). También reclama mayor
equidad en las inversiones automotrices, acuerdos de localización de plantas
para la producción conjunta (especialmente en el sector farmacéutico) y la
remoción de ciertas barreras para-arancelarias que rigen en Brasil. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas exigencias plantean un dilema a los gobiernos
brasileños. Ceder a las demandas argentinas conduce a reducir las ganancias de
los grandes grupos industriales. Pero rechazar estos pedidos amenaza la
continuidad de una asociación que Brasil necesita para expandir globalmente sus
negocios. Al mantener esas disyuntivas en suspenso, todos los gobiernos
brasileños han agravado la crisis del MERCOSUR.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A principios del 2006 se produjo un cambio. Brasil aceptó
ciertos reclamos argentinos y permitió la vigencia parcial de las salvaguardias,
a cambio de compromisos de ajuste competitivo en los sectores beneficiarios de
esa protección. Se ha puesto en marcha un complejo mecanismo de arbitraje que
limita tanto la avalancha exportadora de Brasil, como las defensas unilaterales
que varias veces adoptó Argentina. El grado de cumplimiento de este convenio es
muy incierto, porque los grupos capitalistas insatisfechos de ambos países han
incrementado sus quejas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por el momento se ha reglamentado cierto empate, a la
espera de observar como evolucionan ambas economías. No se sabe si el gobierno
brasileño restringirá efectivamente las ganancias de ciertos sectores para
buscar el liderazgo sudamericano. Y también se desconoce si a la Argentina le
conviene asegurarse una porción de mercado brasileño, renunciando a negocios más
ambiciosos fuera de la región.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>LA SORPRESA URUGUAYA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La intención uruguaya de abrir una negociación de libre
comercio con Estados Unidos ha introducido un segundo foco de crisis en el
MERCOSUR. Hasta ahora abundan las especulaciones, pero luego de la ratificación
de un tratado de inversión con Norteamérica no hay que descartar la posibilidad
de un convenio bilateral. Varios funcionarios han confesado abiertamente que
evalúan esa opción[9]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estados Unidos aprovecha esta inesperada posibilidad para
introducir una cuña dentro del MERCOSUR. Repite el libreto que utilizó con
Centroamérica y los países andinos y le ofrecer a Uruguay la apertura de su
mercado para ciertas exportaciones (carne y lana). Por supuesto que oculta las
brutales contrapartidas que acompañarían a ese dudoso privilegio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero lo más llamativo es observar como un gobierno de
centroizquierda se ha convertido en el artífice de esa iniciativa. La derecha se
congratula de este giro y recibió con una irónica recepción la aprobación
legislativa que hizo el Frente Amplio del tratado de inversiones con Estados
Unidos (“bienvenidos al club de los serviles al imperialismo”). La conducta de
la coalición gobernante ha confirmado todas las advertencias que presagiaban la
conversión de los viejos críticos del sistema en acérrimos defensores del status
quo. Los ex izquierdistas no se limitan a gestionar el orden capitalista, sino
que asumen las tareas que la derecha no pudo implementar. Ningún reaccionario
hubiera imaginado que el Frente Amplio propiciaría un tratado con Estados Unidos
en desmedro del MERCOSUR. Este viraje no solo defrauda las expectativas
populares, sino que ha desconcertado también a los propios aliados
centroizquierdistas del Frente Amplio en la región[10].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero existe un tema aún más conflictivo. Tabaré ha
resuelto de continuar la construcción de fábricas papeleras que contaminarían un
río fronterizo con la Argentina. Esta decisión –que ratifica un compromiso
asumido por gobiernos anteriores- ha desatado un choque diplomático sin
precedentes con la Argentina. La contaminación que producirían las papeleras es
denunciada por numerosos expertos, que destacan el daño acumulativo de volcar
desechos al río sin un tratamiento adecuado de los efluentes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno evita una investigación independiente de
estos efectos, a pesar de los terribles precedentes internacionales que registra
esta actividad. Tabaré permite que las plantas manejen secreto la tecnología en
juego para evitarle mayores costos a las empresas española y finlandesa que
construyen las fábricas. Estos grupos capitalistas habitualmente aprovechan la
ausencia de controles, para radicar en los países periféricos un tipo de
producción que no realizan en las naciones desarrolladas. Es falso que el
gobierno evitará la contaminación en el futuro. La supervisión oficial estará
sujeta a las restricciones que impone un tratado de inversiones que protege a
las compañías. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Tabaré se ha convertido en el principal abogado de las
empresas. Manipula la información y defiende los intereses de las papeleras como
una causa nacional. Afirma que esta iniciativa es la única vía que le queda a
Uruguay para industrializarse, ocultando que en realidad se afianza un perfil de
especialización monoproductora en un rubro básico de la celulosa. Las plantas
generan poco empleo, imponen la sobreutilización de los recursos hídricos y
provocan desertificación. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La defensa gubernamental de esta inversión
capitalista adoptó un cariz fanático desde que irrumpió una activa
oposición vecinal del lado argentino. La población ha recurrido a la tradición
de los piquetes y a los cortes de puentes para protestar contra las
papeleras.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno argentino simpatiza con esa movilización.
Hasta que apareció el cuestionamiento callejero, Kirchner aceptaba la
construcción de las papeleras. Sus aliados en varias provincias argentinas
(Formosa, Misiones, Corrientes) promueven el mismo tipo de forestación y la
misma variedad de fábricas contaminantes. Solo la intervención popular ha
obligado al gobierno argentino a objetar un proyecto que convalidaba
sigilosamente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La crisis creada por las papeleras es muy seria. Por el
momento el gobierno argentino anunció que llevará el caso al Tribunal
Internacional de La Haya, pero esta decisión carece de efectos prácticos, ya que
las fábricas estarán produciendo a pleno cuando ese organismo emita un dictamen.
La resolución de recurrir a una instancia arbitral externa refleja la debilidad
estructural del MERCOSUR. Cuándo un conflicto entre dos miembros de una Unión
Aduanera tiende a dirimirse en organismos internacionales, la continuidad de esa
asociación trastabilla.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>LOS PERDEDORES DEL CONVENIO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El trasfondo de la crisis planteada por las papeleras es
la inutilidad del MERCOSUR para los pequeños países miembros. Argentina negocia
duramente sus conflictos comerciales con Brasil, pero las peticiones de Uruguay
jamás han sido tomadas en cuenta. La Republica Oriental no logró inversiones, ni
aumentó significativamente sus exportaciones. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunos analistas consideran que este desequilibrio
podría resolverse con auxilios presupuestarios. Especialmente plantean la
necesidad de introducir fondos de compensación para las economías más frágiles
del MERCOSUR[11]. Otros especialistas estiman que los desequilibrios quedarán
superados cuando la asociación supere su estadio comercial y avance hacia una
etapa centrada en la producción[12]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero es evidente que los gobiernos de Brasil y Argentina
tienen poca capacidad para subvencionar a los pequeños países, ya que a duras
penas pueden gestionar sus propias economías. El MERCOSUR no es la Unión
Europea, sino una asociación de economías periféricos y los países que encabezan
este ensamble no pueden imitar a las potencias que lideran la unificación del
Viejo Continente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>También el otro socio menor del MERCOSUR manifiesta su
descontento. Pero Paraguay carga, además, con una historia de animosidad hacia
los dos grandes vecinos que destruyeron el país durante la guerra de la Triple
Alianza (1865-69). Los catastróficos efectos de esa tragedia crearon una memoria
de hostilidad hacia los vencedores y una conciencia de duelo, que se procesó a
través de un prolongado estancamiento. Paraguay, se convirtió en un estado tapón
entre los dos grandes vecinos, pero a diferencia de Uruguay no tuvo acceso al
comercio exterior y padeció un encierro secular. Ni siquiera ha contado con las
instituciones ciudadanas que caracterizan a Uruguay y ha sobrevivido durante
décadas como un “estado fallido”[13].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Paraguay exporta a Brasil y Argentina las mismas materias
primas que antes vendía a otros países. También le compra a estas dos naciones
las manufacturas que antes importaba desde otros lugares. Pero a diferencia de
Uruguay ha debido elevar los aranceles extra regionales, porque ya era una
economía muy abierta. Su pequeña industria tiende a ser demolida por la
competencia brasileña y el campesinado -que constituye la mitad la población-
sufre las consecuencias de esta concurrencia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El MERCOSUR le impide a Paraguay aprovechar su ubicación
para obtener ventajas en la distribución de la renta hidroeléctrica. Por eso al
igual que Uruguay coquetea con un tratado de libre comercio con Estados Unidos y
refuerza esta posibilidad negociando la implantación de una base militar
norteamericana. Pero este remedio sería peor que la enfermedad. Si el MERCOSUR
genera pérdidas, la exclusión de esa asociación augura consecuencias más
negativas. El mismo dilema afronta otro pequeño país fronterizo como Bolivia,
que mantienen indefinido su ingreso o alejamiento del MERCOSUR y han oscilado
entre esta opción y un tratado bilateral con Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El maltrato que impone el MERCOSUR a las economías más
frágiles no es una perversión de este tratado. Es un típico efecto de los
convenios de integración capitalista, que enriquecen a ciertas regiones y
relegan a otras. Esta polarización se extiende también al interior de los
países. Por ejemplo, las actividades del MERCOSUR han sido completamente
acaparadas dentro de Brasil por la región Sur-Sureste en desmedro del Norte,
Nordeste, Centro y Oeste. El tratado acentúa las enormes disparidades zonales
que han signado la historia del país[14]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta experiencia demuestra el carácter hipócrita del
discurso de hermandad que preside MERCOSUR. La retórica oficial siempre
complementa con alusiones al destino compartidos la cruda reivindicación
empresarial de la asociación en términos de costos y beneficios. Pero estas
referencias a una identidad semejante, al pasado común y al porvenir asociado
propagan una imagen mítica que oculta los conflictos generados por el modelo
capitalista de integración[15].</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>LAS TENSIONES CON ESTADOS UNIDOS</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En la tercera etapa del MERCOSUR los gobiernos de
Sudamérica combinan continuismo neoliberal con regulaciones heterodoxas para
favorecer a las burguesías locales. Estos sectores buscan ampliar su autonomía
para desarrollar negocios regionales, utilizando un proyecto que choca con el
ALCA.</DIV>
<DIV align=justify><BR> Las clases dominantes del Cono Sur no aceptan
someterse pasivamente a la estrategia norteamericana, pero tampoco se aprestan a
resistirla frontalmente, ni a erigir una alternativa antagónica. Rechazan la
presión de Bush, pero sin contar con la independencia y el poder social
requerido para desenvolver una opción propia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El imperialismo norteamericano ha buscado erosionar al
MERCOSUR por tres caminos. Intenta inducir alternativamente a la burguesía
brasileña o argentina hacia opciones diferentes, seduce a distintos grupos
exportadores de ambos países con el espejismo de los tratados bilaterales y
propicia una cuña en la asociación con ofertas a Uruguay y Paraguay.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la presión estadounidense no ha prosperado porque el
comercio del Cono Sur presenta cierta diversificación. A diferencia de México,
Centroamérica y los países Andinos, Brasil y Argentina mantienen una cartera más
variada de clientes. Esta performance limita la capacidad estadounidenses para
quebrar el MERCOSUR. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Existe una vieja historia de conflictos irresueltos de
las burguesías sudamericanas con Estados Unidos. Estas desavenencias han
persistido durante todo el siglo XX. La novedad que introdujo el MERCOSUR es la
existencia de un principio de negociación conjunta de los grupos dominantes
locales con su poderoso socio y rival. Para ensayar este camino fue necesario
desactivar las tensiones fronterizas inter-regionales que durante décadas
incluyeron varias posibilidades de guerra. El MERCOSUR existe porque Brasil,
Argentina, Chile y Bolivia no quedaron desangrados en el tipo de conflagraciones
que padecieron Irak e Irán. Tampoco atravesaron por los choques que oponen a
Pakistán con la India o que han devastado a numerosos países africanos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la conformación del MERCOSUR también ha requerido
cierto desenlace de liderazgos. El roce histórico que la europeizante burguesía
argentina mantuvo con los gobiernos norteamericanos (doctrina Drago versus
doctrina Monroe) ha perdido relevancia por el fulminante retroceso que padeció
Argentina. En cambio, Brasil que históricamente desarrolló una política más
conciliatoria con el dominador norteamericano cumple ahora un rol de dirección
en la zona. Su creciente adquisición de empresas argentinas refuerza
adicionalmente este papel geopolítico.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>LA COMPARACIÓN CON EUROPA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El grado de autonomía que aspira a alcanzar el MERCOSUR
choca con la inserción periférica de la región. Las burguesías de Brasil y
Argentina conforman segmentos capitalistas importantes del mundo
subdesarrollado, pero tienen pocas posibilidades históricas de alcanzar el tipo
de convergencias que, por ejemplo, predominaron en la Unión Europea. El MERCOSUR
no logra emular este modelo porque Brasil no es Alemania en el plano económico y
Argentina no es Francia en el plano político.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El MERCOSUR carece de una locomotora con proyecciones
dominantes en el mercado mundial. La asociación solo tiene propósitos defensivos
(frente a la extranjerización de la economía) y ambiciones extra-regionales
acotadas (abrir algunos mercados a la exportación agrícola o industrial
básica).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por el contrario, las clases dominantes europeas apuestan
a recuperar sus viejas glorias imperiales frente Estados Unidos y Japón. Por eso
implementan una ofensiva neoliberal tendiente a remover las conquistas sociales
de posguerra. Buscan crear condiciones de competitividad capitalistas
equiparables a las vigentes en otras economías desarrolladas[16]. Los propósitos
del MERCOSUR son modestos. La máxima aspiración de las burguesías sudamericanas
es alcanzar algún papel significativo en el universo de los competidores
periféricos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el logro de esta meta a través de la integración
parece improbable. No hay que olvidar que todos los intentos previos -desde la
ALALC hasta la ALADI y el Pacto Andino- fracasaron. Estos ensayos no pudieron
evitar la sistemática violación de los acuerdos comerciales que generó la
ausencia de una autoridad estatal, capaz de sostener el convenio frente al
comportamiento disgregador de las burguesías locales. Ninguna clase dominante
nacional pudo contrarrestar esta disolución, actuando como centro hegemónico
regional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El MERCOSUR no ha remontado estos obstáculos históricos.
Es cierto que a diferencia del pasado, existe en la actualidad cierta intención
de gestar una autoridad supranacional y todavía es visible la intención de
Brasil de jugar un rol dirigente. Pero estas tendencias apenas despuntan. Los
acuerdos intergubernamentales que rigen la asociación no tienen hasta ahora
consistencia supranacional y no se vislumbra la conformación del aparato
proto-estatal regional que exigiría la integración capitalista. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El MERCOSUR carece de mecanismos ejecutivos. No cuenta
con instituciones comparables al Consejo Europeo, ni menos aún con dispositivos
para adoptar decisiones rápidas (como el “fast track” norteamericano). Tampoco
ha empezado a recorrer el camino constitucional que precede a la formación de
una cúpula burocrática supranacional. La existencia de esa capa autónoma es
indispensable para contrarrestar las presiones nacionales contrarias al ensamble
regional burgués. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Las clases capitalistas de Sudamérica tampoco se han
entrelazado como sus pares europeos. En última instancia, la capacidad de
decisión de los funcionarios que comandan un proceso de integración regional
depende de la solidez económica de las clases dominantes que representan.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se podría argumentar que la unificación europea ha sido
un acontecimiento imprevisto. Pero el MERCOSUR cuenta con pocas posibilidades de
repetir esa sorpresa. Los intereses extra-regionales de las clases dominantes de
Sudamérica son más fuertes y limitan estructuralmente la integración
capitalista. Un análisis del perfil de estos grupos capitalistas permite
comprender mejor adónde va el MERCOSUR y por eso estudiamos esos rasgos en el
siguiente artículo.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Buenos Aires,
26-3-06<BR> <BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify>[1]Economista, profesor de la UBA, investigador del Conicet.
Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su página Web es: <A
href="http://www.netforsys.com/claudiokatz">www.netforsys.com/claudiokatz</A></DIV>
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<DIV align=justify>[2]Ghiotto Luciana. “El ALCA, un fruto de la relación
capital-trabajo”. Estay Jaime, Sánchez Germán. El ALCA y sus peligros para
América Latina, CLACSO libros, Buenos Aires, 2005.<BR></DIV>
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<DIV align=justify>[3]Guerrero Modesto Emilio. El MERCOSUR, Vadell
Editores, Caracas, 2005.<BR></DIV>
<DIV align=justify>[4]Ambos procesos son descriptos por Schvarzer Jorge. “El
MERCOSUR, un bloque económico con objetivos a precisar”. Los rostros del
MERCOSUR, Clacso, 2001<BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[5]Saludjian describe esta crisis con el término
“desmercurización”. Saludjian Alexis. Hacia otra integración sudamericana,
Libros del Zorzal, Buenos Aires, noviembre 2004.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[6]Esta caracterización plantea: Bouzas Roberto. “¿Puede
sobrevivir el MERCOSUR?”. Perfiles Latinoamericanos, n 23, diciembre 2003,
México.<BR></DIV>
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<DIV align=justify>[7]Rapoport Mario, Musacchio. “MERCOSUR o provincias del
imperio”. Le Monde Diplo, enero 2006, Buenos Aires.<BR></DIV>
<DIV align=justify>[8] En los años 20, la economía argentina era el doble de la
brasileña. En 1937/38 el PBI argentino era 50% más grande que Brasil. En 1960
las economías de ambos países se había equiparado. Pero en la actualidad la
diferencia entre los dos países es muy significativa. En 1965 el PBI brasileño
era un 25% mayor que el argentino y en 2003 ya superaba en 4 veces al de su
vecino. Sevares, Julio “Rezago Industrial Argentino”, Clarín, 14-2-06.<BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[9] Por ejemplo: Fernández Huidobro Eleuterio. “Cuándo viene
una inversión, ustedes nos cortan las rutas”. Página 12, 16-1-06.<BR></DIV>
<DIV align=justify>[10]Las características negativas del tratado son descriptas
por Lorier Eduardo. “¿Por qué nos oponemos al tratado de inversión con
Estados Unidos?”. InfoNoticias WebPcu.org, 23-8-05. <BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[11]Rappaport Mario. “Estados Unidos juega a debilitarlo”.
Página 12, 22-1-06.<BR></DIV>
<DIV align=justify>[12]Sigal Eduardo. “El ALCA no le conviene a Uruguay”, Página
12, 22-1-06.<BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[13]Rodriguez José Carlos. “Una ecuación irresuelta:
Paraguay-MERCOSUR”. Los rostros del MERCOSUR, Clacso 2001.<BR></DIV>
<DIV align=justify>[14]Costa Lima Marcos. “A dinamica espacial do MERCOSUR”. Los
rostros del MERCOSUR, Clacso 2001<BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[15]Una descripción de estas tensiones presenta: Jelin
Elizabeth. “Los movimientos sociales y los actores culturales en el escenario
regional. El caso del MERCOSUR”. Los rostros del MERCOSUR, Clacso
2001<BR></DIV>
<DIV align=justify>[16] Malewski expone los ejes de esta estrategia. Malewski
Jan” “Une crise de la construction neoliberale” Inprecor 507-08, juillet-aout
2005, Paris.</DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en
el boletín es de fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los
artículos firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de
Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR> </FONT></DIV></BODY></HTML>